sábado, 1 de septiembre de 2012

Opiniones - Alfredo Lorenzo Palacios

  Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VI N° 24 - Setiembre 2012 - Pag. 16 

OPINIONES

Opiniones sobre Rosas
Alfredo Lorenzo Palacios, nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1880 y falleció en la misma ciudad el 20 de abril de 1965.

Siendo adolescente se afilió al Partido Socialista y muy joven también se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires.

En marzo de 1904 fue elegido Diputado Nacional por la Circunscripción 4º de la Capital, Barrio de La Boca, habiendo sido el primer legislador socialista de América.

Palacios fue un gran esgrimista. En 1915, por haberse batido a duelo fue expulsado de su Partido –que en sus Estatutos prohibía los lances caballerescos–,reingresando años después.

En 1918 adhirió a la Reforma Universitaria, movimiento originado en la Ciudad de Córdoba.

Fue varias veces diputado nacional y también senador, siempre por Buenos Aires; en 1956 y 1957 fue Convencional Constituyente y gran promotor del art. 14 bis  y también en 1951 y 1958 fue candidato a Presidente de la Nación. Tuvo así una larga carrera política.

Fue el impulsor de muchas leyes obreras y sociales –sobre accidentes de trabajo, trabajo femenino, descanso dominical, jornada de 8 horas, pago de sueldos en moneda nacional, trata de mujeres, entre otras.–

Fue por su prédica, que en las manifestaciones del Partido Socialista, se marchara no solo con las banderas rojas, sino también con la bandera nacional.

Fue crítico del gobierno peronista, al que enfrentó y por lo cual debió exiliarse en el Uruguay. A raíz de la Revolución de 1955, que derrocó al Gral. Perón, fue designado Embajador en la República Oriental del Uruguay.

Fue profesor universitario en la Universidad de Buenos Aires y fue Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de la Plata.

En los últimos años de su vida se convirtió en defensor de la llamada “Revolución Cubana”.

Fue una persona sencilla y de vida austera y un solterón empedernido. Era gran orador. Fue característica su forma de vestir, siempre de negro, –que no cambió nunca–, con chambergo, poncho y moño. Desde siempre lució un característico bigote a lo D’Artagnan y una peluca que ocultaba su calvicie.

Escribió varios libros: El nuevo derecho, La universidad nueva, La fatiga y sus proyecciones sociales, Esteban Echeverría, Las islas Malvinas; etc.

Así opinó sobre Rosas: “Cuando estudiemos el pasado, no juzguemos a los hombres desvinculados de la época…Y veremos también cómo Rosas, maldecido como tirano, realizó consciente o inconscientemente, una obra de unificación que permitió la organización nacional”.

En el mismo sentido se expresó el día 21 de noviembre de 1914, en una sesión en la Cámara de Diputados de la Nación (Diario de Sesiones, Reunión Nº 67, pág. 284, columna 1º).