Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VIII N° 31 - Junio 2014 - Pags. 10 y 11
Homenaje al Bicentenario de
por el Dr. Guillermo M. Masciotra
Para una mejor visión y comprensión de
la campaña naval de 1814 es necesario conocer los antecedentes de aquel momento
geopolítico.
Producida en Buenos Aires la
revolución del 25 de mayo de 1810, la Banda Oriental no reconoció a las nuevas
autoridades porteñas surgida de la misma, convirtiéndose la ciudad de
Montevideo en un bastión importante de los realistas. Para ambos contendientes
era importante el dominio de las aguas del Río de la Plata.
Con el mencionado fin, la Junta de
Buenos Aires, a instancias de Francisco de Gurruchaga creó la primera
Escuadrilla Naval, que estaba precariamente armada y tripulada y que fue
derrotada el 2 de marzo de 1811 en el combate de San Nicolás de los Arroyos por
naves españolas superiores en número, tripulación y armamento.
Las aguas del Río de La Plata estaban así
bajo el dominio realista, quienes entre 1811 y 1812 bombardearon en tres
oportunidades la ciudad de Buenos Aires.
Una segunda Escuadrilla Naval patriota,
al mando de Tomás Taylor, no tuvo acciones que definieran favorablemente el
conflicto. Durante 1813 continuó la disputa interviniendo naves corsarias
armadas por las Provincias Unidas.
La
ciudad de Montevideo había sido sitiada por tierra y era abastecida a través de
su puerto. Mientras aguardaban los refuerzos que vendrían desde España, los
realistas necesitaban procurarse víveres frescos y ello se lograba mediante las
incursiones que sus naves realizaban en las costas del Río de la Plata, Paraná
y Uruguay, para robar ganado y víveres, siendo un ejemplo de ello el desembarco
que en las barrancas del Paraná, más precisamente en San Lorenzo, realizaron el
3 de febrero de 1813; pero en esa oportunidad fueron enfrentadas por las
bisoñas fuerzas de los granaderos a caballo comandadas por el coronel de
caballería José de San Martín quienes los vencieron.
Por
el lado patriota, comenzó a gestarse la idea, de la necesidad de tener una
fuerza marítima que disputara la supremacía realista de las aguas, participando
activamente en esa tarea el vocal de
Jacinto de Romararte |
Se
libraron duros combates durante cuatro días, en los cuales valiosos comandantes
patriotas dejaron sus vidas en esas aguas como Seaver, Smith, Martín de Jaumè,
lográndose finalmente ocupar la isla. Así, la fuerza naval española que
incursionaba por los ríos interiores, quedó aislada de Montevideo.
Los
resultados de este combate de Martín García dieron lugar a la persecución de la
fuerza española refugiada en arroyo
La
campaña naval de Montevideo, que significó el fin de la superioridad realista
en el estuario del Plata, permitió el bloqueo por agua de la ya sitiada
Montevideo por tierra y también mostró la capacidad de organización, selección
del personal adecuado y contracción al trabajo para reparar en breve tiempo las
maltrechas embarcaciones, tareas realizadas a cabo en la ensenada de Barragán.
Montevideo,
sitiada primero por tierra y después bloqueada por mar, se encontró total y
completamente aislada y al poco tiempo comenzó a sufrir la falta de víveres.
Simultáneamente las fuerzas patriotas fueron reforzadas con nuevas naves al
mando de Hubac y Lamarca, que entre otros completaron el bloqueo.
La
armada realista, surta en el puerto del Buceo -Montevideo- no tuvo más
alternativa que intentar romper el bloqueo y finalmente las naves al mando del capitán
de navío Miguel de la Sierra, con ese fin, salieron del puerto y se trenzaron
en recio combate con las mandadas por Brown, acciones que se desarrollaron entre
el 14 y el 17 de mayo, en el llamado combate naval de Montevideo (o del Buceo) con
el resultado de una clara victoria de las armas patriotas, hechos que determinaron
que las pocas naves españolas que no fueron hundidas o capturadas se refugiaran
nuevamente en el puerto de Montevideo. A principios de junio, Romararte todavía
refugiado en arroyo La China ofreció su rendición al Capitán Hubac.
“La
victoria naval de Montevideo es lo más grande que hasta el presente ha
realizado la revolución americana” dijo en ese entonces el coronel José de San
Martín.
La plaza
de Montevideo, completamente aislada e imposibilitada de recibir refuerzos y de
poder abastecerse, a cuyo mando se encontraba el general José Vigodet, al
frente de 5.000 hombres se rendiría el 23 de junio al jefe patriota Carlos
María del Alvear.
Combate de Martín García, 1814. Óleo de José Murature. Museo Naval Nacional. |
Como consecuencia de la victoria del combate naval de Montevideo y la posterior rendición de la ciudad, finalizó el dominio realista en el Río de la Plata y se logró la captura de más de setenta naves, además de numerosos cañones, fusiles y pertrechos muy valiosos para las fuerzas patriotas las que para completar la campaña iniciada en marzo de 1814, atacaron en el mes de diciembre, la población de Carmen de Patagones que estaba desde dos años atrás en manos realistas, y donde también después de un mes de sitio, el 13 de diciembre, el jefe español se rindió con su pequeña flotilla.
La señera figura de Guillermo Brown cobró una enorme popularidad y respeto, imponiendo en la novel armada una férrea disciplina y su ejemplo, de combatir con una pierna quebrada, significaron el reconocimiento de oficiales y marinería que integraban la naciente fuerza naval, la cual al año siguiente y para disgusto de Brown y sus comandantes fue desmantelada, a pesar de la valiosa colaboración que significó la victoria naval en el desenlace favorable a la causa patriota del sitio de Montevideo.
Este episodio es el inicio de la brillante actuación del almirante Guillermo Brown al servicio de nuestra Patria que continuaron en sucesivas campañas navales como la guerra de corso al Pacífico, la guerra contra el Imperio del Brasil y la guerra del Paraná participando activamente así en las luchas en defensa de la independencia y la soberanía nacional.
Combate del Buceo, 17 de mayo de 1814. Óleo de Roberto Castellanos. Escuela Naval Militar |