Villa Ballester, 14 de julio de 2014.
Señor Marcelo A. Moreno
De mi mayor consideración
Ayer leí su columna habitual de los días domingos del diario Clarín, titulada "Ahora se vienen los nuevos símbolos patrios", la cual me merece el siguiente comentario.
Antes que nada debo manifestarle que coincido en casi su totalidad con lo escrito por Ud., pero de acuerdo a mi humilde opinión, se encuentra muy desinformado en cuanto dice en este párrafo: "De la misma manera se pretende, a través del Instituto Dorrego, cambiar la historia y que en los colegios se enseñe que Roca, fundador del Estado Argentino era un feroz genocida y el tirano Rosas, un patriota cabal".
En lo que se refiere al Gral. Roca, tengo cierta coincidencia con Ud., en primer lugar porque la palabra "genocidio" es propia del siglo XX y aplicarla a personajes históricos que participaron con anterioridad no me parece aceptable. Pero bueno, es una tendencia muy en boga actualmente del llamado "indigenismo", donde todo lo indígena es bueno y lo que no lo es, es malo.
Justamente hace un año atrás, el día 7 de julio, apareció en la revista Viva, que acompaña la edición dominical del diario Clarín, en la columna "La historia en foco", a cargo del escritor mediático Felipe Pigna el artículo "La crueldad de la oligarquía", referido a hechos relacionados con el Gral. Roca. Como me pareció totalmente parcial la versión de los hechos relatados por Pigna, le mandé un correo electrónico a la casilla que figura en el artículo, sin recibir ninguna respuesta y también mandé una carta a la revista, que sí fue publicada el día 28 de ese mes. Le adjunto escaneado -mediante los archivos adjuntos- el artículo y mi carta.
Voy a pasar ahora a referirme a Rosas como el "terrible tirano" como Ud. lo llama y que no merezca ser considerado "un patriota cabal".
Su pensamiento histórico seguramente fue influenciado por lo que nos enseñaron en el colegio cuando éramos chicos (yo tengo 67 años y por la foto que aparece en el artículo, Ud. también rondará los 60), de que Rosas era el terrible tirano y que la mazorca salía a la calle a matar indefensos ciudadanos y vejar a las mujeres y que Rosas se mantenía en el poder por la fuerza y por el contrario nos mostraban como adalides de la democracia a Urquiza, Mitre, Sarmiento, Rivadavia y Cía.
Gracias a Dios, cuando estaba por entrar en la adolescencia, allá por el año 1960, tuve oportunidad de leer en un periódico llamado "Revisión", que había comprado un familiar en un kiosco en la estación Retiro, que el Gral. San Martín había legado el sable corvo a Rosas -a quien Ud. llama "tirano"-. El testamento de San Martín, en la clausula 3ra. dice: “El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al general de la República Argentina, Dn. Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido, al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
Enterarme de ese hecho trascendental, para mí, fue como un clic, fue toda una revelación, pues pensé: "La pucha, si el Gral. San Martín, le legó el sable a Rosas, éste no habrá sido tan malo".
Así comencé a leer y empecé a darme cuenta de cómo nos habían mentido.
Me "avivé" desde chico de como venía la historia argentina. -Cuando le digo me "avivé", me acuerdo de que cuando éramos chicos, al que ya sabía que los Reyes Magos eran los padres, decíamos que "ya está avivado"-. Yo por suerte me "avivé" desde chico de como venía la historia argentina, pero me parece que hay otros grandotes que no se "avivaron" nunca, que me parece -perdone y no lo tome como una falta de respeto- que es su caso.
Me parece, no sé... que ya sería hora que en la escuela se comenzara a estudiar la verdadera historia nacional, pues también me parece que seguir enseñando la llamada "historia oficial" a la que seguramente Ud. adhiere, ya no da para más.
Tampoco me parece que haya que reemplazar una "historia oficial" por otra "historia oficial" del gobierno de turno.
El Evangelio dice "La Verdad os hará libres" (San Juan 8, 32) y también como decía Alberdi "Solo la verdad aprovecha a los pueblos". San Martín, en sus "Máximas para mi hija", decía: "Amor a la verdad y odio a la mentira". Nada bueno puede construirse con la mentira y una historia cargada de mentiras y falsedades ningún bien le produce a un país. Una "historia" donde los verdaderos HÉROES son reemplazados por otros "héroes de pacotilla", no es ni justo ni provechoso para nadie. Como decía Santo Tomás "La Justicia es dar a cada uno lo suyo" y así cada personaje histórico debe ocupar con justicia el lugar que merece.
Cuando Ud. se refiere a Rosas como "tirano", me parece que quedó anclado en lo que le "enseñaron" en su niñez y nunca se preocupó en saber la verdad y no analizar tampoco el término "tirano".
"Tirano", es quien accede al gobierno por la fuerza y se mantiene en el poder con la misma. Ninguna de las dos cosas puede atribuírsele a Rosas, ya que siempre accedió al gobierno en forma legal y no se mantuvo por la fuerza, sino por el consenso de toda la población: blancos, negros, indios, asalariados y gente adinerada, como lo reconoció Ricardo Rojas, inclusive en el año 1835, fue plebiscitado por todo el pueblo, como lo reconoció el propio Sarmiento.
Como llamaría Ud. a Lavalle que derrocó al legítimo gobernador Dorrego e intentó mantenerse por el uso de la fuerza, como también lo hacían Paz y Lamadrid...entre otros...? Me interesaría conocer su opinión.
¿Porqué se ha escrito una historia mentirosa sobre Rosas?, la respuesta nos la da las palabras pronunciadas por el diputado Nicanor Albarellos quien en un discurso pronunciado en la Cámara de Diputados provincial el 1° de julio de 1857, mientras se discutía la ley que declaraba a Rosas, traidor y reo de lesa patria, expresó su juicio sobre la figura y actuación del exgobernante entendiendo que con el dictado de la misma, su actuación no quedara librado al juicio de la historia.
Si bien se leen y analizan las palabras de Albarellos, ellas en realidad enaltecen la actuación de Rosas. He aquí esas palabras:
“No puede librarse a la historia el fallo del tirano Rosas, ¿Qué dirá la historia cuando se vea que la Inglaterra ha devuelto a ese tirano los cañones tomados en acción de guerra y saludado su pabellón sangriento y manchado, con salvas de 21 cañonazos?…La Francia que hizo causa común con los enemigos de Rosas, que inició la cruzada en que figura el general Lavalle, a su tiempo lo abandonó, trató con Rosas y también debió saludar su pabellón con 21 cañonazos?... Yo pregunto, señor, si estos hechos no borrarán en la historia todo cuanto podamos decir los enemigos de Rosas, si no lo sancionamos con un acto legislativo como esta ley. ¿Qué se dirá en la historia –y esto es triste decirlo– cuando se sepa que el valiente general Brown, el héroe de la marina de guerra de la independencia, fue el almirante que defendió la tiranía de Rosas? ¿Qué el general San Martín, el vencedor de los Andes, el padre de las glorias argentinas, le hizo el homenaje más grandioso que puede hacerse a un militar entregándole su espada?... ¿Se verá a ese hombre, Rosas, dentro de 20, o de 50 años, tal como lo vemos nosotros a cinco años de su caída, si no nos adelantamos a votar una ley que lo castigue definitivamente con el dicterio de traidor?...No señor; no podemos dejar el juicio de Rosas a la historia, porque si no decimos desde ahora que era un traidor y enseñamos en la escuela a odiarlo, Rosas no será considerado por la historia como un tirano, y tal vez lo sería como el más grande y más glorioso de los argentinos”. (extractado del Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de Buenos Aires, año 1857, sesión del 1º de julio).
Aquí está el quid de la cuestión. Había que instalar la idea de que Rosas era un tirano, un monstruo para que sus opositores no fueran considerados traidores -como que lo habían sido- sino grandes defensores de la civilización!.
Yendo a la otra cuestión, Rosas era, sin duda alguna "un patriota cabal", mal que le pese a Ud.
Que Rosas fue patriota prácticamente es reconocido por todos -salvo para una minoría, muchas veces desinformada y otras de mala fe-.
El propio Gral Urquiza, que lo derrotó en Caseros, en una carta que le escribió le dijo:
“...Ella no importaría otra cosa que la expresión de buenos sentimientos que le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, pero que no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país, y a los servicios muy altos que le debe, y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle, y que son los que se refieren a la energía conque siempre sostuvo los derechos de la Soberanía é independencia nacional.” (Carta de Justo J. de Urquiza a Juan M. de Rosas, 24 de agosto de 1858).
Por último la opinión que para mí mas pesa es la del Gral. San Martín, quien lo consideró un patriota y defensor de la soberanía y la independencia nacional - basta leer la correspondencia entre ambos y la que el Gral. San Martín, mantuvo con otros personajes de la época-.
Me acuerdo de las palabras que le dirigió el Gral. San Martín al Brig. Rosas: “...jamás he dudado que nuestra patria tuviese que avergonzarse de ninguna concesión humillante presidiendo usted a sus destinos”. (Carta del 2 de noviembre de 1848).
Y en la última carta que le remitió, el 6 de mayo de 1850, le dijo: "...como argentino me llena de un verdadero orgullo, al ver la prosperidad, la paz interior, el orden y el honor restablecidos en nuestra querida patria; y todos estos progresos efectuados en medio de circunstancias tan difíciles, en que pocos Estados se habrán hallado. Por tantos bienes realizados, yo felicito a Ud. sinceramente, como igualmente a toda la Confederación Argentina. Que goce Ud. de salud completa, y que al terminar su vida pública, sea colmado del justo reconocimiento de todo Argentino,..."
Ese mandato sanmartiniano, para mí es importantísimo.
Sr. Moreno, infórmese bien cuando escribe sus artículos y recuerde aquellos dichos populares: "No hay mas ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere oír".
Le mando también el N° 30 del periódico "El Restaurador", del cual soy Director y propietario y en el cual escribí sobre el 170°Aniversario del Testamento del Gral. San Martín.
Lo saludo muy atentamente y que tenga un buen día.
Norberto Jorge Chiviló
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Carta
que me remitió Marcelo A. Moreno el 14/7/2014 a las 9.14 PM
Sr.:
Resulta
casi ocioso escribirle a alguien que dirige un periódico llamado El
Restaurador. Y odio discutir, por lo que no me presto a ello.
Simplemente le recuerdo que San Martín fue un gran patriota pero era
un ser falible, tanto que admiraba en Rosas lo que era: un dictador.
Eso pensaba San Martín que necesitaban nuestros pueblos recién
liberados y figura en su correspondencia. Pero admirar a un hombre
que pisoteó las leyes y los derechos manipulándolos a su antojo,
que llegó a obligar a la gente a usar la divisa punzó para circular
por las calles, que gobernó de la mano de los Colorados del Monte y
de la Mazorca y que llegó al delirio de prohibir el color celeste es
una exageración que no puedo permitirme. Por más que sus tropas
hayan perdido el Combate de Obligado.
Moreno
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Carta
que le remití a Marcelo A. Moreno el 15/7/2014 a las 1.53 AM
Villa
Ballester, 15 de junio de 2014.
Hola
Sr. Moreno, ¿como está?
Por
lo que deja traslucir su brevísimo comentario, está un poco
nervioso, cálmese, se ve que tiene pocos o ningún argumento para
rebatirme.
Yo
tampoco quiero "discutir" en la forma en que Ud. lo cree
-como una pelea callejera- sino intercambiar ideas, porque lo
considero enriquecedor. No me creo dueño de la verdad, como si se lo
cree Ud. En cierta manera me está discriminando en cuanto a que dice
"es casi ocioso escribirle a alguien que dirige un periódico
llamado El Restaurador", si Ud. quiere, olvídese de esa
circunstancia y conteste porque además de ser director del
periódico, y me honro de ello, soy un ciudadano y también un lector
habitual del diario en el cual Ud. escribe. Le he escrito con total
respeto y no he merecido el mismo trato de parte suya, ya que ni
siquiera me saludó cuando terminó su breve comentario. Me parece
que Ud. es un poco intolerante y también mal educado, ...disculpe.
Ud.
dice: "odio discutir", seguramente es lógico en su pensar,
Ud. se cree con la razón y para qué va a discutir y sobre todo con
el director de El Restaurador?... y con quien quiere "discutir",
¿con uno que piense cómo Ud.?. No lo entiendo. Para mí sería
sensacional que alguien contrario a mis ideas, un antirrosista, un
sarmientista o un mitrista -p.e.-me dijera: "Mire Ud. no tiene
razón por esto y por esto...". No tendría ningún problema en
contestarle... los pingos se ven en la cancha. Si yo no contestara,
me creería Gardel y por encima de todos. Es fácil escribir
cualquier cosa y después no contestar a quien lo rebate, por no
querer "discutir". Pero ese no es argumento válido.
La
"discusión" yo la considero como un intercambio de ideas
entre dos personas civilizadas y con respeto y si alguien escribe
algo en un medio de comunicación sobre un tema determinado, me
parece que por un poco de honestidad intelectual, lo menos que hay
que hacer es defender con argumentos lo que uno sostiene.
En
las páginas de "El Restaurador" -en varios números-, he
mantenido una polémica con el Dr. Omar López Mato, un antirrosista
furibundo, y columnista del diario "La Prensa" y autor de
novelas históricas, que incluso en el prólogo de una de ellas me
agradeció el aporte informativo que le había hecho.
Siempre
nos hemos tratado con respeto y el Dr. López Mato es un caballero,
podemos pensar distinto pero no somos enemigos, sino dos personas
bien intencionadas con pensamientos distintos en temas históricos.
He publicado en mi periódico, en la forma más honesta y
democrática, todas las cartas que el Dr. López Mato me mandó, sin
omitir ni una palabra y sin ningún tipo de censura, dándole la
posibilidad de decir lo que quisiera.
Días
pasados también le mandé un correo a un columnista del diario "La
Nación" y tampoco tuve suerte, su respuesta fueron dos
renglones y lo mismo que Ud. no fue ni siquiera capaz de saludar.
Ustedes...
que se creen..., ¿qué por ser columnistas de diarios "importantes"
son superiores a los demás?, de pensar así, ¡qué pobreza
intelectual y humana!.
Yendo
un poco a su escueto comentario, voy a analizarlo -si me permite-.
Ud.
dice que San Martín, era un ser falible. Sí, tiene razón, tan
falible como Ud. -a pesar de que se crea que tiene la verdad, ya que
no quiere "discutir"-, como yo, como Rosas y como cualquier
mortal. Ud. evidentemente no es nada original ni ha descubierto nada.
Pero entre la opinión suya y la de San Martín, no tengo dudas de
que me quedo con la opinión "falible" de San Martín.
Pero
avanzando en la lectura, advierto también que un poquito su opinión
cambió porque ahora ya no llama a Rosas "tirano", sino
"dictador"; quiero ser un poco benévolo con Ud. y pensar
que no considera ambos términos como sinónimos. Le aclaro esto
porque mucha gente confunde ambos términos creyendo que son
sinónimos. Quisiera creer que Ud. conoce bien la diferencia entre
esas palabras. Pudiendo ser así, le doy la razón: Rosas fue
dictador. Aquí estamos en lo correcto.
Le
hago una pregunta: ¿Como considera Ud. a Lavalle, Paz, Lamadrid y
otros, que cuando se hacían del poder por la fuerza en algunas
provincias, se hacían dar también facultades extraordinarias?.
¿Eran o no tiranos?. Rosas no fue el primero en recibir -en forma
legal- facultades extraordinarias, es decir en ser dictador. Lea un
poquito más. Creo que en historia argentina, Ud. anda un poquito
flojito.
Dice
también sin ningún fundamento que Rosas "pisoteó las leyes".
Justamente dice Ud. lo contrario a lo que fue Rosas, ya que él fue
un cumplidor a rajatabla de la ley y la legalidad. Justamente no creo
que Ud. se haya dignado a leer el periódico que le mandé, hubiera
leído que debajo del nombre del periódico puse lo que dijo el
Restaurador "Sed sumisos a la ley", como lo fue él hasta
el fin de sus días.
El
rojo punzó es el color del federalismo, usado por Artigas, cuando
Rosas todavía no era nadie. Ud. dice que Rosas obligó a la gente a
usar la divisa punzó para andar por las calles. Si eso lo sacamos de
su contexto histórico a lo mejor Ud. podría tener razón, pero es
menester tener en cuenta que prácticamente durante todo su gobierno
la Argentina estuvo asediada por enemigos externos e internos aliados
a aquellos y el uso de la divisa significaba el acatamiento al
sistema federal. Le pregunto, ¿y cómo cree que era la vida en el
Montevideo gobernada por los enemigos de Rosas?, ¿se permitía a la
gente usar la divisa federal? o tenían que llevar la divisa
unitaria... y con Paz y Lamadrid... y Lavalle que pasaba?
Sabía
Ud. que cuando Lavalle asaltó el poder el 1° de diciembre de 1828 y
llevó la represión a la campaña de Buenos Aires por medio de Rauch
y Estomba, tiñó de rojo -y esto no es una metáfora- el suelo con
las ejecuciones de federales? Sabía que a raíz de tales hechos los
unitarios fueron llamados "salvajes unitarios"?
Le
recomiendo que lea las "Memorias" del general Tomás de
Iriarte, que no solo no era rosista, sino que sirvió a las órdenes
de Lavalle y otros jefes unitarios, vea lo que dice Iriarte:
“...después de la ejecución de Dorrego, Lavalle asolaba la
campaña con su arbitrario sistema, y el terror fue un medio de que
con profusión hicieron uso muchos de sus jefes subalternos. Se
violaba el derecho de propiedad, y los agraviados tenían que
resignarse y sufrir en silencio los vejámenes que les inferían,
porque la más leve queja, la más sumisa reclamación costó a
algunos infelices la vida. Aquellos hombres despiadados trataban al
país como si hubiera sido conquistado, como si ellos fuesen
extranjeros; y a sus compatriotas les hacían sentir todo el peso del
régimen militar, cual si fuesen sus más implacables enemigos: se
habían olvidado que eran sus compatriotas y, como ellos mismos,
hijos de la tierra. Semejante conducta grabó un odio profundo en los
oprimidos: hombres acostumbrados a la vida semisalvaje de
los campos y a una libertad análoga a la del hombre en el primitivo
estado de la naturaleza, los gauchos no era posible que soportasen
largo tiempo tan pesado yugo. Así es que la derrota que sufrieron en
Las Palmitas no pudo apagar el incendio que, aunque parcial, empezaba
a manifestarse en distintos puntos de la extensa llanura de la
Provincia de Buenos Aires. Era una antipatía recíproca, un odio
torpemente fomentado por los hombres de la ciudad -los unitarios- la
que existía entre las tropas de Lavalle y los habitantes de la
Pampa: los gauchos".
Más adelante, continúa Iriarte: "Durante la contienda civil
los jefes y oficiales de Lavalle cometieron en la campaña las
mayores violencias, las más inauditas crueldades, -crueldades de
invención para gozarse en el sufrimiento de las víctimas-, la
palabra de guerra era muerte al gaucho y efectivamente como a bestias
feroces trataban a los desgraciados que caían en sus manos. Era el
encarnizamiento frenético, fanático y descomunal de las guerras de
religión. El coronel don Juan Apóstol Martínez, hizo atar a la
boca de un cañón a un desgraciado paisano: la metralla lo hizo
pedazos y sobre algunos restos que pudieron encontrarse, el mismo
Martínez esparció algunas flores. Otra vez el mismo jefe hizo que
unos prisioneros abriesen ellos mismos la fosa en que fueron
enterrados”. "En el período de Lavalle este jefe y su círculo
cometieron inauditas crueldades, la vida no estaba garantida -dígalo
el asesinato del desgraciado Dorrego- las leyes estuvieron en receso,
ni había otra regla de conducta que la del soldado gobernador. Se
dejó ver en el corto período que ejerció la autoridad pública,
que tenían por sistema hacer uso del terror: ellos fueron los
primeros que establecieron en dogma la máxima antisocial «el que no
está conmigo es mi enemigo»; y si no hubieran estado tan distraídos
en su defensa propia por la guerra que el partido federal les hizo,
si hubieran triunfado, bien se puede asegurar, sin temor de formar un
juicio aventurado, que muchos cadalsos habrían levantado en Buenos
Aires, al menos así debe conjeturarse si se tiene presente el
espíritu de intolerancia y de exclusivismo que dominaba en aquel
círculo, y sus hechos violentos y despiadados en el corto espacio de
tiempo que pudieron mandar, bien que rodeados más a defenderse de
sus enemigos, que a consolidarse en el poder”.
¿Sabe
Ud. qué el termino de un poco menos de un año que gobernaron los
unitarios en la provincia de Buenos Aires, hubo mayor cantidad de
defunciones que nacimientos?
Puede
leer en el mismo sentido a otro cronista de la época, Manuel Beruti
en "Memorias Curiosas", quien también contrapone este
actuar terrorífico de las tropas unitarias, muy contrarias al actuar
de las tropas de Rosas, los Colorados de Monte, quienes eran un
ejemplo de orden y disciplina, en una época en que los ejércitos
cometían todo tipo de tropelías contra la población civil. Los
Colorados casi diez años antes, en 1820, fueron un ejemplo de orden
y disciplina, tal es así que el representante chileno en Buenos
Aires, Manuel de Zañartú, en una carta al gobernador de Mendoza le
expresó: "El denuedo, bizarría y coraje del Batallón de
Rosas, harían honor a las tropas mismas de Napoleón".
Beruti,
también destaca el correcto comportamiento de las tropas de Rosas en
los sucesos del año 1829.
Volviendo
a Beruti, veamos lo que dice: "Pasajes
sueltos, que se me han contado por dos sujetos respetables, el
presbítero don Manuel Ascorra y doctor don Pedro Ignacio Rivero,
abogado de la superior cámara de justicia, quienes me lo han
asegurado por ciertos y son los siguientes. Estando el señor Lavalle
con su ejército, en las inmediaciones del lugar llamado de Álvarez
dos leguas del puente de Márquez para el campo, entró en una casa y
en ella encontró una divisa de los que llevan los federales para
distinguirse de los unitarios; y por esto mandó pasar a cuchillo a
toda la infeliz familia". A la flauta!, ...lo sabía?
Fíjese
Ud. que en diario "El Nacional" de Montevideo, del 18 de
febrero de 1844, se publicó un decreto del gobierno
riverista-unitario de dicha ciudad que disponía entre otras
disposiciones "...todo oriental (ciudadano) ó habitante de esta
República que fuese tomado con las armas en la mano o con la divisa
del Ejército extranjero invasor, será fusilado (por la espalda) en
el acto..." Cuando hablan de Ejército invasor se están
refiriendo al ejército oriental blanco Oribista y de la
Confederación Argentina. ¿Qué me dice...?, seguro que lo ignoraba.
Se imagina si en un pueblo o ciudad en poder de los unitarios, a
alguien se le antojaba usar el color rojo...?, eso Ud. ¿se lo puede
permitir...?.
Los
excesos cometidos por la Mazorca lo fueron en algunos meses del 39 y
40 cuando fué la llamada "Levantamiento de los Libres del Sur"
y cuando la ciudad de Buenos Aires, estuvo amenazada por el ejército
Lavallista con apoyo francés y que los que se encontraban en la
ciudad apoyando a Lavalle, eran traidores a la patria y de acuerdo a
las leyes de la época debían ser muertos (como lo hubieran sido en
cualquier otro país en condiciones similares). ¿Sabía qué
Inmediatamente después de Caseros se mataron más personas que
durante todo el período del gobierno de Rosas?.
No
entiendo lo que me quiso decir con "Por más que sus
tropas hayan perdido el Combate de Obligado".
¿Que
le parecieron las palabras de Albarellos en la Legislatura?, no me
hizo ningún comentario. Me interesaría saber que piensa.
Señor:
Le voy a aclarar, porqué fundé y dirijo "El Restaurador".
Cuando Rosas fue gobernante de la provincia de Buenos Aires,
encargado de las RREE de la Confederación Argentina, mis antepasados
se encontraban en Europa, ya que comenzaron a recalar en estas
tierras a fines del Siglo XIX o principios del XX mis abuelos
maternos y en 1923 lo hicieron mis abuelos paternos, es decir que no
tengo interés familiar alguno con Rosas ni con ningún miembro de su
familia. Tampoco obtengo ningún beneficio económico, ya que lo que
cobro por las propagandas y colaboraciones me alcanza solamente para
pagar la impresión. Yo vivo de mi profesión de abogado. Pongo mi
tiempo -bastante- en estudiar y armar el periódico, quitando tiempo
al descanso, a la familia y otras actividades recreativas y de
trabajo. Lo hago por el mandato sanmartiniano expresado en aquella
carta que le transcribí en mi anterior correo, por un sentimiento
patriótico y para dar un producto eminentemente cultural para mis
vecinos del Ptdo. de Gral. San Martín y esto se lo digo con la mayor
humildad. También porque creo que defendiendo a Rosas, injustamente
vilipendiado, defiendo también a nuestra querida Argentina. Porque
Rosas es un ejemplo a seguir, por los gobernantes y los simples
ciudadanos.
Gracias
a Dios estoy en este emprendimiento desde diciembre de 2006, habiendo
editado 31 números trimestrales. Lo que se publica en el periódico,
es lo que considero que es la verdad histórica, nunca publicaría
algo que fuera una mentira o inexacto.
Tengo
la satisfacción que en el mes de agosto del año pasado me llamaron
telefónicamente de la Biblioteca Nacional, ya que habían recibido
uno de los primeros números del periódico y me preguntaron si
seguía publicándose, al contestarle afirmativamente me solicitaron
si podía acercarle la colección, a lo que gustosamente accedí,
llevando dos tomos encuadernados.
Como
dice el Salmo 44 "Levántate y combate por la verdad, la piedad
y la justicia".
Señor,
como siempre, lo saludo atentamente.
Norberto
Jorge Chiviló
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Carta
que me remitió Marcelo A. Moreno el 15/7/2014 a las 14.42 PM
Sr. Chiviló:
Usted
interpreta que estoy nervioso y me pide calma. Y después
directamente me califica de maleducado. En cuanto a Rosas, trata de
defender lo indefendible y créame que no lo logra. Por eso
pongo punto final a una discusión que no quise mantener.
Muy
respetuosa y recontra atentamente
Moreno
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Villa
Ballester, 16 de julio de 2013
Señor
Marcelo A. Moreno.
Con
esta contestación doy por cerrado -y por su decisión-, este
intercambio epistolar -que no da para más-, pero no quiero dejar
pasar la oportunidad sin hacer las siguientes consideraciones:
- ) De ninguna manera quise importunarlo en ningún momento. El hecho de que en su columna dominical "Disparador", figure su correo electrónico, a mi humilde entender, significa que los lectores puedan comunicarse con Ud. y eso es lo que intenté hacer. Si ello no le interesa, saque de allí su dirección electrónica y así se evitará "problemas".
- ) La circunstancia de que Ud. no quiera mantener ninguna discusión para defender algo que Ud. escribió, me parece... no sé... que lo indefendible es lo suyo -a las pruebas me remito-. No dio el mínimo argumento que justificara su posición. Evidentemente, como no los tiene, no quiere mantener ninguna discusión. Debo confesarle que su caso no es el primero ni va a ser el último; como todos los antirrosistas, como ya no les queda ningún argumento válido se van al mazo al primer intento de discutir ideas.
- ) Contrariamente y a lo que Ud. afirma, la causa que defiendo, es más que "defendible" porque hay pruebas y argumentos más que valederos para ello y por suerte la batalla cultural, poco a poco se va ganando. Mis cartas siempre tienen su fundamento en documentos y testimonios históricos. Por lo que he visto las suyas no.
- ) Ud. tiene la libertad de creer lo que quiera y le plazca. Si quiere creer que la tierra es cuadrada, para mí no hay problema, lo que me preocupa es que Ud. lo manifieste en un medio de comunicación masivo, sin sonrojarse y con tanta ligereza y quiera engañar a la gente desprevenida. "No hay mas ciego que el que no quiere ver ni sordo que no quiera oír" y creo que ese es su caso.
- ) Veo que ahora su carta contiene un saludo. Por lo menos aprendió algo. Yo por suerte lo aprendí hace más o menos 60 años atrás, en 4° o 5° grado cuando la maestra nos enseñó cómo se escribía una carta: el encabezamiento de lugar y fecha, el nombre de la persona destinataria, lo que se quiere comunicar y por último el cierre con un saludo y la firma.
- ) De todas formas quiero dejar constancia que Juan Manuel de Rosas, recibió el más grande homenaje que pudo haber recibido un argentino y es el sable legado por el Libertador. El haberlo tenido en su casa y podido contemplar... que emoción, que satisfacción y que premio para un gobernante patriota!!. Ese homenaje no podrá ser igualado por nadie, ni ayer, ni hoy, ni mañana. A mí me basta.
Que
tenga buen día y lo saludo, como siempre, atentamente.
Norberto
Jorge Chiviló