Publicado en el Periódico El Restaurador - Año XI N° 43 - Junio 2017 - Pags. 9 y 11
A 35 años de la guerra de Malvinas - Mi vivencia
por el Vicecomodoro (VGM) Ramón Galván
Salta, 1° de mayo de 2017.
Hoy en el mundo se conmemora el día del trabajo al igual que en nuestro país, pero hoy también en la República Argentina recordamos un hito extremadamente importante como lo es el BAUTISMO DE FUEGO DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA.
La Fuerza Aérea a la cual pertenezco, junto con el Ejército y la Armada, forman las Fuerzas Armadas de nuestro país.
El Ejército Argentino nace con la Patria el 29 de mayo de 1810 (1) y la Armada Argentina el 17 de mayo de 1814 (2).
Ambas fuerzas nacieron en los tiempos de la Revolución de Mayo o sea que en sus comienzos habían demostrado su bravura y vocación de defender a la incipiente Patria.
Luego del primer vuelo de los hermano Wright, el 17 de diciembre de 1903, se inicia en el mundo el desarrollo de la aviación. En la Argentina dos precursores, don Aarón de Anchorena y el Ing. Jorge Newbery impulsaron la creación del Aeroclub Argentino en el año 1908. Como primera prioridad tenían la de incorporar la aviación militar al Ejército Argentino.
Así fue que el 10 de agosto de 1912 se creó la Escuela Militar de Aviación, con las firmas del Presidente de la Nación Dr. Roque Sáenz Peña y el Ministro de Guerra Don Gregorio Vélez.
Dicha escuela inicialmente comenzó su actividad en El Palomar, provincia de Buenos Aires, pero en el año 1937 y por razones de un mejor clima para el desarrollo de la actividad aérea, es trasladada a la actual ubicación en la ciudad de Córdoba.
Luego, en el año 1945, con la creación de la Secretaría de Aeronáutica por el entonces Coronel Juan Domingo Perón, la aviación se independiza del Ejército y pasa a ser una nueva Arma a la que se denomina Aeronáutica Argentina.
En enero de 1957 asume el primer Comandante de la Fuerza Aérea Argentina.
La nueva fuerza tiene un gran desarrollo y comienza a formar a sus integrantes en las distintas especialidades propias de su función.
La formación académica se centralizó en Córdoba en la Escuela de Aviación Militar, donde se forma el personal de Oficiales del Cuerpo de Comando de la Fuerza y donde luego comienza la formación de Aviadores Militares.
En esta ciudad, también se estableció la Escuela de Suboficiales, donde se forma el personal Militar Subalterno y que luego reciben la instrucción necesaria para adquirir las especialidades de Mecánicos de Aeronaves, Especialistas en Sistemas, en Armamentos, en Comunicaciones, en Seguridad y Defensa.
Más tarde también se creó en Ezeiza la Escuela de Suboficiales para adquirir las especialidades aeroportuarias y de apoyo a la actividad aérea.
Así la Fuerza Aérea Argentina fue desarrollando y perfeccionando su adiestramiento para cumplir con su misión como Fuerza Armada de la Nación, que consiste en "Contribuir a la Defensa Nacional actuando disuasiva y efectivamente, en el aeroespacio de interés, a fin de garantizar y proteger de modo permanente los intereses vitales de la Nación".
En el año 1978 la Fuerza Aérea junto con las otras dos, se alistó y preparó para encarar el conflicto armado que se avecinaba con Chile por cuestiones limítrofes.
En años posteriores continuó con la preparación de Pilotos, Mecánicos y Especialistas en los distintos Sistemas de Armas para cumplir con la misión asignada.
Alf Galván (1ro de la izquierda) integrante de la
"Escuadrilla PALA" al finalizar el curso de Pilotos de Ataque en
IA-58 Pucará en la III Brigada Aérea en el año 1981.
Anualmente se realizaba durante el mes de octubre ejercicios operativos para evaluar la capacidad lograda cada año y así en el año 81, en ese mes, se desarrolló uno de los operativos más importantes que sirvió para demostrar cuál era el nivel operativo y la capacidad de respuesta que tenía nuestra Fuerza ante conflictos que requiriese su actuación.
Y llegado el año 82, en la Gesta de Malvinas, la Fuerza Aérea Argentina, como integrante de las Fuerzas Armadas, debía demostrar cuál era su nivel y capacidad para cumplir su misión.
Hasta ese momento, de las tres Fuerzas Armadas, la Fuerza Aérea nunca había tenido la oportunidad de cumplir con su misión de defender el aeroespacio de nuestra Nación, tanto en territorio como en el mar y enfrentar a un adversario en un conflicto armado.
Los Alf Ramón Galván (izquierda) y Ernesto Pellizaro en la Base Militar Puerto Santa Cruz, en abril de 1982
Es por eso que el 1° de mayo de 1982 con el comienzo de las hostilidades se toma como el Bautismo de Fuego de la Fuerza más moderna de nuestro país.
Sus integrantes sabían cabalmente que tenían un compromiso personal con la Patria después de su juramento de Fidelidad a la Bandera Nacional.
El escenario era muy distinto al acostumbrado en el adiestramiento ya que el enemigo disponía de un material muy superior en cantidad y calidad de armamento, pero la causa Malvinas era la oportunidad de demostrarle al mundo que la Fuerza Aérea debía estar al nivel de las Fuerzas hermanas, que desde los albores del nacimiento de la Patria demostraron su bravura y coraje.
Particularmente desde muy chico, a los 5 años, comencé a soñar con definir mi vocación de ser aviador en aviones de combate. Es así que desde aquel tiempo los regalos de Reyes, cumpleaños, día del niño, eran aviones para armar y pasaba gran parte del tiempo haciéndolos también de papel.
Los años pasaron y desde mi Salta natal me presenté en la Escuela de Aviación Militar a probar suerte y demostrar que cumplía con los requisitos de aquel cartel que está a la entrada del Cuerpo de Cadetes y dice: "ESTO NO ES PARA TODOS, ES SOLO PARA LOS QUE TIENEN VERDADERA VOCACIÓN".
Luego de los 4 años de una intensa formación humanística, intelectual y de orden militar, continué con la formación para egresar como Alférez y Aviador Militar a la vez.
Una vez finalizada la formación en el "Nido de Cóndores", como se la llama a la Escuela de Aviación Militar, me tocó como primer destino la III Brigada Aérea en Reconquista, provincia de Santa Fe, donde realicé el curso soñado de piloto de combate en aviones IA-58 PUCARÁ.
A los 22 años, durante el año 1981 finalicé mi formación, adquiriendo la especialidad de Piloto de Ataque (el Pucará es un avión de ataque, de apoyo a fuerzas de superficie).
Y la sorpresa fue tan grande que en el comienzo de la carrera y con el bagaje de conocimientos y sumado el sentimiento que las Malvinas son Argentinas, me llenó de orgullo poder ser parte de algo que se avecinaba pero sin ninguna precisión.
El día 1° de abril de 1982 yo cumplía funciones además de Oficial de una Escuadrilla de Pucará, de Ayudante del Jefe del Grupo Aéreo de la III Brigada y fui testigo de la orden dada a la Brigada de despegar una Escuadrilla de 4 aviones IA-58 hacia el sur.
Esos pilotos llegaron a la IV Brigada Aérea de Tandil y casi sin descansar les ordenaron continuar vuelo al sur, en este caso aterrizaron ya entrada la madrugada en la X Brigada Aérea de Río Gallegos.
El día 2 de abril luego de producida la recuperación de las Islas, y después del aterrizaje del primer Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina asegurando el dominio del Aeropuerto de Puerto Stanley, esa Escuadrilla de IA-58 Pucará continuó su vuelo hacia las Islas, siendo así los primeros aviones de combate aterrizados en nuestras Malvinas.
A partir de ese momento nuestras vidas (los Oficiales y Suboficiales de la Brigada) cambiaron rotundamente ya que no teníamos muchas certezas de nuestro futuro.
Personalmente tuve que hacer viajar a mi esposa que se encontraba en el octavo mes de embarazo a Salta mientras preparábamos el despliegue de toda la Unidad al Aeródromo de Puerto Santa Cruz para armar allí la Base Militar Puerto Santa Cruz.
El 14 de abril despegamos de Reconquista una Escuadrilla de 4 aviones Pucará hacia la BAM (3) Puerto Santa Cruz y allí realizamos adiestramiento que consistía en hacer patrullajes en el Mar Argentino, prueba de armamento y todas las tareas normales de una Base Aérea.
Desde esa Base, se realizaban algunos vuelos de reconocimiento a las Islas Malvinas en los días previos al 1° de mayo y eventualmente los integrantes de esta BAM éramos el reemplazo de Oficiales que conformaban la BAM Cóndor en Puerto Argentino y la BAM Darwin.
El bombardeo inglés a las 04:40 del 1° de mayo del 82, que daba formalmente por iniciada la Guerra de Malvinas, nos sorprendió totalmente ya que hasta los días previos no se sabía en verdad cual sería el resultado de las negociaciones de Cancillería, de Naciones Unidas, de los mediadores en este conflicto. Además nos interesaba conocer las opiniones de nuestros camaradas que en aquel 1° de mayo habían ya participado en acciones bélicas y era la gran intriga de saber como era enfrentarse a los guerreros del mundo.
Es por eso que el 1° de mayo del 82 la Fuerza Aérea Argentina rinde su examen ante el mundo y obtiene así su Bautismo de Fuego.
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Un Pucará en Malvinas |
Durante el conflicto he volado 30 horas aproximadamente en el Mar Argentino y el día 28 de mayo me tocó integrar la "Escuadrilla Fierro" junto con el 1er Ten Luis Alberto Martínez Chávez y el Alf Rubén Manzur, que tenía como misión arrojar 3 bombas Napalm de 220 kgs. c/u, en la zona entre el lugar de desembarco inglés en el estrecho de San Carlos y el Aeródromo de Darwin (donde estaban los IA -58 Pucará). Esa parte de la misión no pudimos lograrla por las malas condiciones climáticas que reinaban sobre las islas en ese momento, aterrizando en el Aeropuerto de Puerto Argentino, bajo un alerta roja, ya que había una patrulla de aviones Harrier que arrojaban bombas sobre la pista, pero que no afectaron a la misma.
Este vuelo lo pude realizar porque tenía el convencimiento y además estaba cumpliendo el juramento a nuestra Bandera que realicé el 20 de junio de 1976 siendo Cadete de 1er año de la Escuela de Aviación Militar y si voy a confesar que el único miedo que tenía no era hacia los ingleses, era solo no poder conocer a mi primer hija, que no por casualidad se llama María Victoria y había nacido 12 días antes en mi querida Salta.
No puedo dejar de mencionar, que el enemigo adoptó muchas de las técnicas y tácticas que los Soldados Alados argentinos inventaron en el fragor del combate para desbalancear la superioridad tecnológica del oponente.
Sin dudas, la formación humanística, el amor a la Patria, la herencia de nuestros próceres y precursores han sido el motor que llevó a disimular las desventajas y a lograr un considerable golpe al enemigo, que en muchos casos aun hoy no reconoce.
Malvinas tiene para mí, un sentido muy especial, primero porque fue la muestra de lo que podía hacer una Fuerza joven con hombres muy valerosos, herederos de las glorias del General San Martín, como los 55 HÉROES (36 Oficiales, 14 Suboficiales y 5 Soldados) que integraban nuestra Fuerza y que quedaron como mojón de Patria en el Atlántico sur, también porque pude cumplir ese sueño de chico de ser Aviador de Combate y además que pude ser parte del llamado a defender nuestro suelo patrio.
Notas.
(1) Fecha en la cual la Primera Junta dio una proclama dirigida a los cuerpos militares de Buenos Aires.
(2) Día en que tuvo lugar el combate naval del Buceo o de Montevideo.
(3) Base Aérea Militar.
Hace un tiempo atrás atrás, mas precisamente el 5 de diciembre de 2010, recibí un correo electrónico del Vicecomodoro Galván, en ese entonces Jefe de Relaciones Públicas y Profesor de la Escuela de Aviación Militar, en la que comentaba que había recibido el periódico “El Restaurador”, el que le había parecido interesante y me solicitaba si le podía enviar la publicación para estar en la Biblioteca de esa Casa de Estudios, a fin de ser consultado por los cadetes que allí recibían su formación militar (ver ER N° 18).
Para mí fue un honor enviarle los ejemplares de los números que tenía y posteriormente seguí enviando los que siguieron editándose.
Así nació una amistad con el amigo Galván y que se mantiene a través del tiempo.
Norberto Jorge Chiviló