sábado, 5 de febrero de 2022

Alberto Mondragón - José Félix Aldao

A mediados de la década del '60 Alberto Mondragón redactó unas breves biografías bajo el título "Figuras rosistas", que fueron publicadas en distintos periódicos y revistas (Revista o períódico El Puente, Revista Doctrina, entre otras). 


FIGURAS ROSISTAS 

(Revista El Puente)


Décima sexta Figura

JOSÉ FÉLIX ALDAO



Alberto Mondragón
La leyenda negra del “fraile” ALDAO ha pasado a ser historia. Tanto a López (Vicente Fidel), Ramos Mejía y a Sarmiento les cabe el perpetuar la sangrienta memoria de que un miembro de la Iglesia pasa a ser un fraile apóstata; un valiente soldado de las guerras de Independencia a un bárbaro montonero; como hombre de Rosas a un adicto al “tirano”, y como patriota Federal a un loco embrutecido por el alcohol.

El Brigadier General JOSE FELIX ALDAO era natural de Mendoza (n. 11 de octubre de 1780), hijo legítimo de Don Francisco Esquivel Aldao y de Doña María del Carmen Anzorena. La familia se completaba con dos hermanos de José Félix de nombre José y Francisco

La singular personalidad de ALDAO se inicia para 1817 como agregado al Regimiento Nro. 11 del Cnel. Las Heras en calidad de Capellán del Ejército de los Andes, ya que pertenecía hacía 15 años a la orden de los Dominicos Predicadores, y debe dejarse constancia que su conducta sacerdotal había sido intachable, pero debe también saberse que su consagración eclesiástica lo fue en cumplimiento del póstumo deseo de su padre más que de propia iniciativa.

De cualquier manera, parece evidente que su profunda vocación lo arrastraba a la milicia, porque no fue Capellán ni dos semanas. Quince días de fuego patriótico bastaron para quemar quince años de fuego sagrado.

Reseñar la Campaña Andina del Libertador Gral. San Martín, donde el Tte. ALDAO hasta llegar a Coronel actuó firme y decididamente, es reseñar las acciones donde le cupo destacarse: Guardia Vieja, Chacabuco, Curupaligüe, Gavilán, Costa de San Vicente, Asalto a Talcahuano, Cancha Rayada y Maipú en Chile, y Campaña de la Sierra, Valle de Jauja, Puertos Intermedios, etc., en el Perú, que le valieron múltiples condecoraciones, pero para José Félix ALDAO, una medalla concretaba sus gloriosas cicatrices: “Yo fuí del Ejército Libertador”.

Hasta aquí la recia estampa del “fraile guerrero” audaz hasta la temeridad, para saber de su antes figura rosista para ensamblar su  prestigiosísima personalidad —rama del gran tronco federal— con Juan Facundo Quiroga y Juan Manuel de Rosas, que con la misma pasión de patria se puso al servicio de la Confederación.

Su vida pública como político comienza en su Mendoza en 1825 conjuntamente con su hermano José, en los enfrentamientos entre unitarios y federales. Para 1827, el gobernador Corvalán le encomienda la formación de un Escuadrón de Granaderos a Caballo y las milicias “Auxiliares de los Andes”.

El nefasto 1828 —motín del 1ro. de Diciembre y posterior asesinato de Dorrego—  inclinan a ALDAO a la vinculación nacional con Quiroga y Rosas enfrentando a Paz y la Liga Unitaria; actúa pasionalmente en los encuentros de Oncativo y La Tablada, se llega a La Ciudadela, y ya serenado el país después del Pacto Federal, cabe a ALDAO tres importantes misiones: la gobernación de Mendoza, la expedición al desierto en el ala derecha y por fin en la destrucción del levantamiento de la “Coalición del Norte”, batiendo al Cnel. Acha y al gobernador Brizuela de La Rioja, más también en encarnizada lucha es vencido en Angaco.

La Pax Federal después de “Rodeo del Medio” le permite dedicarse a gobernador de Mendoza. Esta gobernación se destaca por el rigor impuesto a los unitarios, contra los que tanto habían perjudicado a la Confederación, imponiendo por medio de un célebre decreto la calificación de “locos” a los unitarios y atención médica para tratarlos, pero por otro lado les respetaba la vida y por lo visto la salud. Otra atención preferente lo fue el control aduanero con Chile como medida proteccionista, y consecuente con la política de Rosas efectúo expediciones pacíficas contra los indios, etc.

Atacado de un mal incurable es atendido por orden de Rosas por el cuñado de éste, el talentoso Dr. Rivera, pero nada pudo hacerse falleciendo el 19 de Enero de 1845.

El historiador David Peña al estudiar a éste meritorio argentino enlodado por la calumnia, le dedica esta frase:  Al Brigadier General Don JOSÉ FELIX ALDAO: “Yo no exalto: te defiendo de la pasión tormentosa que ha cubierto tu recuerdo con un tendal de crímenes, y te señalo la luz de la verdad histórica como expresión de una  edad que elaboró el destino de esta Nación”.


Alberto A. Mondragón