Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VII N° 27 - Junio 2013 - Pag. 16
Francisco
Una alegría inmensa embargó
a todos los argentinos con una elección que no esperábamos, y que ni siquiera
la gran mayoría, imaginábamos. A todos nos tomó de sorpresa, nos sentimos muy
emocionados y con el corazón lleno de alegría.
Cuando a raíz del cónclave
anterior que había designado a Benedicto XVI, figuró como papable el nombre de
Bergoglio y se habló de un posible papa argentino, a muchos nos pareció una
exageración. Pero no... los hechos posteriores demostraron que todo aquello no había sido una exageración y que los rumores de
entonces habían sido acertados.
Lamentablemente a la alegría
que experimentó todo el pueblo argentino, surgieron aquí algunas voces y
actitudes disonantes de políticos, periodistas y funcionarios, con imputaciones
hacia el nuevo pontífice por parte de algunos de ellos y la indiferencia de
otros. Pero como estas personas se dieron cuenta que quedaban aisladas del
resto de la sociedad y alejadas de la realidad, pocos días después, como un
saltimbanqui del Circo de Moscú, dieron un salto de 180 grados para no quedar descolocados
frente a una realidad que los excedió.
Pero también debemos
decirlo, que la alegría fue no solo de los argentinos, sino que pasó a ser
mundial, desde el primer momento en que Francisco saludó en su aparición
pública desde aquel balcón a los fieles que estaban reunidos en la plaza de San
Pedro en el Vaticano y que esperaban ansiosos la designación del nuevo papa.
Francisco es el primer papa
no europeo de toda la historia y el primer jesuita en serlo y para orgullo de
todos nosotros es ARGENTINO!
En estos momentos Francisco
es una de las personas más importantes a nivel mundial y día a día, con su
sencillez y bonhomía, puesta de manifiesto en cada uno de sus actos, se gana el
corazón, no solo de los católicos y cristianos, sino también de toda la gente
de buena voluntad.
Oremos para que Dios lo bendiga
en esta misión al frente de la Iglesia, como nos lo pidió, y no dudamos que su
pontificado va a ser una de los más importantes de estos últimos tiempos.
A los argentinos, nos toca,
más que a nadie, acompañarlo con nuestras oraciones y nuestros actos.
Con esta designación, también nuestra Argentina ha pasado a estar en boca de todos y es un hecho trascendental para nuestra patria, que quedará registrado en las páginas de la historia universal.