REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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Capitán de Fragata Pedro E. Giachino |
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Capitán de Fragata Pedro E. Giachino |
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Guillermo ACUÑA ANZORENA (Línea Popular): “Han sido 150 años de negociaciones diplomáticas, lo que es una expresión de paz con que la Argentina enfrentó originalmente este problema. Las permanentes evasivas ante esas gestiones configuraron otro acto de agresión y la Nación ha decidido reparar sus derechos lesionados y el gobierno puede cumplir con su deber en la seguridad que el pueblo lo va a hacer suyo”.
Oscar ALENDE (Partido Intransigente): “Estamos gozosos de poder asistir a un hecho trascendental en la vida del país. Entendemos que es un acto de decisión y arrojo que hace honor al gobierno y a las Fuerzas Armadas argentinas. Creo que en los problemas referentes a la soberanía no puede haber dos opiniones. Son problemas que concitan la unidad nacional y en el caso especial de las Malvinas, esto adquiere una fuerza significativa por el respaldo unánime del pueblo para encarar con decisión la alternativa".
Álvaro ALSOGARAY (Centro): “Cuando se cuenta con el respaldo de un derecho tan indiscutible y tan universalmente reconocido como lo es el de la Argentina sobre Malvinas, todo acto tendiente a ejercerlo en su plenitud no sólo está justificado, sino que es imperativo”.
Mario AMADEO (ex canciller): “Las Malvinas y sus dependencias son argentinas y por lo tanto nuestro país no debe declinar en ningún terreno la defensa de sus derechos".
Eduardo ANGELOZ (UCR): “El acontecimiento que conmueve con patriótica emoción a la Nación entera sirve para poner de manifiesto que en los grandes rumbos, en las orientaciones supremas de la Patria, nos unimos todos... Argentina ha recuperado en ejercicio legítimo de sus derechos históricos su soberanía enervada en su realidad hasta ayer...”
Manuel ARAUZ CASTEX (excanciller): “La solución armada será tal vez la que nos dé la solución definitiva del problema. Existe la alternativa de la negociación frente a la acción bélica, pero no hay que olvidar que una definición bélica es la continuación de la diplomacia”. “Luego que las Fuerzas Armadas tomaron las Malvinas, ahora sí y ante el hecho consumado, es posible que se pueda desarrollar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas las negociaciones pertinentes”.
Carlos AUYERO (Democristiano): “Frente a esto los argentinos galvanizamos nuestro frente interno. Ahora esperamos que se comprenda que así como se defendió la soberanía en el plano territorial se rectifiquen rumbos y se afirme la soberanía política del pueblo y se rescate la independencia económica”.
Deolindo BITTEL (Justicialista): “Las Fuerzas Armadas, por vía de hecho han reivindicado para nuestro país lo que en derecho le corresponde, por haber sido despojado de una pertenencia hace más de 150 años. Esto reconforta a la ciudadanía argentina, por cuanto es el ejercicio de nuestra soberanía política y puede ser el comienzo de una aspiración nacional como es la de recuperar nuestra soberanía económica. Esperemos que el derecho internacional y los países de América sean solidarios con nuestra actitud, por cuanto no se ha hecho sino recuperar lo que legítimamente es nuestro”.
Oscar CAMILION (excanciller): “Es indispensable que ahora la Corona inglesa reconozca la necesidad impostergable de restituir la soberanía de las islas sin dilaciones ni pretextos ya demasiado reiterados. Si esta prudente decisión es afortunada, Inglaterra encontrara sin duda una Argentina dispuesta a negociar con el más alto espíritu lo que es negociable: es decir todo menos la soberanía”.
Arturo FRONDIZI (ex presidente de la Nación, MID): “La acción de las Fuerzas Armadas, tendiente a poner fin a la usurpación de Inglaterra en las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur, merece todo nuestro apoyo y no cabe duda que tiene el respaldo unánime del pueblo argentino”.
Américo GHIOLDI (Socialista Democrático): Me he sentido profundamente conmovido y lleno de gozo por la decisión de las Fuerzas Armadas, intérpretes fieles del sentimiento popular más profundo de los argentinos. Se ha puesto término a una injusta y condenable política colonialista y es de lamentar que Inglaterra, tan característica por su sentimiento político y pragmático, no haya sabido interpretar el reclamo que durante 150 años ha venido formulando la Argentina”.
Arturo U. ILLIA (ex presidente de la Nación, UCR): En política interna hemos tenido discrepancias muy notables, pero en política internacional la actitud de todos los gobiernos ha tenido una misma línea, una misma responsabilidad... Justa e inobjetable la actitud del gobierno argentino por la recuperación de las islas Malvinas... ningún argentino puede retacear la importancia y trascendencia que tiene la actitud asumida por el gobierno nacional”.
Simón LÁZARA (Socialista): “Nosotros apoyamos cualquier iniciativa recuperadora del territorio nacional”.
Ítalo LUDER (Justicialista): “Esta manifestación debe llenarnos de júbilo y reconfortarnos respecto del futuro del país. El pueblo argentino, sin distinción de banderas, se ha unido en defensa de sus derechos inalienables y de la recuperación de las islas Malvinas... Pero además esto tiene la importancia de mostrar la unidad de los argentinos y su madurez política, frente a un episodio que vincula por encima de las diferencias que podamos tener”.
Rafael MARTINEZ RAYMONDA (Demócrata Progresista): “Apoyo la terminación de las dilaciones a que nos tiene obligados Inglaterra, Si los ingleses hubieran tenido la suficiente inteligencia de haber reconocido a tiempo nuestros reclamos, no se habría llegado a una situación como la actual”.
Carlos S. MENEM (Justicialista): “Las Fuerzas Armadas se hicieron eco del clamor popular y siguieron los lineamientos del reclamo: recuperar las Islas e izar el pabellón celeste y blanco. Este es el camino propicio para que el pueblo argentino recupere su total soberanía a través de la institucionalización democrática que establece la Constitución Nacional”.
Héctor POLINO (Socialista): “Este hecho constituye algo sumamente positivo ya que contempla legítimas aspiraciones del pueblo argentino”.
Morales SOLÁ (Periodista): “La Argentina ha reconquistado las Islas Malvinas y eso convierte al 2 de abril en un día histórico no solo para el país, sino también para la historia de la decadencia del imperialismo”.
Horacio SUELDO (Demócrata Cristiano): “Saludo a la Junta Militar en este histórico día en que las Fuerzas Armadas han desembarcado en las islas Malvinas y les hago llegar la solidaridad de la democracia cristiana...” Expresa sus votos de que este acontecimiento sirva para el reencuentro de los argentinos y a la reconciliación nacional, fundada en la libertad, la justicia y el amor.
Miguel A. ZAVALA ORTIZ (excanciller): Desde que tomé conocimiento de los hechos, así como también de los distintos pasos y medidas que el Palacio San Martín llevaba a cabo, hice llegar mi más profundo sentimiento de solidaridad y adhesión al doctor Costa Méndez".
C.G.T. y 62 Organizaciones: “Nuestras Fuerzas Armadas han ejercido un derecho legítimo al restituir al territorio patrio lo que por derecho legítimo nos pertenece... la C.G.T. acompañará este hecho histórico declarando el 2 de abril como júbilo nacional”.
MULTIPARTIDARIA (declaración conjunta): “Ante la recuperación de las islas Malvinas por las Fuerzas Armadas de la Nación, esta Multipartidaria Nacional expresa su total apoyo y solidaridad con la acción llevada a cabo y reitera su decisión de respaldar todas las medidas conducentes a la consolidación de la Soberanía Nacional Argentina”.
PARTIDO COMUNISTA (declaración oficial): “El P.C. apoya decididamente la recuperación de las islas Malvinas para la soberanía nacional, después de 150 años de dominación imperialista de Gran Bretaña. En la Argentina como en todo el mundo, se pone fin a un enclave colonial contra el cual siempre ha luchado el pueblo argentino”.
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“No habrá olvido que nos borre su memoria, y la memoria nos hará leales”
La corona venia acompañada
de una carta para el cuerpo de oficiales de la aviación alemana. La misiva
rezaba: “Esperamos que encuentren esta corona. Lamentamos que llegue tan tarde,
pero el tiempo nos ha impedido enviarla antes. Todos nosotros compartimos el
duelo de la familia y los amigos del capitán Boelke y reconocemos su valor”.
Los hombres cabales saben
rendir justicia aun al enemigo, cuando éste lo merece.
¿Y a los propios compatriotas?
¿Cómo puede ser que a dos años de finalizada la gesta, la nación desconozca
todavía los nombres de los pilotos que atropellaron a la flota inglesa? ¿Que no
repare en ellos? ¿Cómo es que los argentinos no hemos desfilado, uno a uno,
frente a esas casas donde todavía sangran los familiares de los héroes y no
hemos dejado en cada puerta la corona de nuestro luto y nuestro orgullo?
Ocultación
inexplicable
Inexplicablemente, se
ha tratado de ocultar no sólo las miserias —que igualmente afloraron—, sino
también las grandezas de nuestra guerra austral.
La Argentina tiene
desde hace dos años a su propio Barón Rojo, a su propio Douglas Bader, a su
propio Nesteroy... y no se ha dado por enterada. Lo cual —amén de ser una
aberrante injusticia—priva ala Nación de eso que históricamente fue el más
sublime de los tónicos: el ejemplo de los héroes.
Comportamientos
heroicos individuales, los hubo en las tres fuerzas. Pero es obvio decir que
los de los “cazadores” son los que más saltan a la vista. Y sin embargo...
¿cuántos argentinos saben que tres pilotos ostentan un formidable e idéntico récord:
tres navíos ingleses alcanzados?
Dos de esos aviadores
“cruzaron los aires sin regreso, pero en las bases saben que hay estrellas
convertidas en hangares”: el capitán García y el teniente Vázquez. El tercero
está con nosotros, Es el capitán Pablo Marcos Rafael Carballo. ¿Alguien lo ha
visto acaso. en la tapa de alguna revista?
Tres camaradas
De García y Vázquez se
decía —recuerdo— que estaban cebados. Ninguna duda. Se habían acostumbrado a
despanzurrar fragatas enemigas. Y es que los “halcones” partían en misión siguiendo
un riguroso orden, pero solía suceder que alguno —hombre al fin— se amilanara a
último momento.
¿Quiénes eran entonces
los que invariablemente se ofrecían como voluntarios —fuera de turno— para
reemplazarlo? García y Vázquez.
Este último había sido
un suboficial que cursara la escuela de Aviación Militar. Su propio hermano
supervisaba las refacciones del “Skyhawk” que habitualmente volvía hecho un
colador. Nada amedrentaba a Vázquez. Y así fue como cayó en cumplimiento de una
misión digna de los protagonistas de Homero: intentar colocar sus bombas en el
puente del mismísimo “Invincible”.
Que los aviones
argentinos se acercaban a la flota a ras del agua, es harto sabido. No lo es
tanto el hecho de que depositaban sus bombas aproximadamente con tanta
temeridad, que en algún caso llegaron a rozar el mástil del navío inglés, como
lo atestiguara, por ejemplo, en su momento la revista “Time”.
“Reempleo”
En varios casos algún
aparato de la escuadrilla atacante se desviaba al hacer la aproximación y salía
a un costado de la escuadra. Entonces, invariablemente, el “cazador” hacía
“reempleo”, o sea: efectuaba el viraje para arremeter una vez más, Sólo que
—alertada la flota por la acometida de los demás aviones— el piloto que había
errado el rumbo era generalmente abatido.
¿Y por qué hacía “reempleo”
el aviador en lugar de volver a su base? Porque su sentido del honor le impedía
volver con las bombas: debía a toda costa intentar descargarlas sobre el
enemigo.
La “droga”
“Escuché que
preguntaban si nos drogábamos antes de enfilar a una muerte casi segura, —me
dijo encrespado el capitán Carballo— Sí. Ibamos drogados. Esta era nuestra
droga”. Y con gesto vehemente sacó de entre sus ropas un rosario.
Carballo —“el capitán
Cruz”— comandaba una de las escuadrillas que debían atacar a los ingleses en
Bahía Agradable. Sin embargo, en trayecto hacia el blanco, su aparato comenzó a
fallar. Antes de regresar, Carballo le ordena a su segundo: “Teniente Cochon,
forme con tres aviones adelante y dos atrás, y condúzcalos a la gloria”.
Comenzaba con esas palabras lo que los británicos mismos bautizaron como “el día
mas negro de la flota”: el “Sir Galahad” y otros tres buques fueron arrasados
por esas máquinas que tripulaba el coraje argentino.
¿Qué experimenta un
“cazador” al aproximarse a la flota? “Sentis una explosión a la derecha: le
dieron a tu camarada. Otra a la izquierda: sucedió lo mismo. Y sabés con toda
certeza que la única chance de salir es embocando las bombas en el puente mismo
de la fragata. Sólo habiéndola tocado, la confusión que se produce puede
permitirte hacer el escape”.
Al principio de la
guerra, casi ningún piloto dormía. Por la noche permanecían de guardia, al
amanecer presenciaban la salida de las misiones, luego esperaban el retorno y
al producirse éste, todavía se quedaban en pie hasta averiguar los nombres de
los caídos.
Algunos estaban nerviosos.
Otros, en cambio, francamente felices.
Varios acababan de
abandonar la vida civil. El comandante de Aerolíneas Argentinas Musso cambió su
mastodóntico Boeing por un afilado Dagger, aparato mortífero y vulnerable a la
vez, ya que su tobera de gran tamaño atrae muy especialmente a cuanto misil
esté rondando. Musso arremetió contra la flota en cinco misiones. Otro aviador,
Páez —de Austral— aprendió a pilotear un Pucará.
Los “trasporteros”
Si estos casos nos
hacen vibrar, ¿qué decir entonces de la hazaña del “trasportero” metamorfoseado
en bombardero? Ya hacia el final de la contienda, un Hércules C-130 atacó el
buque petrolero “Hércules”, encargado de abastecer a los ingleses, dañándolo
con el maravillosamente simple procedimiento de abrir la puerta de carga y arrojar
a través de ella las bombas. Días más tarde el petrolero se hundió.
Al igual que en las
otras fuerzas, en la Fuerza Aérea la Argentina tiene héroes muertos y héroes
vivos. Tanto unos como otros conforman el corazón moral del país. Los Ardiles,
Vázquez, García Cuerva, Bustos, Castillo, García, así como los Carballo,
Ballesteros, Moroni, Sánchez han protagonizado combates épicos, proezas individuales
que relatadas a nuestros hijos van a forjarles el espíritu que un país sano
reclama.
Para eso todos los
nombres deben ser proclamados, todos los detalles revelados. La Nación debe
conocer a sus héroes (así como a sus estafadores, por otra parte). Es lo único
que puede elevar la temperatura moral del país en los duros momentos que está
atravesando.
Culto del valor
Debemos hacer un culto
de esa virtud esencial que es el valor, tanto el guerrero como el civil. Una
virtud particularmente honrosa y necesaria, porque es la salvaguarda del ser
nacional.
Y si bien la frustración
de la derrota y de la estafa propagandística ha llevado a negarles a los héroes
la recompensa merecida, nosotros, los civiles que hemos vivido ardientemente
esta guerra por una causa noble, esperamos vivir también la embriaguez de la justicia,
cuando la Nación entera aclame a los caballeros del coraje.
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Karl Marx |
Pero hoy quiero referirme a otra nación que ha extraviado sus tradicionales niveles de valoración. Me refiero al Reino Unido, donde a comienzos de julio pasado se realizó una encuesta para elegir al principal filósofo de la historia. Ciertamente, siempre he descreído de tal tipo de indagaciones públicas, y en estas mismas páginas escribí sobre ellos. Pero en este caso particular, los sondeados fueron nada menos que treinta mil personas, en su mayoría oyentes de la BBC y lectores de diversos diarios.
¿Y por quién ha votado el otrora distinguido público inglés? Para él, el principal filósofo de toda la historia es Karl Marx, con casi el treinta por ciento de los votos. En una tabla de diez candidatos, le siguieron David Hume, Ludwig Wittgenstein, Friedrich Nietzsche, Platón, Immanuel Kant, Santo Tomás de Aquino, Sócrates, Aristóteles y Karl Popper.
Resulta asombroso que los más grandes filósofos de la historia, los clásicos de la antigüedad griega como Platón, Sócrates y Aristóteles, estén ubicados en ignominiosos puestos quinto, octavo y noveno, con el 5,65%, el 4,82% y el 4,52%, respectivamente.
Se trata de una inaudita reivindicación de Marx, quien encarnó el fracaso más estruendoso de los últimos siglos; se había inspirado esencialmente en su contemporáneo Friedrich Engels, curiosamente ignorado totalmente en esta encuesta. Cuando en algunas partes del mundo pensante estamos volviendo a los clásicos griegos -justamente los fundadores y arquitectos de la filosofía que salvo pocas excepciones dieron fundamento a los teóricos ontológicos de las centurias siguientes-, los antes ilustrados ingleses le dieron la primacía al más perverso de los teorizantes, que con su falsa distribución de la riqueza dio motivo a las hambrunas de los marxistas soviéticos y chinos, entre muchos otros.
El primer argentino que condenó al comunismo ideado por Marx fue el general José de San Martín, quien en carta al presidente del Perú, general Ramón Castilla, le escribió en abril de 1849: “El inminente peligro que amenaza a la Francia (en lo más vital de sus intereses) por los desorganizadores partidos de terroristas, comunistas y socialistas, todos reunidos al solo objeto de despreciar no sólo el orden y civilización, sino también la propiedad, religión y familia...”.
Por otra parte, ¿fue Karl Marx un filósofo? Es cierto que elaboró su obra en base a la filosofía alemana, pero no basta para definirlo como filósofo. Es filósofo quien crea una nueva doctrina o innova profundamente en las raíces de determinado pensamiento. Marx fue, sí, un teórico de la política, nunca un filósofo.
Es verdad que el fundador del marxismo tuvo estrechas conexiones con Gran Bretaña. Fue periodista, estudió muchas cosas en el Museo Británico y su cadáver descansa en el cementerio de Highgate. Este fervor por lo inglés no le da autoridad, sin embargo, para catalogarlo como filósofo. Fue un revolucionario, y si seguimos en esta línea, los fantasmas del pasado nos pondrán pronto a Emesto ‘Che’ Guevara como un novísimo filósofo... de la muerte y el terrorismo.
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
Se denomina mito,
según la Academia Española, a la persona o cosa rodeada de extraordinaria
estima o aquellas a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen
o una realidad de la que carecen.
Nosotros, quizás más
que en otras latitudes, hemos tenido propensión a forjar mitos, sobre todo
alrededor de personas o situaciones apoyadas a veces en la propaganda. Por
cierto la muerte -y en forma principal la forma en que ella ocurre- contribuye
a la formación de la leyenda. Saavedra, el jefe de los Patricios, cuyo
regimiento fue decisivo para destituir al virrey el 25 de mayo, no fue un mito.
Silo fue Moreno, con un efímero paso por la Junta de Mayo. Pero su muerte fue
decisiva; las revistas infantiles presentaban láminas de sus últimos momentos y
sobre todo de la imaginativa escena del sepelio en un mar oscuro, agitado,
proceloso, amenazante. ¿Cómo no se iba a transformar en un mito?
La muerte trágica,
estimulada por leyendas conspirativas, transformó a Gardel en un mito.
Elegante, de impecable atavío, radiante masculinidad, su figura encarnaba el
ideal del porteño: amigo leal, desdeñoso en el juego, arriesgado en las
paradas, seductor con las damas, comensal de Barceló y Benito Villanueva. Nadie
reparó en los esfuerzos enormes que hacía para no engordar, las dietas
exigentes, los ejercicios físicos agotadores. En tiempos en que la palabra
‘marketing’ no existía en nuestro lenguaje, lo practicó en forma instintiva;
controlaba los discos que vendía en cada plaza y realizaba exhibiciones
especiales cuando el mercado se retraía. Igual fue un mito.
No fue un mito Fangio,
a pesar de haber sido hasta Schumacher el campeón más sobresaliente de todos
los tiempos. Pero murió viejo y no lo rodeó el hálito fulgurante de la
tragedia, como a un Kennedy.
Fue un mito Eva Perón,
que murió joven, abrasada por una enfermedad perversa que desafió precedida por
el renunciamiento que anticipaba su destino, debidamente explotado. No tuvo la
misma aureola su esposo, con una muerte previsible por la edad, a pesar de
fundar el movimiento que lleva su nombre, capaz de seguir seduciendo al público
décadas después.
Guevara se convirtió
en mito, porque de su muerte, que él provocó en combate, se hizo un desarrollo
romántico, que lo presentó como víctima e idealista. Por supuesto, esa
propaganda omite recordar que fue el sicario encargado de los fusilamientos en
masa cuando la revolución triunfó en Cuba, y suprime la noticia de que era un
personaje odiado por los campesinos, cuyo sufrimiento no lo detuvo cuando
emprendió la desesperada revolución en Bolivia.
No es mito Pedernera,
de quien se decía era el jugador mejor dotado, ni lo será Di Stéfano, uno de
los más extraordinarios que existiera en el mundo. Pero ambos llegaron a la
vejez, tuvieron una vida serena, sin estridencias, y dejaron su lugar para
Maradona, que además de haber sido un futbolista superdotado, caminó siempre
por la cornisa de la licitud, se tuteó con la muerte por sus desbordes y se siente
capaz de emitir juicios sobre Dios, las virtudes teologales o la personalidad
del Pontífice.
Hubo también leyendas sobre co sas: se decía que éramos el granero del mundo y, hasta el Mundial de Suecia, insuperables en fútbol. El Pacto Roca-Runciman fue un mito al revés: paradigma de la entrega y símbolo de la perversidad antinacional. Sin embargo, merced a él, en plena crisis mundial y a pesar del Tratado de Ottawa, pudimos venderles a los ingleses carne con aftosa, que carecía de mercados. Eso le costó la cabeza a Runciman. Una década más tarde Inglaterra se vengó: nos vendió ferrocarriles obsoletos como si fueran joyas de última generación y elaboramos el mito de que “eran nuestros”. Y ahora, otra vez volvemos a comprar trenes viejos y agua y hacer del Estado un mito.
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
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Tiahuanaco fue cuna de la civilización andina
por Omar López Mato
Puerta del sol en Tiahuanaco |
Hay quien dice que
Tiahuanaco fue la cuna de las civilizaciones andinas; allí a 20 kilómetros del
lago Titicaca se alzan los imponentes restos de esta cultura en el altiplano
central de Bolivia. Sus comienzos datan del año 1500 a.C., y se pierde su
rastro hacia el año 1200 d.C. Durante esos 27 siglos de existencia, Tiahuanaco
diseminó su influencia por los pueblos que la rodeaban. Nadie sabe con
precisión qué quiere decir: o ‘piedra del centro' en aimara o ‘alborada
moribunda' en quechua.
Era inevitable que estas
ruinas se convirtiesen en un símbolo político para las tropas porteñas que allí
llegaron en 1810, aunque no comprendiesen el profundo sentido que estas obras
tenían. Este milenario lugar
también fue escenario de la celebración del primer aniversario de la patria, el
25 de Mayo de 1811, fecha que eligió Juan José Castelli para montar un acto
proselitista a fin de expresar el pensamiento revolucionario de la Junta de
Buenos Aires, y su propuesta de crear una gran nación. Las instrucciones de la Junta
eran precisas: Castelli debía ganar “a la indiada” con su oratoria. Mientras tanto en
Buenos Aires se inauguraba la mal llamada Piramide de Mayo -que en realidad es
un obelisco-, sospechada de haber sido construida con un significativo sobreprecio
en los elementos que la conformaban, el oscuro comienzo de la patria contratista. Castelli también
encontró propicio el festejo del aniversario del 25 de Mayo para mejorar la imagen
de la comitiva libertadora y la suya propia después de los comentados excesos
en la represión y las acusaciones de conducta anticlerical. Para ese fin eligió
la pirámide más imponente como marco de su discurso, y desde allí pronunció una
alocución estudiada en su contenido e histriónicamente presentada, emulando los
actos paganos de la Revolución Francesa. Ante una multitud
convocada para el evento, las tropas patrias y las tribus vecinas vestidas con
trajes típicos, Castelli, de pie sobre el monumento elegido, el palacio de
Kalasasaya, enunció las ventajas de sumarse al proyecto porteño y denostó el
trato que las autoridades españolas les daban a los lugareños. Castelli gritó su
mensaje, por momentos esperanzador con voz emocionada, por momentos firme y
autoritario, ante la multitud que lo escuchaba en silencio. Toda la alocución
se tradujo al quechua y al aimara. Para finalizar,
después de señalar los excesos de los españoles, Castelli les preguntó a los
presentes: “Ya habéis visto los males y los bienes que os ofrecen el uno y el
otro sistema, pues bien, decidan vosotros, ¿qué queréis?” La respuesta no se
hizo esperar, un coro polifónico respondió a la indagatoria del tribuno. “Abarrente,
Tatay” “¡Abarrente, Tatay!”, lo que quiere decir ¡Aguardiente, señor! La
fórmula utilizada por los lugareños para concluir las celebraciones autóctonas
que se llevaban a cabo en ese recinto. El ilustre
revolucionario no se había hecho entender, pero tampoco se enteró del
significado de la respuesta hasta días más tarde, ya que ni Castelli ni los oficiales
del ejército patrio distribuyeron aguardiente como solicitaban los lugareños.
En el ínterin, Goyeneche se rearmaba para enfrentar a los porteños. Al Ejército
del Norte lo esperaba la aciaga jornada de Huaqui. |
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