Publicado en el Periódico El Restaurador - Año IX N° 34 - Marzo 2015 - Pags. 1 a 3
Paysandú, "La Heroica"Homenaje a los 150 años de su defensa
La página inicial del triste capítulo de la Guerra de la Triple Alianza
Por el Dr. Guillermo M. Masciotra
"La guerra de la Banda Oriental es un episodio de la guerra civil argentina bajo el gobierno de Mitre, como lo fue bajo Rosas. Nadie es neutral en esta guerra en la República Argentina, porque todos conocen por instinto su sentido. Los dos partidos beligerantes de la Banda Oriental sirven y representan los dos intereses y los dos campos argentinos, que asisten a la lucha oriental con la ansiedad del que contempla el debate de su propio pleito". Juan Bautista Alberdi
Leandro Gómez. Una de sus últimas fotografías |
A partir del 1° de diciembre de 1864, la ciudad oriental de Paysandú soportó 33 días de asedio por parte de ejército del Imperio de Brasil, al mando del general João Propício Mena Barreto, en apoyo del rebelde general colorado Venancio Flores, alzado en armas contra el legítimo gobierno del Doctor Bernardo Berro.
Los antecedentes
Flores, quien había emigrado a la Argentina y era amigo del general Mitre, invadió territorio oriental a mediados de abril de 1863, iniciándose así la guerra civil entre blancos y colorados.
El Imperio Brasil, deseoso de inmiscuirse en la política oriental y buscando una excusa para intervenir militarmente, el 4 de agosto de 1864, intimó al Uruguay a efectuar reparaciones pecuniarias por las "agresiones" que tropas orientales -que defendían su territorio- habrían "cometido" contra estancieros riograndenses, que en realidad eran cuatreros que incursionaban por el norte del Uruguay robando ganado y trasladándolo al Brasil.
Invocando la supuesta protección de los súbditos de S. M. el Emperador, en setiembre de 1864 se estacionaron en el Río de La Plata, en Buenos Aires y Montevideo, las fragatas Amazonas y Nichteroy, las corbetas Beberebe, Belmonte y Maracaná, el vapor Recife y las cañoneras Araguay, Ivahy, Jequitinhonha, Mearim y Paranahiba, al mando del almirante Joaquim Marques Lisboa, Barón de Tamandaré.
El 14 de septiembre, las tropas brasileñas invadieron los territorios del norte uruguayo a lo cual el gobierno oriental hizo el reclamo diplomático pertinente, a la par del pedido de ayuda al presidente paraguayo, mariscal Francisco Solano López. La gran agitación antibrasileña en Montevideo se difundió por América; simultáneamente Solano López, indignado advierte sobre la intromisión descarada del Imperio de Brasil que sobrepasa los protocolos y así el almirante Barón de Tamandaré -navegando por ríos argentinos- decide pasar a la ofensiva -con las naves mejor artilladas-, contra Paysandú, para imponer a Venancio Flores en el gobierno oriental.
Flores contaba con más de 2.000 hombres, Brasil, con 10.000 soldados que habían invadido la Banda Oriental, sumaba además cinco buques de guerra -algunos eran acorazados-, armados con cañones de gran calibre y con aproximadamente 500 infantes embarcados.
La defensa de la ciudad ribereña del Río Uruguay, era sostenida por una guarnición de 1.064 hombres leales al gobierno nacional del Presidente Berro, comandados por el coronel Leandro Gómez -posteriormente ascendido a general-, quien había impuesto el lema de "Independencia o Muerte". Las defensas consistían en un reducto pequeño en el casco principal de la ciudad, de seis cuadras frente al río por dos cuadras de profundidad, que resistía, aislada de Montevideo, aguardando la llegada de refuerzos del general argentino Juan Saá que nunca pudieron acercarse más de 20 leguas.
Saá, al servició del gobierno, había organizado la defensa de Montevideo y los planes contemplaban enfrentar a Flores y socorrer a las fuerzas defensoras de Salto y Paysandú
Cuando el día 3 de diciembre el general Flores intimó la rendición de la ciudad, debajo de la nota en que lo hacía, lacónicamente Gómez escribió "Cuando sucumba".
Así se produjo la heroica defensa de Paysandú, que se encontraba entre dos fuegos -sitiada por tierra por las fuerzas de Flores y de Mena Barreto y por agua por la flota del Barón de Tamandaré-, con una desproporción notoria de fuerzas, sin naves ni artillería moderna -lo que le impedía el disparo de contrabatería contra los barcos de la escuadra-, pero con un enorme tesón y patriotismo.
Escasos al límite de munición resistieron el bombardeo de la artillería de alma rayada de Flores y de la flota brasileña que agotó sus proyectiles contra las defensas de la ciudad martirizada.
Bombardeo de Paysandú. Acuarela de Carlos Díaz. Museo Nacional de Montevideo |
La trágica epopeya ha sido ampliamente relatada por la historia americana, conmovida por el desarrollo de este controvertido episodio, donde la marina imperial se reabasteció de granadas, incomprensiblemente, en Buenos Aires.
Paysandú, al mando de Gómez, de actitud leal frente al avance de los alzados contra las autoridades legítimamente establecidas, alentados éstos por el Imperio de Brasil y los unitarios argentinos que no soportaban un gobierno del Partido Blanco, se había constituido así en el único baluarte que respondía a Montevideo al norte del Río Negro.
El Combate de las 52 horas
El 31 de diciembre de 1864 a la madrugada se inició el combate final titulado de las "52 horas" por los autores brasileños, contra el "Forte Sebastopol", como los imperiales llamaron a las defensas de Paysandú. La artillería combinada terrestre y naval lanzaron más de 4.000 proyectiles contra la ciudad sitiada donde tan solo 530 hombres restaban para defenderla.
Después de muchos días de continuo bombardeo y ante tal desproporción de fuerzas, y quedando en condiciones de seguir combatiendo pocos defensores, la ciudad cayó y Leandro Gómez y su estado mayor fueron tomados prisioneros por las tropas de la Tercera Brigada Imperial de Río Grande, con la promesa de conservarle la vida. Cuando el jefe oriental y sus otros oficiales salieron de la Comandancia custodiados por los brasileros se interpuso una partida de tropas floristas quienes exigieron su entrega, asegurándoles a los prisioneros que sus vidas serían respetadas; luego de una pequeña disputa entre las fuerzas, consultado Gómez, manifestó que prefería ser prisionero de sus connacionales y marchó con ellos a la muerte segura. Era el 2 de enero de 1865.
La orgía de sangre desatada por los colorados, con el fusilamiento de los vencidos (1), terminó con la aparición providencial del comandante naval argentino, Coronel de Marina José Murature, -brillante marino que combatiera a las órdenes del Almirante Guillermo Brown-, quién con firmeza y sentido humanitario intervino para que se detuvieran los fusilamientos y actos indignos con los prisioneros y la escasa población civil que había permanecido durante el sitio.
La llamada "Iglesia Nueva". Fotografía tomada pocos días después del bombardeo a Paysandú |
Las intenciones ocultas de la política exterior brasileña
La invasión brasileña fue decisiva para inclinar la contienda a favor de los insubordinados, Venancio Flores por sí solo no pudo rendir la plaza en dos intentos de ataque que fracasaron en el propósito de quebrar las defensas. Indudablemente la actitud imperial pretendía como siempre la ocupación de los territorios al norte de la Banda Oriental, con el último fin de quebrar el equilibrio en la región del Plata, destruir al Paraguay con la provocación encubierta, que nos involucraría a los argentinos y nos llevaría a una confrontación indeseada e impopular.
Se ampliaba así el apetito producido con Caseros, en el cual se quedaron definitivamente con las Misiones Orientales, legítimo territorio argentino usurpado. Además de modificar en su provecho los límites de la Banda Oriental y cumplir con los designios de Francia e Inglaterra de seguir desmembrando el territorio del otrora Virreinato del Río de la Plata.
Una etapa previa a la invasión fue la insólita reclamación brasileña al Gobierno de la Banda Oriental de indemnización a los ganaderos de Río Grande, que eran en realidad bandas de cuatreros y ladrones de ganado que operaban en la frontera, llevándose el ganado robado al sur brasilero; así se establecía una diplomacia bajo presión del grande al pequeño.
La descarada intervención imperial en la Banda Oriental -con el concurso del gobierno argentino de Mitre-, a favor del Partido Colorado era parte de su plan de expansión territorial que fue la causa que irritaría a Paraguay y el motivo por el cual este país le declaró la guerra al Brasil.
Ese plan imperial de expansión territorial, se consumó años después con la derrota del Paraguay y la ocupación y el saqueo de su capital, Asunción. Pudo imponer sus condiciones basado en que la "victoria le daba derechos" y así acceder por vía fluvial a parte de los territorios de Mato Grosso del Sur y Paraná.
Por eso decimos que Paysandú es el episodio que nos llevaría casi inocentemente a una confrontación externa impensada que fuera causa de nuevas luchas internas, porque este sitio y martirio de la ciudad significó la reacción de dignos argentinos y federales que no vacilaron en ofrecer sus servicios a la causa en peligro y efectuar duras declaraciones sobre la intervención brasileña en territorio oriental. Todo ello mientras aguardaban la intervención de la cabeza del Partido Federal, el general Urquiza, para equilibrar en algo la balanza bélica. No fue así, el caudillo entrerriano parecía no escuchar los pedidos y reclamos, ni los del Presbítero Domingo Ereño que denunciaba el complot que se preparaba en Buenos Aires.
La reacción ante el atropello del Brasil y la "neutralidad" argentina
Rafael Hernández, fue un voluntario que junto a otros argentinos, defendió Paysandú y resultó herido en los combates finales. Su hermano José -futuro autor del "Martín Fierro"- dejó Paraná para sumarse a las filas de los defensores, pero no pudo pasar de Concepción del Uruguay. El Partido Federal de Entre Ríos efectuó una proclama para sumarse al bando nacional, pero el efectivo bloqueo brasileño del Río Uruguay impidió la llegada de los voluntarios. Los poetas, Gervasio Méndez, Olegario Andrade -autor del "Canto a Paysandú"- y Carlos Guido y Spano se pronunciaron contra la invasión y elevaron públicamente las protestas por la actitud argentina de no acudir en ayuda del presidente Berro y sí favorecer a los colorados y brasileños. Waldino Urquiza, militar, hijo de Justo José de Urquiza, se había sumado junto a otros voluntarios entrerrianos al ejército gubernamental en 1863, combatiendo junto a Telmo López (hijo de Estanislao López) en Salto y posteriormente se sumaron a los defensores de la plaza sitiada de Paysandú. Cuando se produjo la invasión brasilera en 1864, Waldino condenó esa intervención y convocó a intervenir contra las tropas imperiales.
El gobierno de Bartolomé Mitre, contra todas las normas de la neutralidad -que invocó-, facilitó dinero, armas y equipos para la invasión de Venancio Flores al territorio oriental, luego que este militar pidiera la baja del ejército argentino -del que formaba parte- e iniciara la autoproclamada Cruzada Libertadora contra el gobierno del Partido Blanco, además de abastecer de municiones a la flota brasilera. En realidad, fue un aliado de Flores y de los imperiales, e inició la guerra civil que culminaría en Paysandú y derivaría después en la guerra del Paraguay.
José Mármol denunció la invasión brasileña y la falsa neutralidad argentina diciendo "que la inicua revolución de Flores, contra el mejor gobierno que ha tenido la República Oriental y con el cual no había cuestiones que pudieran pasar de las carteras diplomáticas".
(1) Los prisioneros fueron quintados para su fusilamiento, costumbre esta que provenía de las legiones romanas para diezmar totalmente a sus derrotados y consistía en el elegir los individuos contabilizados con el número 5 de cada grupo para ser pasados por las armas.
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La intimación de rendición del general Venancio Flores al coronel Leandro Gómez y la respuesta de éste al pié del documento.
General en Jefe del Ejército Libertador, Cuartel General frente a Paysandú, diciembre 3 de 1864.
El abajo firmado, General en Jefe del Ejército Libertador, pone a Ud. plazo para la entrega de la plaza con su guarnición y todos los elementos de guerra que ella contiene, hasta pasado mañana 5 del corriente a la hora de la salida del sol.
Efectuada la entrega de la plaza, los jefes y oficiales de esa guarnición obtendrán sus pasaportes para el paraje que designen, pudiendo permanecer en el seno de la República, los que así lo soliciten.
Vencido el plazo fijado, y procediéndose enseguida al ataque V.S. pagará con su vida las consecuencias o desastres que puedan ocasionarse.
Para concluir diré a V.S. que para evitar que las familias sufran algún daño, debe V.S. notificar a la población lo antedicho, pudiendo disponer de todo el día de mañana las personas que quieran dejar la ciudad.
Dios guarde a V.S. por muchos años.
Venancio Flores
Cuándo sucumba.
Leandro Gómez
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Paysandú
Ciudad uruguaya -del
Departamento del mismo nombre- que se encuentra en las márgenes del río
Uruguay, frente a la ciudad entrerriana de Colón, con la que se encuentra
comunicada hoy día por el puente internacional Gral. Artigas.
Los naturales de la ciudad son llamados "sanduceros"