domingo, 24 de abril de 2022

Invasiones Inglesas - Montevideo

 REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA

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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.

En la revista El Tradicional  N° 85 de abril de 2008, se publicó este artículo de Guillermo Palombo. 


Milicias urbanas de Montevideo 

Por Guillermo Palombo


Invasiones inglesas

Ilustra esta nota una acuarela de Francisco Ferrer Llul, que muestra cuatro figuras correspondientes a las milicias urbanas de Montevideo. Son, por su orden: húsares voluntarios del gobierno; batallón de tropas ligeras partidarios españoles de la Campaña; voluntarios del Río de la Plata e Infantería Ligera de Montevideo. En esta oportunidad nos ocuparemos solamente de los dos primeros cuerpos militares, y damos noticia sobre otro, no incluido en la lámina, pero de imprescindible consideración: los Miñones de Montevideo. En otra nota nos ocuparemos, del Regimiento de Voluntarios del Río de la Plata, al mando de Prudencio Murguiondo, y de la Infantería Ligera, a órdenes de Juan Balbín de Vallejo, en virtud de que ambos cuerpos fueron creados después de pasada la segunda invasión inglesa, con la finalidad de dar guarnición a Montevideo.


Húsares Voluntarios Del Gobierno

El 8 de octubre de 1806, el marino francés Hipólito Mordeille (capitán del buque corsario español “El Dromedario”, que se había destacado en la Reconquista de Buenos Aires) presentó al gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro, un extracto con las condiciones bajo las cuales debía levantarse el Cuerpo de Húsares del Gobierno que propuso. El 13 de ese mes, Ruiz Huidobro proveyó que Mordeille se dirigiese al virrey para que éste resolviese al respecto. Mordeille ofrecía formar un cuerpo de trescientos veinte hombres que no estaban alistados en ningún cuerpo, con la siguiente planta: un comandante, un segundo comandante, siete capitanes, siete tenientes, siete sargentos, siete cabos y un cirujano, con los que se formarían seis compañías de cincuenta hombres cada una, y otra de veinte hombres para el manejo de dos cañones. Servirían indistintamente en mar o en tierra, dentro o fuera de la plaza de Montevideo y harían el servicio ordinario en ella siempre que se estimase conveniente para alivio de su guarnición. La propuesta constaba de doce artículos. En el artículo 1° Mordeille declaraba que serviría en el nuevo cuerpo gratuitamente, a su costa. El artículo 2° (y lo ratificaba el artículo 12°) fijaba los sueldos mensuales pagaderos por la Real Hacienda: 50 pesos al segundo comandante Francisco Fournier y a los siete capitanes; 30 pesos a los tenientes y el cirujano; 20 pesos a los sargentos, 16 pesos a los cabos, y 14 pesos a los soldados. El art. 3° determinaba que los oficiales y tropa quedarían sujetos a las leyes militares prescriptas en las ordenanzas generales del Ejército, y subordinados a todos los superiores de Ejército y marina. Por el art. 4° se estableció que “prestarán juramento de fidelidad a las banderas ante el jefe que se destine para el efecto”, disponiendo el art. 5° “Que la bandera que este cuerpo usará, será roja con las Armas del Rey” (es decir las banderas comunes de la caballería determinadas por el Reglamento de Milicias de 1801, por tratarse de un cuerpo del arma, en la especialidad de húsares). El armamento, de acuerdo al art. 6°, sería de “fusil, sable, dos pistolas y canana”. En punto al vestuario,  el artículo 7° dispuso “Que el uniforme ha de ser chaqueta y pantalón azul, con ojales de oro los oficiales y de lana los soldados, casquete negro con la cucarda y plumero encarnado, media bota y corbatín negro”, aclarando el artículo 8° “Que la chaqueta y pantalón de los oficiales y soldados y el casquete de éstos será pagado del donativo del 2 % que contribuye el comercio para aumento de sueldo de las tropas”. Los arts. 9° y 10° establecían la autoridad militar que dispondría la entrada del cuerpo en operaciones y la circunstancia de que fuera de servicio debían depositar su armamento en casa de su comandante. El artículo 11° disponía que la unidad recibiría dos cañones del calibre de a 8 con su armón y correspondientes municiones.

El 15 de octubre Ruiz Huidobro elevó la propuesta al virrey Sobremonte, quien en esa misma fecha proveyó: "Vista esta propuesta de don Hipólito Mordeille con que manifiesta su dedicación y celo por el servicio de Su Majestad en las circunstancias en que se halla esta Plaza amenazada de invasión con considerable número de buques a la vista, ya que conviene aumentar por todos términos su defensa, se aprueba por este Superior Gobierno con la satisfacción que merece tal objeto, en que contraerá un apreciable y recomendable mérito, y en su virtud será reconocido por comandante del cuerpo de voluntarios que va a formar con las clases de oficiales, sargentos, cabos, cirujano y sueldos que propone en consideración a ser destinado al servicio de tierra y de mar, según lo exijan los casos, facilitándosele por el señor gobernador el armamento que sea posible en el concepto de que los que presentase armados en revista de comisario entrarán desde el propio día a sus goces, y sucesivamente conforme se fuesen presentando con tal que estén efectivamente armados, concediéndoseles la bandera y vestuario en los términos y por los medios que solicita y prestando el juramento de fidelidad a ella ante el sargento mayor de la Plaza. Asimismo se le proveerá de los dos cañones que pide y para que tenga efecto a la mayor brevedad dicho establecimiento se insertará este oficio al señor gobernador para que por su parte expida las órdenes correspondiente a su cumplimiento”.

El 4 de noviembre, Mordeille se dirigió nuevamente al virrey, solicitando una ampliación del número de plazas, puesto que le indicaba como necesarios, en cada una de las siete compañías, dos sargentos y tres cabos “para que puedan cuidar, como es debido, de la instrucción, gobierno y policía de la tropa”, y que se dotara también al cuerpo con los tambores y clarines de ordenanza, fijándose su prest. Reclamó, además, que se fijara el sueldo de Fournier como sargento mayor. Sobremonte proveyó el 6 de noviembre: “Declárase que en cada compañía de las del cuerpo de Húsares Voluntarios debe aumentarse un sargento y dos cabos, y por defecto de tambores dos trompetas o clarines para todo el expresado cuerpo, éste y aquéllos con el sueldo que por Reglamento de Milicias regladas disfrutan sus trompetas, y que lo respectivo al sargento mayor el que gozan los de igual clase de la Infantería veterana conforme al Reglamento de la provincia y tomándose razón en las Cajas Reales de esta Ciudad y Tribunal de Cuentas comuníquese al señor Gobernador de ella para su inteligencia”, todo lo cual se cumplió (La documentación citada y transcripta obra en cuatro originales manuscritos y una copia testimoniada en Archivo General dela Nación, Sala IX, legajo 3-1-1). Mordeille, conocido como “el Manco”, murió valientemente durante el asalto británico a la ciudad de Montevideo, la noche del 2 al 3 de febrero de 1807. De su personalidad se ha ocupado Mario Falçao Espalter, “Hipólito Mordeille corsario francés al servicio de España (1804-1807)”, en Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, t. II, N° 2, Montevideo, 1922, págs. 473 y siguientes.

 

Batallón de partidarios Españoles o partidarios de la campaña de Montevideo

Juan Vázquez Feijoo se dirigió al virrey Sobremonte por nota fechada en Montevideo el 15 de diciembre de 1806 proponiendo la creación de un Batallón “de Partidarios Españoles”, solicitando que se le fijara a sus integrantes un sueldo mensual de doce pesos. Según planilla anexa, firmada por él y datada en la misma fecha y lugar, dicho Batallón tendría la siguiente composición: una Plana Mayor (con un teniente coronel; un segundo comandante y sargento mayor; un ayudante mayor, un subteniente de bandera, y un tambor mayor), y cuatro Compañías, compuestas cada una de ellas por las siguientes plazas: un capitán, un primer teniente; un segundo teniente, un subteniente, un sargento primero, dos sargentos segundos, dos tambores, cuatro cabos primeros, cuatro cabos segundos y ochenta y ocho “partidarios”. En total, cada compañía tendría ciento cinco hombres, y el batallón cuatrocientos veinte. Por decreto marginal, de fecha 18 de diciembre de 1806 el virrey Sobremonte aprobó la propuesta, pero modificándola: habría tres oficiales en las cuatro compañías, agregando en cada una de ellas un oficial veterano, en tanto que suprimió al segundo comandante y al tambor mayor (Nota de Juan Vázquez Feijoo al Excmo. Señor [virrey], Montevideo, 15-XII-1806, en Archivo General de la Nación, Sala IX, legajo 3-2-3, folio 504). Vázquez Feijoo reforzó su propuesta, y en providencia marginal a su nota, el virrey decretó el 22 de diciembre: “Se concederá al proponente que forme su Batallón de Tropa Ligera con el título de Partidarios de la Campaña de Montevideo sobre el pie que designa mi decreto de 18 del corriente”. Designaba a Juan Trigo como capitán “teniendo las calidades que expresa y las de honrado nacimiento”. Dispondría de 200 fusiles. Y la recluta se llevaría a cabo en una y otra banda del Río de la Plata, pero con exclusión de Buenos Aires. Y, en cuanto a la uniformidad, la providencia establecía: “el vestuario se le dará por la Real Hacienda, que solo ha de constar de chaleco abotonado, botón dorado, dos camisas, un pantalón ancho hasta el tobillo, que pueda para corbata y gorra francesa de paño azul con manga, por defecto de sombreros”. (Nota de Juan Vázquez Feijoo al virrey Sobremonte, Montevideo, 21-XII-1806, en Archivo General de la Nación, Sala IX, legajo 3-2-3, folios 503 y 509).

 

Miñones de Montevideo

El 16 de julio de 1806, Rafael Bofarull y José Grau y Font, fecharon en Montevideo una propuesta de Reglamento (de siete artículos) para la Compañía de Voluntarios Miñones Catalanes, que presentaron al gobernador de esa Plaza, Pascual Ruiz Huidobro, quien en la misma fecha admitió la proposición. La compañía estaría integrada por un efectivo de entre ochenta a cien hombres, y cada uno de ellos se costearía, de su peculio, el uniforme, que, según el artículo 5° sería de “pantalón y chaqueta azul con centro y vuelta amarilla, media bota, sombrero redondo y escarapela o cucarda que les de el gobierno” (art. 5), y su armamento, que conforme al art. 6° consistiría “trabuco de mano o carabina, sable y pistolas o en su defecto un hacha o un machete y canana al frente” (El texto del Reglamento y su aprobación ha sido publicado en la Revista Histórica (Montevideo), tomo IV, págs. 92-93 y por Ricardo R. Caillet-Bois, “Miñones y franceses en la Reconquista y Defensa de Buenos Aires”, Buenos Aires, publicación del Instituto de Estudios Históricos sobre la Reconquista y Defensa de Buenos Aires, 1806-1807, Peuser, 1947, págs. 126-127).