Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VI N° 23 - Junio 2012 - Pags. 4 a 11
El primer empréstito, Rosas y las Malvinas
Por Norberto Jorge Chiviló
Vista satelital de las islas Malvinas |
Hace seis años atrás, el 7 de mayo de
2006, salió publicado en el matutino "La Prensa" un artículo del Dr.
Omar López Mato, titulado "Tras un manto de neblinas", en el cual decía
“…Rosas intentó cambiar las islas por los bonos del empréstito Baring, pero
Manuel Moreno, el hermano de Mariano y representante argentino ante la corona
británica, se hizo el desentendido y dio largas al asunto que nuestros
nacionalistas han olvidado reiteradamente”.
Como desconocía en ese momento la
dirección particular del Dr. López Mato y su correo electrónico, le remití una
carta en contestación al domicilio del matutino, con el pedido que le fuera
entregada. Nunca recibí respuesta, pero conociendo ahora al Dr. López Mato,
estimo que dicha carta no le fue dada, pues de lo contrario me hubiera
contestado.
En la respuesta que él me remitió últimamente
y publiqué en la edición N° 21 de este periódico (pág. 6), con el título "Otra
Vuelta de Obligado", refiriéndose a Rosas, dice: "¿Nada hizo, ni un amague,
para reafirmar nuestra soberanía sobre las Malvinas o en los canales fueguinos?
Y ya que hablamos de las Malvinas, ¿por qué no tocamos el tema de la oferta de
Rosas de cambiar las islas por la deuda del Baring Brother, o la propuesta
realizada en 1848, de ceder a la misma Casa Baring la explotación exclusiva de
todo el litoral atlántico? ¡¡¡Ofreció territorio nacional por plata que la
nación no había recibido!!!"
Recojo el guante y voy a tocar el tema propuesto por López Mato,
de Rosas y las Malvinas. En otra edición se analizará
el tema de los canales fueguinos y la forma en que nuestro vecino, Chile, se
adueñó de los mismos y a instancias de quién lo hizo.
Como el lector apreciará, no soslayamos
el análisis ni la discusión sobre ningún tema, ni ocultamos nada, porque no hay
nada que ocultar, sino todo lo contrario, solo nos guía e interesa la verdad
histórica.
Pero para
abordar el tema de Rosas y las Malvinas, como en todos los temas, es
necesario conocer sus antecedentes -como siempre tratamos de hacerlo en este
periódico-, y ubicarnos en el tiempo y lugar histórico, porque así es, como, a
mi entender, debe analizarse la historia, ya que hacer afirmaciones al voleo no
ayudan a esclarecer los temas, sino ocurre lo contrario, se confunde a la gente
que carece de la información suficiente.
Antiguo mapa de las Malvinas (1) |
El empréstito de la Baring
Brothers & Co.
Durante el gobierno de Martín Rodríguez
al frente de la provincia de Buenos Aires y a instancias de su ministro de
Gobierno, Bernardino Rivadavia se autorizó por ley del 28 de noviembre de 1822
la contratación de un empréstito con la finalidad de construir un puerto en
Buenos Aires, dotar de agua corriente a la ciudad y fundar tres pueblos en la
frontera.
Su contratación se efectivizó el 1° de
julio de 1824 con la banca inglesa Baring Brothers & Co., por 1.000.000 de Libras
esterlinas ( £ ), a un interés del 6% anual.
De
las £ 1.000.000, por las cuales Buenos Aires quedó endeudada, solo se "recibió"
la cantidad de £ 560.000, ya que al monto originario se le descontaron
“comisiones” (hoy diríamos: coimas y mordidas) e intereses cobrados por
adelantado, etc. Ese empréstito fue un verdadero fraude, como bien lo saben
hacer los ingleses, contando siempre con miserables auxiliares nativos, en
nuestro caso el Señor Rivadavia y quienes lo secundaban.
El pago de la deuda estaba garantizada
con la totalidad de las tierras públicas de la provincia.
Estos préstamos que se hicieron por
Inglaterra, por intermedio de distintas bancas, a las jóvenes repúblicas
americanas recientemente independizadas de España, ya que Buenos Aires no fue
la única (las otras fueron: Méjico, Perú, Chile, Colombia, Centro América),
tuvieron por finalidad convertir a Inglaterra en acreedora y así lograr la dominación
económica de estos nuevos países y su sometimiento al imperio inglés.
En realidad el préstamo no hubiera sido
necesario, pues las cuentas fiscales de la Provincia daban superávit y con
haber subido un poco los derechos de importación y prohibida la salida de
metálico, los fondos se hubieran conseguido.
En el libro "Congrés de Verone", publicado en
1838, su autor el vizconde Chateaubriand -Ministro del monarca francés Luis
XVIII- dirá: "De 1822 a 1826, diez empréstitos han sido hechos en Inglaterra
en nombre de las colonias españolas. Montaban estos empréstitos a la suma de
20.978.000 libras. Estos empréstitos habían sido contratados al 75%. Después se
descontó dos años de intereses al 6%. En seguida se retuvo 7.000.000 de libras
de gastos varios inespecificados. Al fin de cuentas Inglaterra ha desembolsado
una suma real de 7.000.000 de libras, pero las repúblicas españolas han quedado
hipotecadas en una deuda de 20.978.000 libras."
Pero eso no es todo, ese importe no vino
en metálico, sino en una ínfima cantidad, con lo cual se podría haber empleado
en su inversión en lo que el gobierno quisiera, sino que lo fue a través de
documentos a descontarse por los comerciantes ingleses de Buenos Aires. Roberto
de Lafèrrere, dice acerca de la suma recibida: “…fue una suma irrisoria, como
que la operación real consistió principalmente en emitir documentos de crédito
sobre los comerciantes ingleses de la plaza: ingleses de nacionalidad, pero con
capitales formados o acrecidos en el país. Los ingleses, pues, nos prestaron lo
nuestro y después nos lo cobraron con intereses como si fuera de ellos”. Vemos
así, que en realidad los argentinos nos prestamos a sí mismos y como el lector
apreciará, hicimos un “gran negocio”.
Como
ya manifesté, en garantía de dicho “préstamo”, se hipotecó todo el territorio
de
Al margen, diremos que con el dinero
obtenido no se construyó el puerto, ni se instaló sistema alguno de aguas
corrientes, ni se fundó ningún pueblo, y prácticamente nada se hizo, ni
siquiera fue destinado a proveer de armamento ni al sostenimiento de las tropas
argentinas en guerra contra el Imperio del Brasil.
Anualmente, debían abonarse los
servicios de esa deuda. Cuando Dorrego fue Gobernador, para hacer frente a esos
pagos, debieron venderse las fragatas “Asia” y “Congreso”, que se estaban
alistando en Inglaterra, para intervenir en la guerra que en esos momentos
nuestro país sostenía contra el Brasil.
Raúl Scalabrini Ortiz, afirma: "Los
servicios de este empréstito se cumplieron hasta el 1° de julio de 1827 y
permanecieron suspendidos hasta 1857, con excepción de varias mensualidades
pagadas por Rosas en los años 1846, 1850 y 1851 y que en total sumaron según
las cuentas de Woodbine Parish £ 43.965."
La agresión norteamericana
en la isla Soledad
(2) |
El representante del país del norte
aconsejó a sus autoridades declararan la guerra al nuestro, cosa que no
ocurrió.
La usurpación de las
Malvinas
La fragata "Heroína" en Puerto Soledad (3) |
Finalizado el mandato de Rosas como
Gobernador de la Provincia, el 17 de diciembre de 1832, fue sucedido en el
cargo por el Brigadier General Juan Ramón González Balcarce.
A los pocos días, esto es el 3 de enero
de 1833, se produjo el atropello inglés en nuestras islas Malvinas, cuando
fuerzas inglesa que arribaron con la corbeta "HMS Clio" -al mando del
capitán John James Onslow-, poderosamente armada con 18 cañones, desalojaron a
la pequeña guarnición argentina que allí se encontraba y se establecieron en el
lugar, usurpando así el territorio nacional. Se imponía el "derecho"
del fuerte y poderoso.
Billete o vale usado en Malvinas (4) |
El gobierno de Balcarce protestó
inmediatamente por tal usurpación al encargado de negocios británico en Buenos
Aires, efectuando también los reclamos pertinentes por intermedio del Ministro
argentino acreditado ante la Corona británica, Dr. Manuel Moreno.
Es necesario aclarar que ocho años
antes, esto es en 1825, se había firmado un tratado de amistad y comercio entre
nuestro país y la nación inglesa y sin que nada lo justificara, se produjo después
el atropello británico que estamos comentando, a la joven república americana, ocupando
sin derecho parte de su territorio insular.
Rosas vuelve nuevamente al
poder
Rosas vuelve al poder, en su segundo
mandato el 13 de abril de 1835.
A fines de 1836 exige al gobierno inglés
una respuesta al reclamo que había hecho Moreno dos años y medio antes y a
fines de diciembre de 1841 el gobierno argentino vuelve a reclamar al inglés.
Durante todo su gobierno, Rosas en sus
mensajes anuales a la Legislatura hacía referencia a la cuestión Malvinas,
manifestando la confianza en recuperar aquél territorio y ratificando también
los derechos que nuestro país tenía sobre las islas, derechos que decía, nunca
serían abandonados.
También en alguno de dichos mensajes como
por ejemplo el que corresponde al 27 de diciembre de 1837, hizo referencia al
empréstito: "... pesa sobre el gobierno la dificultad de sus compromisos
con el empréstito de Inglaterra. Las reclamaciones de aquellos acreedores no
pueden dejar de ser atendidas, si presentadas con dignidad vienen niveladas por
los principios de una justicia distributiva. El gobierno desea con vehemencia
arribar a una transacción, que en sí misma presente la posibilidad de su exacto
cumplimiento. Para conseguirlo no omitirá ninguno de los medios que sugieran su
razón y la prudencia".
La situación internacional
En el mundo de aquél entonces,
Inglaterra era la primera potencia, ya que con su marina dominaba todos los
mares -y por ende las rutas marítimas- y quien dominaba los mares dominaba el
comercio y así también se lo impedía a las potencias contrarias. Fue también la
primera potencia industrial y allí la necesidad de obtener materia prima para
sus industrias y también la necesidad de colocar sus productos manufacturados.
Construyó un gran imperio -especialmente durante el siglo XIX-, con dominios y
colonias esparcidas por los cinco continentes. Sus buques necesitaban lugar de
amarre y abastecimiento en las largas rutas marítimas que debían surcar.
Cualquier pretexto era válido para
intervenir en otros países, ya para lograr ganancias territoriales, establecer
colonias, o bien obtener beneficios para su comercio. Muchas veces y como
ocurrió en nuestro país se valieron de partidos políticos, en nuestro caso los
unitarios, quienes los alentaron en sus empresas colonialistas o actuaron como
sus auxiliares.
Agresión francesa en Méjico (5) |
Francia que le iba a la saga, era la
segunda potencia de la época. Los franceses, habían visto herido su orgullo nacional
con la derrota de Napoleón y la caída del Primer Imperio que el sardo había
creado, pero sus gobernantes después de la restauración monárquica, quisieron
reverdecer viejos laureles y para ello era necesario promover nuevas conquistas
y al igual que los ingleses no escatimaron esfuerzos para lograrlo, para ello
intervinieron principalmente en el sudeste asiático -Indochina- , en Argel,
Méjico, Sudamérica, etc.
Cualquier pretexto era suficiente para
que esas potencias justificaran una intervención. Así en el caso de Méjico, el
simple robo de unos pasteles a un panadero francés originó la intervención
francesa, produciéndose la "guerra de los pasteles". Francia reclamó
exorbitantes indemnizaciones a los mejicanos, llegando al bloqueo naval de
Veracruz y al bombardeo y ocupación de la fortaleza de San Juan de Ulúa.
La situación en Sud América
Ambas potencias -Inglaterra y Francia- también
intervinieron en Sud América.
Así los franceses alentaron las
ambiciones expansionistas del Mariscal Andrés de Santa Cruz, presidente de la
Confederación Perú- Boliviana, quien pretendía la anexión de las provincias
norteñas argentinas y también ayudaba a los unitarios en su lucha contra Rosas.
En la región del Plata, los franceses
también crearon problemas a los dos países ribereños, la Argentina y el
Uruguay.
Con diversas excusas que ya hemos
mencionado en otras ediciones de este periódico, dispusieron en marzo de 1838,
el bloqueo del río de la Plata contra nuestro país y también intervinieron en
las cuestiones domésticas uruguayas, promoviendo la caída del presidente
constitucional uruguayo Manuel Oribe en octubre del mismo año y su reemplazo
por Fructuoso Rivera, subvirtiéndose así el orden constitucional del hermano
país, estableciéndose en Montevideo y convirtiendo a dicha ciudad prácticamente
en una colonia francesa. Para todo ello contaron con el concurso de los
exiliados unitarios en Montevideo.
En marzo de 1839, Rivera incentivado por
los argentinos exiliados en Montevideo, declaró la guerra a la Confederación
Argentina.
El conflicto que nuestro país mantuvo
con Francia por el bloqueo, duró prácticamente dos años y medio, hasta que se
firmó el tratado Arana-Mackau el 21 de octubre de 1840. (ER N° 17, pág. 1y
sgtes.)
Pero el gobierno de Rosas no solo debió
vérselas con los franceses, sino también existía un conflicto interno con el
partido unitario, y con Rivera, ayudados ambos por los galos, que le impedían
al gobernante porteño poder abocarse en forma tranquila a gobernar el país.
Así
los franceses alentaron levantamientos internos, como el de los ganaderos del
sur de la provincia, mal llamados de "Los libres del Sud", en el año
1839 (ER N° 13, pág. 12), promovieron la invasión del "Ejército Libertador",
al mando del Gral. Juan G. Lavalle, entre otros hechos.
En Febrero de 1843, Oribe al mando de
tropas uruguayas y argentinas, puso sitio a la ciudad de Montevideo, convertida
en una verdadera fortaleza, pero los sitiados recibían refuerzos y abastecimientos
por el río, por lo que el 1°de abril, Brown al frente de la escuadra de la
Confederación, la bloquea también por agua.
Decimos que Montevideo se convierte en
una fortaleza, ya que desembarcan tropas francesas e inglesas con artillería
con el pretexto de defender a sus connacionales, pero que en la realidad todo
ello se traduce en una toma de posición a favor de uno de los bandos en pugna,
interviniendo así de lleno en las luchas civiles.
El
comodoro inglés John Brett Purvis, jefe de la escuadra inglesa con asiento en Sudamérica, tampoco guarda la neutralidad debida y toma
partido por Rivera y los unitarios argentinos. Considera a Brown como súbdito
británico y con la fuerza se opone a las acciones que Brown había emprendido
contra los riberistas y al bloqueo, desconociendo el derecho de nuestro país al
mismo, como lo establecía el derecho de gentes de la época. La oposición de
Purvis era por "no reconocer el gobierno de S. M. B. (Su Majestad
Británica) a los nuevos pueblos de Sudamérica como potencias marítimas
autorizadas para el ejercicio de tan alto e importante derecho como el
bloqueo".
A fin de evitar confrontaciones que
pudiera derivar en una guerra con las potencias extranjeras, Rosas ordenó el
retiro de la escuadra naval.
Esa era en apretada síntesis, la
situación histórica delicada en que se encontraba la Confederación Argentina,
en aquellos momentos.
El reclamo de los bonistas
ingleses
Durante su gobierno al frente de la
Confederación, Rosas se vio impedido de abonar los servicios de la deuda del
empréstito Baring, porque debió ocuparse, entre otras cuestiones, de mantener
numerosos ejércitos para enfrentar todas las agresiones externas e internas
hacia la Confederación, como así también a los bloqueos a los que fue sometida.
Los bonistas -bonholders- presionaban al gobierno inglés para que reclamaran al
argentino y obtuviera el cobro compulsivo de la deuda, la que se encontraba
garantizada con todo el territorio de la ese entonces Confederación Argentina,
como dijimos más arriba por la irresponsabilidad de Rivadavia.
En el año 1838, se produce el bloqueo
francés. En ese año, el Ministro Arana en nota confidencial que había mandado a
Manuel Moreno, le pidió que cuando hiciere el reclamo ante la Corona británica
"respecto a la ocupación de las islas Malvinas y entonces explorará con sagacidad sin que se le pueda
trascender ser idea de este gobierno si habría disposición en el de S.M.B.
a hacer lugar a una transacción pecuniaria, que sería para cancelar la deuda
pendiente del Empréstito Argentino.”
"Entraba bien -dice Domingo Sierra-
en la forma de ser de Rosas un ofrecimiento que no lo comprometiera, pero que
podría comprometer al gobierno británico, si forzado por los tenedores de
títulos del empréstito, aceptaba la propuesta, para lo cual tenía que admitir
la soberanía argentina sobre las Malvinas".
El gobierno, trata de ganarse el apoyo
de los "bonoleros" como Rosas llama a los bonholders, esto es los tenedores de bonos del empréstito,
manifestando la imposibilidad de cumplir con el pago de las rentas del
empréstito debido a los menores ingresos de aduana, como consecuencia del
bloqueo.
En Inglaterra se formó un Comité de
tenedores de títulos de Buenos Aires, denominado Committee of Buenos Ayres bonholders, quienes presionaron al
gobierno a fin de que exigiera al gobierno francés del cese del bloqueo, que
indirectamente los perjudicaba. Lord Palmerston, Ministro inglés, exigió así en
1840 el cese del bloqueo francés, lo que finalmente ocurrió.
Pero terminado el bloqueo y como los
pagos aún no se reiniciaban, el comité de bonistas y la Casa Baring nombraron
de común acuerdo a Frank Palicieu Falconet (o Falconnet), para que se traslade
a Buenos Aires y reclame al gobierno argentino
y ejecute las garantías, para lograr el cobro de lo que se les adeudaba.
Es la época en que los acreedores de los países imperialistas pretenden cobrar
las deuda al amparo de los cañones de sus barcos y en el Río de la Plata,
justamente había una presión naval inglesa muy fuerte.
Así en el año 1842 llega a Buenos Aires,
para cumplir su misión el representante designado, Sr. Falconet.
El "ofrecimiento" de Rosas
En
el año 1880, el gobierno norteamericano, por intermedio de su representante
diplomático acreditado en Buenos Aires, solicitó al gobierno argentino le
hiciera conocer una amplia información sobre la historia financiera, económica
y monetaria de nuestro país.
Ese
trabajo fue encomendado al Dr. Pedro Agote, quien presentó un año más tarde el
documento oficial "Informe sobre la deuda pública", en el que por
primera vez se hizo público el hecho de que Rosas intentara cancelar el
empréstito, con sus servicios adeudados que en esos momentos ascendía a la
astronómica suma de 1.900.000 libras, dando en pago las islas Malvinas.
Alfredo Ortiz de Rozas, dice: "Los pagos se habían
suspendido por quince años. La deuda ascendía a 1.900.000 libras o sea
9.500.000 pesos fuertes, que, al cambio de la época equivalía a una suma mayor
de 200.000.000 de pesos moneda corriente;
es decir, que la deuda sobrepasaba el monto total del presupuesto de
gobierno en casi cinco veces, pues, en 1842 era de 43.000.000 de pesos moneda
corriente".
En su informe, dice Agote: “Quiero hacer
constar en este documento destinado a un gobierno extranjero, que los gobiernos
de Buenos Aires y de la Nación no han perdido nunca de vista esta obligación, y
que en medio de las guerras civiles y nacionales, que los han afligido en
largos períodos de su existencia agitada, jamás han olvidado este compromiso de
honor que, reconocido alternativamente por uno u otro, han cumplido como les ha
sido posible, ofreciendo testimonios de honradez y desprendimiento de que no
hay ejemplo en la historia de pueblo alguno que les aventaje” y continúa: “La
relación histórica del empréstito inglés de 1824 es una prueba espléndida de
esta verdad; y al consignarla en las páginas que siguen, cumplo un deber
patriótico, al mismo tiempo que ofrezco un ejemplo de honradez republicana, que
debe servir de regla para medir en todo tiempo y circunstancia, los compromisos
nacionales.”
Dice el Dr. Agote que el gobierno de
Rosas había encomendado a su ministro Manuel Insiarte hacer el ofrecimiento a
Falconet. y dice: “En desempeño de su encargo el ministro Insiarte manifestó a
aquel señor (Falconet) en nota de 17 de febrero de 1843, las dificultades con
que había tropezado el gobierno para hacer este servicio, y le anunció, en
testimonio del deseo que le asistía de hacer un arreglo con los acreedores,
haber autorizado al Ministro Argentino en Londres para hacer al gobierno de su
Majestad Británica la proposición de ceder las islas Malvinas en pago de la
deuda” y agrega Agote y resaltamos nosotros: “Esta nota abunda en consideraciones acerca de los derechos de la
República a aquellas islas, y la confianza que tiene de que ellos sean
reconocidos por el gobierno británico.”
Note el lector que la nota mencionada
hace referencia "acerca de los derechos de la República a aquellas
islas" o para decirlo en otras palabras, a los derechos de soberanía que
nuestro país tenía sobre las islas y agrega "y la confianza que tiene de
que ellos sean reconocidos por el gobierno británico.”
Por un lado el gobierno argentino
ofrecía una posibilidad al pago de la deuda con la cesión de las islas
Malvinas, ...pero por el otro el gobierno británico debía reconocer los
derechos argentinos sobre ellas. Nadie da en pago algo que no es propio.
Por el lado contrario -el inglés- si
aceptaba el ofrecimiento argentino, estaba reconociendo que las islas eran
argentinas, lo que era imposible para los ingleses, pues nadie recibe en pago algo
que le es propio.
Entonces, ¿fue una jugada magistral de
Rosas?
En ningún momento existió acto alguno de
Rosas que significara renuncia alguna a la soberanía argentina sobre las islas,
sino todo lo contrario y prueba de ello es que el gobierno británico en el
litigio que tiene con el nuestro sobre la soberanía de las islas nunca invocó
este hecho como demostrativo de una renuncia a la soberanía de nuestro país.
Cabe señalar que las notas cursadas por
el gobierno argentino a su representante ante la Corte inglesa, Dr. Manuel
Moreno, se le solicita: "Que en conformidad a sus instrucciones demande
del Gobierno de S.M.B. una indemnización por el derecho de las Islas Malvinas,
y que entre en ésta el empréstito y sus rentas vencidas y por vencer…" O
sea reclame por las indemnizaciones que les eran debidas a nuestro país por la
usurpación de las mismas y con ello se abone la deuda.
Moreno contesta que ha hallado tantas
dificultades “que en verdad nos hace pensar que aunque la idea de esta
transacción es absolutamente justa y razonable en su fondo, no hay al presente
ninguna probabilidad de hacerla practicable. Mientras este Gobierno (el inglés)
niegue la Soberanía de las islas a la República, como lo ha hecho hasta ahora,
no hay medio de inducirlo a indemnizaciones por la cesión de aquel Dominio.”
Según Agote, Falconet no acepta el
ofrecimiento argentino “por no ofrecer la cuestión pendiente de las islas
Malvinas un resultado pronto y favorable, habiendo el Ministro de Relaciones Exteriores
de Inglaterra, Lord Aberdeen, rechazado todo reclamo a este respecto.”
Insiarte insiste en el ofrecimiento
reiterando la legitimidad de los derechos de nuestro país a las islas
"cuya cesión a los prestamistas ingleses era el medio más pronto y eficaz
para cubrir esta deuda”.
Debemos destacar que ofrecimiento
oficial al gobierno británico nunca existió y parece que tampoco hubo una
exploración o insinuación "sagaz".
En 1844, Rosas sabía que se acercaba una
intervención franco inglesa y se ofreció a Falconet el pago de $ 5.000
mensuales, a fin de que los bonoleros cobraran parte de la deuda. La cifra era
exigua, pero mejor cobrar algo, antes que nada. Los tenedores de bonos cobraron
la remesa, los bonoleros y la casa Baring Brothers mandaron al Gobierno de
Buenos Aires una nota de reconocimiento.
A raíz del nuevo bloqueo anglofrancés de
1845, el 2 de octubre, Rosas remitió un oficio a la legislatura. dando cuenta
de la determinación adoptada. "... que el injustificable bloqueo... con
infracción al derecho de gentes... ha venido a reducir en su mayor parte los
ingresos del Tesoro Público, privando así al gobierno de los recursos que tenía
destinados para la mensualidad asignada en cuenta del empréstito... El gobierno
ha considerado indispensablemente necesario suspender desde el 1° del corriente
la entrega mensual..." La Legislatura aprobó la suspensión "hasta que
concluída dignamente la defensa de la independencia de la Confederación
Argentina y desembarazado el estado de los compromisos que va a crear el
injusto bloqueo... pueda continuar aquel pago en la forma acordada..."
Como es fácil de imaginar, ello causó un revuelo en Londres e hizo que parte de
la población y de los medios periodísticos se opusieran a la intervención
armada y presionaran a un pronto arreglo con el gobierno argentino, lo que
finalmente sucedió.
Algunos autores (Pacho O'Donnell, Sierra,
Rosa, etc.) que tratan el tema, afirman que Rosas, con astucia utilizó la
cuestión en beneficio de nuestros intereses. Por un lado, alegando la real y
verdadera disminución de las rentas de la Aduana, como consecuencia de los
bloqueos a los que fue sometida la Confederación Argentina y a las guerras que
debió sostener, manifestando la imposibilidad de abonar la deuda, presionando
así a los bonistas ingleses para que a su vez estos lo hicieran sobre el
gobierno británico para solucionar cuanto antes otras cuestiones con el
gobierno argentino –como así sucedió años después–, cuando después de Obligado
presionaron a su gobierno, para firmar la paz con la Argentina. Rosas así trató de alargar el asunto y sacó
partido de la situación.
Luis Vernet (6) |
La herida en el sentimiento argentino
En el año 1939, Roberto de Lafèrrere,
escribió: "Los que, en nombre del espíritu nacional –la inmensa mayoría de
los argentinos– reclamamos la reivindicación de nuestros derechos a las
Malvinas, no nos hemos detenido nunca a considerar las ventajas positivas que
nos aportaría su reintegración al país. Esas tierras tienen para nosotros un
valor ante todo sentimental, es decir principalmente vinculado al sentimiento
de la dignidad argentina, ofendida por los piratas ingleses con un acto inicuo
de despojo por la fuerza. Es en el despojo donde reside el agravio, y es el
agravio lo que subleva el sentimiento nacional y lo ha movido, tantas veces, a
exigir una reparación, desgraciadamente imposible, por ahora".
"Así pues, los argentinos hemos
hecho de las Malvinas una cuestión, no de conveniencia, sino de honor. No
hicimos la misma cuestión, aunque también se lastimasen nuestros sentimientos,
cuando al adoptar la política del arbitraje admitieron nuestros gobiernos ceder
otros territorios, en virtud de laudos adversos, a los vecinos que los habían
puesto en litigio. Hemos sido dañados, sin duda, por esa política de debilidad
y de transacción, pero no ofendidos. Es una política desventurada, no
deshonrosa, que acatamos por voluntad propia, no por imposición extraña".
"Si
Otro
ofrecimiento
Efectivamente, en los
años 1848 y 1849 en sus anuales mensajes a la Legislatura, Rosas hace mención
al ofrecimiento que se hizo a los accionistas de la Baring Brothers "a
comprar de este Gobierno, por quince años, con privilegio exclusivo, el derecho
de disponer del huano y exportarlo de todas las islas y costas patagónicas;
también el salitre, otras sales, barrilla, yeso, metales y la pesca de
anfibios; debiendo entregarse la cantidad que abonen al Gobierno, en cuenta de
pago del empréstito de Inglaterra y siendo obligación de los empresarios hacer
respetar a nombre del Gobierno de la Confederación, el usufructo que por el
término que se estipule, les conceda".
En el mensaje del año 1848, daba cuenta
de "los ataques contra la soberanía de la Confederación que prosiguen
cometiendo en las costas patagónicas, en las Islas del Huano y en las otras de
ese litoral, buques mercantes con bandera de naciones amigas, especialmente con
la de la Gran Bretaña, como el de haberse establecido una población inglesa en
el Estrecho de Magallanes".
Evidentemente el ofrecimiento que se
hace a los accionistas, además de tratar de solucionar el pago del empréstito,
tiene por finalidad el ejercicio y reconocimiento de la soberanía argentina
sobre el litoral atlántico.
En el mensaje del año siguiente hace
extensivo la propuesta a la extracción del "carbón mineral y otras clases
de combustibles", delimitando también la zona de la costa atlántica que
sería desde Bahía Blanca hasta el Estrecho de Magallanes.
No vemos que ello hubiere sido lesivo a
la soberanía nacional, sino todo lo contrario.
La reafirmación de los
derechos argentinos durante el gobierno de Rosas.
No
solo López Mato, achaca a Rosas que nada hizo para reafirmar los derechos
argentinos sobre las Islas Malvinas, ya que también lo hacen otros escritores
antirrosistas, lo cual, no es cierto y ello es demostrativo que por el afán de
atacar a Rosas, se desconocen y ocultan hechos históricos incontrastables.
Está
demás afirmar que en aquellos momentos nuestro país no estaba en condiciones de
recuperar aquellos territorios por la fuerza, sobre todo por ser Gran Bretaña
la principal potencia marítima, sino también porque nuestro país estuvo
constantemente acosado por bloqueos, invasiones, intentos de disgregaciones
territoriales y presiones de todo tipo, no solo de potencias extracontinentales
-Francia e Inglaterra- sino también por los gobiernos de países limítrofes,
apoyadas por aquellas y que contaban con el concurso entusiasta del otro
partido político que dividía a los argentinos, el partido unitario.
Es
interesante saber que se les enseñaba a los estudiantes sobre este tema. El
diplomático francés Alfred de Brossard, que fue secretario del Conde Waleska,
enviado en misión diplomática por Francia ante
Cabe
señalar también que durante su gobierno, Rosas mantuvo latente la cuestión
Malvinas, a la que periódicamente se refería en sus mensajes anuales a
No solo eso, sino también los
reclamos que fueron efectuados. Así, en la protesta del 10 de marzo de 1842,
presentada por el gobierno de la Confederación al de Gran Bretaña se expresa en
forma terminante: “las Provincias Unidas, no pueden ni podrán jamás,
conformarse con la resolución de S.M.B. que califica de injusta y contraria a
sus derechos, y en consecuencia el Gobierno de las Provincias Unidas formula
esta protesta y le da todo el valor que en el presente y en cualquier otra
ocasión puedan tener”. Como se ve, esta nota es de un valor extraordinario
y evidencia la preocupación de aquél gobierno argentino por todo lo que
significaba afirmar los derechos de soberanía sobre las islas Malvinas.
También el gobierno rosista por
intermedio de Felipe Arana, dispuso que se realizaran investigaciones en
archivos españoles, especialmente el de Simancas, a fin de obtener datos y
documentación a los fines de apoyar la tesis argentina sobre la soberanía de
Malvinas.
La cuestión después de Caseros
Dice el historiador Vicente Sierra "Fue Juan Manuel de Rosas
el gobernante que con más tesón y durante más tiempo mantuvo la afirmación de los derechos argentinos sobre las Malvinas. Pasaron luego por la primera
magistratura del país Urquiza, Derqui, Sarmiento,
Mitre, Avellaneda; ninguno de ellos se
ocupó del asunto. Solo en 1884, siendo presidente de la República el general
Julio A. Roca, al recibir una reclamación del ministro
británico en Buenos Aires, Mr. Edmundo Monson, porque en algunos mapas del país
figuraban las islas Malvinas como formando parte de la Nación Argentina, pidió
antecedentes sobre el asunto, oficialmente olvidado. Para el estudio de la
cuestión se recurrió a un legajo "Importante sobre Malvinas",
de puño y letra de Rosas, en el que se encontró toda la documentación oficial sobre el debatido problema. Dicho legajo estaba en
poder del Dr. Adolfo Saldías, quien lo entregó al general Roca, el cual, dada
la gravedad de los hechos volvió a reclamar en defensa de los derechos argentinos
ante la corte de Londres, posición que el país ha mantenido desde entonces, con
el mismo tesón que se ha procurado que no se enseñe en ninguna escuela ni colegio la actuación
de Rosas en el problema..."
Aquí se ve la "importancia"
que le dieron al tema los primeros gobiernos “constitucionales”, pero nadie
cuestiona a aquellos “Presidentes”, por tan desinteresada actitud sobre el tema.
O en realidad tales gobernantes eran coherentes con lo que pensaban y hacían,
como Sarmiento, para quien el problema de la Argentina era su
"extensión" y propugnaban una Argentina "achicada".
Nótese la importancia que el gobierno
de Rosas había dado al asunto de Malvinas, con la formación de ese legajo con
todos los antecedentes que se disponían y que avalaban los derechos argentinos
sobre las islas, además de contar el mismo con notas y comentarios manuscritos de
Rosas.
Domingo
F. Sarmiento, cuando se encontraba expatriado en Chile, escribía el 28 de
noviembre de 1842 en el diario “El Progreso” en una actitud antipatriótica -y
esto sí que es así-: “…
Conclusión
Todo
argumento es bueno para tirarle a Rosas achacándole supuesto antipatriotismo,
pero del verdadero antipatriotismo de su enemigos... ¡ni una palabra!
El
primer empréstito fue cancelado recién en 1904 y se abonó 8,64 veces más de su
valor.
Cabe
aquí transcribir las palabras que Don José de San Martín, le dirigiera al
Restaurador: "jamás he dudado que nuestra patria tuviese que avergonzarse
de ninguna concesión humillante presidiendo Usted a sus destinos".
Fuentes:
Fitte,
Ernesto J. "Crónica de Rosas", Ed. Fernández Blanco, 1975.
Lafèrrere,
Roberto de. “El Nacionalismo de Rosas”, Ed. Haz, Bs. As., 1953.
Mabragaña,
M. "Los Mensajes - Historia del desenvolvimiento de la Nación Argentina
redactada cronológicamente por sus gobernantes - 1810-1910", Tomo I
1810-1839, Tomo II 1840-1849. Publicación autorizada por la Comisión Nacional
del Centenario.
O'Donnell Pacho. "Juan Manuel de Rosas. El maldito de la historia oficial". Ed. Planeta, 2002.
Ortiz
de Rozas, Alfredo. "Rosas, las Malvinas y nuestras desmembraciones
territoriales". Revista del Instituto Juan Manuel de Rosas de
Investigaciones Históricas, N° 13, octubre de 1948.
Rosa,
José María. "Historia Argentina, Tomo V, La Confederación (1841-1851)".
Editorial Oriente.
Saldías,
Adolfo. "Historia de la Confederación Argentina", Editorial Oriente.
Scalabrini
Ortiz, Raúl. "Política británica en el Río de la Plata". Clarín, La
biblioteca argentina, 2001.
Sierra, Vicente. "Historia de la Argentina, Tomo VIII, Epoca de Rosas, Primera Parte,1829-1840". Editorial Científica Argentina, 1969.
(1) "Plano de las Yslas Malvinas arreglado a los últimos reconosimientos echos en ellas por mar y tierra, de orden de su Gobernador Dn. Felipe Ruis Puente" (Real Escuela de Navegación de Cádiz - Circa 1770)
(2) Escudo de la "Comandancia de Malvinas y Adyacentes". Archivo General de la Nación. El 10 de junio de 1829 el Gobernador Delegado de Buenos Aires, Brigadier General Manuel Rodríguez, creó por Decreto la "Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico", y designó a Luis Vernet a cargo de la misma.
(3) La fragata Heroína en Puerto Soledad -6 de noviembre de 1820- Óleo de Emilio Biggeri. Museo Naval de la nación. En esa fecha, el gobierno de Buenos Aires, representado por el marino norteamnericano David Jewet al mando de la fragata Heroín había tomado posesión de las Islas Malvinas, ocupando Puerto Soledad, izando la bandera argentina
(4) Billete o "vale" de $ 10, usado en las Islas Malvinas, con la firma de Vernet. Archivo General de la Nación.
(5) Intervención francesa en Méjico, simultánea con el bloqueo francés en el Río de la Plata. El príncipe Joinville en el castillo de proa de la corbeta La Créole escucha el informe del teniente de navío Penaud y asiste a la explosión de la torre del fuerte de San Juan de Ulúa, el 27 de noviembre de 1838. "Episodio de la expedición a México en 1838", óleo sobre tela de Horace Vernet (1841), Palacio de Versalles.
(6) Sellos del Correo Argentino de 1982 (izquierda) y 2009 (derecha) alusivos a Luis vernet -primer comandante Político y Militar- y a la creación de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el mar Atlántico. El óleo que se reproduce en la estampilla de 2009 se encuentra en el Museo Histórico Nacional y fue pintado por Luisa Vernet Lavalle Lloveras.