REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En la revista El Tradicional N° 89 de mayo de 2009, se publicó el siguiente artículo de Guillermo Palombo.
Las milicias del interior del virreinato del Río de la Plata (1808-1809)
por Guillermo Palombo
La invasión napoleónica a España
que provocó en 1808 el derrocamiento del rey Carlos IV, quien debió abdicar a
favor de su hijo, el príncipe de Asturias, que tomó el nombre de Fernando VII,
y la prisión de éste, provocó el levantamiento en armas del pueblo de Madrid,
el 2 de mayo, y la insurrección general contra el invasor. Varios reinos de la
Península designarán juntas provinciales de regencia a nombre del monarca
cautivo, en Asturias, Galicia, León, Valencia, etc., quienes juraron fidelidad
al nuevo monarca, cautivo. Ellas se centralizaron en la Junta Suprema Central,
formada en septiembre, que se arrogó la representación de toda la Nación y en
1809 se trasladó a Sevilla. Dicha corporación designó virrey y capitán general
de las Provincias del Río de la Plata al teniente general Baltasar Hidalgo de
Cisneros. Pero antes de que tal suceso ocurriera, no sólo que se erigieron
varias juntas en el Río de la Plata, sino que los españoles europeos creyeron
necesario formar sus propias milicias en prevención de futuros e inciertos
sucesos. De los cuerpos milicianos creados en esos tres años pueden
reconstituirse, por surgir así de documentos originales, los correspondientes a
los batallones de Voluntarios del Río de la Plata, de Infantería Ligera del Río
de la Plata (a los que me he referido en un artículo anterior) y en Buenos
Aires los de Granaderos del General Liniers (en que se convirtió la antigua
Compañía de Granaderos de Infantería) y de Infantería Ligera de Carlos IV en
que se transformó el homónimo escuadrón de carabineros. De estos dos últimos
cuerpos no hay iconografía.
La compañía de Granaderos de
Infantería, que era de milicias disciplinadas, a propuesta de su comandante el
capitán Florencio Terrada, por acuerdo de la Junta de Guerra del 16 de octubre
de 1807, fue elevada a batallón (4 compañías de a 60 hombres) para guardia de
honor del Capitán General con la denominación Batallón de Granaderos del
General Liniers (a) de Buenos Aires, y su organización confiada a Terrada,
mantuvo su antiguo uniforme (Acuerdo de la Junta de Guerra, Bs. As., 16-X.1807,
en Archivo General de la Nación [en adelante A.G.N.], Actas de la Junta de
Guerra, Sala IX, legajo 26.6.9, Acta N° 146).
Por su parte, Lucas
Fernández, 2° Comandante de los húsares cazadores (cuerpo respecto del cual el
11 de septiembre de 1807 la Junta de Guerra dispuso que hiciera el servicio de
tropa ligera de infantería), el 16 de septiembre propuso a Liniers la formación
de nuevo cuerpo de 300 hombres, de talla proporcionada, con la denominación de
Batallón de Granaderos de Carlos IV, pidiendo ser su comandante con grado de
coronel y como 2do comandante y sargento mayor propuso, con grado de teniente
coronel, a Juan Florencio Terrada, Capitán de Granaderos de Milicias de la
Capital. Propuso: “Será la uniformidad, pantalón y chaleco blanco, casaca larga
grana, forro blanco, botón dorado, cuello y vuelta negra con los vivos
opuestos, ojales amarillos, gorra granadera con plumero blanco, todos con
bigote, y fornitura blanca cruzada” y fuera de formación y para el servicio
particular de Plaza “usarán sombrero apuntado”. El 16 de octubre se admitió la
propuesta de desmontar el escuadrón de Carlos IV y formar un cuerpo de
infantería ligera con la denominación de Cazadores de Carlos IV, con efectivo
de 300 hombres (6 compañías) que Fernández ofreció vestir (Acuerdo de la Junta de
Guerra, Bs. As. 11-IX-1807, A.G.N., Actas de la Junta de Guerra, Sala IX,
legajo 26.6.9, Acta N° 132, art. 1°. Lucas Fernández al Capitán General, Bs.
As., 16-IX-1807 en A.G.N., Sala IX, legajo 28.8.3. Acuerdo de la Junta de
Guerra, Bs. As., 16- X-1807, en A.G.N., Acuerdos de la Junta de Guerra, Sala IX,
legajo 26.6.9, Acta N° 150).
En el presente artículo,
ofrezco la lámina de Luis de Beaufort (a quien continúo rindiendo mi cumplido
homenaje en toda esta serie, con mis investigaciones en el Archivo General de
la Nación), que contiene los figurines de las compañía urbanas de Pardos y de
la de Nobleza, de la ciudad de Córdoba; de Voluntarios Patriotas creada en San
Juan en 1808, y desde 1809, a los Cuerpos de Milicias del Honor de la Ciudad de
la Plata (o de la Nobleza) y de Voluntarios del Comercio de Potosí, las
Milicias de Tupiza del Alto Perú, que comento con los documentos de la época.
Compañías de pardos y nobles
de Córdoba
El 6 de noviembre de 1808 el
gobernador intendente de Córdoba, Juan Gutiérrez de la Concha, remitió al
virrey Liniers copia de una representación de “lo más distinguido de este
vecindario, solicitando formar un cuerpo, para sostener a todo evento los
legítimos derechos de nuestro augusto soberano el señor don Fernando VII y las
autoridades que a su nombre mandan, sin permitir las alteraciones que con dolos
y escándalos vemos se intentan introducir”. Liniers, el 19 de noviembre aprobó
la creación de la compañía de Nobles, que denominó “Fiel Tercio de Fernando VII”.
Por oficio n° 291, fechado en Córdoba el 28 de ese mes, Gutiérrez de la Concha
le informó que sólo había llenado la plaza de 2do. Comandante, en calidad de
ayudante, con José Javier Díaz (quien andando los años sería gobernador de la
provincia), a la sazón teniente coronel del regimiento provincial de caballería,
y que todos los individuos de la nueva compañía querían servir en calidad de
“meros soldados”. El gobernador intendente solicitó que, “siendo el uniforme
azul que se les asigna con vuelta, collarín [y] solapa encarnada y centro
blanco, el que han usado y usan en esta ciudad los Cuerpos de Pardos, me han
pedido suplicase a Vuestra Excelencia que para diferenciarse de los de aquella
clase se digne concederles que la vuelta, collarín y solapa, sean de color
anteada”. Petición que Liniers aprobó el 22 de diciembre. De modo que los
Pardos (mulatos) vistieron casaca azul con divisa encarnada, y centro (pantalón
y chaleco) blanco y los Nobles el mismo uniforme pero con la divisa anteada
(A.G.N., Intendencia de Córdoba, legajo 16 (1808), Sala IX, legajo 6.1.4).
Milicias de Tupiza
El cura vicario de la villa de Tupiza, Mariano de la Torre y Vera, el 17 de julio de 1809 informó a Benito Antonio de Goyena, Juez Real Subdele gado del Partido de Chichas, que en virtud de la orden del gobernador intendente de Potosí de “acuartelar doscientos hombres, aumentando ciento al otro igual número, que tenía ya acuartelado y pagados con el objeto de mantener la tranquilidad” de ese Partido ante la sedición ocurrida en la ciudad de La Plata, dispuso uniformarlos asu costa: “tengo ya en mi casa (escribió el cura doctrinero) los efectos necesarios para los doscientos uniformes, sin que falte más que el paño colorado para los collarines, vueltas y solapas, y los botones que llegarán en breve de Potosí, donde he ocurrido por todo”. Goyena, respondió al día siguiente haber tomado conocimiento del uniforme “que deberá ser todo azul con vueltas, solapas, y collarines encarnados, en los términos que verbalmente me ha expresado” (A.G.N., Potosí, legajo 19 (1809), Sala IX, legajo 6.5.2)
Voluntarios del comercio de
Potosí
El 31 de julio de 1809, en la
casa del segundo comandante Juan Mariano de Ibarguren, situada en la
“Fidelísima Imperial Villa de Potosí”, se reunieron los oficiales electos para
integrar el Cuerpo del Comercio, que se iba a instruir en el manejo de las
armas, y al tratar de la uniformidad e instrucción del nuevo cuerpo
resolvieron, según consta en el acta que al efecto se levantó, y cuya copia se
conserva, que el uniforme consistiría de “casaca grana; vuelta, solapa, y collarín
de terciopelo negro, vivos blancos, botón dorado, en los dos extremos del
collarín flor de lis bordada de oro, con centro blanco, media bota fuerte,
fornitura negra de vaqueta, sombrero elástico con escarapela encarnada y plumaje
blanco” (A.G.N., Potosí, legajo 19 (1809), Sala X, legajo 6.5.2).
Voluntarios patriotas de San
Juan
La compañía de Voluntarios Patriotas de San Juan fue crea da en 1808. Mateo Antonio Domínguez de Otero, sargento mayor graduado de teniente coronel, residente y vecino de la ciudad de San Juan, en 1808 se presentó por escrito ante el virrey Liniers mencionando que para diferenciar al nuevo regimiento o compañía de las milicias de esa capital y demás ciudades interiores, acompañaba un diseño del uniforme que podían usar los oficiales y tropa, a saber: “casaca azul, cuello, solapa, y vueltas encarnadas, con visos de lo mismo, botón amarillo, con galón del propio color en el cuello y en las vueltas del ancho de una pulgada, dos cifras en las extremidades del cuello que digan Voluntarios Patriotas de San Juan en el lado izquierdo, y en el derecho, de Fernando Séptimo: centro blanco, botín y corbatín negro, plumaje colorado, y banda carmesí”. La propuesta fue aprobada por Liniers por decreto marginal del 28 de noviembre de 1808 (A.G.N., Solicitudes Militares, libro 2 (Ch-L), folios 53 y 53 v°. Sala X, legajo 13.1.2)