lunes, 8 de marzo de 2021

Expediciones científicas en las costas del sur

LAS EXPEDICIONES GEOGRAFICAS Y CIENTIFICAS DE LAS POTENCIAS EXTRANJERAS A NUESTRAS COSTAS EN EL SIGLO XIX.

EL INTERES GEOPOLITICO DE LAS NACIONES EUROPEAS POR NUESTRO TERRITORIO.

                                                                por el Dr. Guillermo M. Masciotra

 

El territorio patrio además de haber soportado las invasiones punitivas inglesas y lusitanas, fue también explorado y relevado por embarcaciones de diversas banderas con variados fines.

 

LOS ANTECEDENTES.

Presencia de marinos franceses: Luis Claudio de Freycinet entre los años 1817 y 1820 en el Río de la Plata ,con la corbeta Uranie visitaron además Malvinas, Tierra del Fuego y el Cabo de Hornos.

Luego de recoger valioso material de estudio regresaron a El Havre, previo a reponer la pérdida de la corbeta por una nueva embarcación adquirida en la isla Soledad.

Jacinto de Boungainville, ingresó por el Pacífico con la fragata Thetis en 1826, y visitó nuestro litoral marítimo, este marino era descendiente del célebre navegante Juan A. de Boungainville que en 1776 llegara hasta la Antártida.

Luis Duperrey, en 1822 estuvo también en Malvinas, y siguió viaje al Pacífico, era veterano de la Expedición Freycinet en 1817.

Al mando de la fragata Artemise en 1840, Pedro Teodoro Laplace, ingresó al Atlántico luego de recorrer el Océano Indico.

Presencia rusa: en 1816 el marino ruso O.E. Kotzebue regresa por el Cabo de Hornos, de su viaje con el navío Rurik por el Pacífico. En 1817 dos corbetas rusas denominadas Vostok y Mirny visitaron las Islas Georgias, Shetland y Sandwich del Sur, provenientes de Australia, llegaron al mando de un brillante marino el Barón Fabian de Bellingshausen, exploraron hasta la Antártida, regresando luego de tres años a Rusia por el Mar Báltico.

Un capítulo aparte lo constituyen la expediciones que armaban las empresas pesqueras y loberas que efectúan investigaciones en los ricos bancos del Atlántico Sur y sus costas, entre los que se pueden mencionar los viajes de los ingleses James Wedell y George Powell y el norteamericano N. Brown Palmar. Un trabajo muy importante fue realizado por el Capitán Henry Foster, oficial inglés, posiblemente con paga media o total de la Armada Británica y contratado por empresas loberas para investigaciones científicas como muchos marinos en esa época.

Como podemos ver los motivos de los reconocimientos eran diversos, los minerales, la botánica, la geografía y la cartografía, nuevas rutas marítimas, la fauna ictícola, las pieles, la aventura marítima y por supuesto la búsqueda de territorios sin ocupar para calificarlos res nullius y proceder eventualmente a su ocupación.

 

LAS DOS EXPEDICIONES HIDROGRÁFICAS INGLESAS (1826-1830 y 1831-1836)

Primera Expedición. Ambos eventos fueron concebidos por opinión de la Real Sociedad Geográfica de Londres y organizados por el Consejo de Almirantes, que en 1825 dispuso la preparación de dos embarcaciones, con el mejor equipamiento de velamen, comodidades interiores notables y el mejor instrumental de esa época.

Las naves fueron tripuladas por excelentes y experimentadas dotaciones, que incluían cirujanos, contadores, botánicos y numerosos oficiales para desempeñarse en la función de pilotos e hidrógrafos.

El detalle de las instrucciones entregadas por el Almirantazgo, demuestran claramente la intención de realizar un completo y eficaz relevamiento con miras sin dudas para ocupar los territorios australes argentinos. Se instruía explorar y relevar la costa austral del continente americano desde el Cabo San Antonio en la desembocadura del Río de la Plata, incluida la Tierra del Fuego hasta la isla de Chiloé en el Océano Pacífico.

Además se comisionó a la Estación Naval de Río de Janeiro de colaborar en lo que pudieran requerir los comandantes de ambas embarcaciones. Fueron sin duda las expediciones hidrográficas más importantes y extensas que se hubieran planificado.

Partieron de la rada del Puerto de Plymouth en 1826, el Adventure de 330 toneladas al mando del Capitán Phillip Parker King y el Beagle de 225 toneladas comandado por el Capitán Pringles Stokes. Simultáneamente operó el Capitán Foster en forma independiente con la pequeña nave Chanticleer visitando la Isla de los Estados, la Tierra del Fuego y el Cabo de Hornos. La navegación de la expedición llega al estrecho de Magallanes, recoge muestras de los grandes árboles, minerales, aves y peces. Fuertes temporales debieron afrontar las naves, que agotan las tripulaciones y obligan a continuas reparaciones.

HMS Beagle
Robert Fitz Roy
El comandante del Beagle, se suicida en Puerto Hambre agobiado por las privaciones y dificultades. Asume el Capitán Roberto Fitz Roy, de escasos 25 años de edad, altamente profesional y de profunda religiosidad. Continúa con la expedición en el mando del Beagle. Reabastecidos en Montevideo vuelven las naves al Estrecho de Magallanes, en convoy con una nueva nave el Adelaide, y en 1829, llega el Beagle a la isla Chiloé y en 1830 inspecciona la Tierra del Fuego. Fitz Roy recorre sus costas y trata con los primitivos habitantes, onas y yaganes son visitados, se consolida así una sociabilidad que concluye en el embarque y viaje de cuatro yaganes a Inglaterra, con la promesa de retornarlos instruidos.

Esta Primera Expedición regresa a Inglaterra en 1830, destacando que a su llegada el resultado muestra la brillante actuación de Fitz Roy, a pesar de no recibir el reconocimiento inmediato.

Segunda Expedición.

El capitán Fitz Roy deseaba volver a explorar el Atlántico Sur y el Pacífico Sur, entre otros motivos porque deseaba devolver a los 4 fueguinos a su tierra natal, mucho le costó convencer al Consejo de Almirantes para conseguir naves, recursos y tripulaciones. Finalmente los intereses de la Real Sociedad Geográfica contribuyeron al visto bueno y se ordenó alistar nuevamente el Beagle, que fue reforzado en su casco y arboladura al máximo y dotado de pararrayos, magnetómetros, once cronómetros, sondas, anclas de repuesto y ocho botes. La tripulación era en su mayoría veterana de la anterior travesía, incrementada por hidrógrafo, catequista, ayudante de cirujano y la muy importante presencia del naturalista Carlos Darwin, lo que refleja el interés británico por nuestros territorios.

Las instrucciones son aún mas precisas que las anteriores de 1826,desde el Cabo San Antonio hasta la Tierra del Fuego y la costa del Estrecho de Magallanes, los canales e islas fueguinos deben ser objeto de investigaciones geológicas, magnéticas, botánicas y meteorológicas. En el diario de a bordo se consigna la visita a Punta Médanos, Monte Hermoso, Bahía Blanca, incluida la Fortaleza Protectora Argentina, la desembocadura de los ríos Negro y Colorado, Carmen de Patagones, Puerto Deseado, Malvinas y Golfo Nuevo, recogiendo materiales, plantas, maderas, y todo otro dato útil para el conocimiento del territorio que se explora.

Quedaba en claro que el sentido de la información era de valor estratégico, por encima del valor científico sobrevolaba la idea de controlar las vías de comunicación marítima y sus costas.

HMS Beagle
Charles Darwin

El desembarco de Carlos Darwin para recorrer la pampa argentina, no es un hecho aislado, lo hace acompañado del marino inglés James Harris, oficial integrante de la experimentada plana mayor de la fragata La Argentina al mando de Hipólito Bouchard, y comandante del bergantín Hijo de Julio en la guerra con el Imperio, que conoce muy bien el Rio de la Plata, con sus canales costas y bancos, y había sido integrante de la defensa y victoria de las armas argentinas en el Combate de Carmen de Patagones contra las tropas y naves imperiales en 1827.

Juan Manuel de Rosas recibe la visita de la comitiva procedente de la Fortaleza Protectora Argentina que encabeza el sabio naturalista, exhibe las cartas de presentación firmadas por el Ministro Felipe Arana, en Buenos Aires y permanece dos días en el campamento de Médano Redondo junto al Río Colorado. Interesado en viajar por tierra a Buenos Aires y tal vez a Santa Fe, recibe escolta, salvoconducto y baqueanos que lo acompañan por instrucciones del Gral. Rosas. Recorre Punta Alta y Monte Hermoso, Sierra de la Ventana, Tapalqué, Guardia del Monte, y en Buenos Aires embarca y navega por el Río Paraná hasta Santa Fe.

Halla fósiles en las costas, investiga las especies zoológicas y luego vuelve a la Argentina desde Chile por el Paso de Potrerillos, visita Mendoza y vuelve a cruzar la Cordillera de los Andes por el legendario Paso de Uspallata. En su diario particular Charles Darwin registra todas sus observaciones y descubrimientos, científicos y geográficos, de este viaje.

La Segunda Expedición Inglesa, siempre al mando de Fitz Roy, aprovecha tener que reparar al Beagle en la desembocadura del Río Santa Cruz, para efectuar con tres balleneras una profunda navegación por ese cause fluvial rumbo al Oeste, navegando a vela cuando se podía o a la sirga, alcanzando las estribaciones de la Cordillera de los Andes, incluso al ser imposible navegar por el escaso calado continúan Fitz Roy y Darwin por tierra acompañados de treinta hombres.

El Beagle en Santa Cruz
Reparación del HMS Beagle en el río Santa Cruz


Esta penetración y exploración interior denota claramente que las Expediciones no tenían solamente un fin altruista y científico, regresando a la nave que se había reparado maravillados por la visión de los Andes que se le presentaba.

Cuando la Segunda Expedición ingresa al Océano Pacífico recorre Chile central, isla de Chiloé, Valparaíso, Valdivia y la isla de Pascua, visita en 1835 las Islas Galápagos, Tahití y Nueva Zelandia, y para 1835, isla Mauricio Tasmania, Sydney, Islas Kesling, posteriormente Cabo de la Buena Esperanza, las Azores, las Islas de Cabo Verde y la isla Ascensión previo a su regreso a Gran Bretaña.


LA EXPEDICION DESCALZI (1833/1834) - LA EXPLORACIÓN DE LOS RÍOS NEGRO Y COLORADO 

La Campaña del Desierto que organizara Juan Manuel de Rosas en 1833 para asegurar las fronteras, llevar la autoridad nacional a los territorios patagónicos y principalmente cortar la ruta de los Manzanos, por donde las bandas de los Pincheira, los restos de las fuerzas de Benavídez y otros fugitivos realistas ,junto a tribus hostiles trasandinas, asociados con algunos desertores y derrotados unitarios que se refugiaban en las tolderías transportaban el ganado y bienes producto de los malones y saqueos al otro lado de los Andes no fue solamente un avance terrestre ,por el contrario tuvo su acompañamiento marítimo y fluvial en la Expedición Descalzi.(Recomendamos la lectura de EL RESTAURADOR N° 9,donde se describe la expedición fluvial de 1833-1834).

Este capítulo de afirmación de la soberanía nacional, se ve reflejado en la intensa actividad del Departamento de Topografía de la Provincia de Buenos Aires, que en 1833 publica la Carta Corográfica con el detalle geográfico hasta el Río Negro. Entre 1836 y 1840 el mencionado organismo edita las nuevas cartas que serán luego base de las ediciones de los libros del geógrafo inglés James Parish. El plano carta que publica el geógrafo británico con el detalle catastral de las propiedades de la Provincia de Buenos Aires en 1840, fue incluso copiado y publicado en Londres, por la principal editora de atlas geográficos del viejo continente.

El mismo Departamento de Topografía, publica en abril de 1837 la carta geográfica con los descubrimientos de la Expedición Descalzi y el relevamiento terrestre que acompañó el avance de las tropas al mando del General Ángel Pacheco, comprendiendo desde el Atlántico a la Cordillera de los Andes desde la latitud de 34 grados hasta el paralelo de 41 grados.

 

LA DEFENSA DE LA SOBERANÍA NACIONAL - EL INTERÉS GEOPOLÍTICO DE LONDRES Y PARÍS

La década de 1830, en el Río de la Plata es el escenario que ha elegido también Francia para repetir sus incursiones punitivas en Argel ,México, Haití y Guayana ,de la mano de Luis Felipe replica el expansionismo napoleónico y se introduce en contiendas ajenas. Encuentra en el mariscal Andrés de Santa Cruz y en el General Fructuoso Rivera a los personajes ideales para complotar primero y luego atacar a la Confederación Argentina, por supuesto también con la colaboración intelectual y material fría, seca y retaceada de algunos unitarios.

La Guerra con la Confederación Peruano Boliviana que desea anexar a nuestras provincias de Salta y Jujuy con el pretexto que Juan Manuel de Rosas pretendía recrear un imperio argentino, es una muestra del intento de segregar parte del territorio nacional.

.El Palacio de Tullerías siempre presto para impulsar nuevas conquistas buscaba la complicidad de socios locales también dispuestos a traicionar a su Patria, no vacilaba en crear problemas, incidentes y entredichos para posicionarse como potencia colonial. (ver EL RESTAURADOR N°8)

Muy bien lo advierte Rosas, que en la carta a Estanislao López del 21 de julio de 1836, (reproducida en el TOMO III de Vida Política de Juan Manuel de Rosas escrita por Julio Irazusta) relata la conducta de Fructuoso Rivera con los franceses, la vinculación que se deseaba establecer entre la Confederación Peruano Boliviana y el oscuro jefe del Partido Colorado. La estación marítima francesa al mando del Almirante Leblanc bloquea Buenos Aires y el Río de la Plata para atacar a la Confederación Argentina.

Indudablemente las dos expediciones inglesas relatadas superan ampliamente a las restantes y anteriores expediciones, el Beagle (de magnifica construcción, de 225 toneladas y armado de 6 cañones) y el Adventure (importante velero de 330 toneladas) eran navíos soberbiamente preparados ,equipados y aptos para navegar en altas latitudes, que además embarcaban tropas de marinería y en conjunto poseían la cifra de 21 cronómetros y varios microscopios instrumental impensado para ese momento, y con el aporte de un “sabio“ de los quilates de Darwin, a bordo .

La información y muestras de minerales, botánica, de las temperaturas y fauna zoológica recopilada demuestra el evidente interés por nuestro suelo y el valor estratégico que revestía en ese momento. Además repasando los lugares que visitó y que se citan más arriba, son puntos geográficos estratégicos, convertidos en el siglo XX, algunos de ellos en bases aeronavales y otros en campos de la experimentación nuclear y centinelas de las rutas aéreas y marítimas.

Para completar el alto nivel de conocimiento que recogió en especial la segunda expedición inglesa se resumen en el testimonio de Charles Darwin quien años más tarde manifiesta: el viaje del Beagle, ha sido la experiencia más importante de mi vida y ha determinado mi carrera.

 

OPINIÓN DE TOMAS GUIDO SOBRE LAS EXPEDICIONES INGLESAS.

“El lancero de San Martín”, embajador argentino en Río de Janeiro en carta dirigida en 1844 a Carlos María de Alvear, su par en Nueva York advierte: Muy poca vista tiene quién no descubre en el fondo de las expediciones explorativas sobre las costas del sur de la República Argentina, la base de un plan de ocupación de la zona despoblada del Sur del Río Negro.

 

Bibliografía:

Historia Marítima Argentina. Depto Estudios Historicos Navales.

Vida Política de Juan Manuel de Rosas. Julio Irazusta.

Tomás Guido. Hugo Galmarini.

 

Recomendamos las siguientes obras para ampliar el tema e interpretar la velada amenaza que sobrevolaba los territorios australes argentinos:

Darwin en la Tierra del Fuego. Edit. Emece

Los Viajes del Beagle y el Adventure, narración y traducción en cuatro tomos de Teodoro Caillet-Bois.

La Primera Expedición Hidrográfica y la Segunda Expedición Hidrográfica Inglesa, ambos textos de Rodolfo Poletti.