Héctor Pedro Blomberg y
el “Cancionero Federal”
Dedicado a los amigos, Dr. Norberto Chiviló, Director del periódico “El Restaurador” desde
cuyas páginas trató de imbuirnos de la verdad histórica respecto al Brigadier General
don Juan Manuel de Rosas y al período de la historia argentina que le cupo gobernar,
e Ing. Leonardo Castagnino, paisano del pueblo pampeano vecino –Catriló- , que
también nos hace atravesar el mismo período histórico a través de “La Gazeta Federal”.
HÉCTOR PEDRO BLOMBERG
Héctor Pedro Blomberg fue un letrista de tango, poeta, escritor,
periodista, y autor teatral, que nació en Buenos Aires el 18 de marzo de 1889. Era
hijo de Pedro Blomberg, ingeniero naval que a su vez era hijo de un marino
noruego; y de Ercilla López, escritora paraguaya sobrina del Mariscal Francisco
Solano López. Esta fue seguramente una gran influencia, no solo para su
vocación poética sino para su inclinación por los temas históricos.
Cursó la escuela primaria en Asunción del Paraguay, y al regreso a la ciudad natal estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, inscribiéndose luego en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, pero pronto abandonó esa carrera, tal vez seducido por los barcos y los viajes cuyos relatos escucharía de su padre y su abuelo. Por eso, cuando contaba 21 años y caminaba por el puerto, avistó un barco listo para partir hacia Noruega, se marchó a su casa preparando lo necesario para embarcarse con la idea de conocer la tierra de su abuelo.
Volvió dos años después, con la experiencia de los lugares conocidos y sus
primeros poemas en las valijas. Estos encontraron lugar en revistas populares
de la época: Caras y Caretas, Fray Mocho. En esa época se editó su
primer poemario, “La canción lejana”. Mas tarde otros títulos, como “A
la deriva”, “Gaviotas perdidas”, “Bajo la Cruz del Sur”; y en el año 1929
se publicó una recopilación de artículos periodísticos titulados “Las
puertas de Babel”, pues en ese entonces su actividad principal era el
periodismo.
Su actividad, gracias a la amistad forjada con Carlos Schaeffer Gallo, y
junto a Elías Alippi y Carlos Viale Paz continuó con el teatro llegando al
“sainete”, vehículo dramático y romántico matizado con sus canciones. Al
sainete, considerado “género chico”, le dio impulso Alberto Vacarezza con la
obra “Barcos Amarrados”, donde Ignacio Corsini era el que interpretaba el
canto.
También tuvo participación en la radio, escribiendo relatos para Radio
Splendid en 1929, y a través de éstos compromisos teatrales y radiales llegó su
inspiración para la canción de tinte popular.
Así surgieron sus historias de Unitarios y Federales, las acciones de la
Mazorca, del Brigadier Juan Manuel de Rosas, y de los amores prohibidos por
ideas desencontradas; tratando siempre que sus personajes que podían ser
considerados malos, no lo fueran tanto, al mismo tiempo que los buenos no
fueran tan buenos.
Héctor Blomberg se hizo muy amigo de Ignacio
Corsini “El caballero cantor”, quien le propone la colaboración de Enrique
Maciel, que a la sazón era su guitarrista, para que pusiera música a sus
versos. Y de esta comunidad de intereses surgió la primera y más lograda y
conocida obra, el vals “La Pulpera de Santa Lucía”, estrenado en 1929 en
Radio Prieto; llevado a los estudios de grabación, se vendieron más de
doscientas mil copias en muy pocos meses. Los estudiosos del tango reconocen en
la pareja creativa conformada por Blomberg y Maciel a una de las más prolíficas
de la historia.
Esta exitosa dupla tuvo solo dos excepciones en las que no colaboró Maciel con la música: la ranchera “Bajo la Santa Federación” con música de Salvador Merico, y el vals “Novia del mar” con la colaboración musical de Otto Wiengreen. Pero todas fueron llevadas al disco por Ignacio Corsini con el acompañamiento de las guitarras de Rosendo Pesoa, Enrique Maciel y Armando Pagés.
Por lo que antecede podemos deducir que Blomberg fue letrista exclusivo de Corsini, ya que ni Charlo ni Gardel grabaron sus temas. Solo hubo una excepción con “La parda Balcarce” que fue grabada por Agustín Magaldi el 28 de septiembre de 1932.
De las grabaciones de Blomberg realizadas por Corsini podemos mencionar “El
adiós de Gabino Ezeiza” (milonga); “La pulpera de Santa Lucía” (vals); “La
Mazorquera de Monserrat” (tango); “Violines gitanos” (tango); “Tirana Unitaria”
(tango); “La viajera perdida” (tango); “La que murió en París”* (tango);
“Siete lágrimas” (canción); “La guitarrera de San Nicolás” (vals); “No quiero
ni verte” (vals); “Los jazmines de San Ignacio” (canción); “La canción de
Amalia” (vals); “La china de la mazorca” (canción); y “Me lo dijo el corazón”
(tango).
*En el libro “Pastor de Estrellas” (Ed. Tor, Bs. As. 1929) figura el
poema “Versos a la que murió en París”, que el autor adaptó
posteriormente para este tango. Ignacio Corsini lo grabó para el sello Odeón en
dos ocasiones: 9 de marzo de 1931 y 4 de marzo de 1932. Fue un tema de mucho
éxito que también grabaron los cantores Ernesto Famá y “Príncipe Azul”. También
fue cantado en la película “Adiós Pampa Mía” por Alberto Castillo.
Hay una anécdota muy interesante sobre el tango “La que murió en París”,
que Eduardo Moreno lo relató así: «Cuando fue corresponsal en París del
diario La Razón, lo acompañó una chica en el rol de secretaria. Una muchacha
muy preparada, egresada de filosofía y letras, que antes había sido empleada en
el diario Última Hora, donde colaboraba con Samuel Linnig, el autor de Milonguita
(Esthercita). En París la chica se encargaba de difundir por todos los
medios las notas que Blomberg escribía sobre el tango. El destino quiso que
durante su estadía la muchacha enfermara y falleciera muy pronto. Este
desdichado suceso lo inspiró para escribir La que murió en París. Se
llamaba Alicia Elsa French y era descendiente del prócer de la Revolución de
Mayo, Domingo French».
Además de “Pastor de Estrellas”, escribió otros libros. Muchos de
sus temas históricos fueron recopilados en los libros “Cancionero Federal” y
“Canciones históricas”. También en su incursión en radio teatros abordó
temas históricos como “Bajo la Santa Federación” que emitía Radio
Belgrano en horario central, y fue llevada al cine por Daniel Tinayre.
El poeta vivió junto a su mujer Elena Smith hasta
su muerte en Buenos Aires, el 3 de abril de 1955. A continuación figuran algunas
de sus obras, además de las pertenecientes a otros autores pero relacionadas
con el Cancionero Federal.
LA GUITARRERA DE SAN NICOLAS. Esta canción de Blomberg con música de Enrique Maciel fue grabada por Ignacio Corsini el 8 de marzo de 1930 con las guitarras de Pagés, Pesoa y Maciel.
Hace alusión a una guitarrera y la comparación de este personaje con Camila
O’Gorman (que murió bajo el sauce de Santos Lugares) y su trágica
historia de amor, mencionando también a Ciriaco Cuitiño, un personaje
mazorquero, y a Leandro Alen (que luego cambiaría esa n por m:
Alem).
Menciona las noches en el Barrio de San Nicolás, donde cantaba en los
tiempos del Restaurador y templaba su guitarra con vidalas y cielitos. Lloraban
de emoción los hombres al escuchar su guitarra, lloraban de amor las porteñas
por el mismo motivo. Al morir por obra de la mazorca de Cuitiño, comenzó a
marchitarse el jazmín que floreció en sus cabellos. El cronista de la historia
guarda la guitarra (con el adorno de cintas rojas) para que nadie más pudiera
tocarla.
Este tema está incluído en el libro “Canciones Históricas” (Editorial Tor,
Buenos Aires, 1936); según se aclara en el mismo, se supone que la acción
transcurre en 1838. La Capilla de San Nicolás fue fundada en 1773 por Domingo
de Acasusso y estaba ubicada en la intersección de calle Corrientes y Carlos
Pellegrini; pero desapareció con el ensanche de Corrientes y la erección del
obelisco.
LA MAZORQUERA DE MONSERRAT. También pertenece a Blomberg y Maciel, está incluída en sus libros “Pastor de Estrellas” (1929) y “Canciones Históricas” (1936). Narra la trágica historia de una moza federal de solo 15 años por la que suspiraban los sargentos de la Federación, hasta que uno de ellos loco de celos la mató con su puñal; antes de expirar la joven alcanzó a exclamar que solo amaba a aquel cuya estampa besó: era la imagen del Restaurador.
Es interesante destacar que en la edición de Editorial Tor, luego de la quinta cuarteta aparece el agregado de una más: "Ella entornaba los negros ojos / y sonreía siempre, al pasar / entre el revuelo de ponchos rojos / de la plazuela de Monserrat".
El antiguo Barrio de Monserrat está delimitado por las calles Chile,
Piedras, La Rábida, Independencia, Ingeniero Huergo, Rivadavia y Entre Ríos. El
tema fue grabado, como sucedía habitualmente con estos poemas históricos, por
Ignacio Corsini, acompañado de las guitarras de Pagés, Pesoa y Maciel.
LA PULPERA DE SANTA LUCIA. ¿Quién no conoce este romántico vals de Blomberg
y Maciel, inseparables en el cancionero histórico? Fue grabado en sucesivas
ocasiones por Ignacio Corsini durante el año 1929, hasta que lo consideró digno
de presentar al público, siempre con sus inseparables guitarristas. Ese mismo
años también se grabó en España (en el sello Regal) por la orquesta de Rafael
Canaro cantando el tema Carlos Dante.
En primer término Blomberg describe a la pulpera, su cabello, sus ojos y su
voz; aunque menciona a “soldados de cuatro cuarteles” que suspiraban por
ella, no debe entenderse como cuarteles militares: las pulperías generalmente
estaban en una esquina, en el cruce de caminos, por lo que este sitio
delimitaba cuatro zonas o “cuarteles”. Los “cuatro cuarteles” que
menciona la canción pueden ser entendidos como “jurisdicciones”.
El poeta menciona a un “payador mazorquero”, (es decir del partido
federal de Juan Manuel de Rosas) que le cantaba en una reja que “olía a
jazmines”. Para relatar luego que se fue con un payador de Lavalle, lo que
significa del partido unitario; por ese motivo en el patio de la pulpería esos
jazmines “lloraban de celos”, mientras el payador mazorquero se dolía de
su ausencia, cantando su dolor con lágrimas de las guitarras de Santa Lucía.
En 1788 se creó el cargo de Juez de Policía, que más bien se dedicaba a supervisión de servicios tales como alumbrado, higiene y salubridad, percepción de impuestos y otras funciones no relacionadas estrictamente con la represión del delito. La ciudad fue dividida en cuatro barrios o cuarteles encargados a sendos alcaldes de barrio que respondían al Juez de Policía. Posiblemente uno de ellos fuera Barracas, donde Héctor Benedetti sitúa la parroquia de Santa Lucía en la Av. Montes de Oca. Según Gobello, “en 1783 doña Josefa de Alquizolete, sobre esa calle y en el mismo lugar que hoy se encuentra (Montes de Oca 550) hizo levantar un oratorio en homenaje a Santa Lucía”.
EL PAYADOR DE SAN TELMO. Tanto la letra como la música pertenecen a José
Lojo, y el tema lo grabó Corsini en 1932. Representa una versión que no es una
continuación, sino más bien una historia paralela a la que nos contó Blombeg en
“La pulpera de Santa Lucía”. A mi modesto entender la poesía de Blomberg
es muy superior; y por ser muy conocida prefiero insertar los versos de José
Lojo por considerarlos desconocidos para muchos.
EL PAYADOR DE SAN TELMO (vals)
Payador que pulsara
tan lindo
Y cantara con tanta
emoción,
Como aquel payador
de San Telmo
Nos recuerdan los
tiempos, mejor.
Gaucho errante de
noble figura
Que una tarde cayera
al poblao,
Sin saber de ánde
vino y quién era
Ni qué rumbo tenía
ensillao.
Su guitarra tenía el
secreto
En las noches de
plácida calma,
De llegar con sus
notas dolientes
Al rincón más lejano
del alma.
Cuántas veces al
verlo pulsando
En las rejas del
viejo San Telmo,
Las morenas lloraron
de pena
Y las rubias
lloraron de celos.
Trovador de la vieja
parroquia
Cuántas veces lo
vieron pasar,
Enancao en el zaino
de ensueños
Que encerraba su
lira inmortal.
Pero un día salió de
su barrio
Y a una rubia
pulpera encontró,
Él le dijo: “Te
llevo en el alma”
Y ella dijo:
“Contigo me voy”.
Payador que tuviste
la gloria
De llevar la pulpera
que un día,
Alumbró con sus ojos
celestes
La parroquia de
Santa Lucía.
¿Dónde están,
payador, que no vuelven
tu guitarra, tu voz,
ni tu acento?
Con Lavalle se
fueron tus pasos
Y en San Telmo
solloza un lamento.
TIRANA UNITARIA (vals)
Tirana unitaria, tu cinta celeste
Até en mi guitarra de buen federal,
Y en noche de luna canté en tu ventana
Más de un suspirante cielito infernal.
Tirana unitaria, le dije a Cuitiño
Que tú eras más santa que la Encarnación,
Y el buen mazorquero juró por su daga
Que por ti velaba la Federación.
Tirana unitaria, los valses de Alberdi
Quién sabe hasta cuándo bailaremos más,
Ni tus ojos negros buscarán los míos
En las misas de alba de San Nicolás.
Tirana unitaria, me voy con Oribe
Y allá en las estrellas del cielo oriental,
Seguiré cantando, tus ojos no teman
Porque de Cuitiño, te ampara el puñal
Tirana unitaria, las rosas del barrio
Te hablarán del día que te dije adiós,
Y los jazmineros soñarán los sueños
Que en días felices soñamos los dos.
Tirana unitaria, dame la magnolia
Que aromó en la noche que me vio partir,
Bésame en los labios, paloma porteña
Que me siento triste, triste hasta morir.
Tirana unitaria, no olvides los versos
De aquella mañana, de aquella canción,
Que cantamos juntos el día de mayo
Que supo el secreto de mi corazón.
Tirana unitaria, mi vieja guitarra
Seguirá cantando tus sueños de amor,
Y mi alma en las noches de luna, por verte
Volverá a la tierra del Restaurador.
JUAN MANUEL. Es un candombe, producto de la mítica pareja compositora de tantas
milongas, Sebastián Piana la música y Homero Manzi la letra. Fue grabado por
Charlo (grabación que ubiqué hace un tiempo en mi [BLOG], en el tema “Don Juan
Manuel y Fotheringham) acompañado por guitarras; y por Félix Gutiérrez con la
orquesta de Pedro Maffia.
La letra menciona en los primeros versos el “candombe de los morenos por
los barrios del tambor”; y el puñal de la traición representado por
Urquiza. El Barrio del Tambor llamado así por los negros, era San Telmo. Los
morenos habían gozado de la simpatía de Rosas, que era invitado con frecuencia
a sus reuniones y sus bailes de “candombe”. La cultura afro argentina comenzó
su declive cuando el “Restaurador de las Leyes” perdió el poder.
Encontramos además
una referencia interesante, pues en sus estrofas Manzi, que era persona muy
culta y con facetas de historiador (recordar “Buenos Aires, colina chata” y “La
muerte de Quiroga”, ésta última la publiqué en un artículo del BLOG: http://pampeandoytangueando.com/historia/el-tigre-de-los-llanos-y-ii/),
corrobora algo que mencioné en alguno de mis artículos anteriormente: que la
“batalla de Caseros” se libró en lo que en ese entonces pertenecía a “los
pagos” de Morón; la ciudad de Caseros en la actual jurisdicción del Partido de
Tres de Febrero, se fundó años después. Lo dice en estos versos:
“…Urquiza viene
llegando / lo saldremos a esperar. / ¡Juan Manuel! / Al revolear de los
ponchos,/ banderín del escuadrón,/ los colorados más bravos / ya se fueron a
Morón…”
En sus versos hay
otras referencias de carácter histórico, como la muerte de doña Encarnación
(esposa de Rosas) y la expatriación del prócer junto a su hija Manuelita, hacia
Inglaterra, donde muere lejos de su patria.
En el coro, que se
repite, escribe la interjección “cuntango carancuntango / cuntangó,
carancuntán”, posiblemente como sonido onomatopéyico de algún instrumento,
voces éstas muy habituales en los candombes de los negros de Buenos Aires y
Montevideo.
JUAN MANUEL (Homero Manzi)
Candombe de los morenos
por los Barrios del Tambor.
Condombe de noche roja
por la Niña y el Señor.
CORO:
Cuntango, carancuntango
cuntangó, carancuntán.
En vaina de sombra turbia
la traición es un puñal
Urquiza viene llegando,
lo saldremos a esperar.
Juan Manuel,
al revolear de los ponchos
banderín del escuadrón,
los colorados más bravos
ya se fueron a Morón.
Juan Manuel,
para luchar por la gloria
de tu estrella federal,
con tamboril de morenos,
la Mazorca con puñal.
El diecinueve de octubre
murió doña Encarnación.
Los parches retumban duelo,
llora la Restauración.
CORO:
Cuntango, carancuntango
cuntangó, carancuntán.
Candombe de los morenos
por los Barrios del Tambor.
Candombe de noche negra
por la Niña y el Señor.
Emponchado en la derrota
se fugó en un barco inglés.
Dicen que estaba llorando
los ojos de Juan Manuel.
CORO:
Cuntango, carancuntango
cuntangó, carancuntán.
Con un silencio de potros
la pampa los despidió.
No pudo volver al pago y
en otra tierra murió.
LA MULATEADA (milonga). Esta es una milonga de Carlos Pesce con música de Julio Eduardo
del Puerto. Su referencia histórica es la época de la Confederación Argentina,
con la ambientación de los candombes que practicaban los negros en sus fiestas,
en la ocasión que relata es con motivo de la boda del mulato Pancho “Rey del
candombe” con una mulata federal. No podía obviarse la mirada del Restaurador,
pero también detallando el convite con la “mazamorra”, y los tradicionales
chocolate y el plato de “locro”. (La letra de esta milonga ya fue incluida, así
como una versión musical, en un trabajo anterior sobre el alambrado en la
Argentina)
A DON JUAN MANUEL. En este caso se trata de una composición del tipo de ‘folklore argentino’ cuya letra y música pertenecen a Jorge Cafrune, quien hace una recreación en la que expresa su sentimiento, desde el punto de vista ideológico, sin soslayar 2 o 3 aspectos puntuales de la historia. Así, idealiza a Rosas como un precursor en la Argentina (en ese entonces Confederación): …”claridad en la aurora / de la nacionalidad”; también lo pone como ejemplo en la lucha del desierto (pues había protagonizado la “Campaña” en el mismo).
El tema grabado podemos escucharlo en la voz de su autor: https://www.youtube.com/watch?v=jH8QsmqEvXk
A DON JUAN MANUEL (letra de Jorge Cafrune )
Pueden ir tomando nota
los que quieren atender:
voy a cantar con placer
lisonjas para un patriota.
Bien a lo lejos se nota
que soy del suelo un pedazo.
Pero que quiere, amigazo,
el que nació pa cantar,
nunca se debe callar
aunque le dentren a lazo
Hablado
Fue brigadier general,
fue una llama precursora.
Fue claridad en la aurora
de la nacionalidad.
Cantado
Fue un caudillo colosal,
en la lucha del desierto.
No figura entre los muertos
que la historia sublimiza,
pero dejó su divisa
senderos de patria abiertos.
Sombrero en mano y de a pie
saludo al Restaurador,
con respeto y fervor
con que su causa abracé.
Soy nacido en La Merced
federal sin vuelta de hoja
alzo la divisa roja
pendón del nacionalismo.
Emblema de patriotismo
y libro de limpia foja.
Hablado
Soy hijo y nieto, señor,
de caudillos federales.
Colorados patriarcales,
abanderados de honor.
Cantado
Vaya este canto hecho flor
a deshojarse en su loza.
Es la ofrenda respetuosa
de un cantor agradecido
al recuerdo tan querido
de Don Juan Manuel de Rosas.
..."Pero a veces surgía alguna tempestad furiosa: por el mucho beber o por cualquier otra causa, algún hombre empezaba a vociferar como loco y sacaba a relucir el facón.Me acuerdo de algo por el estilo en una pulpería del Yi; un viejo adusto, con larga cabellera gris que le cubría los hombros, saltó repentinamente hacia el centro de la estancia, y sacando el cuchillo, empezó a golpear en el mostrador y en los muros, gritando “Viva Rosas”, “Mueran los unitarios salvajes” y echando espumajos por la boca. Su aspecto era tan terrible, que casi todos los concurrentes sacaron sus armas, y deslizándose como gatos al palenque, les quitaron las maneas a sus caballos, quedándose al lado de ellos, listos para cualquier evento. (…) Pasado un minuto que, lo confieso, pareció una hora, y después de haber amenazado a todo el mundo con la muerte si no gritaban “Viva Rosas”, el cuchillo se le cayó de las manos al anciano, y él mismo, tambaleando hacia el asiento, se desplomó en él silenciosamente (…) Los gauchos envainaron sus cuchillos, y uno de ellos dijo: Es ño Carancho; cuando está en pedo se acuerda siempre del difunto; déjenlo tranquilo”.
BARRIO VIEJO DEL OCHENTA (milonga)
Letra: Héctor Pedro Blomberg – Música:
Enrique Maciel
Barrio viejo en que nací
Cuando llegaba el
ochenta,
Milonga heroica y
sangrienta
Que de la cuna
aprendí.
Todavía se encuentra
allí
El farol que
iluminaba,
El patio donde
cantaba
Como en los tiempos
de Rosas,
Cielitos y refalosas
El pardo Gaudencio
Navas.
Almacén de Pancho
Flores
Dende entre copas de
vino,
Me enseñó a cantar
Gabino
Payador de payadores.
Barriada de mis
amores
Callejones de las
quintas,
Donde adornadas con
cintas
Y sobre el pecho una
flor,
Me daban pruebas de
amor
Teresa, Rosa y
Jacinta.
Las antiguas
pulperías
Del indio y de la
Bandera,
¡Cuántas famosas
cuadreras!”
Vi correr aquellos
días.
Cuantas viejas y
sombrías
Historias de
mazorqueros,
Escucharon los aleros
De labios de algún
cantor,
Cantando con el
fervor
De los antiguos troveros.
https://www.youtube.com/watch?v=p1IPZZ7cI5c
LA NEGRITA (1830). Retrocediendo en el tiempo,
encontramos este poema anónimo que aparece en el libro “Cancionero del tiempo de Rosas” (Colección Buen Aire N° 2, Emecé
Editores, Bs. As. 1941, pág. 23, Selección José Luis Lanuza). La única referencia
está al final, en NOTAS: Del periódico rosista “La Negrita”.
El relato en
verso está en primera persona, y la autodenominada Juana Peña dice ser Negrita
muy federal, ocupando el primer lugar en los tambores. Se precia de bailar y
ser –aunque negra- patriota verdadera. Sola en el mundo, tiene sin embargo como
compañeros a sus paisanos, “Los negritos
Defensores”, también patriotas y “Defensores
de las Leyes y de su Restaurador”, por quien han de morir y matar si es
preciso. Finaliza “Se lo dice Juana Peña…
esta Negrita porteña”.
LA FEDERALA. Esta es otra canción de tiempos
recientes, cuya letra pertenece a Raúl Trullenque y la música a Roberto Rimoldi
Fraga. Aparte de emblemas y actores conocidos, mencioa el hecho histórico de
la oposición a Rosas que representaba el general José María Paz, el “manco”:
una herida en la mano mientras –siendo aún muy joven- peleaba en el Ejército
del Norte bajo el mando del general Belgrano, le había inutilizado la misma.
LA FEDERALA
Punta de lanza al volar
manchada de pena va
y cuando cante esta zamba
la federala me seguirá.
Soy mazorquero de ley:
El vino me hace pelear
y el filo de mi cuchillo
busca la vida del manco Paz.
En el carmín de mi gorro
rojo como el corazón
llevo el color de la sangre
¡Viva la Santa Federación!
No bien amanezca iré
para llegarme al cuartel
para pedir que me mande
a la montonera don Juan Manuel
Queriendo yo he de morir
mi bajo me seguirá
y el ruido de guardamontes
y de trabucos revivirá.
IGNACIO CORSINI. Algunos de los temas históricos grabados por el cantor:
1. La china de la mazorca. Ignacio
Corsini
https://www.youtube.com/watch?v=_fwNsRynUhc
2. La guitarrera de San Nicolás
https://www.youtube.com/watch?v=xl5754hlD9U
3. Payador de San Telmo, por Ignacio
Corsini; continuación de La Pulpera de Santa Lucía, no autorizada por Blomberg
https://www.youtube.com/watch?v=Z33OXuCwYtw
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El autor de este
artículo, Dr. CÉSAR J. TAMBORINI DUCA, nació en 1943 en Pehuajó, provincia de
Buenos Aires, radicado pocos meses después
con su familia en Lonquimay, provincia de La Pampa.
Estudió la carrera de Odontología en la
Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1969.
En el año 1991 se estableció en Veguellina de Órbigo, provincia de León, España, donde
instaló una clínica para ejercer su profesión y donde actualmente también reside.
Es autor de las siguientes obras: “CHE,
lunfardiadas”, “Pasión y muerte de Nuestro señor de las Pampas” (de "Interés Legislativo" por la
Cámara de Diputados de la provincia de La Pampa), el Ensayo "Toponimia
histórica de Lonquimay".
Fue declarado
"Ciudadano Ilustre” por la localidad pampeana de Uriburu.
Fundador y
Director de la Revista "Argentinos de León".
Fue finalista como autor de poemas en
concursos literarios del Diario de León, publicados en el suplemento literario
de dicho diario.
Es un entendido en tango y lunfardo,
integrando la Academia Porteña del
Lunfardo, como Académico correspondiente para León.
Es propietario también del sitio
web: http://pampeandoytangueando.com/ y de la Revista de la "Academia Virtual
del Lunfardo y el Tango.