Publicado en el Periódico El Restaurador - Año XIII N° 52 - Setiembre 2019 - Pags. 1 a 3
Homenaje y reconocimiento al Coronel de Marina Álvaro José de Alzogaray al cumplirse los 210 años de su nacimiento y 140 años de su fallecimiento
Por el Doctor Guillermo M. Masciotra
Álvaro José de Alzogaray |
Nacido en la ciudad de Santa Fe (Virreinato del Río de la Plata), el 19 de enero de 1809, hijo de Francisco de Alzogaray y Mercedes Echagüe, Álvaro José se crió en una familia criolla que rápidamente tomó partido por los ideales de Mayo, ya que los Echagüe familiares de su madre fueron entusiastas defensores de la causa patriota. De sólida educación en su niñez, estudió idiomas y ciencias físicas y matemáticas en su ciudad natal.
Con tan solo 16 años se enroló en la incipiente marina de guerra que se armaba a las órdenes del Almirante Guillermo Brown, para enfrentar a la poderosa escuadra del Imperio de Brasil.
Su vocación de servicio, amplia cultura y espíritu guerrero seguramente heredados de los Echagüe lo colocan en la posición de ayudante secretario del bravo irlandés y desde ese puesto en el puente de la nave insignia participa en el Combate de Los Pozos, La Colonia, Quilmes y Monte Santiago y las gloriosas jornadas de El Juncal. Durante casi tres años es quien lleva el Libro Diario de Operaciones de la Escuadra Republicana recopilando todos los detalles y siendo testigo de las maniobras y combates en el Río de la Plata.
Junto a marinos como Espora, Rosales, Drumond, Parker, Bathurs, Granville, Fournier, Thorne, entre otros, fue parte de esa generación que se formaba con Brown para defender a la Patria en el mar.
Finalizado el conflicto con Brasil realiza hasta 1831 tareas de agente naval llevando pertrechos hasta Fortaleza Argentina (actual Bahía Blanca) comandando la polacra Estela Matutina. A partir de ese año y hasta 1840 ocupa el puesto de Comandante de Milicias.
En 1840 nuevamente es convocado por Brown, que a solicitud de Juan Manuel de Rosas otra vez debe armar de la nada una escuadrilla para disputar el dominio del río de la Plata a las fuerzas orientales coloradas riveristas, que operaban desde Montevideo.
Participa de los Combates del Canal Santa Lucía, donde logra abordar y apresar en 1841 al Bergantín Cagancha que pasa a integrar la flota de la Confederación Argentina con el nombre de Echagüe, pelea en la defensa de Maldonado con una brillante actuación (1) y participa incluso en el incidente con el buque de estación francés Arethuse. Nuevamente y como había ocurrido años antes, es uno de los marinos que al lado de Guillermo Brown demostró mucha valentía y alta profesionalidad en el empleo de las naves y armas durante esta gesta que culmina con la derrota de la fuerza naval riverista al mando de Juan Coe, antiguo subordinado de Brown.
En 1844 asume el mando del Bergantín Estrella del Sur y en febrero de 1845 el mando de la Goleta Maipú, adquirida en EE UU, cuya artillería fue repotenciada por él, siendo la madrina de bautismo de la nave la Señorita Manuela Robustiana Rosas.
Vive Alzogaray con dolor el robo anglo francés de la escuadra en Montevideo. Llegan los acontecimientos en 1845 del bloqueo anglo francés y la expedición invasora al río Paraná con la página de Vuelta de Obligado donde una vez más su brillante actuación, se resume en el parte del Gral. Mansilla: “El comandante de la Batería El Restaurador, Don Álvaro José de Alzogaray es digno del renombre de intrépido y sereno guerrero”.
El 19 de abril de 1846, Alzogaray tuvo destacada actuación en la recuperación del Pailebote Federal (2) nave identificada como la más veloz del Plata de 115 toneladas de desplazamiento que había sido capturada por los ingleses en Obligado y bajo ese pabellón rebautizada Vuelta de Obligado. Esta nave por sus características fue destinada para el envío de correspondencia. En su viaje de regreso desde Corrientes hacia Montevideo, quedó varada cerca del Paso del Quebracho y allí es atacada desde la costa por la artillería argentina al mando de Alzogaray. Unos certeros cañonazos que dan en la nave provocaron que sus tripulantes la abandonaran precipitadamente, dejando pertrechos, banderas y documentación. Con cuatro lanchones de marinería se aborda la embarcación y así se produce su captura y él mismo efectúa el cambio de pabellón, repara el pailebote nombrado, lo zafa de la varadura y lo navega hasta Puerto San Lorenzo, donde retira el poderoso cañón de 18 libras con que lo habían dotado los ingleses para ser colocado en la Batería instalada en San Lorenzo.
Vapor de guerra La Merced. Acuarela sobre papel de J.R. Silveyra (c. 1851) |
A fines de 1846 es designado Comandante del Cuartel Divisionario del Departamento del Norte, y en 1848 sus antecedentes de marino y técnico naval hacen que el gobierno de la Confederación Argentina le confíe el mando del Merced (3), primera embarcación a vapor de la Escuadra de la Confederación, que debe reparar y armar en el varadero del Río Luján en Tigre. Permanece bajo su mando por dos años siempre en reparaciones y pruebas de navegación hasta que lo sorprende la Batalla de Caseros. El haber sido leal a Rosas ante el Pronunciamiento de Urquiza, significó que después de esa batalla se le diera de baja, al igual que a la mayoría de los marinos al servicio de la Confederación Argentina, como Thorne, Py, Laserre, Maurice, Craig, Fourmantín, Cabassa, Pinedo, Mariano y Bartolomé Cordero entre otros por haber asumido idéntica posición.
Su vasta actuación naval, lealtad a la Patria y formación técnica hacen que sea reincorporado a fines de 1853, pero sin mando ocupando un cargo en el Correo de la Provincia de Santa Fe.
Posteriormente separada Buenos Aires de la Confederación en 1861 lo convoca el Gral. Urquiza para organizar el Parque de Artillería.
Era claro que su servicio e idoneidad profesional eran indispensables para la Guerra de la Triple Alianza y nuevamente es llamado a prestar servicios en la organización de las tropas de artillería en Corrientes.
A su fallecimiento ocurrido el 31 de julio de 1879, mientras se desempeñaba como Inspector General de la Armada Argentina, cargo para el que había sido nombrado en 1875 y con el grado de coronel de marina, se cierra una amplia foja de servicios que se había iniciado en 1826, quedando para el recuerdo su personalidad legendaria, formada en la Guerra contra el Imperio y consolidada en las campañas contra Coe, los riveristas y los bloqueos contra la Confederación Argentina, siendo uno de los nombres insignes que tuvieron al Alte. Brown como guía y se cubrieron de gloria y honor en defensa de la Soberanía Nacional.
En el sepelio, el Dr. Ángel Justiniano Carranza, se refirió al fallecido marino recordando a los “muchos servicios prestados por Alzogaray a la República, a sus jóvenes años formándose al lado del arquetipo insuperable que era el gran Almirante… su sentido de la responsabilidad y del deber… las virtudes morales, su educación y su valor”.
Alzogaray, fue víctima de una injusta acusación originada en los círculos unitarios de Montevideo y velozmente fue receptada por algunos intrigantes locales acusándolo que cuando en 1840 nuevamente se incorpora a las órdenes de Guillermo Brown, lo hace para vigilar al bravo irlandés y ser un controlador de su conducta e informar de la mínima defección a Rosas.
Nada más lejano a la realidad que lo expuesto. Se pueden dar varias razones:
Una de ellas. Cuando Brown convocó nuevamente a Alzogaray, lo hizo en consideración a la idoneidad y confianza que le mereció su subordinado como su Ayudante de Órdenes y Secretario, durante los tres años que duró la guerra contra el Brasil (1826 a 1829).
Brown recibió muchas críticas por su colaboración con el gobierno de Rosas, pero siempre manifestó que independientemente de quien detentara el poder, su actitud siempre sería la de defender el pabellón nacional. Su leal actitud, nunca generó dudas. Además Rosas sentía gran aprecio hacia el Almirante a quien llamaba cariñosamente “Bruno” en vez de Brown.
Por último, se puede afirmar que Alzogaray siempre fue un correctísimo oficial ayudante y leal a su comandante y a la Patria. Nunca mencionó o siquiera hizo la menor alusión de que debía controlar el desempeño de su superior e informar a Rosas.
Se sabía que sus restos mortales descansaban en una bóveda del cementerio de la Chacarita, pero se desconocía en cual, pues ninguna tenía una placa con esa mención.
Merced a la colaboración de los Jóvenes Revisionistas del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas y la Agrupación Patricios de Vuelta de Obligado se pudo ubicar en los archivos del Cementerio citado, su lugar de sepultura. Se inicia así un programa de gestiones ante descendientes del marino, autoridades navales y del Gobierno de la Ciudad para su traslado al Cementerio de la Recoleta a la bóveda de la familia Alsogaray, en un acto que se realizó el 2 de agosto de 2014 donde se le rinde un justo y sentido homenaje de reconocimiento con la presencia de tropas de marinería, ofrendas florales, discursos y descubrimiento de placas recordatorias.
Es necesario destacar que siempre cumplió con la misión de actuar como eficiente secretario y ayudante de órdenes del Almirante Brown. Sus extendidos y detallados informes son fuente de consulta de los historiadores que desean conocer al mínimo detalle las campañas navales argentinas, sus naves y tripulantes a partir de 1825.
En el Archivo Histórico de Montevideo se encuentra el Libro Diario de Operaciones de la Escuadra Republicana, que es una recopilación diaria de las operaciones navales en la guerra contra el Imperio y en el Archivo General de la Nación de nuestro país está toda la documentación relativa a los bloqueos colonialistas y la Guerra del Paraná entre otros, que comprende el período de 1840 hasta 1879, es decir hasta su fallecimiento.
Notas
(1) En diciembre de 1841, el pueblo y puerto de Maldonado ubicado en el Uruguay, sobre las costas del arroyo del mismo nombre, próximo a su desembocadura en el océano Atlántico, había sido ocupado por las fuerzas riveristas con apoyo de unitarios argentinos, con la intención de quebrar el bloqueo que la escuadra argentina ejercía sobre Montevideo.
El 3 de enero de 1844, Alzogaray, secundado por Bathurst y al frente de 50 hombres de infantería del Batallón Libertad de las fuerzas de Manuel Oribe, mediante una acción terrestre, desaloja a las tropas enemigas, recupera el pueblo y lo fortifica ante el avance de fuerzas coloradas al mando del coronel Fortunato Silva.
El 17 de dicho mes Silva al frente de una fuerza compuesta por 400 soldados, intima de rendición al marino argentino, quien en ese momento contaba con los 50 hombres de infantería ya mencionados a los que se les habían agregado 20 efectivos de marinería.
Alzogaray, no solo rechaza la intimación, manifestándole a su contrario “Que un oficial argentino muere con los valientes a su cargo, pero no se rinde”, sino que en inferioridad de condiciones lo enfrenta en un combate que dura 8 horas, sin perder terreno, logrando que la fuerza enemiga se retire, en previsión de la llegada de fuerzas en auxilio del jefe argentino.
Esta valerosa acción le valió un nuevo reconocimiento a su valor y capacidad de mando.
(2) El pailebote Federal, era una nave de construcción española, muy similar a una goleta de silueta muy fina, de solamente 3 mts. de manga y una eslora de 28 mts., con un desplazamiento de 115 toneladas. Se la identificaba como la más veloz del Plata y fue adquirida en 1844 para ser destinada al traslado de los Prácticos que auxiliaban a las naves en el pilotaje en el Río de la Plata. Luego de su recuperación por Alzogaray y nuevamente bajo pabellón argentino y con el nombre Federal su mando es ejercido hasta 1848 por el Capitán Santiago Maurice, otro marino veterano de Vuelta de Obligado y la Guerra del Paraná, integra la Escuadrilla de Ramallo que opera en Corrientes, pasando luego por su versatilidad a ser asignado como aviso de la marina argentina. A partir de 1850 se pierde su actuación en los Registros de Buques.
(3) El Merced es la primera nave a vapor de construcción inglesa y casco de hierro, que se incorporó a nuestra marina. Era un buque mercante adaptado para la guerra de 250 toneladas de desplazamiento. La comisión naval que recomendó su compra en 1849 estaba integrada por los marinos Pinedo, Toll y Turner quienes evalúan su estado y perciben que su bajo calado le permite operar en nuestros ríos. Su propulsión a vapor se realizaba con dos ruedas de paletas laterales. Alzogaray cambia su artillería anticuada por dos cañones de retrocarga y le coloca arboladura de goleta. Figura en los registros de la Armada hasta 1880.
Fuentes:
Historia Argentina. José Luis Busaniche / Historia de la Confederación Argentina. Adolfo Saldías / Biografías Navales. Ricardo Piccirilli y Leoncio Gianello / La Gran Epopeya. Mario O’Donnell / Tomas Guido. Hugo Galmarini / Campañas Militares Argentinas. Isidoro Ruiz Moreno / Los marinos de la dictadura. Caillet Bois / Apuntes sobre buques de la Armada Argentina. Pablo Harguindeguy / Historia Marítima Argentina. Héctor Tanzi.