jueves, 30 de junio de 2022

Mayoría - Rosas - Sábato

REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA

103 


Juan Manuel de Rosas
En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.

Con el diario Mayoría  del miércoles 20 de noviembre de 1974, se publicó un suplemento de 80 págs. con motivo de la proclamación oficial del "Día de la Soberanía", de la sanción de la ley nacional 20768/74 disponiendo la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas y de la ley sancionada por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, derogando la ley 139 del 28 de julio de 1857. 

En dicho suplemento se han publicado artículos de diversos escritores e historiadores, que incluímos en este Blog.


Sobre la injusticia de un exilio póstumo

por Ernesto Sábato 



Rosas
Ernesto Sábato

En muchas oportunidades, como en una carta a Clarín en 1966, afirmé que es una triste muestra de inmadurez política y espiritual el exilio póstumo de don Juan Manuel de Rosas. Un hombre que luchó por la soberanía nacional contra potentes enemigos de fuera, así como contra los argentinos que desde dentro los apoyaban; en una época en que no había organismos internacionales que permiten exponer y hasta condenar las agresiones, cuando un pequeño país solo podía confiar en la decisión, el coraje y el honor de sus hombres.

Sus adversarios mencionan una extensa lista de errores y de violencias, pero no mencionan los errores y violencias que ellos mismos cometieron. Sea como fuere, una nación no se logra con la negación sistemática de los que contribuyeron a su fundamento, sino sobre el diálogo de buena fe, la crítica constructiva y el reconocimiento de los hechos positivos del adversario, por encima de las diversas maneras de entender la complejísima realidad política y social. Y si no miremos cualquier país maduro, Francia, por ejemplo, donde las arduas querellas no han intentado borrar los nombres de los grandes conductores; donde hasta los más acérrimos enemigos de Napoleón caminan todos los días por la calle Bonaparte y por las avenidas que conmemoran sus batallas.

Aquí, en cambio, en esta ciudad de Buenos Aires, hay calles que celebran la memoria de modestos concejales, por el solo mérito, quizá, de haber promovido la lucha contra el tabaco o exigido salivaderas en los lugares públicos; pero no hay una sola calle, y mucho menos uva avenida, para hombres como Rosas o Quiroga.