REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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En esta sección que llamamos "Revolviendo la biblioteca", incluimos distintos artículos de gran interés histórico, poco conocidos por el público en general, publicados hace ya muchísimos años.
Encontramos este artículo que fue publicado en el diario La Prensa el 23 de mayo de 2010, en la columna "Los fantasmas del pasado" de Armando Alonso Piñeiro, con interesantes opiniones sobre el 25 de mayo de 1810.
Otras fábulas del 25 deMayo
por Armando Alonso Piñeiro
Se ha hablado desde siempre que la Revolución de 1810 fue promovida por misteriosas logias secretas, entre ellas la Sociedad de los Siete. Sin embargo, no existe ninguna prueba de que haya existido tal institución.
Hubo algunas reuniones, es cierto, en la famosa jabonería de Vieytes, pero las principales se hacían en los cuarteles y en alguna casa particular, como las de Martín Rodríguez y de Juan José Viamonte, en el actual número 682 de esta última calle. Pero en ninguna fuente documental surge la Sociedad de los Siete, ni siquiera en los recuerdos escritos de los próceres de aquel tiempo.
También se ha dicho reiteradamente que Santiago de Liniers conspiró contra la Junta de Gobierno, luego del 25 de Mayo. Pero Enrique de Gandía probó que los movimientos sediciosos del ex virrey de Buenos Aires habían comenzado varios días antes del 25 de Mayo.
Precisamente Gandía ha señalado que debe computarse como errónea la denominación de Primera Junta a la surgida bajo la presidencia de Saavedra. No fue la primera de Buenos Aires, sino la segunda. No fue la primera del Río de la Plata, sino la tercera. Las anteriores fueron, en efecto: Montevideo, 21 de septiembre de 1808, y Buenos Aires, 22 de mayo de 1810, esta última presidida por el virrey Cisneros. En todo caso, cabe aclarar que la precedencia de la Junta del 25 de Mayo debe aceptarse como la inicial del nuevo gobierno patrio.
En cuanto a otros mitos vinculados con los días posteriores al 25 de Mayo, quedan por lo menos dos de gran importancia: los que le adjudican a Mariano Moreno la fundación de la “Gaceta de Buenos Aires' y de la Biblioteca Pública, hoy Biblioteca Nacional. En realidad, no hay nada de eso. No existe un solo documento que pruebe la autoría del ilustre patricio en ambas iniciativas. El periódico de Mayo no fue fundado por Moreno, sino por la Junta de Gobierno. Lo mismo ocurrió con la biblioteca, una creación exclusiva de las autoridades en pleno, no de una persona en particular. Gustavo Martínez Zuviría sostuvo en 1936 que el fundador de la biblioteca había sido un sacerdote: Luis José Chorroarín.
Luego, Ricardo Levene tomó partido por Moreno. Héctor C. Quesada, en cambio, le adjudicó el mérito de la iniciativa a la Junta. Chorroarín, sí, fue el primer director, como también fue -hecho olvidado- creador de la bandera argentina de guerra.
Claro que el mayor mito de la historia argentina sería un colmo, si tuviera algún fundamento. Me refiero ala posibilidad de que la Revolución de Mayo no fue ninguna revolución, sino un sincero acto de adhesión a Fernando VII. El único que creyó en el pasado semejante teoría fue Juan Manuel de Rosas, conocido por su hispanofilia. Entre los autores modernos, Enrique de Gandía es el más entusiasta sostenedor de la tesis.
Desde luego que aceptarla aun a costa de sacrificar la amena curiosidad del mito de los mitos- sería no comprender absolutamente nada de lo que ocurrió después. Equivaldría a negar la guerra de la Independencia, la Campaña de los Andes y a borrar de un plumazo las primeras batallas nacionales, ya que nuestros ejércitos habrían estado empeñados en luchar contra fantasmas. Equivaldría también a desviar la atención de los innumerables documentos existentes sobre el carácter revolucionario de la única revolución de la historia argentina: el glorioso movimiento del 25 de Mayo de 1810.