Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VIII N° 31 - Junio 2014 - Pags. 1 y 2
185 años de la Convención de Cañuelas y del Pacto de Barracas
Por el Dr. Guillermo M. Masciotra
Juan Manuel de Rosas. Lit. de Charles Decaux |
Juan Lavalle y José María Paz, ambos unitarios, habían pactado operar en la provincia de Buenos Aires y en el interior respectivamente, frente a Estanislao López y Juan Manuel de Rosas, cabezas del partido federal.
El 26 de abril de 1829, las fuerzas unitarias constituidas por coraceros y lanceros veteranos de la guerra contra el Imperio de Brasil son completamente derrotadas en Puente de Márquez, por las tropas combinadas de López y Rosas. En este combate, librado a las puertas de Buenos Aires participó activamente la caballería entrerriana al mando de Pascual Echagüe.
Lavalle, derrotado se refugió en Buenos Aires. López preocupado por Santa Fe, -su provincia- que era amenazada por Paz se retiró del escenario bonaerense rumbo al norte. Juan Manuel de Rosas, sólidamente fortalecido por el triunfo en Puente de Márquez, dominaba la campaña, y estaba en situación de dictar condiciones y de asediar a la ciudad de Buenos Aires, para imponer la hegemonía federal.
Paz a pesar de haber perdido a su más importante aliado, se afirmaba en Córdoba -su provincia-. Es un brillante estratega y hábil político que también teje alianzas con el mariscal Santa Cruz de Bolivia y Fructuoso Rivera del Uruguay y no faltan por supuesto, los contactos con el Imperio del Brasil, siempre interesado en intervenir en el Río de la Plata.
Pero Lavalle comprende que para lograr la paz, debe pactar con Rosas.
Así, Lavalle, en su carácter de gobernador provisorio y Rosas, como comandante general de campaña, firman el 24 de junio de 1829 la Convención de Cañuelas.(1)
Esa convención, contemplaba el cese de hostilidades y la elección de gobernador, además de indemnizaciones y liberación de presos. En una cláusula secreta se establecía la conformación por ambos jefes de una lista única de electores y acordándose también quien sería el gobernador y los ministros que lo acompañarían.
Lavalle desistió de ser gobernador y además no aceptó la proposición que le hicieron algunos unitarios para incorporar voluntarios franceses para defender Buenos Aires, que se encontraba prácticamente sitiada por las fuerzas federales, y Rosas por su parte, garantizaba el orden en la campaña y la situación institucional.
Los unitarios no aceptaron que Lavalle hablara favorablemente de Rosas, ni que lo calificara de patriota y ello sumado a la llegada de noticias de la victoria de Paz sobre Quiroga en Córdoba, determinó el fracaso de la Convención de Cañuelas.
Sin embargo, Lavalle inició un período de acercamiento con Rosas manteniendo un continuo intercambio epistolar, tendiente a cumplir lo pactado entre ambos. Llamó a elecciones para el día 12 de julio, aplazadas para el 26 del mismo mes por pedido de Rosas.
En esas elecciones los unitarios porteños votaron e impusieron sus propios candidatos, contradiciendo lo que habían pactado ambos jefes. En resumen, no se cumplió en votar a Félix de Álzaga que era el candidato propuesto por Lavalle y Rosas. Lavalle, decepcionado por la conducta de los unitarios y comprendiendo que la campaña era totalmente leal a Rosas, reorganizó el gabinete integrándolo con hombres más flexibles y se propuso buscar nuevos acuerdos con Juan Manuel de Rosas.
Así nació justamente -como lo denomina Manuel Gálvez- "el gran triunfo de Rosas", que es el Pacto de Barracas, firmado por Rosas y Lavalle, el 24 de agosto de 1829 en la quinta de Piñeiro (2). Con el mismo, se afirmaba la autoridad del Partido Federal, ahora con la incorporación definitiva del Partido Urbano de Manuel Dorrego.
Se establecía que el nuevo gobernador debía surgir del acuerdo de ambos jefes, coincidiéndose en el nombre del General Juan José Viamonte para ocupar provisoriamente ese cargo y se estableció un equilibrio para elegir los cargos en la Legislatura; no se realizarían nuevas elecciones, sino que sería responsabilidad legislativa la elección del nuevo gobernador.
En la parte secreta del Pacto de Barracas se pronunciaba sobre el peligro de la guerra civil y la necesidad de establecer un gobierno estable que organizara el país. Se inicia así el "interinato" de Viamonte. Vuelve a funcionar la Legislatura que dictará el 6 de diciembre de 1829 la llamada ley Fundamental, en concordancia con la sancionada en 1823, que establecía facultades extraordinarias similares a las otorgadas a Estanislao López, Ferré, Sarratea, Balcarce y Bustos en sus respectivas provincias.
Comenzaba una nueva etapa de paz y orden. El gran mérito político de Rosas es haber podido avanzar en la solución política de Buenos Aires y dominar la situación sin lucha ni enfrentamientos, y así lo comprende Lavalle que finalmente deja el cargo de jefe de la caballería, que le otorgara el Gobernador Interino Viamonte y se radica en la Banda Oriental.
En diciembre de 1829, se reunió la Legislatura y por 32 votos favorables sobre un total de 33 legisladores presentes se eligió a Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Referencias
(1) La Convención de Cañuelas se firmó en la Estancia "La Caledonia" de John Miller, estanciero escocés, casado con una dama criolla de la familia Balbastro.
(2) En las conversaciones previas al Pacto de Barracas participó el padre Diego Zavaleta, de gran prestigio entre los unitarios y amigo de Felipe y Francisco Piñeiro, propietarios de la quinta, donde tienen lugar las conversaciones y la firma del documento. Ese predio estaba ubicada en lo que es la actual localidad de Piñeiro, cercana a la Estación Avellaneda, del Partido de Avellaneda.
Fuentes:
Busaniche, Jose Luis. "Historia Argentina".
Galmarini, Hugo. "Tomás Guido".
Gálvez, Manuel. "Vida de Juan Manuel de Rosas".
Irazusta, Julio. "Vida Política de Juan Manuel de Rosas".
Saldías, Adolfo. "Historia de la Confederación Argentina".