REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
El artículo que publicamos a continuación, salió en el diario La Prensa el el año 1986, pero cuya fecha exacta no tenemos registrada.
LA CANCILLERÍA A CONTRAMANO DE LA SOBERANÍA
¿154 O 4 AÑOS DE POSESIÓN INGLESA?
por Ovidio Pracilio
“El que recupera, conforme a derecho, la posesión indebidamente perdida, se entiende, para todos los efectos que puedan redundar en su beneficio, que la ha disfrutado sin interrupción”.
Principio jurídico universal
El principio jurídico de aceptación universal que nos sirve de acápite, significa que la jurisprudencia universal, desde la época del Derecho Romano, y tanto en derecho privado como público, interno de un país o internacional, tiene aceptado que, cuando una posesión a título de dueño comienza, la anterior concluye ipso facto desde el instante mismo en que la nueva posesión del dueño tiene lugar, si la anterior tenía por origen el despojo.
El gobierno argentino, por la Cancillería, expidió recientemente un comunicado en el cual reconoce que la posesión inglesa sobre las islas Malvinas tiene 154 años de antigüedad. Y parece inconcebible que se haya podido efectuar semejante declaración, tan favorable a los intereses británicos como contrarios a la verdad jurídica y a los altos intereses de nuestros derechos soberanos sobre las islas y archipiélagos del Atlántico sur.
Miles de abogados a sueldo
Cuesta creer que un gobierno que paga sueldos a miles de abogados, muchos de los cuales están en el Ministerio de Relaciones Exteriores, ignoren o sean obligados a ignorar, por mezquinas razones políticas antipatrióticas, que la reconocida posesión inglesa de 154 años no es tal, ya que ella fue interrumpida el 2 de abril de 1982.
En un artículo mío que se publicó en “La Nueva Provincia” el 1° de abril de 1984, titulado precisamente: “Lo que Inglaterra perdió el 2 de abril”, decía que el hecho cumplido en esa fecha marcó un hito en la historia del secular conflicto que por los archipiélagos tenemos con Inglaterra, ya que ésta perdió ese día de 1982 su posesión que obtuvo el 3 de enero de 1833, cuando fuerzas británicas de la corbeta “Clío”, comandadas por el capitán Onslow, desembarcaron en las Malvinas expulsando violentamente a los representantes legítimos del gobierno argentino instalados allí desde el 27 de octubre de 1820, cuando llegaron a bordo de la fragata “Heroína”, comandada por el coronel norteamericano David Jewett, quien venía sirviendo en la Armada de nuestra República desde hacía ocho años.
Posesión perdida
Y eso es lo que Inglaterra perdió el 2 de abril de 1982, ya que eso no podrá hacerlo valer nunca más jurídicamente: la posesión anterior a esa fecha, ya que en ésta se produjo la nueva posesión argentina interruptiva y extintiva de la anterior. Y la soberana y patriótica expresión de voluntad con que el pueblo avaló y ratificó el hecho que se cumplió ese día, llevaba implícita una orden a sus representantes en el gobierno: la de que no deben reanudarse las negociaciones ni las relaciones con el gobierno enemigo usurpador, mientras éste pretenda insistir en querer hacer valer derechos de una posesión anterior que ha quedado extinguida, y mientras niegue el derecho soberano de nuestra República.
Los jefes militares que integraban la Junta Militar en abril de 1982, que cumplieron por ello prisión rigurosa, jamás podrían haber sido castigados por haber dispuesto y ejecutado el acto de posesión de las Malvinas que el pueblo avaló con sangre de sus hijos, ya que ese acto, que ahora ignoró la Cancillería en beneficio de Inglaterra, fue de indiscutible beneficio para los intereses supremos legales soberanos de la Nación. Y es lamentable y penoso que el gobierno actual pretenda ocultar al pueblo la real importancia de aquel acto como le negó la posibilidad de celebrar la fecha histórica en que el mismo se cumplió.
Pero la mayoría del pueblo, con la infalibilidad de su instinto, ni se equivocó entonces ni se equivoca ahora.
Lesiva para el honor nacional
Por lo expuesto, considero que ha sido totalmente equivocada y lesiva para el interés y el honor nacional, la declaración del gobierno reconociéndole a Inglaterra derechos de posesión no interrumpida sobre las Malvinas de 154 años, cuando tal posesión ilícita, adquirida por la usurpación y por la fuerza, fue legalmente interrumpida y extinguida cuando la Argentina recuperó nuevamente su posesión y la mantuvo hasta que nuevamente le fue arrebatada también por la fuerza. Igualmente lesivo para el honor nacional y favorable al interés británico fue el enjuiciamiento, por el actual gobierno, de los integrantes de la Junta Militar que ordenó y ejecutó la reocupación de nuestras islas y archipiélagos, con lo cual hizo perder a Inglaterra la posesión secular que ilícitamente detentaba desde 1833, reocupación que, repetimos, el pueblo argentino avaló inmediatamente de un modo prácticamente unánime, y de cuya ratificación no se arrepintió hasta ahora y sin duda la ratificaría nuevamente.
Una paz no argentina
La paz gestionada o aceptada, como ocurrió con la mediación papal en la cuestión del Beagle y cuya política parece subsistir, no será nunca la paz argentina, sino la paz chilena o inglesa, aunque la firmen mansos, tibios, desvanecidos y antipatriotas negociadores, a quienes el pueblo no dejará algún día de pedirles rendición de cuentas, recuperando, además, lo que en legítimo e indiscutible derecho le corresponde.