Publicado en el Periódico El Restaurador - Año I N° 3 - Junio 2007 - Pags.14 y 15
PARTICIPACION DEL NIÑO JUAN MANUEL
EN LAS HEROICAS JORNADAS
DE LA RECONQUISTA Y DEFENSA
DE BUENOS AIRES
Por el Dr. Norberto Jorge Chiviló
Es común que aquellos historiadores y escritores adscriptos a la historia “oficial”, de mediados del Siglo XX, para acá, cuando se refieren a la vida de don Juan Manuel de Rosas, afirmen que no había tomado parte en las invasiones inglesas y que no se había presentado a tomar armas contra el invasor por cobardía. Si tomamos al pié de la letra tal expresión, Juan Manuel ciertamente no “intervino” en las invasiones inglesas, ya que no fue un soldado inglés que invadió nuestra tierra, sino que combatió contra ellas. En cuanto a lo de cobardía –no obstante no ser verdad– no advierten la corta edad que tenía en esos momentos Juan Manuel.
Ahora bien: ¿intervino Juan Manuel de Rosas en las heroicas jornadas de la Reconquista (1806) y de la Defensa (1807) de la Ciudad de Buenos Aires contra el invasor británico?.
Cuando se desarrollaron aquellas memorables jornadas (1806 y 1807), Juan Manuel contaba con 13 y 14 años de edad respectivamente, ya que había nacido el 30 de marzo de 1793. Ello nos permite hablar del niño o joven Juan Manuel.
Podemos afirmar que Juan Manuel, pese a su corta edad, no sólo participó en aquellos gloriosos hechos de armas, combatiendo al invasor, sino que lo hizo de manera destacada, mereciendo la distinción honorífica de sus superiores.
Estandarte
del Regimiento de Migueletes
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Juan Manuel incorporado después por orden de Liniers en el regimiento de milicias de caballería de Migueletes, prestó servicios el 5 de julio de1807 en la Defensa de Buenos Aires y donde también después de los hechos, sus padres recibieron notas de felicitación de los jefes el Alcalde Martín de Alzaga (para su madre) y de Juan Miguens (para su padre).
En el año 1830 se publicó y tuvo amplia difusión el “Ensayo Histórico sobre la Vida del Excmo. Sr. D. Juan Manuel de Rosas, Gobernador y Capital General”, que no firmó pero que sí escribió Pedro de Angelis y que fue impreso en la Imprenta del Estado. En el mismo textualmente se lee: “…Frecuentaba (Rosas) la escuela de D. Francisco X. Argerich, cuando se verificó la primera invasión de los ingleses en este país, que puso en armas a todos sus habitantes. El joven Rosas, de edad de sólo trece años, se arrojó intrépidamente entre los combatientes, y peleó al lado del mismo general Liniers. Fue este su primer paso en una carrera que debía recorrer con tanto brillo. Cuando se pensó en organizar otros regimientos para precaverse contra la segunda expedición al mando del general Whitelocke, se enroló voluntariamente en el cuerpo de Miqueletes de caballería, uno de los más distinguidos por su bizarría”.
Ese mismo año en el N° 1 del periódico “El Gaucho”, que editaba el tucumano Luis Pérez, salió publicada una biografía de Rosas en verso. En la parte referente a los hechos de los cuales estamos hablando, dice:
“Estuvo en la Reconquista/ A Liniers incorporado/ Y en un inglés ya puso/ Su faconsito el Pelado.
Este era el nombre que entonces/ Le daban allá en el pago/ Después se llamaba el Rubio/ Y hoy el patrón mas amado.
Soldado era miquelete/ Cuando Guiteló atacó/ Y con su corto afilado/ En la aición se distinguió”.
El Diario de la Tarde del día 11 de octubre de 1851, publicó un testimonio de Carlos G. de Ezcurra, allí se decía: “Después de la invasión de esta ciudad por las armas británicas al mando del general Juan Whitelocke, el joven Rosas, ardiendo desde su infancia con amor Patrio, solicitó y obtuvo de sus padres la anuencia para enrolarse en el Cuerpo de Caballería Migueletes Voluntarios Distinguidos”.
Durante toda su vida Juan Manuel de Rosas se jactó de su participación en aquellos hechos de armas y en la prensa de Buenos Aires (La oficial Gazeta Mercantil y otros diarios y periódicos), se hacía referencia constante a aquella participación.
En su vejez y residiendo como exiliado en Southampton en carta que escribió el 2 de mayo de 1869 a su amiga Josefa (Pepita) Gómez, Rosas le dice: “De 13 años en 1806, me presenté voluntario al Ilustre y noble amigo de mis padres, el Excmo. Señor General Dn. Santiago Liniers. Me destinó a un cañón para conducir cartuchos. Tengo la carta honrosa que me dio para mi Madre, al siguiente día de terminada la victoria” y también en la misma carta confirma también su presencia en los hechos de 1807 como soldado de caballería de Migueletes y dice también tener entre sus papeles dos cartas que acreditan su comportamiento en los combates que dirigiera don Martín de Alzaga a su madre y de Juan Miguens a su padre.
Cuando se hicieron las publicaciones mencionadas mas arriba, se encontraban en Buenos Aires muchísimos de los que habían combatido a las tropas invasoras. Sabían quien había combatido y quienes no lo habían hecho. Si en aquellas publicaciones se hubiera mentido, hubiera sido una mentira con las patas bien cortas, como vulgarmente se dice.
Por el contrario, ninguna voz se levantó para desmentir lo que se afirmaba. También no debe olvidarse que la “Comisión Argentina”, conformada por residentes argentinos tanto en Santiago de Chile como en la plaza de Montevideo, integrantes del partido unitario y enemigos acérrimos de Rosas, que manejaban periódicos como El Progreso de Santiago de Chile en el cual escribía Sarmiento y El Comercio del Plata, El Nacional, Muera Rosas, El Constitucional, El Conservador, etc. de Montevideo, donde escribían los grandes personajes del partido unitario: Valentín Alsina, Varela, Rivera Indarte, Frías y otros, no hubieran dejado pasar la oportunidad para desmentir lo que se había afirmado en Buenos Aires acerca de la participación del Restaurador de las Leyes, cuando de joven combatió a los invasores.
El senador nacional, profesor universitario, periodista y escritor Dr. Ricardo Caballero, en “Rosas, sobre todo, argentino”, dijo: “Don Justo Domínguez, sargento de Arribeños durante las invasiones inglesas, guerrero presente, después, en todos los campos de batalla de América, fallecido en Ballesteros, viejo, en 1883, inflamaba a sus oyentes refiriéndoles las proezas del héroe de los gloriosos combates de las calles de Buenos Aires, que no era otro que el Restaurador de la leyes, don Juan Manuel de Rosas”.
Este artículo fue publicado en el periódico “Informaciones Semanales” el día 5 de Agosto de 2006.