jueves, 3 de agosto de 2023

Teniente Roberto N. Estévez - Carta a su padre - Guerra de Malvinas

 REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA

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  En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años. 

En el diario La Prensa del día 15 de diciembre de 1988, fue publicado el siguiente artículo sobre el teniente Roberto Estevéz.

In memorian Roberto Néstor Estévez 
Los que arrancan carteles sobre un héroe de Malvinas

por Manfred Schönfeld


Carta del teniente Estévez a su padre
Con una lamentable demora de tres semanas, debida sin duda a algún traspapelamiento de correspondencia, llegó tan sólo ahora a nuestras manos una carta —cuyo texto trascribimos—, adjunto a la cual venía un “afiche”, el contenido del cual será asimismo reproducido en la presente nota.
La carta nos la hizo llegar el teniente primero José Luis D'Angelo Rodríguez, en aquel entonces —no sabemos si todavía ahora— recluido en la prisión militar de encausados “Campo de Mayo”, según constaba al pie de la misiva. Con fecha 25 de noviembre del año en curso, nos expresaba lo siguiente;
“En primer lugar discúlpeme por no haberlo esperado. En el desarrollo de esta nota quedará explicado por qué no lo hice.
“No sé si Ud. me recordará. Yo, por mi parte, soy lector suyo. Mi nombre es José D'Angelo Rodríguez y soy teniente primero del Ejército. Actualmente estoy detenido en la prisión militar de Campo de Mayo por haber participado en el episodio de enero en Tucumán. Me han dado un franco que aprovecho, sin acertar el tiempo, para venir a verlo.
“El motivo es el siguiente: un grupo de oficiales jóvenes, entre los que me cuento, ha querido homenajear a un héroe desconocido como es el teniente Roberto Estévez. Hemos juntado plata nos hemos ido a una imprenta y hemos concretado este afiche (le dejo dos ejemplares) que es, ante todo, pensamos, un reconocimiento a la hidalguía, al coraje y a la coherencia de un auténtico héroe. Por fin, con los afiches en la mano, aquellos que gozan de libertad han salido a pegar unos mil por el centro. Curiosa actitud la de la gente, según se ha comprobado. La mayoría se detiene a leer su, quizás, demasiado texto.
“Otros, sin embargo, han arrancado los afiches.
“Y aquí va mi pedido. Nos gustaría mucho que Ud., defensor de la primera hora de lo épico de la gesta de Malvinas, hiciera un artículo sobre Estévez, su ejemplo para la juventud, el olvido al que lo han relegado durante 6 años, hasta las sucesivas conducciones del Ejército Argentino, y la actitud de la gente ante el homenaje.
“Si todo va bien, este domingo (por el día 27 de noviembre pasado) se va a hacer otra pegatina y ya se han enviado al interior.
“Confiamos en que Ud. sabrá interpretar nuestro pedido.
“Desde ya le agradecemos muchísimo su atención y quedamos a sus órdenes. (Fdo.) D'Angelo. Prisión Militar de Encausados Campo de Mayo”.

Ultima carta de un joven héroe
Como explicamos más arriba, lamentablemente este mensaje llegó de modo muy tardío a nuestras manos. No pudimos, pues, satisfacer el deseo que nos fue manifestado, al menos no en forma debidamente oportuna. Creemos, sin embargo, que vale la pena reproducir no solamente el texto de la carta del teniente primero D'Angelo Rodríguez, sino también todo el contenido de aquel afiche que “otros, sin embargo, han arrancado...”
El afiche en cuestión se titula “Argentina tiene héroes”, después de lo cual aparece en él una fotografía de la cabeza —de perfil y con su boina—, debajo de la que se lee “Tte. 1 Post Mortem Roberto Néstor Estévez”, en tanto que flanquean el retrato las frases “Por la dignidad del Ejército” y “Dio su vida por Dios y por la Patria”.
Seguidamente, se reproduce en el afiche el texto de una carta que damos a continuación. Está dirigida al padre del guerrero y fue dejada por ese último en la localidad de Sarmiento, Chubut, antes de pasar a Malvinas. Dice así:
“Sarmiento, 27 de marzo de 1982 
“Querido papá:
“Cuando recibas esta carta, yo ya estaré rindiendo cuenta de mis acciones a Dios, Nuestro Señor.
“El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero, fíjate vos, ¡Qué misión! ¿No es cierto? ¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas nuestra soberanía?
“Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que este hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra patria.
“Lo único que a todos quiero pedirles es:
“1) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la cruz de Cristo.
“2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza y, muy importante,
“3) Que recen por mí.
“Papá, hay cosas que en un día cualquiera no se dicen entre hombres, pero hoy debo decírtelas: Gracias por tenerte por modelo de bien nacido, gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy, que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar.
“Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
“Un fuerte abrazo.
Dios y Patria ¡o muerte! 
“Roberto”.

Un relato testimonial
El “afiche” contiene, asimismo, la reproducción de pasajes de un relato hecho, acerca de cómo peleó y murió el teniente Estévez, por el soldado clase 1963 Rodríguez. Estos pasajes fueron publicados en una edición especial del diario “Tiempo Argentino”, página 10, publicada en mayo de 1983. Dicen así:
“... Llegó a mi posición el teniente Estévez herido con dos balazos en el cuerpo, en la pierna derecha y en el brazo, que lo tenía colgado. Llevaba el arma con el otro y la radio. Me preguntó si estaba herido, que lo de él no era nada (...) seguía dando órdenes y haciéndonos sostener el combate, mientras él con su único brazo sano se comunicaba con el puesto comando, dando toda la información sobre el enemigo. Estaba hablando por radio a mi lado cuando recibió otro balazo en la cabeza que le entró por el pómulo derecho. El impacto del proyectil lo tiró para atrás a Estévez. Yo ya no tenía miedo ni nada. Era como que esperaba tener a tiro a algún inglés, o lo mato yo a él o me mata a mí. Y el teniente desangrándose... Hubo un momento en que rozaron dos esquirlas en la cabeza y el teniente Estévez que agonizaba en silencio, me habla, me dice que me ponga el casco de un muerto. Me caían los hilitos de sangre por la cara. Cuando me volví a mirarlo, mi teniente Estévez había muerto...”.

La condecoración
La condecoración otorgada post mortem dice: “La Nación Argentina al heroico valor en combate” y es dada al teniente don Roberto Néstor Estévez, del Regimiento de Infantería 25. El mérito guerrero que se señala es “dirigir un contraataque durante la noche, en una zona ocupada por fuerzas enemigas, para permitir el repliegue de efectivos propios comprometidos. Pese a resultar seriamente herido continuar en acción, ocupar el objetivo asignado y mantenerlo en situación desventajosa, rechazando sucesivos ataques, oportunidad en la cual ofrenda su vida”. El “afiche” cierra con la frase:
“Por la dignidad de la patria tu pueblo no te olvida”.

Estupor
¿Y qué ha de añadir quien esto escribe al texto arriba reproducido y que pudiese expresar de modo más conmovedor lo que uno siente al leer la última carta del joven héroe y el relato sencillo acerca de su hazaña?
Únicamente tal vez una manifestación de estupor ante la información de que hubo quienes arrancaron el afiche. Sí, estupor y vergüenza de estar conviviendo en el mismo suelo y bajo el mismo cielo con los que perpetraron semejante atentado. Y también con aquellos que, sin llegar a tales extremos de vandalismo autodenigratorio, se muestran hostiles o indiferentes frente a la causa de las Malvinas y frente a sus héroes, muertos lo mismo que sobrevivientes...