Publicado en el Periódico El Restaurador - Año IV N° 16 - Setiembre 2010 - Pags. 4 a 7
El territorio del Virreinato del Río de la
Plata en 1810
Por el Dr. Guillermo M. Masciotra
Carlos III retratado por Goya - Don Pedro de Cevallos |
Su creación
La creación del Virreinato del Río de La
Plata en 1776 fue originada por los siguientes motivos:
Territoriales: El
Virreinato del Perú era de una extensión inmensa.
Administrativos: Se
exploraron y controlaron los territorios y se trasladó de Lima a Buenos Aires
el eje del poder español en Sud América.
Geopolíticos: Se estableció un rango similar de orden al que la Corona Lusitana otorgaba al territorio de Brasil.
Militares: Consolidar mediante la
Expedición Cevallos el poder español en el Río de la Plata y de esa forma poner
un freno a las apetencias territoriales británicas y portuguesas.
Económicas y sociales: El pensamiento
del despotismo lustrado deseaba lograr una modificación de la región y constituir
a Buenos Aires en un centro económico y cultural diferente.
Soldados de la expedición Cevallos |
La Expedición Cevallos que contaba con cerca
de 16.000 hombres y más de cien naves, era la más importante y poderosa flota
que desde España, hubiera zarpado para América. Operó con éxito en el sur de
Río Grande (actual Brasil), Maldonado y Colonia del Sacramento (actual Uruguay),
finalizando con el dominio portugués en el Río de Plata. Posteriormente instruyó
a Juan José de Vértiz para avanzar por tierra y ocupar los puertos de Río
Grande y Santa Catalina (actual Brasil) para devolver a España los límites
establecidos por Alvar Núñez. Los cambios en la política de las casas reinantes
en la península ibérica, significaron detener la marcha de las tropas y que se
firmara entre España y Portugal el Tratado de San Idelfonso, confuso pacto
perjudicial para la América Española que se vió privada de poseer una salida directa
a los puertos atlánticos.
El Mariscal Pedro de Cevallos, fue el organizador
del Virreinato del Río de la Plata, no permitió la extracción de metales con
destino a Lima, fomentó el Puerto de Santa María de los Buenos Aires y prolijó
la ciudad, gestionando el comercio con puertos españoles y estableciendo la
libre internación de artículos para Chile y Perú. Fue una persona muy apreciada
por la población del flamante Virreinato del Río de la Plata, que recordaba su
actuación anterior y que mucho lamentó su reemplazo por Vértiz a un año de su
designación, pese a que se habían efectuado infructuosas negociaciones en la
Corte para que continuara en el cargo, sin resultado positivo. Lamentablemente
muere a poco de regresar a España.
La conformación del virreinato
Podríamos afirmar que con la Ordenanza de
Intendencias para 1783, el Virreinato estaba integrado por las Gobernaciones-Intendencias
de La Paz -con un amplio territorio desde el Lago Titicaca hasta el macizo
central andino-; de Cochabamba -con el territorio de Santa Cruz de la Sierra-;
de Potosí -con salida al océano Pacífico-; de Charcas o Chuquisaca; de Asunción
del Paraguay; de Córdoba del Tucumán –que incluía Córdoba, San Luis, Mendoza,
San Juan y La Rioja- de Salta del Tucumán –que comprendía Salta Jujuy, Santiago
del Estero y Catamarca-; de Buenos Alres -donde confluían la zona Litoral,
Buenos Aires y la Patagonia- y las gobernaciones de Montevideo, Misiones, Moxos
y Chiquitos.
En grandes términos diremos que el Virreinato
nacía en el paralelo 15° y finalizaba en el Cabo de Hornos.
Durante un corto tiempo funcionó la
Gobernación Intendencia de Puno, que en 1796 se integró al Bajo Perú.
Como puede comprobarse, el nuevo virreinato
se creó sobre la complejidad de territorios geográficamente muy distantes y
diferentes entre sí. Las gobernaciones de Montevideo, Moxos y Chiquitos tenían
como claro objetivo frenar el avance portugués en distintos frentes. Para la
organización territorial también se consideró en especial en el Alto Perú los
distritos que comprendían los Obispados que la Iglesia Romana había establecido
en esta parte del continente americano. Los distritos eclesiásticos que
existían en 1776 eran el Arzobispado de Charcas y los Obispados de La Paz, de
Santa Cruz de la Sierra, de Buenos Aires, de Tucumán y el de Asunción del Paraguay.
Con relación al Obispado de Salta su creación fue muy posterior en 1805.
En consecuencia quedaban dentro del
virreinato del Río de la Plata las ciudades de Charcas, Santa Cruz de la Sierra,
Cochabamba, La Paz, Potosí, Montevideo, Colonia del Sacramento, San Ignacio, Río
Cuarto, Córdoba, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, Buenos Aires,
Corrientes, Santa Fe, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy,
Tarija y Carmen de Patagones. Además a Buenos Aires -capital del virreinato-,
se le subordinaban los gobernadores de Misiones y Malvinas.
Habitante del Virreinato del Río de la Plata, mediados del siglo XVIII |
Desmembramiento
El corto tiempo de duración de la vigencia
del virreinato, 1776 a 1810, es un punto de referencia que seguramente influyó
a que los territorios y poblaciones aun no estuvieran muy consolidados e
integrados entre sí al momento de la Revolución de Mayo. La disgregación del
virreinato y por lo tanto la separación del naciente Estado Argentino tuvo en
cada territorio un desarrollo diferente que a grandes rasgos resumiremos:
MOXOS y CHIQUITOS: La política de persecución de Carlos Ill a la Compañía de Jesús, que terminó con su expulsión significó en esta región un grave retroceso social, cultural y económico, como en todas las zonas donde se instalaron los administradores civiles con el auxilio de otras ordenes religiosas, en reemplazo de los jesuitas; el deterioro era notorio y el conflicto visible. Inicialmente adhirieron al Movimiento de Mayo, mediante alzamientos que luego fueron sofocados por el Gobernador realista de Santa Cruz, con el auxilio portugués que no deseaba que el movimiento independentista se extendiera y dio lugar a grandes luchas. Luego la falta de contacto por la distancia con Buenos Aires y el estallido en el Virreinato del Perú del movimiento emancipador, representó que los ex territorios de las misiones jesuíticas buscaran un camino político diferente que no era el de las grandes metrópolis (Lima y Buenos Aires) y bajo la influencia santacruceña se incorporaron a los departamentos de Santa Cruz de la Sierra y Beni en la República de Bolivia.
ALTO PERU: La segregación del Alto Perú como
muy bien lo denomina el Doctor Pacho O‘Donnell en su libro "El grito sagrado",
fue UNA PERDIDA INEXPLICABLE. Este autor describe con claridad que pasó con
estos casi dos millones de kilómetros cuadrados, que rápidamente dieron su adhesión
a la causa de Mayo y a Buenos Aires, pero desatinos propios y ajenos, sumados a
las intrigas anglo francesas y la errónea interpretación que se podía llegar a
Lima -centro del poder español- por la ruta del Altiplano conforman el cuadro
que acompañó el fracaso de tres ofensivas que siempre culminaron en derrotas y
que la rápida visión geoestratégica de José de San Martín pasaba por llevar la
guerra lo mas lejos posible de la ruta de las tierras altas (Alto Perú) y
abatir el poder español atacando primero en Chile y pasando luego por mar al
Perú.
El Alto Perú no solo se pronunció por las ideas de mayo, sino que mandó sus 4 diputados al Congreso de Tucumán en 1816, que declararon la independencia.
La gloriosa desobediencia de Manuel Belgrano,
que no cumplió las ordenes de Buenos Aires de retroceder hasta Córdoba y recién
en ese lugar intentar derrotar a los realistas, posibilitó con la victoria en
las batallas de Tucumán y luego en Salta que no se sufrieran las disgregaciones
de Salta y Jujuy.
La Independencia de Perú (Bajo Perú) no
significó en 1821 el fin del dominio realista en el Alto Perú. En 1823 se intentó
en La Paz declarar la independencia por parte de Santa Cruz, sin embargo debió
retirarse ante otro avance realista y será recién en 1825 que el Mariscal Sucre
declara la independencia de Bolivia. Simultáneamente el Congreso Argentino
reunido en Buenos Aires invitó a los representantes de esas regiones del Alto
Perú a enviar sus diputados pero también, increíblemente, dejaba a esos territorios
en la libertad de elegir sus destinos.
Un punto para no olvidar es el desplazamiento
y ostracismo de Cornelio Saavedra, nacido en Potosí y de gran prestigio en la
ciudad nombrada, quien era partidario de un avance progresivo sobre esas Intendencias.
Otro factor a tener en cuenta es que parte
del partido unitario o directorial solo pensaba en un país pequeño o menor en
sus dimensiones al que representaba el antiguo virreinato del Río de la Plata.
Otro aspecto para tomar en consideración es
la maniobra que debía realizar el Ejército de Observación simultáneamente con
el desembarco del Ejército Libertador en Paracas, Perú, para crear un movimiento
que obligara desde el sur a dividir las fuerzas realistas que así quedaban
entre dos frentes. Lamentablemente el Gral. Martín Gúemes, que detuvo ocho
invasiones realistas, no contó con el parque, las municiones, los hombres, las mulas
y caballos que necesitaba. Además los gobernadores de las provincias vecinas no
comulgaban con la empresa y le retacearon su apoyo.
Buenos Aires ocupado en sus luchas civiles no
logró cumplir con lo pactado y con las tropas que pudo reunir en Huamahuaca a
la avanzada del ejercito de Observación y el bravo salteño solo puede despachar
las misiones de los Coroneles Almonte y Janza. Con la Muerte de Güemes aumentaron
las dificultades, incluso con la firma de un Tratado con las fuerzas realistas
en 1821, que establecía el compromiso de no avanzar al norte. Hasta aquí un
breve resumen de lo que aconteció con este enorme territorio virreinal.
LA BANDA ORIENTAL: Este territorio del que
seguramente muchos conocemos al detalle su separación, fue escenario de luchas
por más de 20 años. Los realistas dominaron Montevideo hasta que en 1814 la
acción conjunta de Guillermo Brown -por mar- y Carlos de Alvear -por tierra-
ocuparon la plaza (victoria de primer nivel sobre el poder español). El retiro
posterior de las tropas, posibilitó el avance portugués, sobre lo que el
Imperio Portugués consideraba su Provincia Cisplatina. En 1825 el Congreso de
la Florida juró su incorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata,
-José G. de Artigas en su testamento dejó debidamente registrada su nacionalidad:
Argentino-, sin embargo con el antecedente de las contundentes victorias sobre las
tropas imperiales, la acción de los corsarios y la fuerza naval guiada por el Alte.
Brown, no se continuó con el avance en territorio de Brasil, se retacearon las
pagas y el armamento al ejército y se firmó bajo la mediación de Lord Posomby
el Tratado de Río de Janeiro que creaba en 1828 una nación independiente sobre
el territorio de la Banda Oriental.
PARAGUAY: Este territorio fue el primero en separase al no adherir al movimiento de Mayo. El fracaso de la expedición militar mandada desde Buenos Aires al mando de Belgrano, robusteció la posición de Bernardo de Velazco, posteriormente el mismo Velazco conformó un Triunvirado, el cual firmó un Tratado en Asunción en 1811 de alianza con Buenos Aires. Luego bajo el Gobierno de José Rodríguez de Francia, el Paraguay se aisló totalmente, encerrándose de contacto externo hasta la muerte del gobernante que es sucedido por Carlos Antonio López quien en 1842 reunió al Congreso en Asunción, que declaró la Independencia. Juan manuel de Rosas que siempre pendó en reconstruir el Virreinato del Río de la Plata no lo reconoció, y recién fue reconocida despues de su calda, en 1856.Destacamos que este territorio del virreinato, ya con anterioridad a mayo de 1810, había tenido siempre una actitud aislacionista.
TARIJA, ATACAMA y LAS MISIONES ORIENTALES: La
población de Tarija simpatizaba con las ideas de Mayo y lo confirmó con el
envío de diputados al Congreso de Tucumán. De sólidos vínculos con Salta desde
siglos, en 1825 fue ocupada por tropas del recientemente independizado estado
de Bolivia. Siguieron 60 años de reclamos con nuestro país y recién en 1889,
Bolivia cedió a la Argentina territorio en la región de Atacama, en compensación
por la ocupación indebida de Tarija. Los habitantes de Tarija continúan hoy con
fuertes lazos culturales y económicos con Salta y Jujuy.
El caso de la región de Atacama que tenía
salida al Océano Pacífico por el Puerto de Cobija, respondía a la Intendencia
de Potosí pero también de estrechos vínculos con Salta fue escenario de algunos
combates, pero la cambiante situación de avances y retrocesos y el temor de
volver a caer bajo la dominación realista hizo que sus habitantes se
incorporaran al Gobierno de Salta y se apartaran de Potosí, pero con la muerte
de Martín de Güemes cambió el escenario y regresaron a su vínculo con Potosí.
Esta nueva alineación no significó modificar el enorme tráfico comercial que se
había, creado con Salta, al contrario, se amplió el comercio y hasta se
estableció un correo semanal. En la Guerra del Pacífico, Bolivia perdió la
región de Atacama que fue ocupada por Chile, sin embargo Bolivia -como ya se
dijo- cedió en 1889 esta región a la Argentina que a su vez también le cedió
definitivamente la Provincia de Tarija. Pero ante la ocupación militar chilena
de Atacama, nuestro país sometió la cuestión al arbitraje del Presidente
estadounidense Buchanan, que permitió a Chile acceder a una tercera parte del
total de la región de Atacama que pertenecía originariamente al Virreinato del
Rio de la Plata, otorgando dos tercios a la Argentina. Para la República Chile
fue una solución favorable, a pesar de tener que declinar en parte, a sus pretensiones
sobre la totalidad del territorio, porque esa región nunca había pertenecido a la
Capitanía de Chile.
En relación a las Misiones Orientales diremos que los portugueses siempre intentaron ocupar la zona de los siete pueblos guaraníes, en especial a partir de 1801, de hecho querían avanzar y lo hicieron también sobre la Banda Oriental. Primero España y luego los nuevos gobiernos patrios reclamaron firmemente. Los diputados por la Banda Oriental que concurrieron a la Asamblea de 1813 tenían instrucciones de liberar de portugueses las antiguas misiones. El Gobierno de Corrientes preocupado por la situación intentó algunas acciones pero, desde 1813 surgió la figura del guaraní Andrés –llamado también Andresito o Andrés Artigas-, quien era de gran influencia en la zona, el que realizó dos campañas militares más allá del Río Uruguay. Este joven caudillo creó un ejército humilde pero armado, con pólvora de producción propia y así atacó a los lusobrasileños recuperando pueblos para las Provincias Unidas del Río de Plata. Sería además elegido Gobernador de Corrientes y durante 15 años fue un freno al avance del Imperio. Finalmente cayó prisionero y se desconoce su último destino. En la primera guerra contra el Brasil, en 1827, las tropas argentinas (caballería de lanceros de Lavalle y Brandsen) también incursionaron sobre las Misiones.
El final de la Guerra con Brasil, no solucionó el conflicto que recién en 1857, (tal vez un premio al Imperio Brasil por su contribución a la derrota nacional en Caseros) la Argentina incomprensiblemente cedió las Misiones Orientales -un territorio cuya superficie era mayor a la actual provincia de Tucumán-, que como bien dijo el Dr. Alejandro Larguía, son "la provincia perdida de la República Argentina".
El despojo de Malvinas, junto a la Patagonia Trasandina y la Antártida son regiones sobre las cuales existe abundante bibliografía y conocimiento público.
Intentos
de segregación del territorio
Es necesario mencionar que existieron dos
intentos frustrados de segregar territorios que fracasaron:
1) El intento de creación de una llamada
República del Plata en 1841 con Corrientes y Entre Rios integrando una alianza
con el Uruguay, con la idea de sumar a Paraguay y algún sector de Río Grande
del Sur. Todo ello, por supuesto, con el apoyo y la intervención anglofrancesa
y la conducción del caudillo colorado uruguayo Fructuoso Rivera. El General
José M. Paz presagiando que se encontraba ante una postura contra la Argentina
se retiró de la coalición y se abstuvo de participar en contra de su patria.
2) También la peligrosa actitud de Buenos
Aires después de Caseros segregándose de la Confederación Argentina, representó
un potencial desmembramiento.
La
Republica Argentina y el territorio del virreinato
El gobierno de Juan Manuel de Rosas consolidó
el territorio nacional e impidió la disgregación territorial con nuevos
desmembramientos. En su pensamiento siempre estuvo presente la idea de recrear
el territorio del Virreinato del Río de la Plata, en coincidencia con la
postura, que la Argentina en materia de límites no era expansionista, sino que
reclamaba los derechos sobre aquellas regiones que legítimamente heredó en
1810. Recordemos que nuestra actitud siempre fue de reclamar lo que nos
pertenecía y nada más, que la victoria no daba derechos, que se buscó la vía
pacífica sometiéndose y aceptando arbitrajes totalmente desfavorables a la Argentina.
En 1902 se aceptó el Arbitraje del Rey de
Inglaterra Eduardo VII, como consecuencia de la disputa con Chile por 94.000
kilómetros cuadrados fronterizos donde solo se adjudicó a nuestro país la
soberanía de 40.000 kilómetros cuadrados.
En el tema del Conflicto por el Canal de
Beagle, la Argentina dejó sentada la posición de declarar nulo el arbitraje por
haberse excedido en su fallo. Resumiendo diremos que a la Argentina las
disputas territoriales le significaron la pérdida de más de doscientos mil kilómetros
cuadrados de su territorio, no obstante ser legítimo heredero de la corona
española. Nunca se ha reclamado territorio de conquista.
En el siglo XIX mientras muchos países se
expandían por ocupación y conquista o compraban territorios -como por ejemplo
Alaska y Acre, por EE UU y Brasil respectivamente-, el territorio de nuestro
país, lamentablemente disminuía.
Fuentes:
Historia Argentina. José Luis Busaniche.
Historia del derecho. Ricardo Zorraquín Becú
El grito sagrado. Pacho O’Donnell
Martín Güemes. Luis Oscar Colmenares.
Historia de la Confederación Argentina.
Adolfo Saldías.
Historia Argentina, Tomo VIII. Diego Abad de
Santillán.
La Gaceta de la historia. Félix luna y Antonio Salonia.