martes, 1 de septiembre de 2015

Anécdotas - Elpidio González

   Publicado en el Periódico El Restaurador - Año IX N° 36 - Setiembre 2015 - Pag. 8 

 Anécdotas.

revista Qué
(A)

Se conocen algunas anécdotas sobre Elpidio González, que lo muestran tal cual era.

Caras y Caretas
(B)

La primera la encontramos en Internet y no podemos certificar el origen de la misma, pero de todas formas está de acuerdo a la personalidad que tenía González.

Dice así:

"Cierto domingo de un frío invierno, al mediodía, un anciano, pesándole más los años que el maletín de gastado cuero cargado de betún y anilinas Colibrí para los zapatos con que se ganaba la vida, vistiendo un  traje gris, pobre y limpio y la barba, larga pero cuidada, subió a un tranvía.

Después de sacar el boleto se sentó al lado de un señor que venía leyendo un libro.

-“Cantos de vida y esperanza”, un buen libro de Rubén Darío. -le dijo el anciano al pasajero lector, y luego se enfrascó en sus cosas sin prestarle más atención.

El anciano contaba ahora, algunas monedas que había obtenido de la venta del día…

-Y sí, es él, -pensó el lector; ese al que ahora se le caía  una moneda y se levantaba cansinamente a recogerla. Era él, el mismo que decían que vivía en un cuarto de la calle Cerrito que se venía abajo; el mismo que había rechazado una pensión que le correspondía; el amigo de Yrigoyen; el vicepresidente de Alvear... el que tampoco aceptó una casa que el gobierno quiso darle para que viviera como merecía. Sí, era Elpidio González.

El viejo político, con la moneda recuperada en su mano, jadeó un poco. Se había agitado al agacharse a recogerla. Y, como justificándose, dijo a su vecino al sentarse nuevamente junto a él:

-Si no la uso para limosna, la usaré para comer.

  Y en la siguiente parada se alejó hacia la puerta trasera, como un espectro, para irse.

- ¡Oiga, señor González! -le dijo el viajero-, sírvase guardar el libro que le agrada con usted. Sería un honor para mí que lo aceptara.

El anciano le miró agradecido y, cerrando los ojos, le dijo con convicción y humildad:

-Un funcionario, aunque ya no lo sea, no acepta regalos, hijo. Y, además, recuerdo bien a Darío, mejor que a los precios de las pomadas: 

“...y muy siglo diez y ocho, y muy antiguo, y muy moderno; audaz, cosmopolita; con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y una sed de ilusiones infinita…”

Después de recitar su estrofa, tras la parada, el anciano bajó del tranvía y se perdió en la historia, con toda la riqueza de su pobreza, guardada en un maletín viejo, lleno de pomadas, y de unas pocas monedas escurridizas.

Caras y Caretas
(C)
Otra nácdota contada por el que fuera brigadier general de la Fuerza Aéra Argentina, Eduardo Schiaffino.

"Mi familia tuvo un negocio durante la década del 40, hasta 1955, en Santa Fe y Paraná. Un día un vendedor ambulante con su portafolio pasó ofreciendo anilinas Colibrí.

Mi abuela Rosario Schiaffino le compró y luego del pago le dijo: «Muchas gracias, señor González». El hombre, sorprendido, dijo: 

«¡Usted me conoce!» Mi abuela le contestó: «Cómo no lo voy a conocer si usted fue vicepresidente de la Nación, señor Elpidio González»".

(A) Tapa de la revista "Qué sucedió en 7 días" N° 45 del 10 de junio de 1947. Aquí se ve a Gonzalez con su larga barba que lo caracterizó en su ancianidad.

(B) Tapa de la revista "Caras y Caretas" N° 1255 del 21/10/1922.

(C) Tapa de la revista "Caras y Caretas" N° 1307 del 6/10/1923.