lunes, 1 de junio de 2009

El "Pardejón" Rivera

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 16 

EL "PARDEJON" RIVERA

 

En todas sus cartas y comunicados, Rosas al ­referirse al general Fructuoso Rivera, acompañó sistemáticamente su nombre con el mote de Pardejón. Igual trato mereció el jefe uruguayo en la prensa federal y en la correspondencia de los distintos lugartenientes y funcionarios de Rosas. El significado de este calificativo injurioso fue ya en época de Rosas -y todavía lo es ahora- atribuido al supuesto color moreno de la tez de Rivera. Sin embargo, ésa no es la razón que llevó a Rosas a llamar Pardejón a Rivera. El verdadero significado del apelativo está aclarado con precisión en la Gaceta Mercantil del 25 de abril de 1846. Reproducimos los párrafos pertinentes:

"Pardejón no significa pardo. Este dictado se aplica a Rivera en otro sentido que es el único que tiene. Es una expresión provincial. El apelativo Pardejón no designa el color del cutis de Rivera sino sus cualidades morales de obstinado e incorregible. Se le dice Pardejón no porque pardejón quiera decir pardo, pues el ser pardo no es afrenta, y hay en América hombres muy distinguidos y beneméritos que son pardos, sino solamente por la ferocidad en que se asemeja al Pardejón. Este es el macho toruno que suele encontrarse en algunas crías de mu­las tan malísimo y feroz que muerde y corta el lazo, se viene sobre él, y atropella a mordiscones y patadas. Jamás se amansa, y si alguna  vez llega a serlo, de repente traiciona y pega de patadas al jinete que lo larga, lo ensilla o monta. Siendo tan de malas mañas y tan traidor, los paisanos de nuestra campaña lo llaman pardejón a un hombre perverso y pérfido”

Crónica Argentina, Tomo III, Editorial Codex S.A., 1969.

Anécdotas - ¡Gaucho pícaro!

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 16  

Anécdotas

¡Gaucho pícaro!

 

Gral. Fructuoso Rivera                                    Gral. Manuel Oribe

Nadie puede dudar hoy día de la inteligencia y la habilidad diplomática del Restaurador; su conocimiento de los hombres y de las circunstancias, su “viveza criolla” y su picardía, su sangre fría puesta de manifiesto en momentos difíciles, todo ello puesto al servicio de la Nación.

En 1838 el caudillo oriental Gral. Fructuoso Rivera, con la complicidad de emigrados unitarios y de los franceses, había depuesto al legítimo presidente de la República del Uruguay, Gral. Manuel Oribe. Éste pasó a la Confederación Argentina, donde obtuvo el apoyo de Rosas para recuperar la presidencia. Así Oribe, aliado a Rosas,  quedó al frente del Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina formado por orientales y argentinos. La Comisión Argentina de Montevideo, formada por unitarios emigrados, apoyaban al Gral. Rivera en su lucha contra Rosas. Al frente del ejército, Oribe vence a los unitarios del interior del país. Los diplomáticos franceses e ingleses trataron de mediar entre las partes en pugna para lograr solucionar la cuestión afianzar a Rivera y evitar el regreso de Oribe a la presidencia del estado oriental.

Ambos ejércitos se encontraban separados por el río Uruguay, el de Rivera en la costa oriental (Uruguay) y el de Oribe en la costa occidental (Entre Ríos). El cruce del río podía poner a una de las partes en posición desventajosa.

En ese contexto –explicado sucintamente y sin mayores detalles, ya que no es el objeto de ese artículo– se produce la anécdota que relata Adolfo Saldías en su Historia de la Confederación Argentina, que le habría contado don Antonino Reyes, edecán de Rosas.

Rosas en la presunción de que el mediador inglés Mr. Mandeville, a quien con frecuencia recibía en su residencia de Palermo con toda familiariedad, pasaba datos a su adversario, tramó la misce en scene, que lo pinta verdaderamente como un gaucho pícaro. Pero dejemos el relato a Saldías:

“…Mr. Mandeville frecuentaba la casa de Rozas. Guardábanle allí particulares consideraciones, no obstante que el jefe ejecutivo argentino, en su sagacidad genial, sospechaba que el ministro de S. M. B. hacia llegar oportunamente al conocimiento del gobierno de Montevideo las órdenes militares, movimientos de fuerzas y demás detalles secretos que podía sorprender en el despacho de Rozas donde tenía fácil acceso.

“Para saber lo que en esto hubiera de verdad, Rozas llamó al mayor Reyes y le dijo: "Dentro de poco vendrá Mr. Mande­ville, usted entrará a darme cuenta de que las divisiones del ejército de vanguardia están a pie; que se ha empezado a pasar por el Tone­lero los pocos caballos que hay; pero que por esto y por falta de ar­mas el ejército no puede iniciar operaciones. Yo insistiré para que usted hable en presencia del ministro".

“Media hora después entró Mr. Mandeville. Asegurábale a Rozas que se esforzaría para que terminase dignamente la cuestión enta­blada cuando se presentó Reyes a dar cuenta de lo que, con carácter urgente, avisaban del ejército de vanguardia.

– “Diga usted, ordenó Rozas: el señor ministro es un amigo del país y de toda mi confianza.

“Reyes dijo (lo convenido), y Rozas se levantó irritadísimo, exclamando:

– “Vaya usted, señor, y dirija una nota para el jefe de las caballa­das, haciéndolo responsable del retardo en entregar los caballos para el ejército de vanguardia, y otra en el mismo sentido al jefe del con­voy. Tráigame pronto esas notas, señor, para firmarlas…".

“Y como Mr. Mandeville quisiese calmarlo arguyendo que quizá a esas horas todo ya había llegado a su destino:

– “¡No señor, no puede haber llegado todavía!... y si el pardejón (así llamaba Rosas a Rivera)  supiera aprovecharse... pero así es como vienen los contrastes; así es como vienen, decía Rozas cada vez más agitado.

“Viéndose impotente para calmar tanta agitación Mr. Mandeville tuvo a bien retirarse. Inmediatamente Rozas le ordenó al capitán del puerto que vigilase el movimiento de la bahía. Esa misma noche tuvo parte que salía para Montevideo un lanchón en el cual iba un hombre de confianza de Mr. Mandeville. Este hombre transmitía lo que Mr. Mandeville le había oído a Rozas. Fué en virtud de este aviso que Rivera procedió sin tardanza, creyendo que las circunstancias denun­ciadas le aseguraban el triunfo…”

Rivera, -creyéndose en poder de un dato inapreciable que le había transmitido Mandeville- con su ejército dejó la costa uruguaya que le ofrecía seguridad, cruzó el río Uruguay para atacar a las tropas de Oribe en Arroyo Grande (6 de diciembre de 1842), a quien creyó débil, desguarnecido y que no tenía las caballadas necesarias y antes de recibir los refuerzos que le mandaba Rosas “retrasadas en el Tonelero” y así podría infringirle una formidable derrota. Rivera cayó en la trampa, ya que por el contrario, el ejército federal se encontraba en perfectas condiciones y bien montado, con fuerzas superiores y mejor posicionado que las suyas y el que sufrió una formidable derrota fue él, quien viéndose engañado y vencido, escapó del campo de batalla “arrojando su chaqueta bordada, su espada de honor y sus pistolas” (Gral. César Díaz en sus Memorias).

Así el ejército de la Confederación Argentina, obtuvo una espléndida victoria, que le permitió posteriormente ocupar el Uruguay y poner sitio a la ciudad de Montevideo, donde debió refugiarse Rivera, con los emigrados unitarios argentinos, ayudados por fuerzas francesas e inglesas. 


Batalla de Arroyo Grande. Óleo sobre tela de Cayetano Descalzi. Museo Histórico Nacional

La historia en broma... y no tan en broma

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 15 

La historia en broma... y no tan en broma

GABRIEL FERRARI (FECHU), es humorista gráfico, publicó y publica en distintos medios gráficos nacionales: Revista Premiun, Revista Agromercado, Revista Electro Sector, Revista Reunión de Administradores, Revista TC Magazine, Revista Panorama de la Pesca, Revista del Colegio de Abogados de San Martín, entre otras y fue colaborador de publicaciones españolas como Malavida y El Batracio Amarillo, y fue co-editor de una revista de humor llamada El Garrotazo. Hoy se suma a El Restaurador.

Su blog, es: fechucartoon.blogspot.com


Protección a monumento del Gral. San Martín

  Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 15  

Protección al monumento al general San Martín

De un tiempo a esta parte, al pasar por la Plaza central de nuestra Ciudad, veíamos que día a día el monumento al Gral. San Martín -frente al edificio municipal-, "lucía" un nuevo graffiti, no sólo en la base del monumento, sino en la parte superior del mismo.

Nos parece acertado que la Municipalidad de Gral. San Martín, haya procedido a enrejar el lugar para proteger el monumento de los jóvenes "artistas", que no encuentran ya otro lugar mas para enchastrar. No hay pared, puerta, ventana, etc. que se salve de esta demostración "artística" y "cultural". Le ha tocado ahora a nuestro General. ¿Quién lo hubiera creído años atrás?...

Para pensar: ¿Qué valores tiene parte de nuestra juventud?... ¿Cuál es su cultura?... ¿Qué educación y formación recibieron y reciben?... siga Ud. lector, con las preguntas.

Acerca de la "tiranía" de Rosas

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 14 

 ACERCA DE LA “TIRANIA” DE ROSAS

                                                                          Por el Dr. Fedrico Manuel Julian Gamas

 

Comienzo por declarar que no soy rosista.

En el balance entre los hechos positivos y los negativos del gobierno de Rosas, pesan más para mí estos últimos.

Buena parte de nuestros historiadores se han referido a la época de Rosas como “La Tiranía”. Creo que tal calificativo no es correcto.

Tiranía es el abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder. Para los antiguos griegos, era la concentración de poderes en manos de una persona, quien los había adquirido de un modo no constitucional; tirano es quien obtiene el gobierno de un Estado y lo rige sin justicia y a medida de su voluntad; por su parte, Mariano Grondona describe al tirano como quien ejerce el Poder de un Estado en beneficio propio.

Conviene puntualizar que todos los gobiernos patrios, a partir del 25 de mayo de 1810, ejercieron el mando con las facultades extraordinarias y que éstas sólo quedaron  vedadas en el art. 29 de la Constitución de 1853.

El fusilamiento de los conjurados de Córdoba (Concha, Liniers, Allende, Moreno y Rodriguez) en Cabeza del Tigre en junio de 1810, se produjo  sin forma alguna de juicio, atribuyéndose la Junta funciones judiciales, que le estaban expresamente vedadas por el Reglamento que le había impuesto el Cabildo el 25 de mayo de 1810.

El destierro perpetuo del Capitán Atanasio Duarte, dispuesto en el famoso “Decreto de Supresión de Honores” del 6 de diciembre de 1810, se resolvió sin darle oportunidad de descargo y vulnerando el derecho de defensa en juicio.

Tampoco se sujetó a forma alguna de juicio la destitución, seguida de confinamiento y ulterior ostracismo de don Cornelio Saavedra, resuelta por las autoridades de las Provincias Unidas en setiembre de 1811.

El destierro de Dorrego, French, Pagola y otros opositores a la política directorial fue dispuesto por Juan Martín de Pueyrredón en diciembre de 1816 (es uno de los primeros casos en nuestros Historia Institucional de la utilización de “Decretos de Necesidad y Urgencia”), fijando un plazo perentorio para su cumplimiento y limitándose a comunicar al Congreso, que todavía sesionaba en Tucumán, lo ya resuelto y cumplido.

El fusilamiento  en Navarro el 13 de diciembre de 1828 de don Manuel Dorrego “por orden de Lavalle”, ha sido suficientemente comentado y condenado por historiadores de todas las tendencias políticas.

Por lo que hace a don Juan Manuel de Rosas, es cierto que, particularmente entre 1835 y 1852 se impusieron fuertes restricciones a las libertades individuales y se implantó el culto a la personalidad; pero la Suma del Poder Público que se acumuló a las “Facultades Extraordinarias” le fue conferida por Ley de la Legislatura Provincial, convalidada por un plebiscito casi unánime (Sólo algo menos de 10 ciudadanos entre cerca de 10.000 se opusieron), la que fue renovada anualmente hasta las vísperas de Caseros en 1852. Todas las Provincias, salvo las del Norte durante el breve interregno del alzamiento de 1839-1840 y Corrientes en un par de ocasiones, le encomendaron libre y expontáneamente el manejo de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina.

La Legislatura Provincial continuó sesionando regularmente y ni un solo día dejó de funcionar el Poder Judicial. El propio Sarmiento en el “Facundo” reconoció que nunca hubo un gobierno más popular ni querido del pueblo. Años después, en “Argirópolis”, publicado en 1851, habría de propiciar que se le agradeciera la energía con que había defendido los intereses de nuestro país.

Se le ha enrostrado la extremada crueldad demostrada en el fusilamiento de Camila O’Gorman y el cura Uladislao Gutiérrez (1849); pero en este caso, no hizo sino aplicar la legislación vigente para el entonces considerado delito de sacrilegio, contando con el asesoramiento del Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield y atendiendo a la repulsa generalizada que el hecho había provocado (el propio Sarmiento desde Chile lo había condenado con dureza).

No se puede decir que se haya enriquecido en el ejercicio de la función pública, ni que se haya beneficiado. Si bien la Legislatura Bonaerense le otorgó la propiedad de la Isla de Choele Choel sobre el Río Negro al concluir la campaña de pacificación contra los indios de 1833-1834, también al general Julio Argentino Rosa y los principales jefes militares que lo secundaron en la Expedición al desierto de 1879 obtuvieron como premio vastas extensiones de tierra en las zonas más ricas de la provincia de Buenos Aires. 


El Dr. Gamas es abogado, ha escrito numerosos trabajos para la Junta de Estudios Históricos de la Pcia. de Buenos Aires y para la Revista del Instituto Belgraniano de San Miguel, del cual también es su Presidente. Es autor del libro “El otro Belgrano”.

Nos escriben nuestros lectores

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 13  

Nos escriben nuestros lectores

 

“Muy bueno el Nº 10...como todos los anteriores. Mis sinceras felicitaciones por estos primeros diez....pido a Dios que su fecunda tarea siga viento en popa y que tengamos los que lo leemos la dicha de seguir enriqueciéndonos con sus contenidos”. Desde Cacharí, Pcia. de Bs. As. Ing. Alberto J. Bondesío. Alberto Bondesio

“He recibido por vía electrónica el Nº 10 de “El Restaurador”. Como en los números anteriores el material es impecable…” Dr. Jaime Ameijeira

“Lo felicito por el diario…” Dr. Sandro F. Olaza Pallero. 

“Tuve acceso al periódico en una charla sobre el pensamiento crítico que dictó Norberto Galasso, en la recepción me entregaron el diario que yo no conocía. Me gustó el material y me pareció claro hasta para trabajar con mis alumnos, soy profesora de historia; por lo tanto mi pedido es si podría acceder al diario, pero no en forma virtual, yo sé que la editorial está en San Martín, pero a lo mejor está la posibilidad que lo envíen por correo abonando a contrarrembolso. Desde ya muchas gracias y felicitacciones por el periódico”. Beatriz E. Santilli 

Tuve oportunidad de leer su periódico en varias oportunidades y quería felicitarlo por su producción. Lamentablemente, lo recogía en el palacio de Tribunales de San Martín al que concurría por razones laborales. Dado que actualmente no suelo ir hacia allá, me gustaría recibir la edición digital para poder seguir disfrutándolo. Esperando recibirlo, lo felicito de nuevo. Saludos cordiales. Agustín G. Mayor. 

Día del Veterano de Guerra

El día 2 de abril ppdo. se desarrolló el acto del “Día del Veterano de Guerra”, en el monumento ubicado en las calles 88-Jujuy y 79-Benielli de San Andrés al cual concurrimos y colocamos una corona de laureles en nombre de nuestro periódico por todos aquellos argentinos muertos en el conflicto del Atlántico Sur. Lamentablemente las condiciones climáticas adversas impidieron que el acto se desarrollara en la forma que la ”Asociación de Veteranos de Guerra por Malvinas de Gral. San Martín”, tenía proyectado, no obstante lo cual gran cantidad de público se acercó al lugar para participar del emotivo acto.

El día 2 de mayo y con motivo de recordarse un nuevo aniversario del hundimiento del Crucero ARA “Gral. Belgrano”, se desarrollo un acto en el mismo lugar y al cual también concurrimos y repartimos nuestro periódico entre el público presente.

Páginas recomendadas que se pueden ver en Internet

www.juanmanuelderosas.org.ar - Página oficial del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, donde se puede obtener información institucional, sobre cursos, conferencias, información y artículos de historia nacional.

www.sanmartiniano.gov.ar – Página del Instituto Nacional Sanmartiniano, donde se puede encontrar todo sobre la vida del Gral. San Martín, como así también una pinacoteca virtual sanmartiniana, mapas y fotos.

www.inb.gov.ar - Página Oficial del Instituto Nacional Browniano, donde se podrá obtener además de información institucional, todo sobre la vida del Almirante y de otros héroes navales.

www.odonnell-historia.com.ar/libros/index./htm - Se puede acceder y bajar el libro de Pacho O’Donnell “Juan Manuel de Rosas. El Maldito de nuestra Historia Oficial” y otras obras del mismo autor.

www.solazapallero.blogspot.com - El blog del Dr. Sandro Fabricio Olaza Pallero sobre historia argentina y americana. 

www.inb.gov.ar Página Oficial del Instituto Nacional Browniano, donde se podrá obtener además de información institucional, todo sobre la vida del Almirante y de otros héroes navales.

El primer grito de la independencia, 25 de mayo de 1809

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pags. 12 y 13 

A 200 años del primer grito de independencia en el Virreinato del Río de La Plata

Por Eduardo Rosa

 

Charcas, Chuquisaca o La Plata (1), la ciudad de los tres nombres era para Concolorcorvo la “más hermosa y bien plantada de todo el virreinato”.

Desde que se descubriera plata en la cercana Potosí, que llegó tener, en 1625 160.00 habitantes, lo que la hacía una ciudad más grande que Londres, la población de la zona había mermado al agotarse su riqueza.

Potosí y su cerro durante la época colonial


La vemos en 1809 con apenas 8.000 pobladores, indios, mestizos y blancos, en su mayor parte dependiendo de la universidad, de la audiencia o del obispado, lo que era una mezcla explosiva. Tan explosiva como el nombre de su zona, el “P'utusqsi”, de donde se deriva “Potosí”, que significa “explosión”, porque se cuenta que los incas ya habían descubierto la plata y cuando quisieron extraerla, una enorme explosión se los impidió, y por respeto a tanto celo telúrico no continuaron en su empeño.

Charcas fue fundada para ser cabeza del Virreinato del Perú y debió depender de Lima. Tuvo inmensas riquezas y solo le quedaron como fantasmas la magnificencia decadente de sus iglesias con altares de plata y la frustración de no ser.

Pertenecía, desde 1776 administrativamente al Virreinato del Río de la Plata, lo que era una frustración más para esa orgullosa ciudad, ya que debía depender de la lejanísima y poco ilustre Buenos Aires.

Actual Potosí. Al fondo el cerro Rico

La ciudad de los tres nombres y la triple corona por su audiencia real, catedral metropolitana y universidad Mayor era un nido de pleitos y discusiones, como toda población de funcionarios, canónigos, abogados y estudiantes y su mezcla de orgullosos hidalgos o comerciantes venidos a menos, en cuya sangre corrían parejos castizos blasones y orgullo indígena.

A fines de 1808 llegan rumores sobre la situación española que las autoridades tratan de ocultar.  Pero como no podía ser de otra manera, comienza la discusión en donde todos están contra todos.  Cada grupo de presión, sean clérigos, militares, jueces o autoridades trata de ganar un lugar en el previsible reacomodamiento de las cosas, hasta que de la Universidad de San Francisco Javier se propone el “silogismo de Chuquisaca”.

Premisa mayor: “Las Indias son un dominio personal del rey y no de España”.

Premisa menor: “El rey está impedido de reinar”.

Conclusión: “Luego las Indias deben gobernarse a sí mismas desentendiéndose de España”.

Desde enero de 1809 la ciudad se convierte en un infierno de discusiones.  Esto se agrava con la certeza de las operaciones de los “Carlotinos” que trabajaban para coronar en América a Carlota, esposa del rey de Portugal y hermana de Fernando VII rey español.  Era una maniobra bien pensada, que pondría un rey en América y políticamente paralizaría las represiones previsibles de España y Portugal.  Pero no interpretaba los deseos del pueblo.


El 25 de Mayo de 1809

Los estudiantes –impulsados por el joven tucumano Bernardo de Monteagudo– levantan al pueblo contra la entrega a los portugueses. A las 7 de la mañana del 25 de mayo la plaza Mayor se llena de gente; los canónigos echan a vuelo las campanas de la catedral a cuyo repique hacen eco todas las iglesias; la multitud exige la libertad de algunos presos; las autoridades acaban por concederlas.  Hay manifestaciones. El comandante militar, Alvarez de Arenales, plegado a la rebelión, organiza la defensa: moviliza e instruye a todos los hombres aptos para las armas y en poco tiempo reúne un ejército de 1.300 milicianos. Salen delegados: Mariano Michel va a La Paz, Bernardo de Monteagudo a Potosí y Manuel Moreno a Buenos Aires.

El presbítero Medina será la cabeza de la revolución, pero Domingo Murillo sería su alma. Hijo sacrílego de un sacerdote y de una india paceña, fue educado cuidadosamente por su padre. Este le deja el legado de una buena biblioteca, pero él debe trabajar de minero y luego de escribiente. Reinicia su carrera de leyes a los cuarenta años; obtiene el título en Charcas en 1805 y abre en La Paz su bufete especializado en la defensa de indios.

La noticia de los tumultos de Charcas llega a Buenos Aires en junio. En el Río de la Plata eran más fuertes los Carlotistas y eso inmoviliza el apoyo, dado el sesgo fuertemente contrario a la maniobra de los Carlotinos, entre los que se encontraba Belgrano.

De otra forma, la revolución Nacionalista de Charcas, que era mirada con simpatía y desconfianza, hubiera podido prender en Buenos Aires y junto a ella en todas las demás provincias cercanas y tal vez otra hubiese sido nuestra historia.

Lo cierto es que ya se cumplen los primeros 200 años del grito de independencia y esto se lo debemos a una ciudad que hoy se llama Sucre y está en Bolivia, aunque cuando se sublevó era parte de nuestro virreinato.

(1) Actualmente la ciudad se llama Sucre y es la capital constitucional e histórica de Bolivia (Nota del Director).

* * * * * * * * * *

Universidad de San Fancisco Xavier (o Javier)

Esta casa de altos estudios fue fundada en 1624, y tuvo una gran influencia en el Alto Perú.

En 1775 fue fortalecida con la creación de la Academia Carolina dedicada a la práctica del Derecho. Fue una escuela de dirigentes para la futura independencia, ya que en su tiempo era la única institución de estudios jurídicos de importancia en todo el Río de la Plata, al cual el territorio del Alto Perú había sido anexado en el año 1776.  


Casa de Gobierno de Rosas

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 11  

Casa de Gobierno de Rosas

 

Casa de gobierno de Rosas

El gran caserón que muestra la foto que comprendía casi media manzana, limitada por mitad de cuadra con la actual Bolívar, toda la cuadra de Moreno y la esquina de la actual calle Perú donde hoy hay un bar, fue el resultado de diversas modificaciones edilicias que se realizaron por orden de Rosas en la propiedad que originariamente fué de su suegro Juan Ignacio de Ezcurra - padre de Encarnación Ezcurra- y que él adquirió en 1838 a su suegra Teodora Arguibel y de otras propiedades linderas que él había ya comprado, en el año 1836. Rosas había habitado la casa de sus suegros, poco tiempo después de su matrimonio con Encarnación Ezcurra y permaneció en el lugar durante quince años. Esa casa también fue sede del gobierno rosista en la ciudad desde 1830 a 1832 y de 1835 a 1838.

Después de la batalla de Caseros, la casona, junto con los restantes bienes de Rosas y de sus hijos, fueron confiscados por el Gobierno de Buenos Aires y esa construcción sirvió entonces de residencia de los distintos gobernadores de Buenos Aires, -entre ellos el gobernador provisorio Vicente López y Planes- hasta que la gobernación de la provincia fue trasladada a la Ciudad de La Plata, convertida ésta en la capital provincial.

Esa casa, también fue sede de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1863 y durante poco más de veinte años y posteriormente también del Correo.

Fuentes: “La itinerante Casa de Justicia”, por Carlos Fresco, publicado en la revista “Abogados” de mayo-junio de 2005; “Casa de Gobierno de Rosas” por Fermín Chávez, “Iconografía de Rosas y de la Confederación”, Tº 2.

Juan Moreno

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 10 

J u a n   M o r e n o   

Juan Moreno. Óleo de Fernando García del Molino


Nació en la Banda Oriental, en la ciudad de Colonia, en la prime década del S. XIX. Siendo adolescente, su madre lo trajo a Buenos Aires. A principios de 1830, fue nombrado celador de policía. Cinco años mas tarde aparece como actor aficionado en una obra teatral. El 14 de marzo de 1848 fue nombrado jefe interino de Policía. Un año después, Rosas lo comisionó para el estudio y ejecución de la variación del nombre de varias calles de Buenos Aires. Moreno se destacó como hábil funcionario policial. Después de la caída de Rosas, mantuvo su fidelidad a su antiguo jefe, y siguió residiendo en Buenos Aires. Apoyó la sublevación federal del Coronel Hilario Lagos (Ver “El Restaurador” Nº 8, pág. 3) y el sitio a la Ciudad de Buenos Aires, y fue nombrado jefe de Policía con asiento en Barracas; pero al levantarse el sitio, emigró primeramente a su ciudad natal, en el Estado Oriental y luego volvió a nuestro país, para radicarse en Paraná, que en ese entonces era la capital de la Confederación Argentina. Al establecerse en Entre Ríos la Intendencia General de Policía –del territorio confederado– Urquiza lo nombró en el cargo de intendente general. Cuando en 1862 se produjo la desfederalización de Entre Ríos, fue designado primeramente secretario y luego jefe de la Jefatura Política de Gauleguay. Ejerciendo ese cargo falleció en esa Ciudad el 13 de mayo de 1868.

(Fuente: “Diccionario Histórico Argentino” de Fermín Chávez, Ediciones Fabro, Bs. As., 2005)  


El túnel - Conspiración unitaria

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pags. 10 y 11   

 

EL TUNEL

(Historia de otra conspiración unitaria)

Por la profesora Beatriz Celina Doallo

 

Emblema de la Policía

Los terrenos de la zona céntrica de la ciudad de Buenos Aires, especialmente en las adyacencias de la Plaza de Mayo, están horadados por túneles ligados, en algunos casos, con otros. Cuando las autoridades hispanas construyeron el Fuerte la experiencia les hizo practicar una galería subterránea que serviría de escape si la situación ataque de indios o de naves piratas lo exigía. Ese túnel es el único que se menciona en la documentación que se enviaba al Consejo de Indias, por lo que tiene el status de obra pública.

No ocurrió lo mismo con el resto; a medida que se edificaban otros edificios para actividades de gobierno, como la Aduana Nueva, o iglesias y conventos, se prolongó y bifurcó esa galería original, realizándose otras que comunicaban las recientes construcciones entre sí. Esas obras subsiguientes carecen de documentación oficial y se asegura que se realizaron con el mayor secreto, utilizando a indígenas que al concluir los trabajos eran devueltos a sus tolderías. Pese al sigilo, es poco creíble que la población ignorara tales obras por la extracción de enormes cantidades de tierra producto de las excavaciones y la presencia de los indios que trabajaban en las mismas. Un misterio equiparable con el del tesoro del virrey Sobremonte... 

Los túneles fueron olvidados y su existencia fue redescubriéndose durante las excavaciones para construir los grandes edificios que rodean la Casa Rosada y las líneas de subterráneos “C” y “D”; la mayoría estaban en malas condiciones, obstruídos por derrumbes, y fueron rellenados. Los que se hallaban bajo el antiguo emplazamiento del Fuerte se descubrieron en 1942 y en 1957 se utilizaron para instalar el Museo de la Casa de Gobierno.

En 1983 la Comisión de la Manzana de las Luces, ayudada económicamente por entidades extranjeras dedicadas a revalorizar monumentos y lugares históricos, hizo excavar, apuntalar y poner en condiciones de ser transitadas las galerías de su subsuelo, que ahora pueden recorrerse en visitas guiadas. Con el hallazgo de cada nuevo túnel la imaginación periodística y ciudadana ha dado rienda suelta a diversas hipótesis acerca de su existencia, que se pueden sintetizar en cuatro teorías:

1) Que fueron realizados para actividades clandestinas, tales como contrabando de esclavos y de mercancías.

2) Que se destinaban a refugio de los pobladores en caso de ataque de indios o de piratas, lo cual nunca ocurrió.

3) Que se hicieron para dar protección en caso de persecuciones religiosas, lo que es inaceptable puesto que la población era mayoritariamente católica y existía tolerancia hacia otras religiones.

4) Que eran canales de desagüe para conducir al río las aguas provenientes de fuertes lluvias o inundaciones. Esta suposición es tan inadmisible como la anterior porque varios túneles fueron construídos a una profundidad de quince metros, y Santa María de los Buenos Aires tenía sus desagües naturales con arroyos que, como el Maldonado, posteriormente fueron entubados.

No todos los túneles estaban conectados entre sí; se han hallado galerías subterráneas aisladas que tal vez fueron construídas para escondite, depósito de mercaderías o bodegas autorizadas, como las que en épocas actuales sirvieron para instalar El Lagar del Virrey en Recoleta o Michelángelo en San Telmo.

En La Gaceta Mercantil del 17 de abril de 1848 un artículo hizo referencia a la “posible existencia” de un túnel que llegaba hasta la calle Comercio (hoy Humberto 1º) en su esquina con Balcarce, donde estaba el Hospital de Hombres. Esa noticia, aparentemente sin relación con suceso alguno, fue la primera información de prensa relacionada con los túneles, y tuvo su correlato el 16 de mayo con la reproducción de una nota enviada, el 12 de ese mismo mes, por el Jefe de Policía Juan Moreno (1) al Juez de Primera Instancia en lo Criminal, doctor Eustaquio José Torres. En la misma le informaba que en febrero de ese año el Comisario de la Sección 2a –Buenos Aires estaba dividida en cuatro Secciones policiales– había descubierto en la fonda de la calle Belgrano 99 (numeración de la época) “la boca de una mina de explosión, cuya entrada principal se ubicó en el n° 97 de la misma calle”.

       En la calle Belgrano 97 había un almacén cuyo propietario se llamaba Claudio Stegman. En la comunicación al Juez, Moreno explicitaba su problema: si ese túnel es más bien una de esas minas de que hay tradición se hicieron en el país en otros años, o si se trata de un complot de los salvajes unitarios”. Esta última suposición tenía fundamento: la casa del Gobernador Juan Manuel de Rosas estaba en la calle Restaurador Rosas (actualmente Moreno), esquina Universidad (hoy Bolívar), y el túnel descubierto en la calle Belgrano era lindero con los fondos de esa casa.

Para cerciorarse Moreno se arriesgó a descender por el aljibe de una casa en Belgrano 93, y encontró a 5 metros de profundidad dos entradas subterráneas. Ingresó a ambas, las halló obstruídas y concluyó su examen por tener dificultades para respirar. Pasó el asunto a algunos técnicos para que continuaran la investigación; el ingeniero Felipe Senillosa fue el primero en informar que el túnel de Belgrano 99 era ”una mina de explosión construida hace poco tiempo”. El inglés Samuel Weigel, vecino del Partido de La Matanza, a quien se requirió su opinión por haber sido minero en su país natal y también en Famatina (La Rioja), estuvo de acuerdo con Senillosa. Los ingenieros Feliciano Chiclana y Saturnino Salas, y el coronel de Artillería José de Arenales, dibujaron planos de la dirección y ubicación de ese túnel y de los dos subterráneos que explorara Moreno, y dictaminaron que eran de construcción reciente, con lo cual se afirmó la hipótesis de que se trataba de una conspiración unitaria para volar la casa del Gobernador.

El asunto comprometía al almacenero Claudio Stegman, quien había hecho en su almacén algunas obras de construcción durante las cuales, por fuerza, debió ponerse en evidencia el túnel clandestino. Stegman negó que los obreros le hubieran informado acerca del mismo, que, por el estado en que se hallaba, había sido dejado inconcluso. La investigación de Moreno no pudo ir más allá y la concluyó enviando a Rosas los tres planos del túnel y sus bifurcaciones descubiertas, y un parte en que detalló las exploraciones realizadas y los informes de los técnicos.

En el parte Moreno hizo un poco de historia, mencionando otros túneles, uno de ellos realizado en 1806 para hacer volar el cuartel inglés de La Ranchería durante la primera de las invasiones inglesas y otro, de ese mismo año 1848, en los fondos del almacén ubicado en la calle Universidad 97, explorado a raíz de que alguien denunciara que allí existía un depósito ilegal de armas. El armamento no había sido encontrado y no se dio más significación a ese túnel hasta que los técnicos que trabajaron en el caso de la calle Belgrano 99 acordaron que había sido prolongado en parte hacia la casa de Rosas.

A mediados del año 1848 el túnel principal y los secundarios que convergían al mismo fueron rellenados y tapiados. Al parecer, Rosas restó importancia a las excavaciones y a la noticia de una conspiración de sus enemigos para volar su casa, matando a cuantos estuvieran dentro en el momento de la explosión. No era éste el primer intento para asesinarlo; ya en 1841 José Rivera Indarte había proyectado en Montevideo la máquina infernal que estuvo a punto de causar la muerte a Manuelita Rosas (2).

La casa de la ex calle de la Biblioteca, rebautizada del Restaurador Rosas y por último Moreno, pasó a poder de Manuelita como heredera de su madre, Encarnación Ezcurra, tras un largo juicio que finalizó en 1877 con sentencia favorable, aunque recién en 1885 pudo la hija de Rosas lograr que le entregaran la documentación que la acreditaba como propietaria. 

En el diario La Nación del 8 de agosto de 1886 apareció esta breve noticia:

“Antigua casa de Gobierno de la Provincia. El señor Missolz, que ofreció en venta al Gobierno Nacional la antigua casa de Rosas en la cantidad de $ 950.000 ha manifestado al Ministro del Interior estar autorizado por el señor Terrero (3) para hacer la propuesta. Se le pide que acompañe en su primer escrito un poder en forma para ser tomado en consideración.”

(1) Ver “La gran estafa - El robo a la Casa de la Moneda” en el N° 4 de “El Restaurador”.

(2) Ver “Es acción santa matar a Rosas” en el N° 8 de “El Restaurador”.

(3) Máximo Terrero, esposo y apoderado de Manuela Rosas.

Un día como el de hoy - Rosas

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 9   

1877 – 14 de marzo – 2009

(Publicado en el periódico “Informaciones” de Gral. San Martín el 14/3/2009)

 

Un día como el de hoy…

 

 

El 14 de marzo de 1877, un día con el de hoy, hace 132 años, moría a miles de kilómetros de su querida patria, Juan Manuel de Rosas, después de veinticinco años de forzado exilio.

Derrotado en Caseros, partió a Inglaterra, recaló en Southampton y allí se quedó para el resto de su vida. Para él no tenía importancia el lugar donde vivir, si no era el suelo patrio. Ya no vería los amaneceres de la Pampa, no tendría ya contacto con sus queridos gauchos e indios…

Dejó en Argentina todos sus bienes, sólo se llevó baúles y cajones con los papeles de su administración; esos papeles que le permitirían probar su honradez administrativa y su probidad en el ejercicio de la función pública y su defensa de la soberanía nacional. Confiaba en el juicio favorable de la historia.

Allá en ese extraño país extranjero trató de recrear “su” pampa, quizás para no extrañarla tanto... Arrendó una pequeña propiedad donde realizó construcciones y mejoras al estilo criollo, con sus ranchos, corrales, aguadas… recreando una estanzuela argentina. Como dijo un escritor, trasladó la Pampa a Inglaterra.

Todos sus bienes en Argentina, le fueron confiscados. Desde que llegó a Europa hasta que la muerte lo sorprendió, estuvo ocupado en el trabajo diario, para poder subsistir, pese a que cuando murió tenía 84 años.

No obstante estar tan lejos de la tierra que lo vio nacer, no modificó sus costumbres criollas. Siguió viviendo en la forma austera y honesta como lo había hecho aquí, en su tierra, en su residencia de Palermo ó en el campamento de los Santos Lugares –actual localidad de San Andrés–.

Fue uno de los principales hacendados de nuestro país y también una de las personas mas ricas. No se llevó riquezas. Pudo haber vivido como un príncipe en Europa, pero prefirió la sencillez. Fue y será ejemplo de honradez del funcionario público. Accedió al gobierno rico y se fue sin bienes, bienes que además había adquirido legítimamente.

Fue legalista y respetuoso de la ley al máximo. En su exilio siempre fue respetuoso de las autoridades que se sucedieron en nuestro país, la mayoría de las cuales habían sido sus enemigos políticos. Se negó a conspirar contra ellos para retornar al poder, no obstante habérsele propuesto por sus antiguos subalternos; no le hubiera resultado difícil haberlo hecho, teniendo en cuenta, que la campaña de Buenos Aires le seguía siendo fiel. Un estilo de esa época, cantado en las pulperías y en los fogones, decía entre otras cosas: “…Cuando vendrá ese Rosas, pa’ ponerse de su lao…”

“El Restaurador de las Leyes”, “El Gran Americano”, “El Padre de los Pobres”, “El Gran Cacique Pampa”, “El Gran Defensor de la Independencia Americana”, etc, como se lo llamó y conoció aquí en nuestro país y en el mundo, fue escarnecido y vilipendiado una vez que partió hacia el exilio. Se lo tildó de “tirano”, achacándole los más aberrantes crímenes, inclusive el de “haber hecho traición a la independencia de su patria”: ¿traidor a la independencia de la Patria?… él, quién más la defendió.

Conoció la traición de quienes se decían sus amigos. Como dijera un diplomático inglés “nunca hubo un hombre tan traicionado”.

Todavía hoy a tantos años de su desaparición física, su nombre sigue levantando las pasiones y las polémicas. Cada día son más quienes lo consideran la gran figura americana, quienes invocan su nombre y siguen su ejemplo.

Tuvo la dicha de la mejor compañía que pudo haber aspirado un argentino –ayer, hoy y mañana–. La dicha de haber tenido en su casa y en sus manos el sable corvo que le legara el Libertador San Martín. Ese fue el más grande homenaje recibido en su vida, no superado por nada y por nadie.  

                                                                              Norberto J. Chiviló

                                                               Director del periódico “El Restaurador”

Edward Jenner

  Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 9  

Edward Jenner

Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749 en Berkeley, condado de Gloucester, Inglaterra, donde también falleció un  26 de enero de 1823. Fue un afamado investigador, médico rural y poeta, cuyo descubrimiento de la vacuna antivariólica tuvo trascendencia definitoria para combatir la viruela, enfermedad que se había convertido en una terrible epidemia en varios continentes.

Edward Jenner

Por entonces la viruela se había convertido en una tremenda plaga que azotaba fundamentalmente a Europa y América, y en forma cuantitativamente seria; y si bien era difícil descubrir un método que la pudiera combatir, fue que Edward Jenner estando de visita en una granja, puso aguda atención a las palabras de una joven que aseveró: Yo no voy a enfermarme nunca de viruela porque estoy vacubada (esto era en razón a que la muchacha se dedicaba a ordeñar a las vacas).

De este razonamiento Jenner hizo una profunda investigación llegando a comprobar que todos los que realizaban esta tarea se habían inmunizado contagiándose de "viruela boba". La viruela boba es una leve manifestación de viruela que se produce casi siempre en las ubres de las vacas. Jenner, notó entonces que los que habían sufrido previamente viruela vacuna -enfermedad de las vacas que causa sólo síntomas de poca importancia en el hombre- demostraban resistencia cuando se exponían a la enfermedad, por lo tanto extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de su vaca lechera, y el 14 de mayo de 1796 inoculó a un joven llamado James Phipps (el cual no había padecido la afección), y a raíz de tal experimento dicho joven quedó inmune.

Fuente: Wikipedia, La enciclopedia libre.



Una de las imágenes originales de los dibujos que realizó Jenner de las primeras inmunizaciones en sus pacientes publicada en Londres en 1797