lunes, 11 de septiembre de 2023

Frases del general San Martín

Frases del general 

San Martín 


General San Martín


“Todo lo he meditado, no desconozco ni los intereses de América ni de mis deberes, y me devora el pesar de abandonar camaradas que quiero como hijos y a los guerreros patriotas que me han ayudado en mis afanes: pero no podría demorarme un solo día sin complicar mi situación: me marcho”.

Razones para la ocupación de Chile: 1) Porque es el único flanco por donde el enemigo se presenta más débil: 2) Porque es el camino más corto, fácil y seguro para libertar a las provincias del Alto Perú; 3) Porque la restauración de la libertad en aquel país puede consolidar la emancipación de América.

“Nadie, amigo, me apeará de la convicción en que estoy de que mi presencia en el Perú acarrearía peores desgracias que mi separación”.

“¿Hasta cuándo esperamos para declarar nuestra independencia? ¿No es una cosa bien ridícula acuñar moneda tener el pabellón y cocarda nacional y por última hacer guerra al soberano de quien en el día se dice dependemos? ¿Qué relaciones podemos emprender cuando estamos a pupilo?” (Carta a Estanislao López 1819),

“El que escribe a usted no quiere otra cosa que la emancipación absoluta que la emancipación absoluta del gobierno español: respeta toda opinión y sólo desea la paz y unión; sí, mi paisano, éstos son mis sentimientos. Libre la patria de los enemigos peninsulares, no me queda más que desear” Carta a Estanislao López (1819).

“Voy a encontrar en Guayaquil al Libertador de Colombia. Los intereses del Perú y de Colombia, la terminación de la guerra y la estabilidad del destino a que se acerca la América hacen la entrevista necesaria ya que los acontecimientos nos ha constituido en responsables del éxito de esta sublime empresa”. Carta a M. de Olazábal.

“La presencia de un militar afortunado, es temible a los Estados que de nuevo se constituyen; por otra parte, estoy aburrido de oír decir que quiero hacerme soberano. Siempre estaré pronto a hacer el último sacrificio por la libertad del país, pero en clase de particular, y no más”. Al renunciar al cargo de Protector Supremo del Perú.

“Soldados: Esta es la primera bandera independiente que se ha levantado en América. Juro por mi honor y por la patria defender y sostener con mi espada y con mi sangre la Bandera que desde hoy cubre las armas del Ejército de los Andes”. Juramento a la Bandera de los Andes.

“Remedios sé tú quien dé el ejemplo entregando tus alhajas para los gastos de la guerra. La esposa de un general republicano no debe gastar objetos de lujo cuando la patria está en peligro. Con un simple vestido estarás más elegante y te amará mucho más tu esposo".

“Me propongo únicamente dar al pueblo los medios de declararse independiente estableciendo una forma de gobierno adecuada y verificado esto, consideraré haber hecho bastante y me alejaré”. Carta a Basilio Hall.

“Administrar estricta justicia para todos, premiando la virtud y el patriotismo, y castigar el vicio y la sedición donde quiera que se encuentren, es la regla a que se ajustan mis actos, mientras permanezca a la cabeza de esta nación”. San Martín, Protector del Perú.

“Mi vida es lo menos reservado que poseo; la he consagrado a vuestra seguridad; la perderé con placer por tan digno objeto”.

“Primero es ser que obrar. Las armas nos dan por ahora la existencia. Asegurada ésta por los esfuerzos militares, podremos entonces dedicarnos al interesante cultivo de las letras”.

“Es cierto que tenemos que sufrir escasez de dinero, paralización del comercio y agricultura, arrostrar trabajos y ser superiores a todo género de fatigas y privaciones; pero todo es menos que volver a uncir el yugo pesado e ignominioso de la esclavitud”.

“No perdonaré sacrificio que conduzca al restablecimiento de nuestras pasadas desgracias, siguiendo constantemente las huellas de dignidad y de prudencia que ha dejado estampadas en su marcha gloriosa el pueblo, cuyos solemnes votos me han constituido”. 

“La unión y la confraternidad, tales serán los sentimientos que hayan de nivelar mi conducta pública cuando se trate de la dicha y de los intereses de los otros pueblos”.

“El genio del orden y el acierto presiden las deliberaciones del pueblo de Mendoza".

“La moderación y la buena fe, tales los fundamentos sobre los que apoyo mis esperanzas de ver estrechados los vínculos sagrados que nos unen, y de no aventurar un solo paso que pueda romperlos o debilitarlos”.

“Mis necesidades están más que suficientemente atendidas con la mitad del sueldo que gozo”.

“Si es un deber de los magistrados para conservar la tranquilidad pública separar de entre los buenos ciudadanos a los que por su interés particular o por su error de ideas atentan contra los derechos de los demás; no es menos dispensarles su protección, si arrepentidos exigen indulgencia”.

“Las cárceles no son un castigo, sino, el depósito que asegura al que deba recibirlo. Y ya que las nuestras, por la educación española, están muy lejos de equipararse a la policía admirable que brilla en los otros países cultos, hagamos lo posible para llegar a imitarles”.

“Conozca el mundo que el genio americano abjura con horror los hábitos de sus antiguos opresores, y que el nuevo aire de libertad extiende su benigno influjo a todas las clases del Estado. Lo que no me deja dormir es no la oposición de los enemigos, sino, el atravesar estos inmensos montes”.

“El pueblo jamás se empieza a mover por raciocinio sino por hechos”.

“Mi existencia la sacrificaría antes que echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición”.

“Toda conmoción popular tiene tres tiempos difíciles. Antes de la ejecución se suele pecar por imprudencia, en la ejecución por debilidad, y en los momentos posteriores por nimia o necia confianza. Es fácil advertir, que jamás deben dirigir un plan de revolución sino, las personas más precisas y decididas”.

“La reputación del generoso puede comprarse muy barata; porque no consiste en gastar sin ton ni son, sino, en gastar con propiedad".

“Como hombre público y como privado he tenido siempre derecho a ser creído”.

“Por inclinación y principios amo el gobierno republicano y nadie, nadie lo es más que yo. Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas”.

“Parece que las revoluciones abren un campo inmenso a la maledicencia, y que sus principales tiros se dirigen principalmente contra los hombres que tienen la desgracia de mandar”.

“El conocimiento exacto que tengo de la América me dice que un Washington o un Franklin que se pusiese a la cabeza de nuestros gobiernos, no tendría mejor suceso que el de los demás hombres que han mandado, es decir, desacreditarse empeorando el mal”.

“El mejor gobierno, no es el más liberal en sus principios, sino aquel que hace la felicidad de los que obedecen empleando los medios adecuados a este fin”.

(Fuente: Instituto Nacional Sanmartiniano)