Publicado en el Periódico El Restaurador - Año V N° 20 - Setiembre 2011 - Pags. 1 a 7
“Yo,
Don José Gervasio Artigas, argentino de
Por Norberto J. Chiviló
Así,
como reza el título de esta nota, comienza su testamento este argentino de
Pero
veamos –en apretada síntesis– quién fue este personaje que gravitó en forma tan
especial y decisiva y que tanta influencia tuvo en la historia argentina de la
segunda década del siglo XIX, en lo que fue
Orígenes
Casa natal de Artigas. Óleo de Federico Reilly |
Fue
el tercero de seis hijos. Su origen fue patricio, sus padres formaban parte de
familias acaudaladas que habían sido los primeros pobladores de la ciudad. Su
padre que era Capitán de Milicias, tenía campos.
Cursó
sus estudios en el Colegio del Convento de San Bernardino de los padres franciscanos
en Montevideo. En el inicio de su adolescencia se trasladó a
Según
algunos autores –y negado por otros– en
sus años mozos, habría participado en tareas de contrabando, especialmente de
cueros y ganados, que vendía en la frontera con el Brasil, introduciendo a
Su ingreso al cuerpo de Blandengues
Cuando
finalizaba el siglo XVIII –1796– fue creado el Cuerpo Veterano de Blandengues
de
A
fines de ese siglo, encontrándose en la frontera con Brasil, conoció a un
montevideano de origen africano, de nombre Joaquín Lenzina quien capturado por
los portugueses, había sido reducido a la esclavitud. Artigas lo compró y Lenzina,
mas conocido como “el negro Ansina”, –ya libre– se convertiría de ahí en más en
su sombra, sería su amigo y confidente hasta el fin de sus días, además de
compañero de armas y también su cronista, ya que a él se le debe el
conocimiento de muchos de los aspectos que hacen a la vida del prócer.
En
1801, cuando los lusitanos invadieron las Misiones Orientales, intervino
también en esa guerra fronteriza.
Artigas y las invasiones inglesas
Ante
la primera invasión inglesa a Buenos Aires (1806), Artigas, enfermo y viendo
que su regimiento se queda en Montevideo, cuando muchos de sus camaradas se han
incorporado a las tropas que tratarán de reconquistar la capital del
Virreinato, solicita a su superior el permiso para trasladarse a la otra orilla
del Plata, lo que le fue concedido. Aquí, en Buenos Aires se destacó en los
enfrentamientos con las tropas británicas en los Corrales de Miserere, el
Retiro y en
Inmediatamente
regresa a Montevideo portando los pliegos que le confió Liniers comunicándole al
Gobernador de esa Ciudad, la buena nueva que las tropas inglesas al mando de
Beresford habían sido derrotadas y Buenos Aires reconquistada.
En
enero de 1807 una importantísima fuerza inglesa, después de dieciocho días de
duros combates toma la ciudad de Montevideo, donde Artigas cae prisionero, pero
al tiempo logra fugarse y organiza grupos de gauchos que hostigan de toda forma
a los invasores.
A
mediados de año los ingleses invaden por segunda vez Buenos Aires, pero son
derrotados nuevamente en las heroicas jornadas de
Producidos
en Buenos Aires, los sucesos revolucionarios en mayo de 1810, con la deposición
del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y la formación de
El
poder realista de Montevideo encarnado en el Cabildo Abierto, desconoció a
Francisco J. Elío |
Elío
declaro “rebelde y revolucionario al gobierno de Buenos Aires, y traidores a
los individuos que lo componen…”
Casi
en forma simultánea, Artigas
desertó del Cuerpo de Blandengues y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios al gobierno de la revolución.
Sucesos
revolucionarios en
El 27 de febrero de 1811 se produce, a
orillas del arroyo Asencio, en
Allí, en
En Buenos Aires,
Al fin de
esa batalla, Artigas pronunció esta frase: “Curad a los heridos, respetad a los
prisioneros, clemencia para los vencidos y después todos nos vamos pa' Pando”.
Batalla de Las Piedras. Boceto, óleo de Diegenes Hecquet |
Esta, la batalla de Las Piedras, fue
la primera ganada por el bando patriota y se convirtió en un rotundo triunfo,
nombrada expresamente en
Montevideo desde el fondeadero exterior del puerto. Emeric Essex Vidal |
El sitio a Montevideo
Es así como los españoles
se repliegan hacia Montevideo –que tenía mayoría de población española y era
apostadero de la flota de guerra–, quedando prácticamente toda
En las filas artiguistas
se destacaron varios subalternos, quienes años después gravitarían
decisivamente en la política del ya independiente Uruguay, como Manuel Oribe,
Fructuoso Rivera, Juan Antonio Lavalleja, Fernando Ortogués y otros.
La invasión portuguesa
Elío, además de tomar
medidas para afianzar su posición en la ciudad de Montevideo, autorizó la
invasión del territorio por tropas portuguesas acantonadas en la frontera sur
del Brasil para venir en su auxilio, las que en número de cinco mil hombres, prontamente
cruzaron la frontera el 22 de julio y ocuparon
diversos puntos del territorio oriental.
A raíz de la necesidad del
gobierno de Buenos Aires de contar con mayor cantidad de tropas en el Alto Perú
–ya que las enviadas al Norte habían sido derrotadas en Huaqui el 20 de junio–,
y porque ese territorio era de mayor importancia estratégica que
El
éxodo
A fin de trasladarse al territorio de
las Misiones, cruzó el río Uruguay, seguido por mas de mil carretas y mas de
dieciséis mil personas de todas las edades y condición social, con todas sus
pertenencias y ganados, sufriendo toda esa masa humana, las mayores penurias y
privaciones, y en las condiciones materiales mas precarias, siendo conocido ese
hecho como “Exodo del pueblo oriental” o “redota” como los paisanos la llamaron
por “derrota”, que entre los orientales artiguistas no sólo quería decir
“vencimiento” sino también “rumbo”.
En
los primeros días de 1812, Artigas con toda su gente llegó al arroyo Ayuí
Grande unos quince kilómetros más al norte de la actual ciudad entrerriana de
Concordia, donde se estableció y formó una especie de gobierno.
Un nuevo sitio a Montevideo
Manuel de Sarratea |
Artigas
consideraba a todas las provincias iguales entre sí y con los mismos derechos y
no una superior a las restantes como pretendían los gobernantes porteños,
quienes entendían que en Buenos Aires residía el principio de autoridad. Por
esto, Artigas entendía que en
El
Segundo Triunvirato, –que formaron inicialmente Antonio Álvarez Jonte, Juan José Paso y Nicolás Rodríguez Peña y ejerce
el gobierno en Buenos Aires desde octubre de 1812–
llamó a una Asamblea conformada por los representantes de los pueblos
emancipados a reunirse en Buenos Aires, con el objeto de sancionar una
constitución. Esa Asamblea, fue denominada Asamblea General Constituyente y
conocida después como “Asamblea del Año XIII”.
Artigas
reunió en su campamento de Peñarol a delegados de toda
Rondeau,
por su parte y obedeciendo órdenes de Buenos Aires, procedió a llamar otro
Congreso que se desarrolló en una Capilla junto a su campamento, llamado
Congreso de Capilla Maciel contrario a la influencia artiguista.
El abandono del sitio de Montevideo
Soldados de la orilla oriental del Plata |
Por
su parte, los realistas, sabiendo de las diferencias que existían entre Artigas
y el gobierno de Buenos Aires, tratan de lograr un acercamiento ofreciéndole al
caudillo oriental el poder volver a Montevideo y “tratarlo como su predilecto
hijo y con las mayores distinciones”, con todo tipo de recompensas y
reconocimientos si abandonaba la causa patriota, además de proponerle aunar
fuerzas para derrotar juntos a la odiada Buenos Aires, pero este no se dejó
tentar.
Se declara a Artigas “enemigo de
A
raíz del abandono al sitio de Montevideo, el Director Supremo de las Provincias
Unidas del Río de
Mientras tanto, en Europa Fernando VII
es restaurado en el trono español y prepara una expedición para recuperar sus
dominios americanos. Desde el Directorio, además de fomentar el centralismo (o
unitarismo) se fomentan también los proyectos de restauración monárquica en
estas tierras del Plata, así a fines de 1814 Manuel Belgrano y Bernardino
Rivadavia parten para Europa con el objetivo de lograr un monarca para estas
tierras. El principal enemigo de estas ideas monárquicas y centralistas es Artigas
con sus ideas republicanas y federales. Se van delineando los dos partidos del
siglo XIX en nuestro país: los unitarios-monárquicos y los
federales-republicanos.
La
caída de Montevideo
A mediados de 1814, Montevideo estaba
al borde de colapsar, no solo por el sitio que llevaba algunos años, sino
también por la ofensiva y predominio que en las aguas del Plata ejercía el
Alte. Guillermo Brown, y por fin el 23 de junio los españoles capitularon y el
Gral. Carlos María de Alvear –quien había reemplazado a Rondeau al frente de
las tropas sitiadoras– entró al frente de sus tropas en la ciudad. Por ocho
meses la ciudad perteneció a la jurisdicción de Buenos Aires y el Director
Posadas por Decreto, creó
Puerta de la Ciudadela, Montevideo (1) |
Debido a varias medidas impopulares
que tomaron los directoriales y que perjudicaban a la ciudad de Montevideo, sus
ciudadanos antes esquivos a Artigas, comenzaron a simpatizar con él.
No obstante que Alvear y Artigas
llegan a un acuerdo en el mes de julio, este acuerdo no es cumplido. Tropas de
Buenos Aires, infringen derrotas a los artiguistas principalmente en Entre Ríos
y en
En enero de 1815 el Director Posadas
se vio obligado a renunciar y ante la derrota militar de los directoriales en
Guayabo por parte de los orientales, Alvear fue designado Director Supremo.
Previendo una nueva derrota, Alvear
dio la orden de retirada de las tropas de Montevideo, lo que se verificó
totalmente el 25 de febrero y dos días más tarde entraron los orientales a la
ciudad.
La
influencia artiguista
La influencia artiguista se hace
sentir también en la otra orilla, ya que a fines de marzo, tanto Santa Fe como
Córdoba se pasan a las filas de Artigas, quien ya dominaba también Entre Ríos y
Corrientes desde 1813 y conjuntamente con
Artigas levantaba la bandera del
federalismo frente al centralismo porteño, como así también las de la
nacionalidad en la lucha contra los portugueses y así fue ganando influencia y
prestigio en todas aquellas provincias.
Las desavenencias entre Artigas y el
gobierno directorial de Buenos Aires, fueron una constante, existiendo un
recelo y desconfianza reciproco.
Con la renuncia de Alvear en abril y
el advenimiento de Álvarez Thomas como nuevo Director interino, quien toma
varias medidas conciliatorias hacia Artigas, –quien de “traidor a
Álvarez Thomas mandó emisarios al
campamento de Artigas para interesarlo en la “independencia de
Una
nueva invasión lusitana a
Promediando el año 1816, se produjo
una nueva invasión lusitana a
Durante cuatro años los orientales
debieron hacer frente a los portugueses en soledad, en una resistencia por
demás heroica, pues el Director Pueyrredón y los directoriales de Buenos Aires,
consintieron pasivamente la ocupación de la otra Banda del Plata por parte del
enemigo histórico y no solo le negaron recursos materiales y apoyo aunque mas
no sea moral a los hermanos orientales, sino que vieron en los portugueses la
oportunidad de desembarazarse del caudillo oriental, a quien consideraban
peligroso por sus ideales republicanos y federales y como un enemigo común, todo
ello a costa de la pérdida de tan rico territorio como lo era
El
Congreso Nacional de Tucumán
Cabe acotar que
Guerra
Civil
En Buenos Aires, un amplio sector de
la población quería la guerra contra Portugal, contraria a la opinión de
Pueyrredón y de los directoriales. El Director, por el contrario mandó tropas
al litoral para combatir a los caudillos “Pancho” Ramírez de Entre Ríos y
Estanislao López de Santa Fe, aliados de Artigas, pero las tropas invasoras
directoriales fueron derrotadas. La guerra de Buenos Aires contra las
provincias artiguistas iba de mal en peor, de fracaso en fracaso.
Con tal de sacarse de encima a
Artigas, todo era válido, incluso la orden dada por Pueyrredón a San Martín en
1818, –que ya se encontraba en Chile– para retrogradar de nuevo los Andes para
sofocar la rebelión en el Litoral. Pero San Martín desoyó tal pedido, para bien
de la empresa emancipadora en la cual estaba empeñado. Ese mismo pedido lo
volvió a efectuar el nuevo Director Supremo, José Rondeau a finales de 1819,
obteniendo la misma respuesta del futuro Libertador.
En abril de 1819 el Congreso había
sancionado una constitución unitaria centralista y aristocrática, que fue
desconocida y rechazada por los pueblos del interior.
"Debajo de la piel todos somos iguales, el negro, el indio y el blanco, porque todos somos hijos de Dios". Artigas
La
caída del Directorio
La única forma que vio Artigas, para que
Buenos Aires lo ayudara en su lucha contra los lusitanos, estaba en la caída
del Directorio y el surgimiento de un gobierno que contara con el apoyo de los
pueblos. Así Artigas concibió el siguiente plan: mientras que él y su
lugarteniente Fructuoso Rivera se encargarían de combatir a los portugueses en
Ante esa situación el Director Supremo
José Rondeau pedirá a los portugueses "que acometan con sus fuerzas y
persiga al enemigo común hasta Entre Ríos y Paraná... obrando en combinación
con nosotros”.
Artigas no tuvo suerte en su lucha
contra los portugueses, ya que después de varios encuentros que le resultaron adversos
y siendo incapaz de resistir por más tiempo, las tropas del Supremo Protector
de los Pueblos Libres fueron severamente derrotadas en Tacuarembó el 22 de
enero de 1820 quedando todo el territorio oriental en manos enemigas.
Ramírez y López que habían proclamado que “el general Artigas por el clamor de los
pueblos nos manda a exigir del Directorio... la declaratoria de guerra contra
los portugueses... y el establecimiento de un gobierno elegido por la voluntad
de las provincias, que administre por base el sistema de Federación”, tuvieron
más suerte contra las tropas directoriales totalmente desmoralizadas comandadas
por Rondeau, a quienes derrotaron en
El Tratado del Pilar
Ante la derrota de Rondeau,
el Cabildo designó gobernador a Manuel de Sarratea, quien firmó con los dos
jefes federales vencedores en Cepeda, el Tratado del Pilar el 23 de
febrero; los tres como gobernantes de
sus respectivas provincias. En ese Tratado no se hizo mención a la guerra
contra Portugal y a Artigas, solo se lo nombraba en forma accidental, ni tampoco
se hacía referencia a
Cuando una copia del
Tratado llegó a manos del jefe oriental, éste se sintió traicionado, por no
haber dispuesto ese tratado la guerra a Portugal, acusando a Ramírez de haberse
vendido a los porteños y se preparó para combatirlo, con la ayuda de
orientales, correntinos y misioneros, invadiendo Entre Ríos para derrotar a su
ex subalterno.
Pero la suerte le fue otra
vez adversa y fue derrotado en varios encuentros por Ramírez. El 24 de junio de
1820 se produjo la batalla definitiva en Las Tunas, donde “Pancho” Ramírez,
dueño del terreno, logró derrotar a Artigas y entonces comienzó una persecución
que termina cuando el oriental buscó refugio en el Paraguay al que
ingresó el 5 de setiembre de 1820.
(A la izquierda) Sirviente de artillería artiguista, acuarela de Federico Reilly
"Síganme cuantos gusten, en la seguridad de que yo nunca cederé". Artigas
"Es una gran cosa tener amigos pero hay que saber elegirlos, porque no hay peor enemigo, que un mal amigo". Artigas
Su ostracismo
A partir de ese momento, el Paraguay
se cerró al mundo impidiendo la entrada de extraños y la salida de sus
habitantes y cortó toda relación con Buenos Aires, lo gobernó a partir de
octubre de 1814 el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia –personaje muy
especial–, quien fue nombrado Dictador Supremo de
Francia permitió la internación de
Artigas porque, según dijo, “era un acto no solo de humanidad, sino aún honroso
para la república, el conceder un asilo a un Jefe desgraciado, que se
entregaba. Así mandé un Oficial con veinte Húsares, para que lo trajese…”
Un hijo de Artigas cuenta la llegada
de su padre al Paraguay: “Llegó a las fronteras del Paraguay con doscientos
libertos y algunos oficiales, escribió al dictador (Francia) solicitando su
entrada a la provincia y éste otorgándosela, mandó inmediatamente a recibirlo.
En efecto, lo recibió un oficial en las primeras guardias al que entregó
Artigas su espada y su bastón y a su ejemplo todos los soldados sus armas”.
A su llegada a Asunción, fue remitido
al Convento de
Ese comentario llegó inmediatamente a
oídos del Dictador, quien decidió internar a Artigas lejos de la capital.
(A la derecha) Copia del retrato de Artigas a los 79 u 80 años, bosquejado por el naturalista Aimé Bonpland, en su viaje al Paraguay en 1843 o 1844
El gobierno paraguayo le asignó una
casa con terreno y una asignación mensual para que pudiera subsistir, no
pudiendo Artigas ausentarse del pueblo.
Así se convirtió en agricultor,
trabajando esas tierras. Allí vivió aislado del resto del mundo, pero en
realidad vivió como un prisionero.
El caudillo entrerriano Francisco
Ramírez, le solicitó a Francia la extradición de Artigas a cambio de conceder
la libre navegación de los ríos y la libertad de comercio, a lo cual el
dictador paraguayo se negó.
Pero Francia nunca consintió tener una
entrevista con Artigas, no obstante habérselo pedido este en cuanta oportunidad
se le presentó.
En el año 1838, ya ocho años después
de haber obtenido la independencia
El 20 de setiembre de 1840, murió el
dictador Francia y el gobierno provisional que le sucedió, por temor mandaron
apresar a Artigas. La orden dirigida al comandante del pueblo de Curuguaty,
decía: “…los representantes de la república por muerte con esta fecha del
excelentísimo señor dictador de la república prevenimos a Vmo. que inmediatamente al recibo de esta orden ponga
la persona del bandido José Artigas en seguras prisiones hasta otra disposición
de este Gobierno Provisional y dará cuenta sin dilación de haberlo cumplido…”
Fue verdaderamente tratado como un bandido y un peligroso enemigo público.
La partida que fue a prenderlo lo
encontró semidesnudo –por el calor– arando la tierra. Lo condujeron a un
calabozo, donde Artigas que contaba con 77 años de edad, fue encerrado con una
barra de grillos y aislado durante un mes, al cabo de seis meses fue liberado
por orden del Primer Cónsul Carlos Antonio López, nombrado como nueva autoridad
por el Congreso paraguayo el 12 de marzo de 1841. Tres años después, López
sería nombrado Presidente de
Con estas nuevas autoridades la
situación de Artigas cambió para bien, pues además de decretar su inmediata
libertad, lo trataron de mejor manera y le hicieron saber que si quería volver
a su patria lo podría hacer libremente, pero Artigas manifestó su voluntad de
pasar sus últimos días en Caraguaty. Ante esa determinación del oriental, el
gobierno paraguayo encomendó al comandante de
A partir del 1845 el Presidente López
lo invitó a vivir en una casa que hizo construir para él, en una chacra de su
propiedad en Ibiray, cerca de Asunción, allí Artigas será atendido por la
familia López con bondad y caritativamente. El día de su último cumpleaños
almorzó con Carlos Alberto López y su familia y luego en su caballo “Morito”
realizó un paseo por la ribera del río Paraguay
Su
fallecimiento
El
domingo 22 de septiembre de 1850, Artigas ya no se sintió bien, tenía 86 años y
exclamó, siendo estas casi sus últimas palabras: “¡Yo no debo morir en la cama,
sino montado sobre mi caballo! ¡Traigan al Morito que voy a montarlo!”. No
obstante una leve mejoría, expiró al día siguiente en compañía de su fiel
Ansina
Un diario asunceño anunciaba pocos
días después de su fallecimiento repentino: “Sólo cuatro personas acompañaron a
la tumba los restos mortales de quien fuera ilustre caudillo en tierra del
Plata. No hubo ni siquiera cortejo fúnebre para este oriental que muere a los
30 años justos de su expatriación, en la más absoluta pobreza y en el mayor de
los desamparos”.
Al momento de su fallecimiento,
Artigas era una persona de mediana estatura, delgado, que no usaba barba ni
bigotes, de largos rizos blancos, vestía siempre un poncho paraguayo y sombrero
de paja alto. Andaba a caballo en su Morito y cuando se desplazaba a pié se
ayudaba con un bastón rústico y largo. Su alimento principal era la mandioca y el
agua.
Los restos de Artigas fueron
repatriados a Montevideo el 19 de setiembre de 1854 y actualmente la urna que
contiene sus restos está ubicada debajo de su estatua en el Mausoleo que se
construyó en el año 1977, en
Artigas fue argentino hasta el último
día de su vida. Como diría el poeta Carlos Guido y Spano: “argentino hasta la
muerte”.
El
ideario artiguista
Fue forjador de la nacionalidad
argentina y debe ser considerado uno de los Padres de
La actitud de Artigas nunca fue
separatista, sino todo lo contrario, fue integrador en el contexto nacional de
las Provincias Unidas del Río de
Las veces que le fue propuesto la
constitución de una Banda Oriental independiente de sus hermanas de la otra
orilla, siempre la rechazó; ello ocurrió cuando el Director General Alvear le ofreció, por intermedio de Nicolás de
Herrera, la segregación de la provincia Oriental y el reconocimiento como
entidad definitivamente emancipada, ofrecimiento que se repitiera después por intermedio
del Coronel Elías Galván. Encontrándose reunido el Congreso de Oriente,
instalado por Artigas en el Arroyo de
Cuando en su exilio se enteró de la
declaración de la independencia uruguaya de 1830, exclamó “Mi nación ya no tiene a mi Provincia” y “Yo
ya no tengo patria”.
El historiador
uruguayo, E. Acevedo, opina: "Artigas fue un enemigo de la independencia
de los orientales. Lo que propugnaba era el federalismo de las Provincias del
Río de
Nunca quiso ir a un Uruguay
independiente. Cuando su hijo lo visitó en Paraguay y quiso llevarlo, contestó:
“ya soy un hombre muerto, hay que dejarme quieto aquí”.
Fue
un importante sostenedor de la unidad nacional de los territorios que habían
conformado el Virreinato, repudiando la dominación española y oponiéndose a la
intervención portuguesa.
Cuando
en algún momento se refirió a la independencia de las provincias, no debe
entenderse como independencia nacional, sino como autonomía provincial dentro
del conjunto con las demás provincias integradas en las Provincias Unidas del
Río de
Artigas fue uno de los que planteo sin
vueltas la necesidad de declarar la independencia total de España, cuando desde
la otra orilla del Plata –en Buenos Aires– todavía se juraba fidelidad a
Fernando VII, y lo hizo al dar a los diputados orientales las instrucciones en
ese sentido para
Fue también en aquellos momentos en la que los triunviratos, directorios y asambleas de Buenos Aires hablaban de incorporación lisa y llana a Inglaterra, como Alvear en 1815 con la misión de Manuel José García ante lord Strangford o a Juan VI de Portugal o más tarde al considerar la posibilidad de la coronación del príncipe de Luca protegido por un fuerte ejercito francés.
En su época, en la que
en el mundo imperaba el sistema monárquico, y contrariamente a muchos hombres
de su época que adherían a tal sistema, él fue republicano.
Fue
precursor del federalismo, donde todas las provincias eran iguales entre sí,
sin primacía de algunas de ellas sobre las restantes.
Referencias.
José Gervasio Artigas, Colección
“Grandes Protagonistas de
Alén Lascano, Luis
C. “Artigas: Héroe argentino”, Todo es Historia” Nº 80
Castello, Antonio
E. “Artigas y el federalismo correntino”,
Todo es Historia” Nº 480.
Dumrauf, Clemente.
“El genio maléfico de Artigas”, Todo es Historia” Nº 73.
Klein,
Fernando.”Exilio y muerte del caudillo oriental”, Todo es Historia” Nº 480.
Pasquali,
Patricia. “Artigas, mito y realidad histórica”, Todo es Historia” Nº 480.
Ribeiro, Ana.
“Artigas en el paraguay”, Todo es Historia” Nº 480.
www.lancerosorientales.com/docs/Artigas_en_Paraguay
(1) Dibujo de autor anónimo y
foto actual de
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Combate del Buceo. Óleo sobre tela de Roberto Castellanos |