Publicado en el Periódico El Restaurador - Año II N° 6 - Marzo 2008 - Pag. 1 y 2
EL
DEFENSOR DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL
A
170 AÑOS DEL BLOQUEO A LA CONFEDERACION ARGENTINA
Por Norberto Jorge
Chiviló
Cuando en nuestra juventud estudiamos la historia argentina, la mayoría de los maestros y profesores nos la enseñaban de manera parcial ya que la historia oficial por ejemplo sólo daba importancia a las contiendas en las que nuestro país había participado en el Siglo XIX: las guerras por la independencia, la guerra contra el Brasil, la guerra de la triple alianza, ignorando las que nuestro país mantuvo contra Francia primero y contra Francia e Inglaterra después –ambas durante la época de la Confederación Argentina- las que eran ocultadas y silenciadas y cuando nos enseñaban sobre la época de Rosas, sólo se hacía mención al terror y a la Mazorca…
Del General San Martín, sólo se nos hacía saber de su lucha emancipadora y que después de la misma se había radicado en Europa y que de anciano, cuidaba a sus nietas y nada más. Se desconocía el porqué San Martín, tuvo que radicarse fuera de su patria y la actuación que le cupo en las dos contiendas que nuestro país mantuvo en el período 1838/1847.
En este año se cumple el 170º aniversario del bloqueo de Francia al puerto de Buenos Aires y de todo el litoral, hecho éste que el grueso de nuestra población desconoce y que como ya se dijera, fue durante muchísimos años ocultado y silenciado.
Al inicio de este conflicto, vamos a referirnos en esta nota.
Nuestra
Independencia
A pocos días del 9 de julio de 1816, cuando el Congreso reunido en la Ciudad de Tucumán había declarado nuestra independencia “del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”, a instancias del diputado Medrano en la sesión del día 19 de dicho mes se acordó agregar al acta “…y de toda otra dominación extranjera”.
Ese agregado al Acta de la Independencia se debió a los temores que existían de someternos a otra potencia, ya que ciertos sectores habían tomado contactos -en 1815- con el Reino Unido de Gran Bretaña para anexar estas tierras como colonia a Inglaterra o con la Casa de Portugal con parecidos propósitos.
Entonces, no sólo debíamos independizarnos del poder español, sino de todo otro poder y dominación extranjera.
A casi veintidós años de aquella fundamental Declaración de Independencia, se produjo el primer intento de una potencia extranjera (Francia) de avasallar nuestra independencia nacional.
Ley
de 1821
Por una ley de 1821, los extranjeros con más de dos años de residencia en nuestro país, o que fueran propietarios, comerciantes o artesanos radicados aquí, estaban obligados al servicio de las armas, ya sea para el cuidado del orden en las ciudades, cómo para la defensa de las fronteras (estaban eximidos los extranjeros en tránsito). Esa ley era similar a la que existía en los países civilizados de la época.
Tratado
de Amistad y Comercio con Gran Bretaña
En febrero del año 1825 el reino de Inglaterra reconoció nuestra independencia –siendo el primer país en hacerlo- y firmó con el nuestro -denominado en aquella época como Provincias Unidas del Río de la Plata- un tratado de Amistad y Comercio. Por una de sus cláusulas los naturales de estos dos países estaban eximidos de prestar servicios de armas en el otro.
Situación
en Europa
Con la caída definitiva de Napoleón en Waterloo en 1815, Francia dejó de ser una potencia de primer orden, por el contrario Inglaterra aseguró su carácter de primera potencia mundial que mantendría durante el resto del siglo y principios del Siglo XX.
Después de Waterloo, se produjo la restauración monárquica en toda Europa, fue repuesto en el trono de España Fernando VII y en Francia asumieron de nuevo los Borbones (recordemos que el último rey había sido Luis XVI, destronado por la revolución francesa de 1789).
En julio de 1830 se produce una revolución en Francia que destrona a Carlos X y se sienta en el trono de esa nación Luis Felipe I de Orleans. Al otro lado del Canal de la Mancha, en Inglaterra se inicia en 1837 el largo reinado de la reina Victoria.
El monarca Luis Felipe de Orleans, inicia en Francia una política nacionalista y trata de revivir las tradiciones napoleónicas. Reivindicó las antiguas fronteras francesas y en acto solemne enterró las cenizas de Napoleón en el cementerio de Los Inválidos en París.
Situación
en nuestro país
Durante el primer período en el que Juan Manuel de Rosas se desempeñó como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (diciembre de 1829 a diciembre de 1832), se firmó en el año 1831 el Pacto Federal, que fue el inicio de la Confederación Argentina.
El 1835 Juan Manuel de Rosas llegaba de nuevo a ser Gobernador, plebiscitado por todo el pueblo de la ciudad de Buenos Aires, ya que de 9.720 ciudadanos que votaron, sólo 7 se opusieron a que se le concedieran las facultades extraordinarias, que había solicitado para poder gobernar, atento a los difíciles momentos en que vivía el país (en febrero se había producido el asesinato de su amigo, el general Juan Facundo Quiroga). Domingo F. Sarmiento, afirmaría años más tarde "Rosas era un republicano. Era la expresión de la voluntad del pueblo y en verdad que las actas de elección así lo muestran…Rosas era popular... Rosas era una manifestación social, una fórmula de una manera de ser de un pueblo. La suma del poder público le fue otorgada por aclamación y plebiscito, sometiendo al pueblo la cuestión" (Obras Completas, Tomo XXVII).
En el mes de mayo de 1837, se produjo la guerra entre nuestro país, aliado a Chile contra la Confederación peruano-boliviana al mando del Mariscal Andrés de Santa Cruz, quien había firmado un tratado con Francia, era apoyado por ésta potencia y daba asilo a los emigrado argentinos del partido unitario quienes conspiraban contra el gobierno argentino; Santa Cruz tenía la intención aviesa de lograr la secesión de las provincias norteñas argentinas y su incorporación a aquella Confederación. (Santa Cruz fue vencido por los chilenos en Yungay en 1839).
El
expansionismo francés
El expansionismo francés, también buscó tierras y países en el sudeste asiático, Oceanía, Africa y América, para establecer colonias o protectorados, obtener materias primas y dar salida a los productos manufacturados y crear un nuevo imperio colonial.
En el año 1830 bajo el reinado de Carlos X se inició la conquista de Argel (Norte de Africa), la que fue seguida por Juan Felipe de Orleans. Después de la conquista de la zona costera, la expansión francesa se extendió hacia el interior (finalizando en 1847). En México, simultáneamente con los hechos del bloqueo al Río de la Plata, un pequeño robo de unos pasteles a un panadero francés originó lo que se llamó la guerra de los pasteles. Francia reclamó exorbitantes indemnizaciones al gobierno mejicano, llegando al bloqueo naval de Veracruz y al bombardeo de la fortaleza de San Juan de Ulúa.
El
inicio del conflicto con la Confederación Argentina
A fines de 1837 el vicecónsul francés, de nombre Aimé Roger, -aprovechando la situación creada con la Confederación Peruano-Boliviana y creyendo que nuestro país ante esa situación y la presencia ante el puerto de Buenos Aires, de la importante escuadra gala, cedería a sus pretensiones- efectuó una serie de reclamaciones al gobierno argentino, una de ellas era que sus connacionales fueran eximidos de prestar servicio en la milicia porteña, tal como ocurría con los británicos. Las reclamaciones eran totalmente improcedentes, no sólo por el carácter de quien las hacía, que carecía de facultades diplomáticas para ello, pues no tenía el rango de embajador, sino también por las causales que originaban aquellos reclamos, pues los franceses no podían obtener los privilegios de los que gozaban los ingleses, derivados de un tratado libremente firmado. Quería en definitiva que se diera a los franceses el trato de la nación más favorecida, igualándolos a los ingleses, pese a que no existía (con los franceses) un tratado que así lo dispusiese (y que sí existía con los ingleses). El reclamo fue apoyado por la flota francesa apostada en Río de Janeiro, a la sazón trasladada al Río de la Plata al mando del contraalmirante Louis Leblanc (con 8 navíos de guerra).
Esos reclamos originaron el primer conflicto entre nuestro país y Francia.
Como se dijo, el Vicecónsul Roger, no representaba a Francia. Quien puede representar a un país ante las autoridades de otro, debe haber sido designado Embajador, siendo el Vicecónsul un agente con funciones sólo administrativas y que no representa a su país.
A través de todo el conflicto que se extendió por más de dos años, nunca Rosas se negó a negociar con Francia, lo que sí pidió es que se designara a un embajador o ministro plenipotenciario con facultades suficientes como para firmar un Tratado con la nación gala. Tampoco quiso Rosas firmar un tratado bajo la presión y amenazado por la flota francesa.
Lo que siempre quiso Rosas era que la cuestión debía solucionarse de país a país en igualdad de condiciones, como dos países soberanos y sin presiones de ningún tipo.
El día 28 de marzo de 1838, los franceses declaraban en estado de riguroso bloqueo “el puerto de Buenos Aires y todo el litoral del río perteneciente a la República Argentina”.
Hechos
posteriores al establecimiento del bloqueo
El bloqueo duró aproximadamente dos años y medio.
Durante ese lapso, la Confederación Argentina, debió afrontar diversos problemas de orden económico que le ocasionaba la imposibilidad de importar y exportar mercaderías y otros de carácter político y militar, tendientes a derrocar a Rosas.
En el mes de octubre de 1838 (día 10) y después de un cruento combate ante la férrea defensa de la guarnición argentina al frente de Jerónimo Costa y Juan Bautista Thorne, los franceses tomaron la isla de Martín García.
En febrero de 1839 se produjo el levantamiento del gobernador correntino Genaro Berón de Astrada.
Conspiración en la Ciudad de Buenos Aires en junio de 1839 del Coronel Ramón Maza –hijo del Presidente de la Legislatura Manuel Vicente Maza-.
Invasión al suelo argentino del “Ejercito Libertador”, al mando del general Juan Lavalle en setiembre de 1839.
Levantamiento de los hacendados en el sur de la campaña de la Provincia de Buenos Aires, quienes al verse afectados por la imposibilidad de dar salida a la producción de cueros y carne salada, promovieron un levantamiento contra el Gobernador Rosas, que la historia oficial mal llama “Revolución de los Libres del Sud” en octubre y noviembre de 1839.
Estos hechos que contaron con la connivencia y colaboración de unitarios, orientales al mando de Fructuoso Rivera y franceses, serán analizadas en las distintas ediciones futuras de este periódico.
La
correspondencia entre San Martín y Rosas
A raíz también de este conflicto entre nuestro país y los franceses, se produjo el inicio del intercambio epistolar entre nuestro Libertador, el Gral. Don José de San Martín, en esos momentos residente en Francia y el Restaurador Juan Manuel de Rosas que se convertiría a través del tiempo en una férrea amistad entre estos dos grandes de nuestra historia.
Finalización
del conflicto
El conflicto franco-argentino, finalizó cuando Francia envió un Ministro Plenipotenciario, el Almirante Barón Ange René Raymond de Mackau, con facultades suficientes, quien suscribió con el canciller don Felipe Arana, el Tratado Arana-Mackau, (28 de octubre de 1840), que es una “obra de arte” de la naciente diplomacia argentina, digna de aquella gloriosa Confederación Argentina.
Juan Manuel de Rosas, se convirtió en el defensor de la independencia nacional e hizo efectiva aquella frase que se incluyó en el Acta de nuestra Independencia “…y de toda otra dominación extranjera”.
Desde entonces, su nombre y el de la Confederación Argentina, serían pronunciadas con respeto en las cancillerías extranjeras.