Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VII N° 27 - Junio 2013 - Pag. 15
Nicanor Albarellos, (Daguerrotipo 1865)
Nicanor Albarellos, nació en Buenos Aires en 1810 y falleció en la misma ciudad en 1891. Fue médico, músico y político.
Estudió
medicina en París, regresando a nuestro país en 1826. En 1840, emigró a
Montevideo, donde se casó con la hija del Gral. Juan Antonio Lavalleja,
regresando a Buenos Aires nueve años después, donde se doctoró en medicina, con
una tesis sobre partos. En 1852 fue designado profesor de la Facultad de
Medicina, llegando años mas tarde a ser Decano de la misma. Fue médico en el
Hospital de Mujeres, entre otros cargos. Durante la guerra del Paraguay se
desempeñó como cirujano en el frente de batalla.
Durante
la secesión de la provincia de Buenos Aires de la Confederación Argentina, fue
miembro de la Legislatura provincial. Posteriormente y ya reincorporada la provincia a la Nación, entre
1863 y 1870, fue diputado nacional, identificándose con la política del Gral.
Mitre y también fue senador.
Asimismo se destacó como gran guitarrista, rescatando la música popular y campestre, coleccionando también tonadas y melodías de nuestra tierra.
Como buena parte de los hombres de la clase alta de su época, se identificó con la masonería, iniciándose en 1856 en la Logia Confraternidad Argentina N° 2. Como masón integró también varias Logias y en la Gran Logia ejerció el cargo de Gran Maestre entre 1870 y 1875 e integró el Supremo Consejo Grado 33°.
En un discurso pronunciado en la
Cámara de Diputados provincial el 1° de julio de 1857, mientras se discutía la
ley que declaraba a Rosas, traidor y reo de lesa patria, expresó su juicio sobre la figura y actuación
de Juan Manuel de Rosas, exigiendo la sanción de esa ley, entendiendo que con
el dictado de la misma, la actuación del exgobernador no quedara librado al
juicio de la historia.
Si bien se leen y analizan las palabras de Albarellos, ellas en realidad enaltecen la actuación de Rosas.
“No
puede librarse a la historia el fallo del tirano Rosas, ¿Qué dirá la historia
cuando se vea que
“… no conseguiremos que sea condenado como tirano, y sí, tal vez, que fuese en ella el más grande y glorioso de los argentinos... Juicios como éstos no deben dejarse a la historia. ¿Qué se dirá, qué se podrá decir, cuando se viere que la Inglaterra le ha devuelto sus cañones tomados en acción de guerra y saludado su pabellón sangriento y manchado con sangre inocente con la salva de 21 cañonazos? ¿Que la Francia misma que inició la cruzada en que figuraba el general Lavalle, trató con Rosas y saludó su pabellón con 21 cañonazos?... ¿Que el valiente general Brown, el héroe de la Marina de Guerra de la Independencia, era el almirante que defendió los derechos de Rosas? ¿Qué el general San Martín, el padre de las glorias argentinas, le hizo el homenaje más grandioso legándole su espada? ¿Se creerá dentro de 20 años, ó 50, todo cuanto digamos contra el monstruo, si no lo marcamos con una sanción legislativa para que siquiera quede marcado por nosotros, voz del pueblo soberano? Se dirá que no ha sido un tirano; lejos de ello ha sido un grande hombre. ¡Ese monstruo, señor!!...” (extractado del Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de Buenos Aires, año 1857, sesión del 1º de julio).
Fuentes:
http://www.logiaconstancia.org.ar/semblanza_de_nicanor_albarellos.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Nicanor_Albarellos