REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
En el número correspondiente al mes de junio de 2010 del mensuario El Observador de San Martín, fue publicado el siguiente artículo.
Desde Cevallos a Rosas
LA LARGA "GUERRA CONTRA EL MALÓN" EN NUESTRO PAÍS
por HERIBERTO AUEL
Los malones que asolaron la frontera Sur de Buenos Aires se iniciaron con la fundación misma del Virreinato del Río de la Plata. Tan es así que el primer plan fue elaborado por el Cap. Grl. Pedro de Cevallos, en 1776, para arrojar a los “indios alzados” más allá del Río Colorado. Este plan no se ejecutó.
A partir de 1820 los sucesivos gobiernos patrios intentaron terminar con “la industria del malón”. Las tres campañas que se ejecutaron durante el gobierno de Martín Rodríguez fracasaron.
Recién en 1833 llega la posibilidad de cumplir con el objetivo de Cevallos, al hacerse cargo de la campaña un hombre conocedor del indio y de las pampas argentinas, Juan Manuel de Rosas, durante el gobierno de Balcarce. Rosas había pedido un millón y medio de pesos pata los expedicionarios, que fueron acordados por la Legislatura, pero que nunca llegaron a destino. Las operaciones se desarrollaron con el apoyo de las víctimas de los malones: los estancieros.
Esta vez el planeamiento fue detallado, acorde con la personalidad del comandante. Hábilmente Rosas comprometió al Grl. Bulnes —luego presidente chileno— para el comando de la columna “derecha”, que debía arrojar a los araucanos —victimarios de los aborígenes argentinos— hacia el Este de la cordillera. A última hora Bulnes debió alejarse, por presiones políticas internas del país vecino. El otro renunciante fue el Br. Grl. Quiroga, nombrado Comandante en Jefe, que manifestó “no conocer la guerra contra el indio”.
No encontraron en su avance solo tribus aborígenes extranjeras, sino también “blancos corrompidos” —comerciantes intermediarios que en combinación con funcionarios propios y del país vecino facilitaban el tráfico ilegal a través de la cordillera— y “blancos renegados” —como los hermanos Pincheira— que traficaban en combinación con los malones.
El Plan Alsina y el Plan Roca
Hasta Caseros, la inercia de los éxitos de la campaña de 1833 se mantuvieron, pero a partir de allí, al agravarse nuestra guerra civil durante la guerra del Paraguay, el malón avanzó nuevamente.
Recién en 1876 el Ministro de Guerra Adolfo Alsina reactivara “la guerra contra el malón”. Derrota a Catriel, Pincén y Namuncurá, que habían llegado nuevamente a orillas del Río Salado, en las puertas de la ciudad de Bs. As. y a lo largo de dos años construyó su famosa “zanja”, de quinientos Kmts. de largo, desde el Sur de Córdoba hasta Bahía Blanca.
La actitud estratégica de Alsina era netamente defensiva. Sobre la zanja, había “guardias” cada cinco Kmts. y “fortines” cada treinta a cincuenta Kmts., cubiertas por diez o quince “guardias nacionales”, —los “soldados patrios” —, las primeras y por cincuenta a cien, los segundos. Esos argentinos pasaron allí años, sin paga ni abastecimiento alguno, como bien lo relata Hernández. El malón siguió perforando la línea de la zanja y la persecución siempre era tardía, a pesar del lastre del botín con destino al Pacífico, que se medía en miles de cabezas de vacunos y decenas de personas, en cada incursión.
En 1877 el ministro Alsina muere en campaña y asume el Gral. Julio Argentino Roca. Su actitud es opuesta a la de Alsina. Propone una actitud ofensiva, llevando la guerra contra el malón al territorio argentino “ocupado”. Su plan es aprobado por la ley del Congreso Nro. 947, que establece la creación de la Gobernación de la Patagonia, con capital en Viedma —entonces Mercedes de Patagones—. La campaña se sufragaría con las tierras a recuperar al “malón”.
La campaña se desarrolló en dos fases: en la primera, se organizaron las columnas y se inició una tarea de exploración y reconocimiento. En la segunda, el avance simultáneo de las cinco columnas hacia el Sur. Roca estableció su Cuartel General en la Isla Choele-Choel y luego avanzó hasta la confluencia de los ríos Limay y Neuquén En ésta campaña, que permitió establecer los límites del actual Estado Argentino, murieron mil trescientos indios de lanza, en combate. Se tomaron catorce mil prisioneros —lo que demuestra que no hubo intención de eliminar al indio, sino al malón—. Se recuperaron miles de cabezas de ganado y mil setecientas cautivas. Todo ello con la cooperación de “indios amigos”. Se incorporaron al territorio nacional quince mil leguas cuadradas de territorio, integrándose la Patagonia al resto del territorio nacional. En consecuencia, se expandió la inmigración, se produjo una verdadera revolución agropecuaria y la Argentina se colocó entre los principales países del mundo, a fines del Siglo XIX, El Grl. Roca, poco tiempo después, como Presidente de la República firmará con el presidente chileno Errázuriz los Pactos de Mayo, que abrieron el camino a los definitivos tratados de límites sobre los Andes. De su gestión de gobierno están presentes, como testimonios edilicios que son orgullo de Bs. As la Casa Rosada, el Congreso de la Nación, el palacio del Correo Nacional, el Banco de la Nación o el Puerto Madero, entre otros. Por meras razones ideológicas, hoy se está tergiversando esta gran verdad histórica y debemos entender que quienes no se apoyan en el pasado glorioso, van tumbo a su autodestrucción. Dejemos de odiarnos a nosotros mismos.