Publicado en el Periódico El Restaurador - Año V N° 20 - Setiembre 2011 - Pags, 11 a 15
Jauretche, Rosas y el
Revisionismo histórico
Por
Marcelo Gullo*
Arturo Jauretche |
En
esta nueva y curiosa versión de la historia -como en la elaborada por Mitre- la
batalla de Caseros tiene un sentido positivo. Rosas, aparece como un unitario
disfrazado de federal y la batalla de Caseros, como una importante victoria del
campo nacional y popular. Podría tratarse, pensaran algunos, de que estos
nuevos historiadores, que se declaran jauretcheanos, tienen apenas una
diferencia de matices con el pensamiento de Jauretche. Sin embargo, creemos que
estos ensayistas no plantean una simple cuestión de matices sino que, por el
contrario, contradicen el nudo o la piedra angular del pensamiento de
Jauretche. Podría pensarse también que aun siendo así, esa diferenciación con
el pensamiento del maestro, no tiene hoy una mayor relevancia política, que no
tiene implicaciones prácticas y que, en nada afecta al presente y futuro de los
argentinos y de
Rosas, pivote histórico
General Rosas. Litog. de época |
Desde
su conversión al revisionismo histórico, Jauretche se convirtió en uno de los
más agudos y perseverantes predicadores de ese “revisionismo histórico” y de la
reivindicación de la figura del Brigadier Juan Manuel de Rosas. Fruto directo
de esa incansable prédica, fue su libro “Política
Nacional y Revisionismo histórico”, un texto que Jauretche construyó con
los apuntes de dos conferencias que pronunciara en la sede central del
Instituto Juan Manuel de Rosas y en la filial “Fuerte Federación” de la ciudad
de Junín en
El retorno de la política
nacional de
En
su libro “Ejército y Política”
-escrito poco después del derrocamiento del General Juan Domingo Perón el 16 de
setiembre de 1955-, Arturo Jauretche, tratando de explicar el significado
histórico de Rosas afirma: “
Más
adelante en el tiempo, en su libro “Política
Nacional y Revisionismo histórico” -al que ya hemos hecho referencia-,
Jauretche le contesta a aquellos historiadores que, para negar la figura de
Rosas argumentan que el Restaurador mantuvo tercamente en sus manos el control
de
Y,
como precisamente son los hechos los que valen, por aquello de que la única
verdad es la realidad, conviene, en este momento de nuestra argumentación,
realizar una breve reseña histórica del gobierno de Juan Manuel de Rosas para
poder situar, en su real dimensión, las afirmaciones realizadas por Jauretche
sobre Rosas y su gobierno.
La insubordinación ideológica de 1830 y
El
primer gobierno de Rosas fue una época de salarios altos donde la economía
creció más que la disponibilidad de mano de obra pero, no rompió con el esquema
de libre comercio heredado de la época colonial borbónica y de los primeros
gobiernos autónomos que se sucedieron a partir de 1810.
Rosas,
en su primer gobierno, no supo, no quiso, o no pudo, manifestarse en contra del libre comercio. Sin embargo, esta
posición pro-librecambista, cambiaría radicalmente cuando fuera nuevamente
elegido, por una amplia mayoría popular, para ejercer un segundo mandato.
Poncho
de seda natural, bordado en sus cuatro lados con rosas y flecos. Se lee en su boca: “Obsequio de Felipe
Heredia a Don Juan Manuel de Rosas. Fue realizado por monjas catamarqueñas.
(Fuente Revista El Federal)
En
los primeros años de la década de 1830, comienza una asombrosa Insubordinación Ideológica, que
rechazará al liberalismo económico y su doctrina del libre comercio,
identificándola como una ideología de dominación al servicio de los intereses británicos.
En 1831, en ocasión de discutirse el Pacto Federal, Pedro Ferré planteó la
necesidad de una política aduanera proteccionista. El diputado por Corrientes
Manuel Leiva -partidario de la reunión de un Congreso Constituyente que
estableciera el proteccionismo económico y la nacionalización de
La
carta de Leiva a Acuña, vía Facundo Quiroga, llegó rápidamente a las manos de
Juan Manuel de Rosas. Paulatinamente, la polémica proteccionismo-librecambio se
fue agudizando y caldeando los ánimos de los intelectuales y de la mayoría de
la población de las Provincias Unidas. La discusión llega
a su punto más alto cuando los amigos de Ferré, publican un folleto anónimo
abiertamente anti-librecambista en el que se sostiene: “El proteccionismo resolvería indudablemente muchos de los problemas
que afligen al país. Abriría nuevos campos de acción a la actividad económica y
proporcionaría trabajo a obreros de ambo sexos. Esa fue al menos la experiencia
de Corrientes. Esta provincia solía importar azúcar; ahora el azúcar se produce
y elabora en su territorio, y la provincia mejoró su balanza de comercio en
cerca de $ 80.000…Este resultado prueba el beneficio que recibiría la provincia
de Cuyo, si la nación cerrase la entrada de los vinos y aguardientes
extranjeros…El hecho es que
Minada
la firmeza de la doctrina liberal por
La
protesta generalizada contra el liberalismo económico tuvo amplio eco en
Las
provincias del interior, Córdoba, Catamarca, Cuyo, Tucumán y Salta, que habían
sufrido los efectos desbastadores de la política librecambista instaurada desde
1778 y, reforzada desde 1810, recibieron alborozadas la nueva Ley de Aduanas.
Evaluando
la figura política de Rosas, su condición de clase y la política económica
aplicada durante sus gobiernos, Arturo Jauretche afirma: “Rosas es uno de los pocos hombre de la clase alta que no desciende de
los Pizarros de la vara de medir que en el contrabando y en el comercio
exterior fundaron su abolengo. Por eso no tuvo inconvenientes en ser burgués.
Fundó la estancia moderna y después fundó el saladero para industrializar su
producción, y fundó, paralelamente, el saladero de pescado para satisfacer la
demanda del mercado interno. Y defendió
los ríos interiores y promovió el desarrollo náutico para que la burguesía
argentina transportara su producción; integró la economía ganadera con la
industrialización y la comercialización del producto y le dio a Buenos Aires la
oportunidad de crear una burguesía a su manera. Pero, además con
Importa precisar que, cuando Rosas se decidió, durante su segundo gobierno, a emprender un proceso de Insubordinación Fundante, tendiente a completar la independencia política, declarada en 1816, con la independencia económica, es decir a liberar a la Argentina del dominio informal inglés, el gobierno de Gran Bretaña estaba en las manos de uno de los políticos más brillantes de su historia: Henry John Temple, tercer Vizconde de Palmerston, quien fuera autor intelectual de la Guerra del Opio, luego de la cual China no sólo se vio obligada a permitir la importación y el consumo de opio sino que, perdió el control de sus aduanas, debiendo aceptar el libre comercio, así como que quedara en las manos de Inglaterra, la potestad de fijar el régimen arancelario del Imperio chino. Este hecho no puede ser, livianamente, pasado por alto cuando se analiza objetivamente este periodo de la Historia Argentina.
Por otra parte, para comprender la importancia de La ley de Aduanas, como piedra angular de la Insubordinación Fundante que se inicia en el segundo gobierno de Rosas, hay que ubicarla en el contexto de otras medidas tendientes a la librar a la Argentina de la subordinación británica. La primera de estas medidas fue la disolución del denominado Banco Nacional controlado por el capital inglés, producida el 30 de mayo de 1836. Dicho Banco fue reemplazado por una Comisión Fiscal que, funcionando en la Casa de la Moneda, comenzó a actuar como un verdadero Banco estatal.
La
segunda de las medidas aludidas fue la prohibición de exportar oro y plata
decretada el 31 de agosto de 1837. Evaluando esta medida, Vivian Trías
sostiene: “Así se enjugó la pérdida
incesante de metálico que aparejaba el comercio exterior deficitario (agravado
por la guerra) y, también, se entorpeció el funcionamiento del patrón oro en la
relación con la economía rioplatense. Es
otro certero golpe contra los intereses del Imperio británico que
habría de gravitar en los esfuerzos
del gobierno de su Majestad por tumbar al gobernador federal.” (3) Importa
precisar además que, en 1837, se reforzaron las normas proteccionistas. Se
estableció entonces, que todos los artículos que pagaban un 10% ad valoren o más, sufrieran un recargo
del 2 al 4% (el 2% los que pagaban del 10 al 17% y los que tributaban el 24 o
más, el 4%).
En 1838, el primer ministro británico, Lord Palmerston, al constatar la insistencia de Rosas en el proteccionismo, “…comunicó al Ministro británico que no hiciera uso del derecho de protesta formalmente, pero que deseaba que el Ministro aleccionara al Gobierno de Buenos Aires sobre las virtudes del libre comercio y la locura de los altos impuestos aduaneros, y que le señalara los perniciosos efectos sobre el comercio del país que con tanta seguridad se seguirían de aquellos.” (3)
“No hay duda -sostiene Vivian Trias- de que la virazón en la política aduanera de Rosas, influyó en el cambio operado en las relaciones con Gran Bretaña.” (3) En noviembre de 1845, una flota anglo francesa compuesta por 22 barcos de guerra, equipados con la tecnología militar más avanzada de la época, penetró en el Río de la Plata. El objetivo anglo francés era claro: imponer el libre comercio. La guerra que se desató entonces, de la cual la Confederación Argentina resultó victoriosa, fue calificadapor el General San martín de “Segunda guerra de Independencia”.
Desde el punto de vista económico es preciso remarcar que: Debido a la Ley de Aduanas y quizás por los propios bloqueos se neutralizó la importación de productos extranjeros -tal como había ocurrido en los Estados Unidos cuando éste, en 1812, entró en guerra también con Gran Bretaña- permitiendo la aceleración de un proceso de industrialización importante que, de haberse sostenido a través del tiempo, hubiese convertido a la Argentina en un país tempranamente industrializado. Sin embargo, no todas las provincias respetaron la ley de aduanas, ni estuvieron a favor del proteccionismo económico. “Es importante subrayar que, en Entre Ríos no regía la ley aduanera de 1835, ni la prohibición de exportar oro; Urquiza (gobernador de la provincia) practicaba el liberalismo tal como la City (Londres) lo predicaba”. (3)
La caída de Rosas y
la victoria de
El
gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas que había logrado resistir con
éxito la invasión anglo francesa, cayó, el 3 febrero de 1852 en la batalla de
Caseros. El gobernador de Entre Ríos, jefe del ejército de vanguardia que
Creemos
que las razones que explican el cambio de bando de Urquiza y la posterior
derrota de Rosas, más allá de la conocida flaqueza de principios del General
entrerriano, deben buscarse en los cambios producidos en el sistema económico
internacional y, principalmente, en su centro: Gran Bretaña.
En
1843, el sistema capitalista entra en una larga onda de prosperidad -a pesar de
la recesión de 1847- que va a acelerar la incorporación de las periferias
dependientes, al sistema. Se produjo, en ese período, una revolución en los
transportes, con el ferrocarril y el barco a vapor, y, una revolución en las
comunicaciones, con el telégrafo. La primera, le permitió a Gran Bretaña llegar
al corazón de las áreas subordinadas y, la segunda, la aplicación de nuevos
procedimientos bancarios como la letra de cambio que le dieron a los
movimientos financieros internacionales una inusitada velocidad. Por otra
parte, en Gran Bretaña, centro de la economía internacional, las fábricas de
tejido de lana se multiplicaron “pasando
de 32 mil a 80 mil entre 1838 y
Para
funcionar, el complejo textil lanero británico necesitaba importar el 70% de la
materia prima que consumía, como insumo básico. Los estancieros de
En
1851 Urquiza llega a la conclusión que, con el apoyo, en tropas, armas, dinero
y logística del Imperio del Brasil estaría en condiciones de eliminar el
principal obstáculo para la “alianza” (léase subordinación) con Inglaterra, ese
obstáculo era Rosas. En febrero de 1852, los hechos estaban consumados. Lo indiscutible es, como afirma Manuel
Gálvez, que: “Cuando cayó Rosas y con
él su ley de Aduanas, nuestras industrias se arruinaron. Ya he dicho que
solamente en Buenos Aires había ciento seis fábricas y setecientos cuarenta y
tres talleres y que la industria del tejido
florecía asombrosamente en las provincias. El comercio libre significó la
entrada, con insignificantes derechos aduaneros, de los productos
manufacturados ingleses, con los que no podían competir los nuestros. Y la
industria argentina murió.” (6)
Analizando
el significado histórico de la derrota de Rosas en la batalla de Caseros,
Arturo Jauretche afirma: “Caseros es la
victoria de
Caseros y Gettysburg
Juego de ajedrez de marfil, de Rosas
Estos
hechos demuestran, como bien lo entendía Jauretche, que el que estaba
“disfrazado” de federal era el interesado y crematístico General entrerriano y
no, Rosas, como está de moda sostener por algunos historiadores que “lavan la cara y modernizan la historia
mitrista.”
En
cumplimiento de sus promesas, Urquiza firma, en julio de 1853, el Tratado de
Libre Navegación, que le aseguraba a Inglaterra el libre intercambio mercantil.
Paradójicamente, el Tratado había sido tramitado por Sir Charles Hotham, el
vencedor de Obligado.
Como sostuviera, reiteradamente, Arturo Jauretche, el análisis objetivo de los hechos históricos muestra que, mientras en la guerra civil norteamericana, en la batalle de Gettysburg, triunfó el proteccionismo sobre el libre comercio, en la guerra civil argentina, en la batalla de Caseros, se impuso el libre comercio, sobre el proteccionismo.
Por un debate sin
vanidades
A
modo de conclusión, digamos que no se trata, por supuesto, que con estas breves
líneas queramos clausurar el debate en torno a la figura de Rosas, ni
pretendemos, tampoco, establecer una ortodoxia jauretcheana, arrogándonos la
vara de medir de quiénes son verdaderos discípulos de Jauretche. Pero, como
premonitoriamente advirtiese el propio Arturo Jauretche, para que el debate en
torno a la figura de Rosas, “… sea fecundo no debe ser el producto de la vanidad
personal de los historiadores que se apoyan
en los caudillos, simplemente por no dar su brazo a torcer respecto de
Rosas.” (1)
Referencias
(1) JAURETCHE Arturo, “Política Nacional y
Revisionismo histórico”
(2)
JAURETCHE, Arturo, “Ejército y Política”
(3)
TRIAS, Vivián, “Juan Manuel de Rosas”
(4)
ROSA, José María, “Historia argentina”
(5)
JAURETCHE, Arturo, “El medio pelo en la sociedad argentina, apuntes para una
sociología nacional”.
(6)
GALVEZ, Manuel, “Vida de Sarmiento. El hombre de autoridad”
*Marcelo
Gullo es Doctor en Ciencia Política por la “Universidad del Salvador”, Master
en Historia y Política Internacional por el “Institut Universitaire de Hautes
Etudes Internationales” de