domingo, 6 de febrero de 2022

Alberto Mondragón - Lucio Norberto Mansilla

A mediados de la década del '60 Alberto Mondragón redactó unas breves biografías bajo el título "Figuras rosistas", que fueron publicadas en distintos periódicos y revistas (Revista o períódico El Puente, Revista Doctrina, entre otras). 


FIGURAS ROSISTAS 

(Revista El Puente, Periódico Nueva Tribuna)


Vigésima tercera Figura

LUCIO NORBERO MANSILLA


Alberto Mondragón
La estela de la figura de LUCIO NORBERTO MANSILLA comienza a los 13 años como cadete, enfrentando a los invasores ingleses, y cuarenta años después cumple una idéntica acción en el Combate de Obligado como General.

Habiendo nacido en Buenos Aires el 2 de marzo de 1792, su trayectoria desde las invasiones inglesas en la Defensa y Reconquista hasta el glorioso y heroico día del 20 de noviembre de 1845, pasa por la campaña del Estado Oriental, guerrero de la Independencia, soldado en la guerra contra el Brasil, gobernador de Entre Ríos, legislador, organizador de las fuerzas policiales, congresista y, por último, sostenedor de la Confederación ante la inconsulta agresión franco-inglesa llena todo el período de la formación de la nacionalidad, de la defensa de la soberanía y para ser una figura rosista de primerísima importancia.

Las tres facetas de MANSILLA, el militar, el estadista y el político se complementan en su acendrado patriotismo , su caballerosidad y sus ideas firmemente federalistas.

En lo militar, su bautismo de sangre en las invasiones Inglesas. su participación al lado de Artigas y luego con Ramírez, llamado por San Martín en 1815, cumple como Mayor de Plaza en San Juan, entrando en combate en las batallas de Chacabuco y Maipú. En la guerra con el imperio del Brasil, desde 1826 es Comandante General de Costas, concurriendo como Jefe en las batallas de Camacuá  y Ombú, derrotando al famoso general brasileño Bentos Manuel, y por último en la jornada de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827; para en 1834 ser designado por Rosas (su cuñado, ya que era casado con la hermana de éste, doña Agustina Ortiz de Rosas) en el cargo de jefe de policía de la ciudad de Buenos Aires redactando los reglamentos, fundando la instalación del Cuerpo de  Serenos y en la ejecución de obras públicas, como el camino del Riachuelo de la Boca; en lo más grávido de la situación internacional, en 1545, LUCIO NORBERTO MANSILLA pasa a ser el Comandante en Jefe del Departamento del Norte, preparando las defensas del rio Paraná con hombres adiestrados, armamentos y la famosa cadena de costa a costa en el recodo de la Vuelta de Obligado, donde se llevó a cabo la cruenta batalla de su nombre, siendo MANSILLA el héroe de la Soberanía en ese día inolvidable para todos los argentinos; en ese carácter prosiguió la lucha contra los anglofranceses en las acciones de Acevedo, San Lorenzo y el Quebracho.

El MANSILLA estadista, cumple la gobernación de Entre Ríos desde 1821 a 1824, dando a esa provincia la primera Constitución Federal y las primeras legislaciones y ordenamientos, las primeras obras públicas y las relaciones interprovinciales; en 1824 es miembro del Congreso Constituyente, y en 1827 es diputado en representación de la provincia de La Rioja al Congreso Federalista de Santa Fe.

En lo político, cabe a MANSILLA celebrar el primer tratado con los caudillos Ramírez y López, llamado del Pilar, tratado o Pacto del Pilar, que resume el reconocimiento de las fuerzas federales por Buenos Aires, que se integra como provincia federal; de 1838 a 1844 formó parte de la Legislatura de Buenos Aires, haciéndose notar por su fuerte personalidad, abogando por los derechos de la Confederación Argentina frente a la intervención de Francia e Inglaterra.

Caseros fue el ocaso de MANSILLA. Su estampa varonil, con su pecho galardonado de múltiples medallas, desapareció de la escena pública, retirándose a vivir en Francia, regresando después del 60, enfrenta a la calumnia como periodista, escritor y hasta con las armas, y fallece a consecuencia de la fiebre amarilla el 10 de abril de 1871.

Decimos con Saldías, que: ”...el viajero argentino que remonta los ríos, detiene siempre los ojos con noble orgullo en un recodo del gran Paraná, donde un día la entereza del general MANSILLA, rigiendo el pundoneroso sentimiento nacional, en lucha desigual contra los poderes más fuertes de la tierra, supo grabar con sangre que no se borra derechos indestructibles de honor y de gloria”.

ALBERTO A. MONDRAGON