miércoles, 24 de marzo de 2021

Templo azteca

 REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA

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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años. 

Encontramos en este caso una noticia publicada en el diario "Clarín" del sábado 22 de agosto de 2015, sobre el hallazgo a pocos metros del Palacio Nacional de Méjico, de un templo  construído por los aztecas con los cráneos de sus enemigos.

 Hallan un gran altar azteca con cráneos de sus enemigos

 

Diario Clarín

Lo encontraron a metros del Zócalo, el corazón de la Ciudad de México. Se estima que llegó a tener 60 mil calaveras.

 

Un grupo de arqueólogos halló el más grande “Tzompantli” (altar formado por cráneos) de Tenochtitlan, la antigua capital de los Aztecas, cuya existencia no había sido comprobada pero era consignada en las más destacadas crónicas de la conquista española.

 

El muro —de unos 34 metros de largo por 45 centímetros de alto— formado por hileras de cráneos de víctimas sacrificadas con motivos rituales para honrar a los dioses, fue hallado en una excavación realizada en la Calle de Guatemala número 24, a unos metros del Zócalo, la plaza principal de la ciudad de México. El arqueólogo Eduardo Matos, que por varios lustros encabezó la búsqueda de restos arqueológicos en el Templo Mayor, (adyacente al Palacio Nacional y a la Catedral, frente al Zócalo), considera que se trata del llamado “Gran Tzompantli de Tenochtitlán”

 

“Muchos de estos cráneos pudieron pertenecer a enemigos de los mexicas (Aztecas) que eran capturados, sacrificados y decapitados, como una advertencia de su poderío”, afirmó Matos.

 

Se estima que el gran Tzompantli llegó a tener 60.000 cráneos humanos a la llegada de los españoles, que contemplaron horrorizados este monumento, que no era típico de los Aztecas: altares análogos han sido hallados en otras ruinas arqueológicas de México.

 

Según las fuentes históricas del siglo XVI, los tzompantli —hilera de cráneos, en la lengua Azteca— por lo general eran “basamentos muy bajos alargados y que en su parte superior tenían clavados una serie de postes de madera con travesaños, en los cuales se colocaban los cráneos de los decapitados en determinadas ceremonias”

 

“Hay una actitud biofílica y no necrofílica, en el sentido de ofrendar a Dios lo más preciado para que la vida pueda continuar en la tierra”, señaló Matos, quien además estima que este “es un tipo de manifestación que vemos en muchas religiones, en las que se hacen ofrendas a la divinidad para que sea posible la vida”.

 

Los cráneos fueron pegados con argamasa de cal, arena y arena volcánica. La edificación del tzompantli, según los investigadores, sería contemporánea a la construcción del Templo Mayor, entre 1486 y 1502, poco antes de la llegada de los conquistadores españoles.