Publicado en el Periódico El Restaurador - Año I N° 3 - Junio 2007 - Pag. 8
Cabildo Abierto del 14 de Agosto
LA FORMACION DE FUERZA MILITARES
Dos días después de reconquistada Buenos Aires, el 14 de Agosto se reunió un Cabildo Abierto, en el cual se decidió quitar el mando político y militar al Virrey Sobremonte. Avisado este de lo decidido delegó el mando de las tropas en Santiago de Liniers, reservándose el gobierno del resto del virreinato. La Audiencia asumió el poder político de Buenos Aires.
En setiembre de 1806, el comodoro inglés Pophan bloquea con sus navíos la ciudad de Montevideo. Buenos Aires, teme ser atacada otra vez y se prepara para la defensa.
España, debido a que el poder naval inglés domina los mares, se ve en la imposibilidad de mandar fuerzas a sus colonias. El Virreinato queda librado a su propia suerte. Cuenta la historia que después del 14 de agosto, el Cabildo mandó a Pueyrredón como representante a España para pedir auxilios materiales, milicias y armamentos, habiendo éste recibido de las autoridades peninsulares la siguiente respuesta:
“Que las colonias se defiendan como puedan”.
“Que las colonias se defiendan como puedan”.
Liniers convoca a todos los hombres aptos para tomar las armas y se organizan nuevos batallones. Estos cuerpos militares se identifican con el lugar de nacimiento, y sus propios jefes y oficiales son elegidos por sus integrantes. Se forma el Regimiento de Patricios, integrado por criollos, entre otros, por “jornaleros, artesanos y menestrales pobres”, a cuyo frente fue elegido el Coronel Cornelio Saavedra. Ese Cuerpo y ese Jefe tendrán años más tarde (Asonada del 1º de enero de 1809 y sucesos de Mayo de 1810) un desempeño destacado y decisivo en la historia patria.
También se formaron los batallones de Montañeses, Catalanes, Andaluces, Gallegos, Asturianos, Arribeños (del Norte del Virreinato), Migueletes, Húsares, de Indios, Pardos y Morenos y otros.
Estos batallones se ejercitan diariamente en el uso de las armas, marchas y maniobras y artes de la guerra.
“A toda hora, continuos ejercicios de las tres armas. Las formaciones y acampamientos generales eran continuos y del más bello espectáculo, hasta allí no conocido en Buenos Aires. El 15 de enero de 1807 se realizó una revista general de las tropas de la ciudad en el campo de Barracas. A las dos y media de la mañana salieron de la Fortaleza cien tambores, seguidos de brillantes bandas de música, y rompiendo la generala marcharon las tropas en larga columna por la calle de Santo Domingo (hoy Defensa) hacia el lugar del acampamiento, a donde llegaron a las cuatro de la mañana. El pueblo, y principalmente el bello sexo, alborozado, alegre, jubiloso, se puso en movimiento, precipitándose en pos de las tropas que marchaban ya a pie, ya a caballo o en carruajes de toda especie... A las ocho de la mañana hubo misa y a las diez se pasó revista general por las autoridades. Después vivaqueó la tropa, para lo cual el Cabildo había costeado el pan y el vino, dando un barril por compañía. La gente que acompañó al lugar a los soldados, también comió en el lugar y en casas vecinas. Las músicas de los distintos cuerpos atronaban el aire con sus sonidos. A las siete de la tarde regresó el ejército a la ciudad…” (Francisco Seguí, en sus memorias)