miércoles, 1 de marzo de 2017

Dos frailes - Fray Luis Beltrán - Fraile José Félix Aldao

  Publicado en el Periódico El Restaurador - Año XI N° 42 - Marzo 2017 - Pag. 15 

 

Dos frailes

Monumento a Luis Fray Beltrán


Fray Luis Beltrán

            Luis Beltrán nació en San Juan en 1784, ingresando a la orden franciscana a los 16 años y ordenándose sacerdote en 1805 en Santiago de Chile.

            Se hallaba en esa ciudad cuando estalló la revolución chilena en 1810, a la que apoyó. Fue un gran estudioso y llegó a dominar la química, la física y la mecánica.

            Después de Rancagua pasó a Mendoza, donde San Martín, por sus conocimientos científicos, lo hizo jefe del parque de artillería con el grado de teniente segundo. De inmediato improvisó un taller y una fragua en El Plumerillo. Bajo su dirección y atenta mirada, 700 hombres que estaban a su mando, fabricaron armas de todo tipo, municiones, pólvora, herrajes, etc.

            En 1816 dejó los hábitos.

            Diseñó equipos especiales para el transporte de cañones a lomo de mula, que los soldados llamaron "zorras", por el parecido con ese animal, aparejos para subir laderas escarpadas y puentes colgantes para cruzar los riachos, entre otras cosas, que fueron de gran utilidad en el cruce de los Andes.

             

El fraile Aldao

            Ya próximo a ingresar a territorio chileno, el coronel Las Heras, destacó una fuerza de infantería y caballería al mando del sargento mayor Enrique Martínez, para desalojar a los enemigos que estaban en la guarnición de La Guardia ó Guardia Vieja.

            En la puesta del sol del día 4 de febrero, las fuerzas de Martínez atacaron a los realistas, ocasionándole muertos y tomándoseles muchos prisioneros, en un combate muy reñido y sangriento.

            Acompañaba al destacamento patriota, el capellán fraile José Félix Aldao del Regimiento 11 de Cazadores, quien ante la dureza del combate, no dudó en dejar los hábitos de lado, se armó de un sable, se puso al lado de su hermano el capitán José Aldao y tomó parte activa del combate como un tigre, matando a dos españoles, quedando sus manos, ropas y su sable teñidas de sangre.

            Cuando regresaron al campamento, Las Heras, increpándolo le dijo: "Padre, ese no es su oficio; ese es el nuestro, el suyo es leer el Breviario".

            Aldao, había sido forzado por sus padres a tomar los hábitos, por lo cual los dejó alegando que sus manos habían sido manchadas con sangre y no podía ya consagrar.

            Después de esa acción se incorporó como teniente al Regimiento de Granaderos a Caballo, combatiendo en Chile y Perú y ya de regreso a Mendoza, intervino en la guerra civil combatiendo en las fuerzas federales.

            Fue bautizado con el nombre "Félix", adicionando como primer nombre "José", cuando tomó los hábitos. En la historia se lo conoce como "el fraile Aldao".