REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En la publicación Anales de la Junta de estudios Históricos de San Antonio de Areco, Volúmen I (1972/73), encontramos este otro interesante artículo sobre las postas.
l. Época Hispánica
Las inmensas distancias que caracterizan al actual territorio argentino factor geográfico que incidió fundamentalmente en el desarrollo de su historia— determinaron una constante preocupación en los funcionarios coloniales, con el fin de lograr una efectiva comunicación entre la zona del Río de la Plata, las provincias del Norte y la ciudad de Lima —capital del Virreinato del Perú— como así también la conexión entre Buenos Aires, Chile y el Paraguay.
Independientemente de la acción oficial, responsable de la
fundación de las primeras ciudades, las necesidades regionales dieron origen a
pequeños núcleos de vecinos que se agruparon alrededor de las capillas,
estancias, etc., remotos antecedentes de los pueblos que fueron jalonando los
principales senderos que, con el tiempo, tomarían el nombre de “Caminos
Reales”. Junto a ellos comenzaron a surgir, asimismo, las “Postas” —humildes
lugares de escala— los cuales, según numerosos relatos de viajeros, eran
simples ranchos en donde se mudaban los caballos y, luego de reponer fuerzas,
se continuaba la marcha.
Con este surgimiento espontáneo de pequeñas poblaciones y la
necesidad de comunicarse entre sí, debemos vincular la preocupación de las autoridades
por lograr una adecuada distribución de las Postas, inquietud que respondió a
profundas causas geográficas, militares, comerciales, políticas y económicas,
factores que se relacionan con la creación del sistema de Correos, cuyos
beneficios llegaron al Río de la Plata recién a mediados del Siglo XVIII,
gracias al empeño de un auténtico precursor: don Domingo Basavilbaso.
Así, a partir del 1748 comenzaron a circular por los Caminos
Reales los primeros correos ordinarios y regulares, despachados por los
Tenientes del Correo Mayor de Indias, hacia Tucumán y Perú. Los lugares de
escala de estos chasquis a caballo —ya que los medios de transportes
singularizados por los carruajes de varios tipos, no estaban aplicados al
tránsito de la correspondencia— eran las Postas, las cuales, para esa época, no
constituían un servicio estatal, sino que se trataba de arrendamientos particulares
que concedían los Correos Mayores, potestad que ejercían por gracia de la
Corona.
Esta situación se mantuvo hasta el 12 de julio de 1769
cuando se incorporó definitivamente a la Corona el cargo de Correo Mayor de
Indias, cuya titularidad pasó a desempeñar con toda justicia, don Domingo
Basavilbaso. Es entonces cuando las Postas habilitadas al sistema de Correos se
convirtieron en un servicio del Estado.
La organización del sistema de Correos trajo aparejada una
serie de problemas de capital importancia, para cuya solución la Metrópoli
envió al Río de la Plata al visitador don Alonso Carrió de la Vandera. Además
de las múltiples gestiones relacionadas con el funcionamiento y administración
del Servicio, se debe a dicho Visitador el establecimiento oficial de las
Primeras Postas en el Camino del Perú y Chile. Las que corresponden a la provincia
de Buenos Aires son las siguientes: Morón - Luján (Villa) - Cañada de la Cruz -
San Antonio de Areco - Chacras de Ayala - Arrecifes - Pergamino - Fortín India
Muerta - Esquina de la Guardia; (En esa época —1771— el límite de la
jurisdicción de Buenos Aires pasaba por el río Carcarañá).
A estas primitivas postas se agregaron en 1774 las
correspondientes a la “Carrera del Paraguay”, siguiendo el “camino de arriba”,
a lo largo de la costa del río Paraná, hasta Santa Fe. Se trata de las siguientes:
Las Conchas - Pilar - Capilla del Señor - Chacras de Areco - Cañada Honda - San
Pedro - Las Hermanas - Arroyo del Medio - Arroyo Seco - Capilla del Rosario -
Espinillo - Carcarañá.
A este panorama de las primitivas Postas en la provincia de
Buenos Aires debemos agregar la línea de fortines, ubicada hacia el Oeste,
cuyos primeros establecimientos se remontan a 1752, siendo su finalidad
contener el ataque de los indios. Estuvieron a cargo de compañías de
“Blandengues”, tropa miliciana costeada por los cabildos de las ciudades
mediante impuestos de guerra y otros. Al finalizar el Siglo XVIIL la línea de
frontera por el Oeste y Sur comprendía los siguientes destacamentos: Magdalenaa
- Chascomús - Ranchos - Monte - Lobos - Navarro - Guardia de Luján - Guardia de
Areco - Salto - Rojas - Pergamino, hasta Melincué.
Dichos Fortines constituían “Postas Militares”,
independientes de la Administración de Correos, ocupándose de la transmisión de
mensajes los chasquis militares…
2. Época Independiente
Producida la Revolución de Mayo y ya avanzada la época
independiente, son numerosas las Postas que se crean, las cuales figuran en
diversos “itinerarios”, relatos de viajeros y reorganizaciones del Sistema de
Correos realizadas en 1810, 1814, 1821 y 1822, culminando con la creación de la
“Dirección General de Correros, Postas y Caminos” del 13 de mayo de 1826
—durante la presidencia de Rivadavia— que coordinaba el movimiento nacional de
las comunicaciones.
Con respecto a las “Postas Militares” que, como ya
anticipáramos, dependían del Ministerio de Guerra, a partir de 1813 comenzó a
notarse la intervención del Correo en la ubicación y funcionamiento de las
mismas, siendo frecuente el choque entre ambas jurisdicciones. Es que el
sistema de comunicaciones a cargo de las postas militares no respondía a la
creciente colonización de los extensos territorios de la Provincia, pues sólo
servía a los intereses militares. A ello hay que agregar las dificultades sobre
el pago de los derechos por cabalgaduras, de los cuales gozaban los Maestros de
Postas y otras exenciones que les eran concedidas.
Esta situación trató de solucionarse mediante el decreto del
27 de junio de 1823, que disponía que la Administración de Correos se hacía
cargo de los servicios postales en todo el territorio de la Provincia de Buenos
Aires. Así, a medida que la Administración establecía las “postas ordinarias” v
organizaba los servicios de “correos”, las antiguas “postas militares” se iban
transformando en dependencias de ella, nombrándose a civiles para los cargos de
“maestros de posta”.
Dentro de este suscinto panorama que trazamos a grandes rasgos, no debemos olvidar la creación de carreras “transversales” entre los principales pueblos y fortines, con lo cual se lograba la intercomunicación entre los mismos Así quedó constituida una amplia red de comunicaciones…