domingo, 1 de junio de 2014

Campaña naval de 1814

  Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VIII N° 31 - Junio 2014 - Pags. 10 y 11 

Homenaje al Bicentenario de la Campaña Naval de 1814



                                                        por el Dr. Guillermo M. Masciotra

Para una mejor visión y comprensión de la campaña naval de 1814 es necesario conocer los antecedentes de aquel momento geopolítico.

Producida en Buenos Aires la revolución del 25 de mayo de 1810, la Banda Oriental no reconoció a las nuevas autoridades porteñas surgida de la misma, convirtiéndose la ciudad de Montevideo en un bastión importante de los realistas. Para ambos contendientes era importante el dominio de las aguas del Río de la Plata.

Con el mencionado fin, la Junta de Buenos Aires, a instancias de Francisco de Gurruchaga creó la primera Escuadrilla Naval, que estaba precariamente armada y tripulada y que fue derrotada el 2 de marzo de 1811 en el combate de San Nicolás de los Arroyos por naves españolas superiores en número, tripulación y armamento.

Las aguas del Río de La Plata estaban así bajo el dominio realista, quienes entre 1811 y 1812 bombardearon en tres oportunidades la ciudad de Buenos Aires.

Una segunda Escuadrilla Naval patriota, al mando de Tomás Taylor, no tuvo acciones que definieran favorablemente el conflicto. Durante 1813 continuó la disputa interviniendo naves corsarias armadas por las Provincias Unidas.

La ciudad de Montevideo había sido sitiada por tierra y era abastecida a través de su puerto. Mientras aguardaban los refuerzos que vendrían desde España, los realistas necesitaban procurarse víveres frescos y ello se lograba mediante las incursiones que sus naves realizaban en las costas del Río de la Plata, Paraná y Uruguay, para robar ganado y víveres, siendo un ejemplo de ello el desembarco que en las barrancas del Paraná, más precisamente en San Lorenzo, realizaron el 3 de febrero de 1813; pero en esa oportunidad fueron enfrentadas por las bisoñas fuerzas de los granaderos a caballo comandadas por el coronel de caballería José de San Martín quienes los vencieron.

Por el lado patriota, comenzó a gestarse la idea, de la necesidad de tener una fuerza marítima que disputara la supremacía realista de las aguas, participando activamente en esa tarea el vocal de la Primera junta de gobierno Juan Larrea, el norteamericano Guillermo White financista de la empresa y proveedor de naves, con las colaboraciones activas de Martín Jacobo Thompson, capitán del puerto de Buenos Aires y el comisionado de marina Benito Goyena. En realidad estos dos últimos fueron los que colaboraron directamente con el alistamiento de la escuadra patriota, cuyo mando hubo de recaer en Guillermo Brown, marino irlandés radicado en Buenos Aires, que había prestado algunos servicios en el Río de la Plata a la causa patriota. Es necesario mencionar que en un momento se pensó en Benjamín Seaver recomendado de White y al cual se le asignó el mismo grado militar que a Brown de teniente coronel de marina. Pero Seaver actuó a las órdenes de Brown y murió heroicamente en la toma de Martín García.

Guillermo Brown
Jacinto de Romararte
La Campaña naval de 1814 se inició con la premisa de dominar el río, disputando las aguas a la marina realista. En marzo, Brown zarpó con su escuadrilla naval para atacar al experimentado marino español Jacinto de Romararte (o Romarate) quien lo esperó en cercanías de la isla Martín García, cuyas defensas había reforzado un mes antes.

Se libraron duros combates durante cuatro días, en los cuales valiosos comandantes patriotas dejaron sus vidas en esas aguas como Seaver, Smith, Martín de Jaumè, lográndose finalmente ocupar la isla. Así, la fuerza naval española que incursionaba por los ríos interiores, quedó aislada de Montevideo.

Los resultados de este combate de Martín García dieron lugar a la persecución de la fuerza española refugiada en arroyo La China (actual Concepción del Uruguay) por las fuerzas patriotas al mando de Tomás Nother, que murió en el combate que se desarrolló en ese lugar el 28 de marzo, al igual que Pedro Spiro, quien voló su nave para evitar su captura. Si bien este último combate no fue favorable a las fuerzas de Brown, significó que Romararte con sus navíos muy averiados quedara enclaustrado y bloqueado en el Río Uruguay y que finalmente se rindiera días después de la caída de Montevideo.

La campaña naval de Montevideo, que significó el fin de la superioridad realista en el estuario del Plata, permitió el bloqueo por agua de la ya sitiada Montevideo por tierra y también mostró la capacidad de organización, selección del personal adecuado y contracción al trabajo para reparar en breve tiempo las maltrechas embarcaciones, tareas realizadas a cabo en la ensenada de Barragán.

Montevideo, sitiada primero por tierra y después bloqueada por mar, se encontró total y completamente aislada y al poco tiempo comenzó a sufrir la falta de víveres. Simultáneamente las fuerzas patriotas fueron reforzadas con nuevas naves al mando de Hubac y Lamarca, que entre otros completaron el bloqueo.

La armada realista, surta en el puerto del Buceo -Montevideo- no tuvo más alternativa que intentar romper el bloqueo y finalmente las naves al mando del capitán de navío Miguel de la Sierra, con ese fin, salieron del puerto y se trenzaron en recio combate con las mandadas por Brown, acciones que se desarrollaron entre el 14 y el 17 de mayo, en el llamado combate naval de Montevideo (o del Buceo) con el resultado de una clara victoria de las armas patriotas, hechos que determinaron que las pocas naves españolas que no fueron hundidas o capturadas se refugiaran nuevamente en el puerto de Montevideo. A principios de junio, Romararte todavía refugiado en arroyo La China ofreció su rendición al Capitán Hubac.

“La victoria naval de Montevideo es lo más grande que hasta el presente ha realizado la revolución americana” dijo en ese entonces el coronel José de San Martín.

La plaza de Montevideo, completamente aislada e imposibilitada de recibir refuerzos y de poder abastecerse, a cuyo mando se encontraba el general José Vigodet, al frente de 5.000 hombres se rendiría el 23 de junio al jefe patriota Carlos María del Alvear.

Guillermo Brown
Combate de Martín García, 1814. Óleo de José Murature. Museo Naval Nacional.

Como consecuencia de la victoria del combate naval de Montevideo y la posterior rendición de la ciudad, finalizó el dominio realista en el Río de la Plata y se logró la captura de más de setenta naves, además de numerosos cañones, fusiles y pertrechos muy valiosos para las fuerzas patriotas las que para completar la campaña iniciada en marzo de 1814, atacaron en el mes de diciembre, la población de Carmen de Patagones que estaba desde dos años atrás en manos realistas, y donde también después de un mes de sitio, el 13 de diciembre, el jefe español se rindió con su pequeña flotilla.

La señera figura de Guillermo Brown cobró una enorme popularidad y respeto, imponiendo en la novel armada una férrea disciplina y su ejemplo, de combatir con una pierna quebrada, significaron el reconocimiento de oficiales y marinería que integraban la naciente fuerza naval, la cual al año siguiente y para disgusto de Brown y sus comandantes fue desmantelada, a pesar de la valiosa colaboración que significó la victoria naval en el desenlace favorable a la causa patriota del sitio de Montevideo. 

Este episodio es el inicio de la brillante actuación del almirante Guillermo Brown al servicio de nuestra Patria que continuaron en sucesivas campañas navales como la guerra de corso al Pacífico, la guerra contra el Imperio del Brasil y la guerra del Paraná participando activamente así en las luchas en defensa de la independencia y la soberanía nacional.

Guillermo Brown
Combate del Buceo, 17 de mayo de 1814. Óleo de Roberto Castellanos.
Escuela Naval Militar