sábado, 1 de marzo de 2014

El sable corvo del General San Martín

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VIII N° 30 - Marzo 2014 - Pags. 14 y 15 

Agradecemos a los Amigos del Museo Municipal Kakey Huicul de Maipú, el permitirnos la publicación de la última parte del siguiente artículo y en cuya Biblioteca Digital El Amigo (www.elamigo.blogspot.com.ar/p/biblioteca-digital-el-amigo.htm) se puede obtener la versión completa en PDF

 

José de San Martín

El SABLE CORVO DEL GENERAL SAN MARTIN

Por Humberto F. Leonelli


El sable tiene un típico diseño de inspiración oriental. El Libertador adquirió esa arma durante su estadía en Londres, antes de embarcarse con destino a Buenos Aires, en el año 1811. Algunos autores también dicen que pudo haberlo adquirido en Francia. Lo concreto es que este sable fue elegido por San Martín para que lo acompañe en su derrotero americano luego de que dejara de prestar servicio en España.

Era bastante frecuente que sables de ese tipo fueran usados en Europa en tiempos en que las fuerzas napoleónicas al conquistar Egipto tomaran contacto con las culturas del oriente medio y las armas blancas que se usaban en la región. También en Inglaterra, Arthur Colley Wellestey (1769-1852) que fuera luego, Duque de Wellington, ya era famoso por usar un sable de estas características orientales durante su carrera militar en España y en Francia.

El sable del Libertador tiene un largo de hoja de 818 mm. Un largo total incluyendo la empuñadura, de 948 mm. Un ancho máximo de la hoja de 27 mm. Un espesor máximo de la hoja de 5 mm. El peso del sable, sin dragona, es de 890 gramos, el del sable con dragona de 910 gramos, el peso de la vaina es de 680 gramos y el peso del sable con vaina y dragona es de 1570 gramos. El largo de la vaina es de 845 mm. El ancho máximo de la vaina es de 52 mm., y el espesor máximo de la vaina es de 37 mm.

La curva de la hoja tiene forma de alfanje en un ángulo de 20º. El lomo es redondo y su espesor cerca de la empuñadura es de 5,5 mm, comenzando a degradarse a 5 mm., en su tramo medio llegando a 2 mm. en la punta.

La hoja del sable es de acero de Damasco, zona donde los occidentales encontraron por primera vez un acero ideal para la fabricación de armas blancas.

Los árabes obtenían excelentes resultados con los aceros que fabricaban sus armas. Era un acero de origen hindú con alto contenido de carbono y con muy difíciles condiciones para el forjado.

La empuñadura está armada con cachas de madera de “ébano de las Indias Orientales”, también conocidas como “ébano de Ceilán” o “ébano negro” que se encontraba en India y Ceilán como también en África tropical.

El color de ésta madera es negro en su duramen y con brillo metálico. Esta empuñadura se encuentra peregrinada con un típico diseño inglés. Las cachas están sujetas con un perno en forma de remache. La forma de la empuñadura remata en sus extremos con volutas donde están atravesadas con un tubo metálico que permite el paso de la dragona.

La vaina es de madera de "haya europea", que se encuentra distribuida geográficamente en la región templada de Europa desde Inglaterra y Noruega hasta España e Italia. Esta vaina se encuentra revestida en cuero, dada la antigüedad y lo exiguo del tamaño de las muestras que se analizaron en laboratorio se trata de un cuero de un animal que no se pudo determinar la especie y además de dónde proviene.

Del estudio de las partes constitutivas del sable de Libertador, se puede inferir que siendo el diseño de la hoja de tipo oriental y su proceso de fabricación de los llamados de “damasquinado” que, por lo que hemos visto era común su utilización en medio oriente no así en Europa donde, recién en 1821 se encuentra documentado un procedimiento que intenta ser similar. Se trataría de una hoja de una antigüedad mayor al resto del sable o de neto origen Persa o cercano a su área de influencia.

Ese origen, se asevera en su diseño por la curvatura irregular. Esta hoja pudo ser utilizada en Inglaterra para armar un sable de características orientales al modo de las utilizadas por los jefes militares de los ejércitos napoleónicos como también los más prestigiosos jefes británicos.

El general San Martín adquiere este sable en su estadía previa a embarcarse para América. Por lo tanto también es conocida la fecha aproximada de su adquisición.

El sable del Libertador es entonces, armado con una hoja de verdadero acero damasquinado oriental y el resto del arma pudo haberse preparado en Inglaterra aunque no contiene en ninguna de sus partes visibles sellos ni cúneos que aseveren fabricantes probables. 

Lo concreto es que el Padre de la Patria decide venir a América para iniciar su glorioso derrotero acompañado de un arma que contenía, para muchos jefes militares de Europa un altísimo prestigio militar y a quienes, él había visto combatir durante su brillante carrera profesional en el ejército español, un poco como, si hubiera predicho su destino, en la gesta de nuestra emancipación.