Publicado en el Periódico El Restaurador - Año IV N° 13 - Diciembre 2009 - Pag. 12 a 14
El levantamiento en el sur de la provincia (octubre
de 1839)
Por Norberto J. Chiviló
Prudencio Ortiz de Rozas- Óleo de José Roldán |
Las
causas aparentes fueron aquellas que se esgrimieron por parte de Francia para
justificar su agresión y darle un tinte de legítima; una era su pretensión de que se la reconociera como nación mas favorecida, situación de la que solo gozaba
La
empresa no les resultó fácil ni sencilla, como en un principio creyeron, porque
estas tierras estaban gobernadas por una persona –Juan Manuel de Rosas– de una
voluntad inquebrantable y un férreo patriotismo, que no retrocedió “un tranco
de pollo” ante la prepotencia extranjera.
En
el Nº 8 se dedicó también el artículo de tapa de autoría del Dr. Denovi, para
destacar la heroica defensa de
El
conflicto no fue tampoco sencillo para
Así,
los franceses, visto que el bloqueo no les reportaba los beneficios esperados,
de una y otra forma trataron de crearle a nuestro país, conflictos externos e
internos.
Entre
los conflictos externos podemos citar en primer lugar el apoyo que Francia siguió
dando al Mariscal Santa Cruz, (“el gran amigo de Francia en el Nuevo Mundo”,
como lo llama la prensa de París) quien al frente de
También
pagaron para que “auxiliares” nativos ayudaran a Francia.
Trataron
de crear conflictos internos tentando a varios gobernadores de
También
los franceses dieron su apoyo irrestricto al partido unitario en su lucha contra
Rosas y el partido federal que representaban a la nacionalidad argentina.
Rosas
debió comandar ese barco –
Debió
actuar con mano firme y muchas veces sin contemplaciones.
En
Montevideo residía una importante comunidad de “exiliados” unitarios quienes el
20 de diciembre de 1838, formaron la “Comisión Argentina” presidida por el
Gral. Martín Rodríguez y que integraron Julián Segundo de Agüero,
Florencio Varela, Valentín Alsina y otros, al que adhirieron posteriormente, prestigiosos
militares como Lavalle, Chilavert y Paz. Esta Comisión busca que el General
Juan Lavalle encabece la lucha armada contra Rosas. En su momento, Lavalle
había sido crítico de la ocupación francesa a la isla de Martín García y la de
los emigrados argentinos unitarios que la apoyaron, pero luego dejó de lado sus
pruritos patrióticos y se puso a las órdenes de Fructuoso Rivera y por ende de los
franceses, recibiendo de éstos ayuda en dinero, medios y transporte.
El
2 de julio de 1839, Lavalle con su división desembarca en Martín García,
ocupada por los franceses, y de allí tres días después pasa a Entre Ríos, no
encontrando en esa provincia la adhesión de la población. Dirá el unitario
Francisco Pico. “No hay en Entre Ríos una sola montonera a favor del ejército
libertador (así llamaban al ejército de
Lavalle). La autoridad de los libertadores no se siente fuera de su campo”.
Fracasada
la empresa de Lavalle en Entre Ríos, se dirige a Corrientes, donde su
gobernador Pedro Ferré se pronuncia contra Rosas el 6 de octubre de 1839 y pide
el apoyo del jefe de la escuadra bloqueadora francesa, para el envío de esa
escuadra por el Paraná, pero los franceses no acceden por serles dificultosa la
navegación en ese río y la existencia de una batería argentina en Rosario.
Domingo
Cullen, después del fallecimiento del caudillo Estanislao López ocurrido el 15
de junio de 1838, es designado gobernador de Santa Fe, cargo que ejercerá
durante tres meses. Ya con anterioridad había entrado en contacto con el gobernador
correntino Genaro Berón de Astrada y con los franceses para lograr el
levantamiento del bloqueo a su provincia y llegar a un entendimiento con los
invasores –había colaborado también con Dubué– , lo cual es conocido por Rosas.
Posteriormente, Cullen será apresado y fusilado el 21 de junio de 1839 en la
posta de Arroyo del Medio.
El
31 de diciembre de 1838, el gobernador correntino Berón de Astrada y el
“presidente” oriental Fructuoso Rivera, firman un tratado secreto de alianza
ofensiva y defensiva, cuyo destinatario era evidentemente Rosas, a quien
declaran la guerra a fines de febrero de 1839. El 31 de marzo de 1839 el
Gobernador de Entre Ríos, Pascual Echagüe, leal a
El
complot era amplio y complejo como el lector podrá apreciar. En Buenos Aires
también se conspiraba contra Rosas y no pocos federales participan de él. Debía
realizarse un levantamiento en la ciudad y en la campaña del sur de la
provincia donde los hacendados estaban descontentos no solo por los problemas
económicos que el bloqueo les ocasionaba, sino también por la política de Rosas
sobre la tierra pública. Ese movimiento insurreccional debía realizarse simultáneamente
cuando Lavalle al mando de sus fuerzas marchara sobre Buenos Aires. Rosas tuvo
conocimiento del complot en la ciudad y hace arrestar el 24 de junio de 1839, al
joven coronel Ramón Maza, quien era una pieza clave e importante en el mismo, junto
con otros conspiradores. Ramón era hijo del Presidente de
Asesinato de Manuel V. Maza - Óleo de Franklin Rawson |
A
raíz de esos hechos se ordenó un sumario, que Rosas ordenó suspender poco
después atento la gran cantidad de personas complotadas. Dirá Rosas: “De otro
modo, habría sido preciso ordenar la ejecución de no pocos federales y
unitarios de importancia”.
Como
hemos visto fracasó la conjura de Ramón Maza en
El
bloqueo francés le produce al gobierno de la provincia de Buenos Aires pérdidas
importantes. El movimiento portuario se reduce notablemente, ya que no se puede
exportar ni importar y en consecuencia los derechos aduaneros se ven mermados
notablemente. Escasean muchos artículos que se importaban de uso diario entre
ellos la harina y otros suntuarios como prendas, artículos de tocador, vinos, etc.
Pero abunda la carne y el pueblo llano come solamente carne. Las clases mas
acomodadas se ven impedidas de adquirir artículos importados que estaban
acostumbradas a comprar.
El
gobierno debe equilibrar las finanzas públicas y solo aumentan los gastos
destinados a la defensa.
El
principal producto de exportación de la época era el producto de la explotación
ganadera: la carne salada o tasajo, el sebo y en mayor medida los cueros.
Debido
al bloqueo, los estancieros y saladeristas se ven impedidos de poder vender y
exportar su producción, en síntesis, los cueros se pudren en las barracas.
Familiares
y amigos de Rosas, le aconsejan arreglar rápidamente la cuestión con los
franceses, porque el bloqueo pone en riesgo el capital de los hacendados. Juan
Nepomuceno Terrero, su amigo y socio le informaba: “Las pilas de cueros se
están pudriendo. Si sigue el bloqueo terminaremos por arruinarnos. Debes
transar con los franceses”
Rosas
era uno de los hacendados mas importantes de la provincia y el bloqueo también
lo perjudica económicamente, pero no es hombre de anteponer su interés
particular ni de clase al interés de
Esta
actitud de Rosas trastocará –un siglo mas tarde– el pensamiento de todos los sostenedores del
materialismo histórico marxista, quienes no podrán explicar esta oposición y
enfrentamiento de Rosas a los de su misma clase social y por el contrario
justificarán a quienes se aliaron a la potencia colonialista.
La
llamada “historia oficial” designa ese levantamiento como el de “Los Libres del
Sur” al que le asigna connotaciones patrióticas y libertarias, cuando en
realidad las connotaciones no son otras que económicas y comerciales y que se
da en el marco de un conflicto internacional y en connivencia de los
insurrectos con la potencia que en ese momento agredía injustamente –y esto hay
que recalcarlo–,
a
Pedro Castelli |
El
levantamiento que debía estallar el 6 de noviembre de 1839 se adelanta algunos
días, sabiendo los complotados que Rosas ya tenía conocimiento de ello. Se
produce así el 29 de octubre en horas de la madrugada en Dolores con el
pronunciamiento de Rico y el día 2 de noviembre en Chascomús por el Comandante
José Mendiola y tiene en esos dos pueblos sus focos principales.
Reclaman
la ayuda de Lavalle y su ejército y piden también al contraalmirante francés
Louis Leblanc, jefe de las fuerzas bloqueadoras, el envío de naves francesas a
la boca del río Salado para apoyarlos.
Volanta utilizada por Prudencio Rosas en la batalla de Chascomús |
El comandante Rico y unos 900 hombres después de la derrota, se dirigieron al Salado y embarcaron en las naves francesas que los esperaron, siendo trasladados a Montevideo, siendo posteriormente incorporados a las fuerzas militares comandadas por el Gral. Lavalle.
Fuentes
Historia
de
“Traición
en el Sur” por Beatriz C. Doallo, publicado en la “Revista del Instituto
Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas” Nº 61.
“Los
Libres de Sur: Una conspiración de hacendados”, por Luis C. Alen Lascano, publicado
en la “Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel
de Rosas” Nº 66.