martes, 31 de octubre de 2023

Manuel Belgrano y la religión - Carta de Belgrano a San Martín

Carta de Belgrano a San Martín sobre la religión


Manuel Belgrano y la religión

Un consejo a San Martin. Inculcar la religión


Mi amigo: hablo a usted como tal, y según mis deseos de su acierto: no sé qué ha venido por aquí con la noticia de las reglas reservadas con que deben gobernarse los cuerpos, inculcando en la del duelo: me lo han preguntado varios vecinos, asombrados, y a todos he contestado que ignoro, y aun disuadiéndoles.

Son muy respetables las preocupaciones de los pueblos, y mucho más aquellas que se apoyan, por poco que sea, en cosa que huela a religión: creo muy bien que usted tendrá esto presente, y que arbitrará en medio de que no cunda esa disposición, y particularmente de que no llegue a noticia de los pueblos del interior.

La guerra, allí, no sólo la ha de hacer usted con las armas sino con la opinión, afianzándose siempre está en las virtudes morales, cristianas, y religiosas; pues los enemigos nos la han hecho llamándonos herejes, y sólo por este medio han atraído las genes bárbaras a las armas, manifestándoles que atacábamos la religión.

Acaso se reirá alguno de este mi pensamiento pero usted no deje llevarse de opiniones exóticas, ni de hombres que no conocen el país que pisan; además por ese medio conseguirá usted tener al ejército bien subordinado; pues él al fin se comprende de hombres educados en la Religión Católica que profesamos, y sus máximas no pueden ser más a propósito para el orden.

Estoy cierto de que los pueblos del Perú no tienen una sola virtud, y que la religión los reduce a exterioridades todas las clases, hablo en lo general: porque son tan celosos de éstas que no cabe más, y aseguro a usted que se vería en muchos trabajos si notasen lo más mínimo en el ejército de su mando que se opusiese a ella, y a las excomuniones de los Papas.

He dicho a usted lo bastante; quisiera hablar más pero temo quitar a usted su precioso tiempo, y mis males tampoco me dejan: añadiré únicamente que conserve la bandera que le dejé: que la enarbole cuando todo el ejército se forme; que no deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra generala, y no olvide los escapularios a la tropa: deje usted que se rían; los efectos le resarcirán a usted de la risa de los mentecatos que ven las cosas por encima.

Acuérdese usted que es un general Cristiano Apostólico y Romano; cele usted de que en nada ni aun en las conversaciones más triviales se le falte el respeto de cuanto diga a Nuestra Santa Religión, tenga presente no sólo a los generales del pueblo de Israel sino a los gentiles y al gran Julio César, que jamás dejó de invocar a los dioses inmortales, y por sus victorias en Roma se decretaban rogativas: se lo dice a usted su verdadero y fiel amigo.

Manuel Belgrano


Carta de Belgrano al General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, Coronel José de San Martín; Santiago del Estero, 6 de abril de 1814.