La propaganda política del siglo XVI modeló la leyenda negra
de España en Europa pero, ¿quién la inició y en qué consistió esa campaña
anti-España?
| El Duque de Alba aparece devorando bebés |
¿Sabías que la imagen de una España
cruel, fanática y sedienta de poder, lo que conocemos como la Leyenda Negra de
España, fue construida desde fuera y con fines políticos muy concretos? Desde
impresos y panfletos protestantes hasta campañas diplomáticas inglesas y
neerlandesas, sus métodos a través de múltiples vías acabaron erosionando la
reputación y el poder imperial español durante siglos.
Nos encontramos en pleno siglo XVI,
inmersos aún en el poderoso Imperio español como la potencia imbatible desde
hacía varios siglos. Sin embargo, una polifacética campaña de desprestigio que
usó panfletos, relatos de viajeros y crónicas manipuladas empezó a presentar a
España y convenciendo a la población, de que se trataba de una potencia oscura,
violenta e intolerante.
¿QUIÉN PROMOVIÓ ESTA CAMPAÑA?
Todo parte de un gran invento para la
humanidad: la imprenta. Si bien su creación en el siglo XV revolucionó la
difusión de las ideas y la alfabetización masiva, lo cierto es que al siglo
siguiente, las guerras de religión o guerras santas, la Reforma protestante y
la expansión ultramarina, crearon un contexto muy competitivo entre las
potencias europeas. Y España era el centro de todas las miradas con su
gigantesco imperio que defendía el catolicismo.
¿Cómo abatir a este rival? Los enemigos
de la Monarquía Hispánica -especialmente Inglaterra, los Países Bajos
protestantes y varios sectores de Francia- idearon una ambiciosa estrategia que
se salía del campo militar: encontraron en la imprenta una herramienta poderosa
para construir un enemigo que podía ser común a todos: la “España negra”. El
objetivo era claro, querían desacreditar a toda costa a España como potencia
hegemónica de la época.
PANFLETOS POR DOQUIER
La propaganda antiespañola tuvo muchos
difusores, entre ellos Italia y sus tensiones con la corona aragonesa o
Alemania, tras la reforma protestante de Lutero. Pero quizá uno de los más
conocidos sea Inglaterra, que desplegó una intensa campaña de propaganda
anticatólica y antiespañola durante la guerra hispano-inglesa (1585–1604),
retratando en sus textos a los españoles como crueles, fanáticos, corruptos y
racialmente “oscuros”. De esta manera, con este combate desde el lado
ideológico, era posible colocar a España como una amenaza global y justificar
tanto la expansión inglesa como la persecución interna de católicos reafirmando
la identidad protestante de los ingleses.
IMÁGENES TERRIBLES DE LA ESPAÑA NEGRA
Por otro, los Países Bajos, anteriormente
las Provincias Unidas bajo el dominio español, se dedicaron a difundir grabados
y textos que mostraban supuestas atrocidades cometidas por las tropas
españolas, como las del Duque de Alba al que representaban comiendo bebés. Uno
de los ejemplos más citados es el “Sacco di Amberes” o Saqueo de Amberes (1576)
por parte de las tropas españolas en el que murieron más de 10.000 ciudadanos y
se incendiaron más de 800 casas de la ciudad. Este evento se convirtió en
símbolo de la brutalidad española bajo el azote de lo que denominaron “Furia Española”.
La leyenda negra se encargó de que Amberes fuese el principio del fin de los
españoles en este rincón de Europa.
Obras como la de Bartolomé de las Casas, “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” (1552), fueron usadas y muchas veces manipuladas por los enemigos de España para denunciar la violencia en América. Las exageraciones, las omisiones y los excesos y errores del vasto Imperio español hicieron que el miedo a esa España retrógrada calara en Europa.
Sin embargo, España no respondió con la
misma estrategia que Inglaterra, sino con una especie de “leyenda blanca” sobre
los ingleses, dibujándolos como buenos católicos o víctimas de sus gobernantes,
idealizando la conversión de Inglaterra al catolicismo como una misión
redentora.
Pero la imagen de España cruel, violenta
y un tanto rancia, no solo afectó al país externamente, sino que muchos
españoles comenzaron a interiorizar estas críticas, surgiendo un complejo de
inferioridad cuyo eco se sigue viendo en nuestros días. Los historiadores
coinciden en que es necesario ver la historia con perspectiva crítica: ni
España fue un monstruo sin reservas, ni sus enemigos fueron ángeles encarnando
un modelo de virtud.
Sobre la ilustración: Alba asesina a los inocentes habitantes del país de la colección El gobierno de Alba en los Países Bajos y los resultados de su tiranía - Grabado anónimo de hacia 1572 - El Duque está representado comiendo a un niño con una mano, mientras con la otra sostiene bolsas de dinero; detrás, una hidra con las cabezas de Granvela y los cardenales de Guise y Lorena; a sus pies, los cadáveres decapitados del Conde de Egmont y Felipe de Montmorency (Horn); un demonio alado con un rosario le insufla aire al oído con un fuelle; a la izquierda un campesino y a la derecha un burgués, que se lamentan.