REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
Publicamos a continuación una noticia aparecida en el diario La Prensa del día 30 de diciembre de 2006, que tiene que ver con el tema del "genocidio" indígena, por enfermedades traídas por los europeos.
Una plaga similar al ébola habría diezmado a los indígenas mexicanos
México (AP) - Las epidemias que aniquilaron a casi el 80% de la población indígena de México a finales del siglo XVI, décadas después de la conquista española de 1521, podrían no tener nada que ver con enfermedades traídas por los europeos, sino con una fiebre mortal propagada por roedores que causaba una hemorragia, indican estudios de investigadores mexicanos. Las epidemias en 1545 y 1576 en México pudieron ser causadas por ratas migratorias durante ciclos de sequía —o ratas que se vieron desplazadas de montañas y hábitats vírgenes que fueron colonizadas por mineros—, según señalan recientes teorías que han desatado un acalorado debate en los círculos académicos mexicanos.
Cualquiera de estos dos escenarios anularía la leyenda negra que acusa a los españoles de haber provocado la muerte de millones de indígenas con una serie de enfermedades que trajeron del Viejo Continente.
Un informe médico sobre las epidemias, que estuvo perdido durante cientos de años, describe que una fiebre causaba fuertes hemorragias, similares a las que provoca el virus Ébola, se propagó entre la mayoría de la población indígena.
A BORBOTONES
“La sangre salía de sus orejas y en numerosos casos, salía a borbotones de la nariz”, escribió el doctor Francisco Hernández, un médico de la corona española que presenció la epidemia de 1576 y efectuó una serie de autopsias. “Casi ninguno salvarse”, agregó
El epidemólogo graduado en Harvard Rodolfo Acuña Soto, profesor de microbiología en la Universidad Autónoma de México, ordenó la traducción del texto de Hernández del latín y luego realizó sus propias investigaciones en las zonas donde las ratas pudieron propagar la enfermedad por orina y heces.
La teoría de Acuña Soto, en la que sustenta que las epidemias fueron producto de una fiebre hemorrágica de los nativos, contradice la hipótesis de que fueron causadas por el virus de la viruela traído por los españoles.
“Esto no era viruela”, acota Acuña Soto. “La patología no concuerda”.
Es cierto que enfermedades típicas de Europa en el siglo XVI, como la viruela, el sarampión y la fiebre tifoidea, mataron a millones de indígenas en la primera década tras la conquista de 1521. Los habitantes del Nuevo Mundo no contaban para ese entonces con sistema inmunológico expuesto a esos virus.
Sin embargo, las epidemias que aniquilaron a gran parte de los indígenas ocurrieron de 30 a 50 años después de la conquista, cuando muchos de ellos probablemente desarrollaron cierta inmunidad a las enfermedades europeas.
Las epidemias de 1545 y 1576 infectaron hasta el 90% de la población indígena y mataron a cuatro de cada cinco infectados. Normalmente morían uno o dos días después de contraer el mal.
Si bien no existen estadísticas confiables de la población azteca en el siglo XVI, se calcula que había entre seis y 25 millones, Lo que si está claro es que millones de personas murieron y para 1600 sólo quedaban 2 millones.