Publicado en el Periódico El Restaurador - Año VI N° 22 - Marzo 2012 - Pag. 7
Belgrano y Rosas
Por El Federal Apostólico
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Manuel Belgrano, pese a haber sido
soltero, tuvo dos hijos, un varón y una mujer. En esta nota nos vamos a referir
al hijo varón: Pedro Pablo Rosas y Belgrano.
En 1802, Belgrano, cuya edad en ese
momento era de 32 años, conoció en una tertulia, a la joven María Josefa
Ezcurra, hija de una importante familia del Buenos Aires de aquél entonces, de
la cual se enamoró, iniciándose una relación amorosa entre ambos.
Al poco tiempo, los padres de la
joven, la casaron con un primo venido de España, quien instaló un comercio en
Posteriormente y de paso Belgrano por
Buenos Aires, volvió a encontrarse con María Josefa y volvieron a enamorarse.
Debido a la designación de Belgrano
como Jefe del Ejército Auxiliar al Alto Perú y su partida de
Cuando Belgrano, continuando con su
campaña se dirigió a Salta, su amante, con su hijo en sus entrañas, se fue a
Santa Fe, donde el niño nació en una estancia de la familia Ezcurra el 30 de
junio de 1813.
La situación de María Josefa Ezcurra
no era fácil en aquella época, porque si bien había sido abandonada por su
esposo, su carácter de madre adulterina, era muy mal vista por la estricta
sociedad de aquél entonces, razón por la cual se dirigió a Buenos Aires, con el
pequeño, para encargarle a su hermana
Encarnación –recientemente casada con el estanciero Juan Manuel de Rosas– y a
su cuñado para la crianza del niño, quienes lo adoptaron y trataron como un
verdadero hijo, criándose con los hijos del matrimonio: Juan Bautista y Manuela
Robustiana –Manuelita–, viviendo todos en la misma casa. Rosas le dio a su hijo
adoptivo –su sobrino– su apellido.
Al fallecer Belgrano en 1820, no
reconoció a sus hijos en su testamento, para no deshonrar a las madres de los
mismos.
Cuando el hijo de Belgrano fue mayor
de edad, Rosas le informó quienes habían sido sus verdaderos padres y el joven
en agradecimiento a sus padres adoptivos, siguió usando ese apellido que le
habían dado, adicionándole “Belgrano”, siendo entonces: Pedro Pablo Rosas y
Belgrano, que es como se lo conoce en la historia.
Pedro como alférez de caballería,
sirvió como ayudante de campo a Rosas en
Fue allí donde Pedro conoció a la que
sería su esposa Juana Rodríguez, con quien se casó a fines de 1851, -siendo madrina de la boda
su madre natural Maria Josefa Ezcurra-, habiendo tenido el matrimonio 6 hijos.
Después de la caída de Juan Manuel de
Rosas del gobierno como consecuencia de la batalla de Caseros, Rosas y Belgrano
se vio involucrado en las distintas acciones bélicas que se suscitaron entre la
secesionada Buenos Aires y el resto de
En su testamento dictado poco antes de
morir –el 26 de setiembre de 1863– declara ser hijo natural del Gral. Manuel
Belgrano, pero manifiesta desconocer quien fue su madre y ello para resguardar su condición de hijo adulterino.
María Josefa Ezcurra, óleo de Fernando García del Molino, 1849
Sus restos fueron inhumados en el
panteón de María Josefa Ezcurra, por los que yacen así junto a los de su madre
natural, por haberlo así dispuesto esta en vida.