Publicado en el Periódico El Restaurador - Año III N° 11 - Junio 2009 - Pag. 2
EDITORIAL
Hace un poco
más de tres meses atrás, -cuando el número anterior de este periódico, se
encontraba en prensa- los argentinos nos sorprendimos por una noticia: El
personal militar perteneciente al Regimiento de Granaderos, que tenían su
asiento en Yapeyú -ciudad en la que nació el Libertador-, abandonaban por unos días la custodia del
templete que resguardan los restos de la casa natal del héroe de todos los
argentinos y tampoco participarían del tradicional desfile que se realizaría en
esa Ciudad como es costumbre todos los 25 de febrero, para celebrar el
nacimiento del General.
Con una
excusa pueril, se ordenó a esos efectivos de Granaderos acantonados en Yapeyú,
su desplazamiento a
Así, el día
que se cumplía el 231º Aniversario del nacimiento del Gral. San Martín, ningún
miembro del regimiento que él creó se encontró en Yapeyú. El templete quedó sin
la guardia correspondiente por primera vez, desde que fue construido y el
tradicional desfile cívico militar tampoco contó con su presencia, ni de otras
fuerza militares. TODO UNA VERGÜENZA.
El motivo de
tamaño desatino: la situación creada entre
Desde estas
páginas no tomamos partido alguno, sino simplemente señalamos humildemente un
hecho que consideramos como una afrenta a la memoria de nuestro Libertador y
que ningún argentino puede convalidar ni aprobar y que cada uno también juzgará.
Esperemos que hechos de esa naturaleza no se vuelvan a repetir.
Nuestro
máximo prócer, como un cóndor, está por encima de toda bandería política y
pertenece a todos los argentinos. Merece el respeto y reconocimiento de todos
por lo que nos dejó y por su ejemplo permanente, y ese respeto y consideración debe
ser mayor por quienes circunstancialmente ejercen el gobierno.