miércoles, 1 de septiembre de 2010

El Virreinato del Río de la Plata en 1810

 Publicado en el Periódico El Restaurador - Año IV N° 16 - Setiembre 2010 - Pags. 4 a 7 

El territorio del Virreinato del Río de la Plata en 1810

Por el Dr. Guillermo M. Masciotra

 

Carlos III retratado por Goya - Don Pedro de Cevallos

Su creación

La creación del Virreinato del Río de La Plata en 1776 fue originada por los siguientes motivos:

Territoriales: El Virreinato del Perú era de una extensión inmensa.

Administrativos: Se exploraron y controlaron los territorios y se trasladó de Lima a Buenos Aires el eje del poder español en Sud América.

Geopolíticos: Se estableció un rango similar de orden al que la Corona Lusitana otorgaba al territorio de Brasil.

Militares: Consolidar mediante la Expedición Cevallos el poder español en el Río de la Plata y de esa forma poner un freno a las apetencias territoriales británicas y portuguesas.

Económicas y sociales: El pensamiento del despotismo lustrado deseaba lograr una modificación de la región y constituir a Buenos Aires en un centro económico y cultural diferente.

Expedición ceballos en el Río de la Plata
Soldados de la expedición Cevallos

La Expedición Cevallos que contaba con cerca de 16.000 hombres y más de cien naves, era la más importante y poderosa flota que desde España, hubiera zarpado para América. Operó con éxito en el sur de Río Grande (actual Brasil), Maldonado y Colonia del Sacramento (actual Uruguay), finalizando con el dominio portugués en el Río de Plata. Posteriormente instruyó a Juan José de Vértiz para avanzar por tierra y ocupar los puertos de Río Grande y Santa Catalina (actual Brasil) para devolver a España los límites establecidos por Alvar Núñez. Los cambios en la política de las casas reinantes en la península ibérica, significaron detener la marcha de las tropas y que se firmara entre España y Portugal el Tratado de San Idelfonso, confuso pacto perjudicial para la América Española que se vió privada de poseer una salida directa a los puertos atlánticos.

El Mariscal Pedro de Cevallos, fue el organizador del Virreinato del Río de la Plata, no permitió la extracción de metales con destino a Lima, fomentó el Puerto de Santa María de los Buenos Aires y prolijó la ciudad, gestionando el comercio con puertos españoles y estableciendo la libre internación de artículos para Chile y Perú. Fue una persona muy apreciada por la población del flamante Virreinato del Río de la Plata, que recordaba su actuación anterior y que mucho lamentó su reemplazo por Vértiz a un año de su designación, pese a que se habían efectuado infructuosas negociaciones en la Corte para que continuara en el cargo, sin resultado positivo. Lamentablemente muere a poco de regresar a España.


 

La conformación del virreinato

Podríamos afirmar que con la Ordenanza de Intendencias para 1783, el Virreinato estaba integrado por las Gobernaciones-Intendencias de La Paz -con un amplio territorio desde el Lago Titicaca hasta el macizo central andino-; de Cochabamba -con el territorio de Santa Cruz de la Sierra-; de Potosí -con salida al océano Pacífico-; de Charcas o Chuquisaca; de Asunción del Paraguay; de Córdoba del Tucumán –que incluía Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan y La Rioja- de Salta del Tucumán –que comprendía Salta Jujuy, Santiago del Estero y Catamarca-; de Buenos Alres -donde confluían la zona Litoral, Buenos Aires y la Patagonia- y las gobernaciones de Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos.

En grandes términos diremos que el Virreinato nacía en el paralelo 15° y finalizaba en el Cabo de Hornos.

Durante un corto tiempo funcionó la Gobernación Intendencia de Puno, que en 1796 se integró al Bajo Perú.

Como puede comprobarse, el nuevo virreinato se creó sobre la complejidad de territorios geográficamente muy distantes y diferentes entre sí. Las gobernaciones de Montevideo, Moxos y Chiquitos tenían como claro objetivo frenar el avance portugués en distintos frentes. Para la organización territorial también se consideró en especial en el Alto Perú los distritos que comprendían los Obispados que la Iglesia Romana había establecido en esta parte del continente americano. Los distritos eclesiásticos que existían en 1776 eran el Arzobispado de Charcas y los Obispados de La Paz, de Santa Cruz de la Sierra, de Buenos Aires, de Tucumán y el de Asunción del Paraguay. Con relación al Obispado de Salta su creación fue muy posterior en 1805.

En consecuencia quedaban dentro del virreinato del Río de la Plata las ciudades de Charcas, Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, La Paz, Potosí, Montevideo, Colonia del Sacramento, San Ignacio, Río Cuarto, Córdoba, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, Buenos Aires, Corrientes, Santa Fe, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Tarija y Carmen de Patagones. Además a Buenos Aires -capital del virreinato-, se le subordinaban los gobernadores de Misiones y Malvinas.

 

Habitante del Virreinato del Río de la Plata,
mediados del siglo XVIII

Desmembramiento

El corto tiempo de duración de la vigencia del virreinato, 1776 a 1810, es un punto de referencia que seguramente influyó a que los territorios y poblaciones aun no estuvieran muy consolidados e integrados entre sí al momento de la Revolución de Mayo. La disgregación del virreinato y por lo tanto la separación del naciente Estado Argentino tuvo en cada territorio un desarrollo diferente que a grandes rasgos resumiremos:

MOXOS y CHIQUITOS: La política de persecución de Carlos Ill a la Compañía de Jesús, que terminó con su expulsión significó en esta región un grave retroceso social, cultural y económico, como en todas las zonas donde se instalaron los administradores civiles con el auxilio de otras ordenes religiosas, en reemplazo de los jesuitas; el deterioro era notorio y el conflicto visible. Inicialmente adhirieron al Movimiento de Mayo, mediante alzamientos que luego fueron sofocados por el Gobernador realista de Santa Cruz, con el auxilio portugués que no deseaba que el movimiento independentista se extendiera y dio lugar a grandes luchas. Luego la falta de contacto por la distancia con Buenos Aires y el estallido en el Virreinato del Perú del movimiento emancipador, representó que los ex territorios de las misiones jesuíticas buscaran un camino político diferente que no era el de las grandes metrópolis (Lima y Buenos Aires) y bajo la influencia santacruceña se incorporaron a los departamentos de Santa Cruz de la Sierra y Beni en la República de Bolivia. 

ALTO PERU: La segregación del Alto Perú como muy bien lo denomina el Doctor Pacho O‘Donnell en su libro "El grito sagrado", fue UNA PERDIDA INEXPLICABLE. Este autor describe con claridad que pasó con estos casi dos millones de kilómetros cuadrados, que rápidamente dieron su adhesión a la causa de Mayo y a Buenos Aires, pero desatinos propios y ajenos, sumados a las intrigas anglo francesas y la errónea interpretación que se podía llegar a Lima -centro del poder español- por la ruta del Altiplano conforman el cuadro que acompañó el fracaso de tres ofensivas que siempre culminaron en derrotas y que la rápida visión geoestratégica de José de San Martín pasaba por llevar la guerra lo mas lejos posible de la ruta de las tierras altas (Alto Perú) y abatir el poder español atacando primero en Chile y pasando luego por mar al Perú.

El Alto Perú no solo se pronunció por las ideas de mayo, sino que mandó sus 4 diputados al Congreso de Tucumán en 1816, que declararon la independencia.

La gloriosa desobediencia de Manuel Belgrano, que no cumplió las ordenes de Buenos Aires de retroceder hasta Córdoba y recién en ese lugar intentar derrotar a los realistas, posibilitó con la victoria en las batallas de Tucumán y luego en Salta que no se sufrieran las disgregaciones de Salta y Jujuy.

La Independencia de Perú (Bajo Perú) no significó en 1821 el fin del dominio realista en el Alto Perú. En 1823 se intentó en La Paz declarar la independencia por parte de Santa Cruz, sin embargo debió retirarse ante otro avance realista y será recién en 1825 que el Mariscal Sucre declara la independencia de Bolivia. Simultáneamente el Congreso Argentino reunido en Buenos Aires invitó a los representantes de esas regiones del Alto Perú a enviar sus diputados pero también, increíblemente, dejaba a esos territorios en la libertad de elegir sus destinos.

Un punto para no olvidar es el desplazamiento y ostracismo de Cornelio Saavedra, nacido en Potosí y de gran prestigio en la ciudad nombrada, quien era partidario de un avance progresivo sobre esas Intendencias.

Otro factor a tener en cuenta es que parte del partido unitario o directorial solo pensaba en un país pequeño o menor en sus dimensiones al que representaba el antiguo virreinato del Río de la Plata.

Otro aspecto para tomar en consideración es la maniobra que debía realizar el Ejército de Observación simultáneamente con el desembarco del Ejército Libertador en Paracas, Perú, para crear un movimiento que obligara desde el sur a dividir las fuerzas realistas que así quedaban entre dos frentes. Lamentablemente el Gral. Martín Gúemes, que detuvo ocho invasiones realistas, no contó con el parque, las municiones, los hombres, las mulas y caballos que necesitaba. Además los gobernadores de las provincias vecinas no comulgaban con la empresa y le retacearon su apoyo.

Buenos Aires ocupado en sus luchas civiles no logró cumplir con lo pactado y con las tropas que pudo reunir en Huamahuaca a la avanzada del ejercito de Observación y el bravo salteño solo puede despachar las misiones de los Coroneles Almonte y Janza. Con la Muerte de Güemes aumentaron las dificultades, incluso con la firma de un Tratado con las fuerzas realistas en 1821, que establecía el compromiso de no avanzar al norte. Hasta aquí un breve resumen de lo que aconteció con este enorme territorio virreinal.

LA BANDA ORIENTAL: Este territorio del que seguramente muchos conocemos al detalle su separación, fue escenario de luchas por más de 20 años. Los realistas dominaron Montevideo hasta que en 1814 la acción conjunta de Guillermo Brown -por mar- y Carlos de Alvear -por tierra- ocuparon la plaza (victoria de primer nivel sobre el poder español). El retiro posterior de las tropas, posibilitó el avance portugués, sobre lo que el Imperio Portugués consideraba su Provincia Cisplatina. En 1825 el Congreso de la Florida juró su incorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata, -José G. de Artigas en su testamento dejó debidamente registrada su nacionalidad: Argentino-, sin embargo con el antecedente de las contundentes victorias sobre las tropas imperiales, la acción de los corsarios y la fuerza naval guiada por el Alte. Brown, no se continuó con el avance en territorio de Brasil, se retacearon las pagas y el armamento al ejército y se firmó bajo la mediación de Lord Posomby el Tratado de Río de Janeiro que creaba en 1828 una nación independiente sobre el territorio de la Banda Oriental.

PARAGUAY: Este territorio fue el primero en separase al no adherir al movimiento de Mayo. El fracaso de la expedición militar mandada desde Buenos Aires al mando de Belgrano, robusteció la posición de Bernardo de Velazco, posteriormente el mismo Velazco conformó un Triunvirado, el cual firmó un Tratado en Asunción en 1811 de alianza con Buenos Aires. Luego bajo el Gobierno de José Rodríguez de Francia, el Paraguay se aisló totalmente, encerrándose de contacto externo hasta la muerte del gobernante que es sucedido por Carlos Antonio López quien en 1842 reunió al Congreso en Asunción, que declaró la Independencia. Juan manuel de Rosas que siempre pendó en reconstruir el Virreinato del Río de la Plata no lo reconoció, y recién fue reconocida despues de su calda, en 1856.Destacamos que este territorio del virreinato, ya con anterioridad a mayo de 1810, había tenido siempre una actitud aislacionista. 

TARIJA, ATACAMA y LAS MISIONES ORIENTALES: La población de Tarija simpatizaba con las ideas de Mayo y lo confirmó con el envío de diputados al Congreso de Tucumán. De sólidos vínculos con Salta desde siglos, en 1825 fue ocupada por tropas del recientemente independizado estado de Bolivia. Siguieron 60 años de reclamos con nuestro país y recién en 1889, Bolivia cedió a la Argentina territorio en la región de Atacama, en compensación por la ocupación indebida de Tarija. Los habitantes de Tarija continúan hoy con fuertes lazos culturales y económicos con Salta y Jujuy.

El caso de la región de Atacama que tenía salida al Océano Pacífico por el Puerto de Cobija, respondía a la Intendencia de Potosí pero también de estrechos vínculos con Salta fue escenario de algunos combates, pero la cambiante situación de avances y retrocesos y el temor de volver a caer bajo la dominación realista hizo que sus habitantes se incorporaran al Gobierno de Salta y se apartaran de Potosí, pero con la muerte de Martín de Güemes cambió el escenario y regresaron a su vínculo con Potosí. Esta nueva alineación no significó modificar el enorme tráfico comercial que se había, creado con Salta, al contrario, se amplió el comercio y hasta se estableció un correo semanal. En la Guerra del Pacífico, Bolivia perdió la región de Atacama que fue ocupada por Chile, sin embargo Bolivia -como ya se dijo- cedió en 1889 esta región a la Argentina que a su vez también le cedió definitivamente la Provincia de Tarija. Pero ante la ocupación militar chilena de Atacama, nuestro país sometió la cuestión al arbitraje del Presidente estadounidense Buchanan, que permitió a Chile acceder a una tercera parte del total de la región de Atacama que pertenecía originariamente al Virreinato del Rio de la Plata, otorgando dos tercios a la Argentina. Para la República Chile fue una solución favorable, a pesar de tener que declinar en parte, a sus pretensiones sobre la totalidad del territorio, porque esa región nunca había pertenecido a la Capitanía de Chile.

En relación a las Misiones Orientales diremos que los portugueses siempre intentaron ocupar la zona de los siete pueblos guaraníes, en especial a partir de 1801, de hecho querían avanzar y lo hicieron también sobre la Banda Oriental. Primero España y luego los nuevos gobiernos patrios reclamaron firmemente. Los diputados por la Banda Oriental que concurrieron a la Asamblea de 1813 tenían instrucciones de liberar de portugueses las antiguas misiones. El Gobierno de Corrientes preocupado por la situación intentó algunas acciones pero, desde 1813 surgió la figura del guaraní Andrés –llamado también Andresito o Andrés Artigas-, quien era de gran influencia en la zona, el que realizó dos campañas militares más allá del Río Uruguay. Este joven caudillo creó un ejército humilde pero armado, con pólvora de producción propia y así atacó a los lusobrasileños recuperando pueblos para las Provincias Unidas del Río de Plata. Sería además elegido Gobernador de Corrientes y durante 15 años fue un freno al avance del Imperio. Finalmente cayó prisionero y se desconoce su último destino. En la primera guerra contra el Brasil, en 1827, las tropas argentinas (caballería de lanceros de Lavalle y Brandsen) también incursionaron sobre las Misiones.

El final de la Guerra con Brasil, no solucionó el conflicto que recién en 1857, (tal vez un premio al Imperio Brasil por su contribución a la derrota nacional en Caseros) la Argentina incomprensiblemente cedió las Misiones Orientales -un territorio cuya superficie era mayor a la actual provincia de Tucumán-, que como bien dijo el Dr. Alejandro Larguía, son "la provincia perdida de la República Argentina".

El despojo de Malvinas, junto a la Patagonia Trasandina y la Antártida son regiones sobre las cuales existe abundante bibliografía y conocimiento público.

 

Intentos de segregación del territorio

Es necesario mencionar que existieron dos intentos frustrados de segregar territorios que fracasaron:

1) El intento de creación de una llamada República del Plata en 1841 con Corrientes y Entre Rios integrando una alianza con el Uruguay, con la idea de sumar a Paraguay y algún sector de Río Grande del Sur. Todo ello, por supuesto, con el apoyo y la intervención anglofrancesa y la conducción del caudillo colorado uruguayo Fructuoso Rivera. El General José M. Paz presagiando que se encontraba ante una postura contra la Argentina se retiró de la coalición y se abstuvo de participar en contra de su patria.

2) También la peligrosa actitud de Buenos Aires después de Caseros segregándose de la Confederación Argentina, representó un potencial desmembramiento.

 

La Republica Argentina y el territorio del virreinato

El gobierno de Juan Manuel de Rosas consolidó el territorio nacional e impidió la disgregación territorial con nuevos desmembramientos. En su pensamiento siempre estuvo presente la idea de recrear el territorio del Virreinato del Río de la Plata, en coincidencia con la postura, que la Argentina en materia de límites no era expansionista, sino que reclamaba los derechos sobre aquellas regiones que legítimamente heredó en 1810. Recordemos que nuestra actitud siempre fue de reclamar lo que nos pertenecía y nada más, que la victoria no daba derechos, que se buscó la vía pacífica sometiéndose y aceptando arbitrajes totalmente desfavorables a la Argentina.

En 1902 se aceptó el Arbitraje del Rey de Inglaterra Eduardo VII, como consecuencia de la disputa con Chile por 94.000 kilómetros cuadrados fronterizos donde solo se adjudicó a nuestro país la soberanía de 40.000 kilómetros cuadrados.

En el tema del Conflicto por el Canal de Beagle, la Argentina dejó sentada la posición de declarar nulo el arbitraje por haberse excedido en su fallo. Resumiendo diremos que a la Argentina las disputas territoriales le significaron la pérdida de más de doscientos mil kilómetros cuadrados de su territorio, no obstante ser legítimo heredero de la corona española. Nunca se ha reclamado territorio de conquista.

En el siglo XIX mientras muchos países se expandían por ocupación y conquista o compraban territorios -como por ejemplo Alaska y Acre, por EE UU y Brasil respectivamente-, el territorio de nuestro país, lamentablemente disminuía.

Fuentes:

Historia Argentina. José Luis Busaniche.

Historia del derecho. Ricardo Zorraquín Becú

El grito sagrado. Pacho O’Donnell

Martín Güemes. Luis Oscar Colmenares.

Historia de la Confederación Argentina. Adolfo Saldías.

Historia Argentina, Tomo VIII. Diego Abad de Santillán.

www.lagaceta.com.ar

La Gaceta de la historia. Félix luna y Antonio Salonia.