martes, 5 de agosto de 2003

Guernica - Estampa - Pablo Picasso


El día 5 de julio de 2003 en el semanario INFORMACIONES de la ciudad de general San Martín, del cual yo era suscriptor, fue publicado un artículo del Sr. Roberto Romeo Di Vita, sobre el famoso cuadro “Guernica” de Pablo Picasso, en el cual además de referirse al mismo se hacía mención a cuestiones políticas.

He aquí el artículo.

GUERNICA

Estampa


Por Roberto Romeo Di Vita


Hace pocos días se cumplieron sesenta y seis años de la creación de una de las obras más trascendentales de la humanidad. El cuadro Guernica de Picasso.


Dicen los entendidos que siempre habrá un antes y un después del Guernica, un antes y un después de los motivos que crearon esta obra monumental. El más siniestro bombardeo fascista contra una población indefensa.

Guernica era una villa de España, en la provincia de Vizcaya, célebre por su famoso roble, allí se reunían los ancianos y los representantes de los pueblos. Era un símbolo de libertad y dignidad de los fueros vascos.

Este pueblo vasco apoyó al gobierno popular de la empresa republicana que aspiraba a crear un cielo en la tierra. La bestia parda internacional, aliada de las corporaciones y los privilegios de los poderosos no podía soportarlo. De allí el bombardeo, de allí la destrucción y la matanza de miles y miles de pobladores, niños, mujeres, hombres y animales de Guernica.

Este cuadro no es una mera fotografía de un suceso, para ello está el periodismo que bien lo hace. Este cuadro es un óleo en blanco y negro de 3,51 x 7,82 metros. “Son miembros torcidos y lacerados que gritan de una barbarie de una violencia pasada. Son símbolos monstruosos, emblemas de una tragedia que supera el documento ocasional para insertarse en una dimensión eterna. En el Picasso de ese momento están el espíritu y la grandeza de Goya y los antiguos maestros románticos, pero con una sensibilidad nueva”.

Ahora es común ver como varios artistas e intelectuales reniegan de sus convicciones espartaquistas. Pablo Picasso, Pablo Neruda y Pablo Casals nunca traicionaron el ideal de justicia y solidaridad de sus eternas juventudes.

Como en dicho artículo se hacía una velada apología a la “empresa republicana que aspiraba a crear un cielo en la tierra” y por ende al régimen estalinista soviético que la apoyaba, a la vez que en el último párrafo se criticaba a “varios artistas e intelectuales (que) reniegan de sus convicciones espartaquistas”, contraponiéndolos a los tres Pablos: Picasso, Neruda y Casals “que nunca traicionaron el ideal de justicia y solidaridad de sus eternas juventudes”.

Di Vita hacía así una velada defensa también del compromiso ideológico de los tres Pablos hacia el comunismo, ya que esos artistas siempre se alinearon incondicionalmente con el régimen de Stalin, no obstante el conocimiento que se tenía sobre los crímenes y el genocidio que dicho régimen ejerció sobre vastas poblaciones de la Rusia soviética. En contraposición a dichos intelectuales, muchos otros, a los que Di Vita critica, abandonaron su militancia comunista al tener noticia de tales atrocidades que más que crear “un cielo en la tierra”, implantaron un verdadero infierno, donde tal ideología pudo hacerse del poder. Uno de los tantos intelectuales que dejaron de militar en el Partido Comunista, por ese motivo, fue el escritor argentino Ernesto Sábato.

Cabía a mi entender, aclarar un poco las cosas desde el punto de vista histórico, para que los lectores tuvieran una visión más clara del drama español de la guerra civil y sobre todo, lo relacionado con el bombardeo de Guernica.

Remití una colaboración a la dirección del mencionado semanario, publicándose el artículo de mi autoría en la edición del día 9 de agosto de 2003, que dice así:


A PROPÓSITO DEL GUERNICA

Por Dr. Norberto Jorge Chiviló

En la edición del día 5/7/03 salió publicada una nota sobre el “Guernica” de Picasso


A los fines de una mayor ilustración de los lectores, creo que es importante destacar algunos hechos de la historia europea que se desarrollaron durante el Siglo XX.

A raíz de la derrota sufrida por Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914/1918), esta se vio obligada a aceptar los duros términos del Tratado de Versalles, que entre muchas imposiciones y restricciones le impedía en el plano militar entre otros el desarrollo de la aviación, que por esos años ya se perfilaba como una de las armas más importantes en los futuros conflictos bélicos.

Al Reich alemán se le presentó la oportunidad de comenzar su rearme y evitar así las consecuencias de aquel tratado mediante un acercamiento con la Unión Soviética con la firma de un tratado de amistad en 1922 (Tratado de Rapallo) estableciéndose así un estrecho contacto entre ambos países que se extendió durante varios años.

Así y por ese Tratado de amistad, se instalaron en la Unión Soviética grandes fábricas de aviones con asistencia alemana y también entre los Estados mayores de ambos países se estableció un acuerdo para el entrenamiento de los jóvenes pilotos alemanes.

Cuando Hitler se hizo del poder en Alemania a principios de 1933, existían en Rusia en Lipezk una escuela de pilotos alemanes y en Yagi se desarrollaban prototipos de nuevos aviones y motores de aviación que serían la base de la naciente Luftwaffe.

Así el Reich alemán comenzó su rearme con la ayuda de la Rusia soviética.

Cuando en el año 1936 se produce la guerra civil en la infortunada España, allí se experimentarán y probarán nuevas armas y métodos de combate, principalmente por parte de las dos potencias, la Alemania Nazi y la Rusia soviética que apoyan a cada bando español enfrentado.

Por ello muchos de los aviadores alemanes que formaban parte de la “Legión Cóndor” que bombardearon Guernica a fines de abril de 1937, habían recibido adiestramiento en suelo soviético.

Stalin –de quien este año se cumplen 50 años de su fallecimiento- no solo envió material bélico a la España republicana –previo envío a la URSS del oro de las reservas de España- sino que aprovechó la ocasión para poner en práctica también los métodos propios de la dictadura staliniana, valiéndose del concurso del Partido Comunista Español, estableciendo una represión en toda la zona republicana, no solo contra los enemigos del bando contrario, sino también que la ejerció –y como!- sobre los propios partidos de izquierda y anarquistas.

Tal es así, que pocos días después del bombardeo de Guernica, comenzó en los primeros días de mayo de 1937 la represión stalinista contra el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), partidos y grupos anarquistas que se extendió hasta el final de la guerra civil y así, poco a poco el estalinismo fue tomando el control de la España Republicana, a través de las purgas y los grandes procesos, como también ocurría en esos tiempos en la URSS.

Dos años después en 1939 los “enemigos”, es decir la Alemania nazi (bestia parda) y la Rusia soviética (bestia roja) firmaron en Moscú el Pacto Ribbentrop-Molotov por el cual se repartían las zonas de influencia en Polonia y los países bálticos.

Pero bueno… esa es otra historia.