REVOLVIENDO LA BIBLIOTECA
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Para Bucarelli había llegado la hora de la verdad. Envió entonces al
capitán de navío Juan Ignacio Madariaga, quien zarpó de Montevideo con destino
a las Malvinas, al mando de una escuadra integrada por cuatro fragatas - ‘Industria’,
‘Santa Rosa’, ‘Santa Bárbara’ y ‘Santa Catalina’- y un jebeque o chambequín: ‘Andaluz’.
Ausente Hunt de Puerto Egmont, lo reemplazaba el comandante Guillermo
Maltby, de la fragata ‘Favorite ’, quien rechazó la intimación española. El 10
de junio de 1770, Madariaga disparó dos cañonazos como prevención. “Mientras
las naves españolas cañoneaban a los buques ingleses -nos recuerda un
historiador- la ‘Industria’ y la ‘Santa Rosa’ despacharon lanchas a tierra con
soldados armados, que comenzaron a tirar contra el torreón. Los ingleses, por
su parte, descargaban sus baterías por mar y tierra. La lucha fue mucho más reñida
de lo que trasuntan las breves crónicas de época. Hubo bajas de ambas partes.
En la contienda resultó herido el teniente coronel Vicente de Reyna.”
La nave inglesa se rindió, y poco después Madariaga partía con dirección
a España para informar sobre la primera victoria española en el sur del
continente americano.
Comienza aquí la etapa diplomática, no muy firmemente inaugurada por la
corona de Madrid, que comenzó la triste tradición de perder en la mesa de
negociaciones lo que los soldados y marinos ganaban en las batallas. Una
tradición no menos firmemente sostenida por sus herederos, los argentinos, en
muchos otros encuentros de parecida envergadura.
Porque, en efecto, ante la airada protesta del gobierno británico, la corte española terminó por transigir. Es cierto que al comienzo ensayó una resistencia, pero debió negociar para evitar un conflicto armado. Según el tratado del 22 de enero de 1771, el gobernador Bucarelli fue desautorizado y Puerto Egmont, devuelto a las fuerzas inglesas. Es cierto, sin embargo, que el mismo pacto aclara puntillosamente que “no puede ni debe afectar en nada la cuestión del derecho anterior de soberanía de las islas Malvinas”, como que por una cláusula secreta los británicos se comprometían a retirarse definitivamente de las Malvinas, lo cual se cumplió -aunque no definitivamente- en 1774.